Murió el Real. ¡Salvemos la nación!

03/02/1999
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La muerte anunciada del real fuerte, llegó antes del tiempo previsto por las condiciones del FMI. Ella sólo debía llegar cuando las reservas alcanzaran 20 mil millones de dólares, hacia fines de febrero o inicios de marzo, luego de la entrada en vigencia del famoso "ajuste fiscal" de 28 mil millones de reales. Sólo entonces, las autoridades monetarias preveían iniciar la ampliación de la banda cambiaria para intentar renegociar con el Fondo las metas del Acuerdo, que determinaba un garrotazo de crédito líquido interno, de tipo currency board. En lugar de eso, ocurrió un violento ataque a la moneda, a pesar de las altas tasas de interés y del ajuste fiscal permanente, que acaba de incluir entre sus víctimas a los jubilados. En poco más de una semana el real sufrió una maxi devaluación que se aproxima al 40%. El mercado estaba preparándose para el ataque definitivo al Real desde le inicio de las negociaciones con el FMI, en octubre. Los banqueros internacionales venían reduciendo aceleradamente sus prestamos a Brasil y no renovando la deuda a corto plazo de la mayoría de las grandes empresas y bancos brasileños. Tan pronto ingresó la primera parte del préstamo comenzó el ataque para beneficiarse. En menos de un mes las reservas brasileñas sufrieron una pérdida de 10 mil millones de dólares, de los cuales, sólo en la semana del 11 al 15 de enero del año en curso, llegaron a cerca de 5 mil millones. La fórmula de ampliación de la banda cambiaria adoptada el día 13 duró menos de dos días y dejó al ministro Malan con dificultades para explicar a las autoridades de Washington el desastre que siguió. El intento de obtener un anticipo de recursos del FMI, para hacer frente a la crisis cambiaria, no tuvo éxito. Las voces de la "razón" Luego del entierro del real fuerte y de la renuncia de su demiurgo, comenzaron, finalmente, a oírse las voces de la "razón" en la prensa nacional e internacional, inclusive de columnistas que apoyan sistemáticamente la política del gobierno. "Para evitar esta semana (crítica), el gobierno hizo dos embates. Elevó el déficit público del 4 al 8% del PIB. También para evitar esta semana el gobierno amarró con el FMI. Quedó peor y más débil de lo que estaba y terminó cediendo a las presiones para modificar el cambio en una hora de crisis. (...) El gobierno creyó que el Fondo y los países del G-7 estarían dispuestos a mantener su apoyo incondicional a Brasil -aceptar todo el paquete de ayuda externa como parte de las reservas e ignorar el límite inferior estipulado en el programa. La crisis brasileña, afectará de tal modo la economía mundial, que no habrá otra posibilidad que no sea pagar el precio: algunos mil millones, para preservar billones". (Míriam Leitao, O Globo, 16/17.01.99). La prensa internacional, después de anunciar desde octubre pasado que Brasil era "la bola de turno", reconoce la muerte oficial del real. El Financial Times del 18 de enero proclama: "Desgraciadamente, el programa acordado el año pasado con el FMI no restauró la confianza necesaria. Las dificultades domésticas del gobierno tornaron inevitable el fracaso. Ahora, con la confianza en el gobierno y su autoridad política debilitada, el desastre puede manifestarse: colapso de la moneda; tasas de interés disparadas; explosión de los déficit fiscales; deudas impagas; monetarización y, finalmente, el regreso de la alta inflación. Casi todo lo que el Plan Real obtuvo cayó. Esto no se necesita y no debe ocurrir. Pero, para eliminar la amenaza, Brasil tiene que actuar. El ajuste fiscal, excluyendo el pago de intereses, (enigma mío) requiere ser mayor y más rápido de lo que se planeaba y es preciso encontrar una ancla monetaria alternativa. O el país pasa a emplear un currency board (...) o deben ser entregadas al Banco Central la habilidad y la obligación de lograr una meta relativa a la inflación". La nota del FMI, firmada por Michel Camdessus, se limita a reiterar los compromisos asumidos por Brasil: "Doy la bienvenida, en particular, a la confirmación de que la política monetaria estará orientada a preservar la baja inflación, el objetivo primordial del real. (...) También felicito la reafirmación de la consolidación fiscal, como la prioridad principal del gobierno brasileño, junto con medidas estructurales y privatización, que son parte del programa acordado con el Fondo". Léase: