Cumbre de la CELAC en La Habana

La izquierda cubana ante el reto de una integración regional soberana

24/01/2014
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"es la liberación total, una liberación tal que tiene que ser liberación del poder militar, del poder material y su capacidad de coerción, de la propiedad privada, del respeto a la propiedad privada, del poder espiritual, de la subordinación de los sexos, de la subordinación de las razas, de la acumulación de todas las jerarquías creadas antes del capitalismo, y puestas de otra manera por el capitalismo pero usadas por él también"
Fernando Martínez Heredia
 
A partir del 25 de enero del 2014, Cuba será la sede de la Cumbre de la CELAC; y entregará la presidencia pro-témpore del organismo a Costa Rica. Por primera vez en los últimos 55 años, Cuba podrá reunir en La Habana a los países latinoamericanos y caribeños sin la obtusa y molesta presencia de EE.UU. y de Canadá. Llevemos nota histórica y pasemos a los asuntos del proyecto de emancipación socialista de Nuestramérica. Vamos camino -¿un poco lento?- de la liberación total
 
Nos limitaremos a dar elementos de juicio con respeto a Cuba y los cambios que acontecen aquí (hoy) con el objetivo de alcanzar una transición socialista radical sustentable. Es decir, que dentro de la revolución cubana existe una producción de pensamiento crítico que no se subordina a poder corporativo alguno, sino que asume la defensa y salvación del proyecto emancipatorio socialista reconociendo la necesidad de rectificar radicalmente al modelo de sociedad. Y que para eso no es necesario “jugar a las casitas” con Barack Usain Obama, o con su establishment. Para nadie es un secreto que existe una microporción que contradictoriamente desea una anexión “dulce”, por incruenta, a la cotidianidad angloestadounidense mundializada. Aún ni la CELAC ni el ALBA representan la implosión de la “unipolaridad” imperialista. Estamos todavía muy lejos del tiempo de las sillas que inviten a parar.
 
En Cuba somos mayoría; con la conciencia política y cultural pertinente para saber que el sistema capitalista está embarrancado en sus propios límites históricos: político, económico, ecológico y cultural, y que lo peor que podría ocurrirle al imperialismo es perder el control cariado que ostenta desde su hegemonía: que el mundo emerja multipolar. 
 
Esa hegemonía angloestadounidense necesita de toda la acumulación posible bajo su dominación, porque está viviendo a costas de la capacidad acumulativa ajena desde su “pedazo” de papel timbrado o “certificado” como moneda mundial de intercambio obligatorio, defendida no por su bienestar económico y comercial, sino a través de la coacción disuasoria o la misma agresividad bélica. Bajo ese principio es que opera la guerra política, económica y cultural, a que (mediante asedio, bloqueo efectivo) tiene recluida a Cuba hace más de medio siglo. O agrede y trastorna a la cotidianidad venezolana en revolución bolivariana. Para no hablar del secuestro del avión de Evo Morales en pleno vuelo sobre el cielo de Europa, o la ofensiva de los masmedia españoles y europeos del oeste; ¿llevará nota esta cumbre de la CELAC?-, por ejemplo:
 
La maniobra de despolitizar a Chávez y dispersar el chavismo, de una oposición deseosa de dejar de ser ‘antichavista’, cuenta a su favor con el paso del tiempo y la extrema juventud de la pirámide demográfica venezolana. Enfrente debiera tener el proceso de articulación de una cultura y una narrativa del chavismo que siga emocionando en futuro y no sólo en pasado, que siga produciendo un horizonte común de país, que recupere la conducción intelectual y moral para los revolucionarios. La eficacia en la Nueva Gestión Pública Socialista y la construcción institucional son condiciones sine qua non para fortificar las posiciones avanzadas en una década y media de transición estatal. Pero estos éxitos no aseguran necesariamente la adhesión mayoritaria de la sociedad, que no puede confundirse con la conquista puntual de victorias electorales. [i]
 
No estamos exentos de problemas, ni de problemones. A pesar de la emergencia de gobiernos progresistas, soberanos en la región, la estación que atravesamos no es la idónea para los procesos revolucionarios -¿lo fue alguna vez? Alfredo Guevara advirtió que: "se está fundando un mundo nuevo del que solo las revoluciones deben ser protagonistas y del que, por ahora, no lo son." Ha escaseado la praxis pertinente para viabilizar la materialización de los procesos emancipatorios en el mundo, y en nuestra región sobre todo. Si como dijo Ceceña aún somos parte del mecanismo del sistema capitalista no es de asombrar que cada desajuste, crisis de ese sistema, de una manera u otra propicie errores, resbalones en las luchas sociales. Y en su realización de procesos emancipatorios.
 
