Entrevista a Fabricio Arnella

Movimiento popular retoma espacios de encuentro y movilización

17/12/2013
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Fabricio Arnella, Secretario Nacional de la Juventud Comunista Paraguaya, miembro de la "Articulación Curuguaty".

"la necesidad de la unidad y la movilización articulada (...) adquiere un carácter estratégico y vital de supervivencia para los sectores populares"

PP:¿Cómo define el proceso abierto en el Paraguay a partir del golpe de estado contra el pueblo paraguayo el 22 de Junio de 2012?

 FA: En opinión nuestra, el proceso golpista tuvo tres momentos: 
 
1.La masacre de curuguaty, del 15 de junio del 2012 donde murieron 11 compañeros ocupantes de las tierras públicas de Marina Kue.
 
2. El golpe de estado parlamentario maquillado como juicio político el 22 de junio del 2012. La masacre de Curuguaty, es utilizada por los poderes fácticos e institucionales para generar un estado de shock favorable al golpe de estado. 
 
3. Las fraudulentas elecciones del 21 de abril del 2013 que "cierran" el periodo golpista con la victoria del narcoempresario Horacio Cartes.
 
Horacio Cartes es uno de los actores centrales de la masacre y el golpe de Estado, financió y articuló este proceso de restauración conservadora. Su gobierno, es la continuidad del proceso golpista y encabeza un proyecto de construcción del país como un enclave al servicio de los intereses de los países imperialistas -encabezados por los EEUU- con un carácter claramente neoliberal y terrorista.
 
PP: ¿Como ve la injerencia del Imperialismo en Paraguay y en la región?
 
FA: Paraguay, como país capitalista atrasado y mediterráneo es altamente dependiente de los dos gigantes regionales: Brasil y Argentina. En gran medida, la economía paraguaya se mueve en función a los intereses de empresas trasnacionales del agronegocio brasileras y norteamericanas y a los intereses de la oligarquía industrial paulista. Hace varios años, pero con más fuerza desde el gobierno de Nicanor Duarte la USAID viene desarrollando actividades de monitoreo, espionaje e intervención directa en instituciones del Estado Paraguayo y comunidades campesinas. Paraguay ha firmado con los EEUU programas de cooperación como el Plan Umbral I y II o Iniciativa Zona Norte (IZN). Este año la USAID ha renovado su "compromiso" con Paraguay con un macro proyecto de 55 millones de dólares que serán administrados por ONG's cercanas al gobierno actual.  El 4 de octubre pasado, el ministro del interior de Cartes reconoció que están en "conversaciones de alto nivel" con los EEUU para la incursión de tropas militares yankees en el norte del país.  
 
PP: - ¿En qué situación se encuentran hoy los sectores populares en Paraguay?  Ante las nuevas agresiones contra el pueblo paraguayo, como la profundización de las políticas neoliberales del gobierno de Cartes ¿Cuáles considera son las tareas a realizar para el campo popular?
 
FA: Las últimas dos preguntas van conectadas estrechamente:
 
La fragmentación y debilidad que arrastra el movimiento popular paraguayo, liderado por el movimiento campesino es aún notable y grave. El movimiento sindical partido en 8 centrales sindicales, algunas casi inexistentes, va dando signos de recuperación de las movilizaciones como camino de resistencia. El movimiento estudiantil viene recuperándose de una derrota y construyendo una herramienta amplia de todas las expresiones democráticas del movimiento universitario y últimamente, un espacio de articulación también con el movimiento secundario -en reflujo-. 
 
La avanzada neoliberal tardía en Paraguay de la mano de Cartes, sumada a la ola represiva y terrorista de los últimos meses ha empujado al movimiento popular a retomar espacios de encuentro y movilización. Los más diversos sectores sociales, articulados o no entre sí, se han movilizado: taxistas, beneficiarios de programas sociales, docentes, clase media, niños trabajadores, trabajadores del estado, campesinos, estudiantes secundarios y universitarios, artistas, paraguayos migrantes en el exterior, etc, con diversos métodos: ocupaciones de tierras, cortes de rutas, marchas, escraches, caravanas, asambleas, acciones directas y otros. 
 
El desafío del movimiento popular en primera instancia es construir un consenso básico en la lectura del proyecto neoliberal terrorista en curso. Un proyecto que pretende pasar de 3 a 6 millones de has de tierra cultivadas con soja y según palabras del propio ministro de agricultura despoblar las zonas rurales para permitir el avance del agronegocio. Si no comprendemos bien esto, no nos vamos a dar cuenta de que el proyecto de Cartes y los vendepatrias que lo acompañan es de exterminio del campesinado como clase por lo tanto, la necesidad de la unidad y la movilización articulada para generar una crisis y en consecuencia un freno a este proceso adquiere un carácter estratégico y vital de supervivencia para los sectores populares, la mayoría de los hombres y mujeres. 
 
Si no comprendemos esto, y no actuamos en relación a la dimensión del desafío que se nos presenta, se nos vienen años de duro neoliberalismo y terrorismo de estado, mucho exilio económico que puede llevarnos a un profundo estallido como el que vivió la argentina en el 2001.
 
Las posibilidades son varias y ningún capítulo está cerrado, en este sentido es importante que los pueblos y gobiernos de la región comprendan también esta compleja situación y los riesgos que implican directamente para sus propios procesos de liberación, considerando el carácter geoestratégico de Paraguay. Lo más probable es que Paraguay negocie bien su retorno al MERCOSUR y UNASUR, que al mismo tiempo coquetee con la Alianza del Pacífico y funcione como un perro de los EEUU en los organismos multilaterales ya mencionados y también en la OEA y CELAC. 
 
 
Propaladora Popular
 
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