apresúrense con el alza de impuestos y con los 25,7 mil millones de reales de la privatización, comenzando por los 15 mil millones prometidos hasta el fin del segundo trimestre. El espejismo del ajuste fiscal En realidad, el equipo económico perdió varias oportunidades de devaluación controlada, como algunos economistas de tendencias diversas recomendaron. Abril de 1998 fue, sin duda, una de ellas por el lado de las reservas. En mayo, el propio mercado intentó forzar la devaluación negándose a aceptar títulos prefijados y desde allí la deuda está indexada a los intereses y al dólar. Por esta razón ambos tienen que subir igualmente, al contrario de la opinión difundida de que la devaluación abrirá espacio para una rebaja continua de los intereses. La gravedad del desequilibrio patrimonial y financiero de la Unión puede ser evaluada por las siguientes estimaciones: con la devaluación del 42% en el cierre del 21 de enero, el valor en reales de los pasivos externos de la Unión subió a más de 60 mil millones, incluidos en él la deuda externa líquida, los títulos cambiarios y la posición vendida del Banco Central en el mercado de cambio futuro. El servicio de la deuda pública externa, estimado en 6.8 mil millones de dólares, corresponde ahora a casi 10 mil millones de reales. Suponiendo una tasa de interés de 33% -equivalente al promedio de los nuevos trechos fijados por el Banco Central- el costo de rodaje de la deuda interna mobiliaria en el mercado alcanzará, en un año, más de 80 mil millones de reales. Como se ve, el ajuste fiscal sigue siendo un espejismo cada vez más lejano. El déficit nominal que estaba en 8% del PIB ya sobrepasó el 10% en apenas dos semanas. La caída del PIB, que estaba prevista por los analistas internacionales de entre 2% y 4% es ahora de tamaño imprevisible. Nadie se arriesga aún a calcular el aumento del desempleo que resultará de la recesión, para no hablar de quiebra de bancos y empresas, crecientemente sin condiciones de renovar sus créditos en dólares y en reales. Las reservas bancarias en dólares se están deslizando, la fuga de capitales continúa, luego de la libre fluctuación, con un promedio de 340 millones de dólares por día. El alza de la banda de interés no estabiliza los mercados futuros, apenas agrava las expectativas inflacionarias y de moratoria generalizada. En verdad, estamos cediendo, una vez más, a las "pirañas" nacionales e internacionales, e invitándolos a ganar, en cantidad y tiempo, en el arbitraje de tres terrenos minados, los mercados futuros de intereses, el cambio y la bolsa de valores. Mientras aprovechan de las fluctuaciones diarias para la realización de lucros especulativos, esperan ganar más aliento con la carnada fresca, la más apetitosa de las cuales parece ser la rápida privatización de Petrobrás (estatal petrolera), a través de su desmantelamiento para facilitar la venta. Tan sólo falta adoptar la dolarización de la deuda interna, siguiendo los consejos del Dr Carvallo, el autor de los Bonex (títulos de la deuda argentina en dólares) y del currency board argentino, provocando una estafa peor que la del gobierno Collor. Ahí, diríamos adiós a cualquier hipótesis de desarrollo y Estado nacional. Moratoria soberana La moratoria técnica está en el horizonte a corto plazo, en la medida en que nos aproximamos del límite de los 20 mil millones de dólares de reservas acordado con el FMI. Antes que el FED (Banco Central de los Estados Unidos) pase a administrar directamente nuestras reservas, para impedir la devaluación de los activos de los grandes bancos internacionales, deberíamos proclamar nuestra moratoria soberana y reasumir el control de los destinos del país a través de la renegociación directa de la deuda. Esta fue la advertencia que recibimos del ex-ministro Celso Furtado, quien, desde la semana pasada, está intentando romper el bloqueo de la gran prensa brasileña, que finalmente fue roto por la Folha el jueves 21 de enero. Endoso la opinión del ilustre hombre público y maestro de varias generaciones. Para la salvación de nuestro destino como Nación es necesario presionar por una moratoria soberana y denunciar firmemente el acuerdo vergonzoso con el FMI que una abrumante mayoría de los senadores de la República aprobó, sin leer, cuando se apagaron las luces de 1998. *María da Conceicao Tavares es economista, diputada federal por el Partido de los Trabajadores (PT)
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