Entre los objetivos que persiguen los cambios dentro de la sociedad cubana actual:
 
se impone no solo el perfeccionamiento de la representación y la participación, […] [a su vez] la búsqueda de nuevas formas de representar e interesar como vía para la renovación progresiva del consenso, en correspondencia con la pluralidad del sujeto que sustenta la opción patriótica y socialista. Esto indica el camino estratégico.  [ii]
 
Entrar en detalles casi microscópicos muy interesantes para los afectos académicos occidentales del llamado primer mundo es un asunto para quienes reciben la euro-“bendición” de la nieve sin peligro de desempleo, bien lejos de los bombardeos imperialista al sur del mundo y de la guillotina de los tratados de libre comercio; o de la aniquilación de los pueblos indígenas por las fauces latifundistas. Se percibe mucho entusiasmo en los medios globales ante la posibilidad de que la revolución cubana gire a la derecha y tome rumbo norte camino a la Florida; o que el gobierno bolivariano de Chávez presidido por Maduro Moros, convierta a Venezuela en la octava Base Militar angloestadounidense de Colombia, en el medio del pecho de Sudamérica.  Tenemos una “cola” de “amables” inversionistas latinos parqueados en Miami esperando a que los mangos se maduren, aunque sea con carburo. Porque nadie se los puede comer verdes. Teniendo en cuenta que, lamentablemente:
 
las palabras “revolución” y “revolucionario” han sufrido un desgaste en este último medio siglo. Se han utilizado tanto para encubrir chapucerías, improvisaciones, voluntarismos y errores de todo tipo, que han perdido mucho de su fuerza inicial. Y eso, en el caso específico de Cuba, es algo muy llamativo, porque –a diferencia de muchas otras naciones – en la nuestra la palabra “revolución” ha ocupado un lugar importante y muy positivo en el imaginario y en el vocabulario político desde hace ya casi siglo y medio […] si los conceptos de “revolución” y “revolucionario” han sufrido una erosión importante de su poder de convocatoria y atracción en Cuba hoy, ello se debe en buena medida a que muchas veces se les ha asociado espuriamente con conductas que carecen de rigor ético. [iii]
 
No hay economía posible al margen de la política. El académico Juan Triana reflexionó irónicamente, en un encuentro “internacional” sobre economía cubana, donde se encontraban algunos “izquierdosos” y otros “ultraderechosos” floridianos camuflados, exigiendo a Cuba cambios económicos “rápidos”; disculpen la cita in extenso, porque no tiene desperdicio, Triana es un prestigioso investigador de izquierda, pero a su vez, como decimos en Cuba, ¡tremendo jodedor!:
 
