Cerraron las campañas para las elecciones municipales

A dos días del 8-D, pero con la mira puesta en el 2014

05/12/2013
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Como si fuera el cierre simbólico de un año cargado de novedades políticas, el próximo 8 de diciembre más de 19 millones de venezolanas y venezolanos definirán alcaldías y al mismo tiempo influirán en los tiempos políticos por venir.
 
Un año de batallas
 
"Unidad, lucha, batalla y victoria" son las palabras que identifican los últimos discursos de Chávez. Hace casi un año, el comandante se despedía de su pueblo y ante cualquier eventualidad que pudiera suceder en la operación, nombraba a cargo a Nicolás Maduro, para quien pidió el apoyo popular. "Yo se los pido desde mi corazón", dijo en ese momento.
 
Se abría así un período convulsionado, que tuvo su momento más triste el 5 de marzo de este año, con la muerte del Comandante y a los pocos días una elección presidencial -la del 14 de abril-, en la que Maduro fue electo por menor diferencia a la esperada.
 
Desde allí la coalición de partidos de derecha, abiertamente alineada con los intereses de los EE.UU., impulsó una agresiva política en diferentes planos. Primero lanzando a la gente a la calle a desconocer las instituciones del Estado y a atacar sitios considerados chavistas, como los centros de salud "Barrio Adentro", las Misiones Alimentación y los locales del Partido Socialista. Esto terminó con 11 personas asesinadas, todas provenientes de sectores chavistas, entre ellos un niño y una niña. Luego, al fracasar el plan político, comenzó la guerra económica, desarrollada hasta ahora. A lo que hay que sumar el permanente trabajo de sectores ultraderechistas -no sólo venezolanos- articulados a la CIA y a sus otras "fuerzas especiales", como los paramilitares colombianos detenidos en agosto de este año a pocos kilómetros de Caracas, con el plan de asesinar a Maduro.
 
Un año después de aquella despedida de Chávez, el 8 de diciembre será escenario de una batalla electoral, otra más para la Revolución Bolivariana. En este caso, la disputa será por el gobierno de los 335 municipios del país. Se elegirán ese número de alcaldes, además de dos alcaldías metropolitanas: la Alcaldía Mayor de caracas y el Distrito de Alto Apure (sur). También se votarán por 2.435 concejales y 20 integrantes de los Cabildos Metropolitano de Caracas y del Alto Apure.
 
Construyendo democracia
 
Como desmintiendo la propaganda alimentada durante años por los medios comerciales de América y Europa, que utilizan palabras que remiten a un gobierno dictatorial, esta elección será la número 19 desde la que fue electo presidente Hugo Chávez Frías, comenzando un proceso de cambios profundos.
 
Con todo, no son sin embargo este tipo de elecciones lo novedoso que se está construyendo en materia de democracia. La Revolución Bolivariana aspira a superar la noción de democracia como el momento en que un ciudadano una ciudadana deposita el voto cada un determinado número de años.
 
La nueva Constitución -impulsada por Chávez desde su primera campaña electoral y aprobada en referéndum por más del 70% de la población una vez en el gobierno- establece que Venezuela se organiza a partir de una democracia participativa y protagónica, donde el pueblo tenga el verdadero ejercicio del poder. Más tarde esto fue complementado con las leyes del poder popular, que plantean la construcción del Estado comunal, con fuerte base en la democracia directa.
 
Con este fin, en prácticamente todas las poblaciones urbanas y rurales el pueblo se organiza a través de consejos comunales, que comienzan a agruparse en comunas, luego en ciudades comunales y así sucesivamente ir articulando un sistema de instituciones surgido de las comunidades.
Actualmente, unas 1500 comunas se encuentran en proceso de organización. Y hace pocos días el ministerio de Comunas y Movimientos Sociales informó oficialmente que se alcanzó y se superó el número de 450 comunas registradas, es decir, con sus cartas fundacionales aprobada en respectivos referéndum comunales. Esta era la meta planteada por el plan de la Patria, la plataforma electoral elaborada por Chávez y aprobada en dos elecciones: octubre de 2012 y abril de 2013.
 
