La segunda masacre del perejil

01/12/2013
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En los tiempos del chivo Rafael Leonidas Trujillo, en la década del treinta del siglo pasado, en el seno de los terratenientes, la burguesía financiera y el alto gobierno de aquel dictador se planifico una masacre con signos racista y xenofóbicos contra los haitianos que vivían en los bateyes fronterizos de República Dominicana conocida como la masacre del perejil, sobre la cual había comentado en mil último libro Afrodescendientes en América Latina y el Caribe.
 
Las causas que sustentaron esa masacre, entre otras, eran que los haitianos les estaban quitando el trabajo a los dominicanos, que los haitianos les estaban quitando tierras al territorio dominicano a nivel fronterizo. Por otro lado; los cuerpos de seguridad del tirano Trujillo, también conocido como EL CHIVO, argumentaban que los enemigos del régimen del dictador estaban escondidos en la frontera con Haití desde donde planificaban una invasión. Para procederá la masacre del 2 octubre de 1937 los esbirros se inventaron para saber quién era o no haitiano la palabra perejil; así, el que no pronunciara la R era haitiano; ya que los de creole haitiano decían pegjil: El que pronunciara pegjil era haitiano e inmediatamente era acuchillado, o le caían a machetazo o hachazo y al que intentaba fugarse le disparaban a quemarropa. El saldo como ya quedó registrado en la historia de la infamia fueron más de 30 mil haitianos o descendientes de haitiano asesinados:
 
Entre el “pegjil” y la desnacionalización haitiana
 
Pero mas allá de la palabra perejil pronunciada como pegjil en la lengua digna del Caribe como es el creole haitiano, se trataba en el fondo de una aberración xenofóbica contra los dominicanos descendientes de haitianos. Hoy a setenta y seis años (1937-2013) de la masacre del perejil viene a la memoria de que muchos de los treinta mil asesinados eran dominicanos descendientes haitianos y por lo tanto había que acabarlos… todo lo que oliera a Haití había que exterminarlo.  Recientemente se abrió una polémica en República Dominicana debido a un fallo xenofóbico y violador de todo derecho humano dictado por el Tribunal Constitucional de la República que niega la nacionalización a los hijos de inmigrantes que habitan sin autorización legal en República Dominicana”.
 
Este fallo jurídico del gobierno dominicano ha traído un rechazo internacional de los países que abrazan los derechos humanos del planeta. En primer lugar el Movimiento Social Afrovenezolano emitió un comunicado rechazando esta aberración criminal contra los descendientes de haitiano en dicho país. Luego la Articulación Regional Afrodescendientes de las Américas haría lo mismo a nivel de todo el continente. Recientemente, como movimiento social, pedimos al gobierno de Nicolás Maduro, suspender de los acuerdos de PetroCaribe a República Dominicana ante esa actitud xenofóbica. La Oficina de enlace con comunidades migrantes del Ministerio de Cultura en un acto público en solidaridad con Haití también condenó este hecho por moral y jurídicamente improcedente.
 
Caricom: una actitud digna
 
El presidente de Saint Vicent y las Granadinas Ralph Gonzalez inició una cruzada para condenar esta posición jurídica de República Dominicana contra los descendientes haitianos en dicho país. En la reciente reunión de Caricom, en el transcurso de esta semana, Gonzalez expresó que esa decisión no se puede aceptar y no se puede seguir como si nada pasara. La presidenta del Caricom (Comunidad del Caribe) Kamla Persad de plano rechazó la incorporación de República Dominicana al Caricom y además evaluarán los proyectos bilaterales que estos 15 países llevan con República Dominicana. “Llamamos a la comunidad internacional para presionar al gobierno dominicano a que adopte medidas urgentes para que esa medida del tribunal no se aplique y al mismo tiempo se garanticen los plenos derechos de ciudadanía de las personas de ascendencia haitiana nacidos en República Dominicana”.(1)
 
Hace setenta y seis años ese crimen pasó desapercibido en silencio cómplice de Estados Unidos y la comunidad internacional. El presidente haitiano de aquel entonces, Stenio Vincent, aceptó como indemnización medio millón de dólares por los 30 mil haitianos asesinados, dinero que se lo repartió entre sus burócratas. Pero esta vez, el presidente haitiano Michel Martelly expresó abiertamente su desagrado ante esa medida, expresando que no se quieren reunir con el gobierno dominicano con esa muestra de mala fe. Pero por otro lado los movimientos sociales y los gobierno progresistas al lado de Caricom debe asumir una posición crítica y condenatoria a esta aberración que pudiera tomar caminos peligrosos como hace 76 años.
 
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