La gazapera de las élites
09/12/2013
- Opinión
Juan Manuel Santos, a partir del mismo día de su posesión como presidente de los colombianos consolida el vetusto régimen político bipartidista a través del acuerdo de la Unidad Nacional. Se constituyó desde allí una gran coalición del viejo bipartidismo frentenacionalista (Liberal-Conservador) con los partidos de armadura uribista nacidos del mismo tronco paritario (Partido Social de Unidad Nacional, Partido Cambio Radical, Partido de Integración Nacional).
Recordemos que la Unidad Nacional, que hoy está en crisis por el tema de la construcción de paz, es la estrategia que las élites políticas del viejo bipartidismo han formado en los albores del siglo XXI como pactos consociacionales para perpetuar su dominación a través de la historia. Uribe y Santos se identifican plenamente en la defensa de la superioridad del mercado sobre el Estado, que es la esencia del modelo neoliberal, pero se diferencian diametralmente en temas de políticas sociales y en la propuesta de pacificación del país.
El presidente candidato Juan Manuel Santos, se ha dedicado en buscar la consolidación del proceso de paz, a visitar cada una de las convenciones políticas de los Partidos y Movimientos Políticos afines a la llamada Unidad Nacional en el marco de una campaña electoral novedosa, pues la frontera entre el Presidente Mandatario y el Presidente Candidato se ha perdido completamente pese a las absurdas consideraciones de garantías electorales del Procurador que no precisa cuál es la frontera entre la gestión de un Gobierno en el marco de lo administrativo misional, y las prohibiciones de un funcionario público que pretende relegirse en el cargo.
Tanto en la convención del Partido de la U como en la del Partido Liberal, el Presidente Candidato ha recibido el respaldo unánime a su pretensión de continuar el esquema de la unidad nacional como forma de gobernabilidad y de la continuidad de la misma como el soporte político fundamental del Gobierno, para sacar adelante el actual proceso de conversaciones que se desarrolla en La Habana.
La construcción de paz es quizás el único de los aspectos que merece una continuidad de los propósitos del actual gobierno. En ese sentido, las fuerzas de tercería democráticas y de izquierda deberían convocar un gran encuentro nacional a fin de establecer compromisos con la unidad de todos los sectores políticos y sociales en función de fortalecer la defensa de la salida negociada al conflicto político armado. Es un tema en el cual debemos coincidir con el gobierno y con los propósitos de la mayoría de los partidos y movimientos que conforman la Unidad Nacional que se identifican con la paz negociada.
Es evidente que la campaña electoral no estará sólo marcada por los buenos deseos de continuar los esfuerzos por la paz en Colombia. Son serias las amenazas que se insinúan contra el proceso de paz debido a la crisis al interior mismo de la Unidad Nacional. No sólo desde el Uribismo, declarado enemigo de las conversaciones en La Habana y de una posibilidad de superar el conflicto político armado mediante la negociación, sino también, desde el sector más atrasado del Partido Conservador en cabeza del Pastranismo se pretenden reventar la coalición de gobierno en un intento por atentar políticamente contra el proceso de paz. Esta realidad hace necesario un detallado análisis del Ejecutivo nacional sobre la mejor estrategia para defender los esfuerzos de paz en un futuro cercano por fuera de la coalición de gobierno.
De otro lado, la clase política y algunos de los principales funcionarios del Estado a nivel nacional se encuentran en una mutua gazapera que también altera el clima favorable a la paz. Los desobligantes trinos y las declaraciones insultantes entre exjefes de Estado, sumado al enfrentamiento entre la Contralora y el Fiscal General de la Nación, crean un buen ambiente de plaza de mercado, contrario a lo que debe ser el debate público y el trámite de las diferencias y los conflictos en el marco de una democracia.
El expresidente Andrés Pastrana, recientemente volvió a atizar la controversia que sostiene con los expresidentes liberales César Gaviria y Ernesto Samper desde que revivió la polémica del proceso 8.000 con la publicación de su libro Memorias olvidadas. Lo anterior puede ser visto como un intento de Pastrana por insertarse en el debate electoral actual a partir de rememorar el nefasto pasado del proceso ocho mil. Pastrana, utiliza esa vieja controversia política, por los demás, ya en buena parte dirimida en los tribunales de justicia como una forma de desviar el debate acerca de la necesidad del respaldo al proceso de paz al interior de la Unidad Nacional, y tratar de reventar, de esta manera, lo que sería la mesa de coordinación nacional de la campaña de reelección del Presidente-Candidato.
Pastrana dijo en su cuenta de Twitter, al ironizar sobre la frase con la que Samper negó en 1995 haber tenido conocimiento del ingreso de dineros del cartel de Cali a su campaña. “Reto al expresidente Gaviria a que demuestre que seis meses de grabaciones de sus subalternos fueron a sus espaldas”. Esta respuesta se produjo luego que Horacio Serpa lo describiera como “El peor Presidente de la historia de Colombia”. A lo que Pastrana respondió en Twitter que “El de Serpa y Samper ha sido el mejor narcogobierno de la historia de Colombia”.
En medio de ese ambiente hostil que se estila en la confrontación de las élites bipartidistas y de altos funcionarios del Estado, es preciso levantar las banderas en la defensa del proceso de conversaciones de paz y del trámite pacifico en la solución de todo tipo de conflictos. Es pertinente hacer un llamado de atención para que la campaña electoral, no esté enmarcada por esos pobres espectáculos de confrontación no ideológica ni programática; de duras expresiones producto de los viejos odios interpartidista que tanto daño y violencia le causaron a la nación en pretéritas épocas. Gazaperas de galería que lo que hacen es crear un ambiente bastante perjudicial en contra del dialogo civilizado y de la construcción de paz en Colombia.
Héctor Alonso Moreno
Profesor asociado – Universidad del Valle
Fuente: Semanario Virtual Caja de Herramientas Nº 380
Semana del 6 al 12 de diciembre
Corporación Viva la Ciudadanía
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