Les voy a explicar el modelo rápido. Nosotros aspiramos a un modelo de economía suiza, con trabajadores tan productivos como los chinos, tan frugales en el consumo como los vietnamitas, tan planificados en su vida personal como los alemanes, con un sentido del ritmo como los brasileños y con una capacidad para cantar como Benny Moré. Como eso no es posible, el que tenemos es el que tenemos. Entonces es más difícil aterrizarlo en la concreta. Dije eso para suavizar el tema, de lo contrario esto se pone muy cargado. [...] Lo otro es que yo pido, ruego, que en los próximos encuentros, cuando los cubanos que no viven en Cuba comiencen una intervención, no empiecen pidiendo perdón y explicando que no vienen a imponer nada. No hace falta decir eso. [...] El modelo de Cuba, yo no me atrevería a definir cuál va a ser. Yo no quisiera que el modelo cubano fuera uno en el que la inversión extranjera tuviera tales privilegios que obstaculizara el incentivo y la creatividad nacional. Entonces yo creo que tiene que ser un modelo que combine la experiencia pasada con los requisitos del desarrollo actual y las tendencias del desarrollo contemporáneo, que dicen que para que un país sea sustentable, desde el punto de vista del desarrollo, tiene que combinar lo económico, lo social y lo ambiental de manera estable. Este es un ejercicio sumamente difícil. Nosotros tenemos una historia donde no hemos sabido combinar eso. Entonces a mí me parece que, en lo económico, lo más importante es, no solo promover, sino asumir, entender y darle un marco institucional, transparente, a todas las diversas formas de propiedad que en Cuba puedan contribuir al incremento de la riqueza y a la distribución justa de la riqueza. Yo siempre pienso que lo estatal tiene que reducirse, y pienso que el que sea menor, no quiere decir que sea más débil. Que sea más chiquito, no quiere decir que sea más débil, sino que sencillamente tiene que afincarse en lo que puede ser estratégico para el país y dejar el resto de las cosas en manos de formas de propiedad que puedan ser mucho más ágiles. Lo segundo es que, evidentemente, hay que fomentar la capacidad de inversión nacional que hoy es muy escasa. Yo discrepo de la idea de que los cuentapropistas y el cuenta-propismo no aportan al crecimiento económico y al producto. Yo creo que sí. Primero, porque diversifica la demanda; segundo, porque redistribuye ingresos; y tercero, porque constantemente se está reinventando y esto es importante definitivamente a la hora de aportar al crecimiento. Pero hay un aporte a la demanda que es real ahí. Entonces, he aquí un grupo de factores que son nuevos. Yo no sé qué va a pasar con las cooperativas no estatales, no agropecuarias. Yo no sé qué es eso en Cuba. En otros países lo sé, en Cuba no sé. Ahí el marco legal definirá mucho, pero al igual que hay cooperativas no agropecuarias, tendrá que haber otras formas [de hecho ya existen 115 funcionando en el país (NA)]. Yo siempre me he preguntado: Bueno, ¿por qué no puede haber una mixta? Una empresa que antes que cerrarla es preferible que se les dé en acciones a los trabajadores. Yo lo prefiero antes que cerrar. Bueno, es una mixta entre trabajadores y el Estado, perfecto. ¿No hay mixtas entre el Estado y el capital privado extranjero? Bueno, ¿por qué no? Todavía no hemos hablado de eso en Cuba. ¿Por qué no puede haber una mixta entre una cooperativa y el Estado? Lo mejor que tiene la situación es que el modelo admite muchísimas experiencias y muchos experimentos, que hay que hacerlos paso a paso. Aquí hemos hablado mucho de la necesidad de la velocidad del proceso, compañeros, pero miren, no es fácil para Aurelio Alonso [actual subdirector de la revista Casa de las Américas y Premio Nacional de Ciencias Sociales 2013] convertirse en vendedor de sándwich, porque Aurelio es todavía un trabajador del Estado. Si nosotros nos guiamos por una cifra, hoy entre la agricultura que ocupa el 18.7% de la población trabajadora de Cuba y el sector de la administración pública con el 67 % de la fuerza de trabajo [de este país] de cuatro millones de personas, ¿cómo un Estado como el cubano, en un país pobre transforma rápidamente esta situación? No hay manera, compañeros, de veras que no hay manera. Crear un puesto de trabajo en Cuba cuesta más de veinticinco mil pesos. Si usted no le da tiempo a la gente, lo que hace es traumatizarlos; ese proceso no va a servir. Al final no se puede alcanzar. Por eso el proceso debe ser, a mi juicio, inclusivo, tiene que pensar en el futuro, tiene que estar liderado por un gobierno que apueste por el crecimiento, tiene que darle tiempo a la gente para que se acostumbre a la idea y tiene que sumar todas las formas de propiedad que puedan contribuir a él.[iv]
 
Y finalizó su intervención advirtiendo, con un tremendo viandazo de lucidez política:
 
no se puede desconocer la historia. Este proceso de transformación que ha vivido Cuba y que nos ha llevado hasta aquí, con nuestros errores y nuestros éxitos definitivos, es el producto también de un país que ha vivido en una constante guerra y eso no se puede desconocer. Un país que tuvo [gracias a la agresividad imperialista], en los años sesenta, cien mil hombres sobre las armas en una población de cuatro millones y medio de habitantes, permanentemente durante diez años. Y eso es un costo económico brutal que nadie lo ha calculado, y llegó a tener trescientos mil por momentos, por años, o sea dos años, tres años. Eso es un costo económico que nadie lo ha calculado y eso no lo podemos desconocer. Es un país que tuvo que cambiar toda su tecnología en diez años. Y por otro lado es un país que ha tenido que estar constantemente tomando decisiones subóptimas. Ninguna de las decisiones de Cuba han sido decisiones en el óptimo, porque todas están atravesadas por el tema Estados Unidos y el bloqueo norteamericano. Todas han sido en el subóptimo, todas, absolutamente, y eso tiene un costo también. En Cuba antes de hablar si un plan es bueno o malo, se evalúa, y ha sido así, si es conveniente para nuestra relación con Estados Unidos o no, si los americanos lo pueden aprovechar o no lo pueden aprovechar [contra Cuba]. Y si hay la más mínima posibilidad de que sea aprovechable por el gobierno norteamericano, por muy bueno que sea, no se hace. Es la realidad, es lamentable, pero es nuestra realidad y es nuestra manera de pensar.[v]
 
En medio de las peripecias de una llamada guerra de cuarta generación[vi] como herramienta multipropósito para la ocupación imperialista del mundo, Cuba se mantiene de EE.UU. al alcance de una pedrada; y el gobierno angloestadounidense y su plutocracia tienen que respetar a la revolución cubana. Pese a los atentados, los muertos y el acoso permanentes.
 