La construcción de esta verdadera democracia no está directamente en juego en estas próximas elecciones, sino que se mueve al ritmo del propio pueblo en su actividad cotidiana. De todas maneras, en una paradoja, el peso -simbólico y real- que aún ejercen las instancias propias de la democracia representativa tendrá efectos sobre el futuro inmediato.
 
De plebiscito cuasi revocatorio a un escenario con muchas posibilidades
 
A medida que se fue acercando la fecha de las elecciones, la derecha aceleró sus planes y se desató en el país una espiral inflacionaria.
 
Las grandes cadenas de distribución de productos, que importaban bienes al dólar oficial, se referenciaban en el valor del dólar paralelo para fijar sus precios. Y como el dólar paralelo era convenientemente manejado también por los empresarios, los precios comenzaron a subir hasta llegar a límites intolerables.
 
Hace un mes, el gobierno de Nicolás Maduro anunció que se le ponía fin a ese proceso de acaparamiento e inflación y comenzaron inspecciones masivas a los establecimientos. En casi todos ellos se constataron irregularidades y delitos. Los precios tornaron a la baja, llegando en algunos casos a importantes "descuentos": por ejemplo un electrodoméstico que se ofrecía a 50 mil bolívares de repente pasó a venderse a un precio justo de menos de 10 mil.
 
Esta contraofensiva de la Revolución fue muy bien recibida por la población, lo que también alteró las expectativas electorales. En primer lugar, alejó el fantasma de una catástrofe: es un hecho que el chavismo ganará la mayoría de las alcaldías. En segundo lugar, posicionó a candidatos de la Revolución en condiciones de dar importantes batacazos. Por ejemplo, en Maracaibo, históricamente gobernada por la derecha, y donde Miguel Ángel Pérez Pirela podría derrotar a Eveling Trejo, la actual alcalde derechista, que va por su reelección.
 
Por otro lado, a pesar del repunte, aún se encuentran en riesgo las alcaldías de Valencia y Barquisimeto, ciudades hasta el momento gobernadas por alcaldes chavistas pero donde hasta hace pocas semanas los pronósticos indicaban que arrasaba la derecha. Hoy ambas plazas concentran el interés de que puede pasar cualquier cosa.
 
Donde también se aguardan los resultados con expectativa es en el propio Distrito Capital, que albergará simultáneamente a seis elecciones. Sucede que Caracas está formado por 5 municipios. Cada uno de ellos elige un alcalde y todos, de conjunto, a un alcalde mayor, que articulará políticas globales para el área metropolitana.
 
El municipio Libertador, que es el más populoso, es gobernado por el chavismo desde hace más de una década. Allí seguramente Jorge Rodríguez será reelecto con amplitud. Las otras cuatro alcaldías están conducidas por la derecha, al igual que la Alcaldía Mayor, en manos de Antonio Ledezma.
Ledezma, vinculado a varios asesinatos durante el golpe de Estado de abril de 2002, a través de la extinta Policía Metropolitana, quiere repetir en el cargo y competirá con Ernesto Villegas, en una elección que promete ser bastante cerrada.
 
Además, algunos analistas especulan con que el chavismo estaría haciendo una buena elección en algunos de los otros cuatro municipios, especialmente Sucre y Baruta, lo que sería un verdadero batacazo.
 
Un parámetro para lo que viene
 
Al compás de los resultados que se obtengan por aquí y por allí, lo importante va a ser determinar un ganador global de la contienda, planteada en su momento por la derecha casi como un "plebiscito" sobre el gobierno de Maduro.
 
Si los sectores que adversan la revolución alcanzan un resultado como el que esperaban hasta hace un mes, inmediatamente se orquestará una campaña de desestabilización aún más fuerte, sobre todo en el plano económico y mediático articulado a algunas acciones callejeras.
 
Si el resultado global favorece a la Revolución, Nicolás Maduro saldrá de este convulsionado año político con un acumulado importante en términos de legitimidad, lo que permitirá avanzar decididamente contra la corrupción y por la profundización del socialismo del siglo XXI.
 
El próximo domingo, en el día de la Lealtad, el pueblo tendrá una vez más la palabra.
 
 
 
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