Pero es la integración regional latinoamericana y caribeña, la de Nuestramérica, sin presencia ni injerencia imperialista la que propiciará que definitivamente vayamos dejando atrás siglos de dominación neo-colonialista. Es impensable una integración de la ultra y no ultraderecha (local) al proceso de emancipación, junto al pueblo políticamente organizado. No es ya un asunto de ganar elecciones en pos del Día de San Blando. El tiempo pasa y las crisis capitalistas buscan explotar en las periferias; paro eso esencialmente es el mecanismo del que formamos parte. Las periferias de nuestras ciudades deben ser integradas mediante programas permanentes de dignificación mediante justicia social efectiva, contra la “chabolización” de los excluidos. La violencia es consecuencia de muchas razones, pero la marginación de los individuos como ciudadanos es el peor modo de violencia social. El consenso circunstancial con las oligarquías locales para combatirla, desde antes de la época de juventud de Carlos Marx apesta a humo. El pueblo políticamente organizado para su empoderamiento no puede ser “chabolizado”.
 
Veremos cómo transcurre la Cumbre de la CELAC en La Habana; hay líos entre países de la región: algunos litigiándose en estamentos internacionales, otros muy acomodados a sotto voce. La oreja peluda de la política angloestadounidense está detrás, de nada serviría que los disimulemos. Algunos son el rezago de siglos de décadas de guerras de rapiña estimuladas por al ex hegemonía inglesa y la actual angloestadounidense. ¿Hasta cuándo seguirá pagando Haití el precio de su heroica historia? ¿Cuántos golpes de estado “parlamentarios” deberán soportar los pueblos de Honduras y Paraguay? ¿Colombia se va a “portar bien” de ahora en adelante, y firmará la paz que tanto necesita el pueblo colombiano? ¿Peña Nieto ha hecho ya todas las gestiones “oficiales” que le expediten el petróleo mexicano al Departamento de Defensa estadounidense? Y lo de la mano sucia de Chevron en Ecuador; ¿quién lo va a pagar? ¿Se encontrará el modo de resolver una salida al mar para Bolivia? ¿Qué hacer con la “esnifante”OEA? ¿Y con esa “asociación” del Pacífico que armaron Perú, Chile, Colombia y México como “cargabates” de EE.UU.?  ¿Y con la violencia insoportable del narcotráfico? ¿Y con nuestras propias periferias sociales, culturales, políticas y económicas? ¿Habrá complementación alguna vez entre el ALBA y la CELAC? ¿Y todas las bases militares angloestadounidenses que nos tragamos sin chistar? ¿Qué garantías hay de que el Canal de Panamá no regrese a manos gringas? ¿Qué garantías hay? Ninguna…
 
La integración regional soberana no es más que el principio, el comienzo de todo el comienzo. Nuestra voluntad política dirá la última palabra. ¡Cuidado con los entusiasmos banales! Cualquier camino puede conducir, de nuevo, al infierno de la dominación imperialista. Cuba hará, como siempre, todo lo que esté a su alcance; y más. Pero no es suficiente. Porque es la liberación total, o no lo es. En el año 161º del natalicio del Héroe Nacional José Martí.
 
 
Desde el litoral oeste de La Habana marxista, martiana y revolucionaria. 
24/01/2014
 
- Íñigo Errejón. Los retos en el despliegue de la identidad política chavista. Chávez somos (casi) todos. Rebelión. 11-09-2013. http://www.rebelion.orgolñie
 
 
 
[ii] Gilberto Valdés Gutiérrez. Algunos referentes para soñar y pensar a Cuba. Revista Temas, 25-04-2013.
[iii] Jorge Luis Acanda. Qué significa ser revolucionario hoy. lahaine.org. 14/7/2013.
[iv] En: Un diálogo entre cubanos. Debate del panel de Economía que sesionó del 19 al 21 del  abril del 2012 en la casa San Juan María Vianney de la arquidiócesis de La Habana   http://www.palabranueva.net
[v] Ibidem.
[vi] Thierry Meyssan advierte acerca de: "lo que se ha dado en llamar una guerra de cuarta generación en la que se manipula a la población haciéndole creer que existe un desastre generalizado y que la caída del régimen es inminente. Y es así como se convence a la gente de cosas que aún no han sucedido." Alexandre Artamonov.  Bachar al-Assad, ¡nuevo Che Guevara! Voltairenet.org. Red Voltaire. 18 DE ENERO DE 2014. http://www.www.voltairenet.org/article181830.html
https://www.alainet.org/es/active/71381
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