Historias de mujeres afrodescendientes del Cono Sur

18/11/2013
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Creo en el valor del testimonio.
 
Y creo fundamentalmente en el valor del testimonio de las y los protagonistas de las historias de vida.
 
Me seduce particularmente el poder de la palabra escrita y hablada.
 
Esa primera persona que se alegra, ríe o llora...me resulta fascinante.
 
Quien dice tiene nombre y apellido, sale del anonimato, le podemos ubicar, se identifica.
 
Es una especie de certificación de calidad del producto, valga el ejemplo.
 
“Yo lo sufrí”. “Yo lo viví.” “Yo soy.”
 
Siempre son manifestaciones de una realidad contundente, única, poderosa, cuya dimensión descriptiva, trasciende la individualidad y se presenta con la magnitud de lo plural. De aquello que nos identifica.
 
Porque siempre habrá alguien que se sienta reflejado en una saga devenida heroica por ser narrada.
 
El libro Memoria viva: Historias de Mujeres Afrodescendientes del Cono Sur, es presentado el miércoles 20 de noviembre en la Intendencia, y resume el hoy de algunas mujeres negras que pretendemos ejercer nuestros derechos en las sociedades actuales; hegemónicas, discriminatorias y clasistas.
 
Una crueldad histórica nos hermana y reencuentra desde nuestra ancestralidad víctima de la trata esclavista, y nos ubica en países democráticos con ciertas leyes pro equidad, pero con entornos no debidamente sensibilizados.
 
Ese cúmulo de sentimientos, vivencias y sensaciones, aparecen de pronto porque la inquietud literaria de la creadora -la afro americana Danielle Brown- las despertó.
 
Esa es su genialidad y su virtud.
 
También desde lo fílmico que apoya el texto: las expresiones, los giros, los rictus, las carcajadas o sollozos, las arrugas o las pieles aterciopeladas, la vejentud, la niñez, el pudor o la rabia.
 
Ella puso en valor potencialidades que no percibíamos que poseíamos hasta que las relatamos y se materializaron en la vivificante experiencia.
 
Las normas tardan demasiado en salir del papel a la realidad, teniendo en cuenta los siglos de postergaciones y persecución a la africanía durante el miserable tráfico.
 
Las mentalidades siguen siendo intolerantes y racistas inconscientes demasiadas veces.
 
Por esa razón son tan importantes las acciones.
 
Porque a la vez que se lo decíamos a los demás nos lo decíamos a nosotras mismas. Y fue un gran hallazgo.
 
Un regalo colectivo que nos empodera como grupo vulnerado capaz de crear estrategias comunes de visibilización y búsqueda de salidas.
 
Es muy meritoria esta magnífica producción que logramos entre todas.
 
Un primer plano de cada una y un primer plano de todas juntas.
 
Es maravilloso.
 
Yo no sabía que había pasado todo lo que había pasado hasta que lo conté. Y ese descubrir y socializar es válido en sí mismo.
 
Tener un elemento fortalecedor tan nuestro y tan a mano.
 
Levantarnos y continuar por encima de las dificultades que nos plantea una sociedad con desigualdades estructurales fue el denominador común.
 
Quien cuenta, trascendió la etapa del silencio y eso de por sí es un bálsamo de esperanza, de fe en la vida, de entusiasmo.
 
Son mensajes de “pude”, “puedo”, “podemos”.
 
Entonces nada menos que gracias a todas las personas que colaboraron y a la mujerada linda involucrada felizmente en esto que es una invitación a comunicarnos, a vernos en las otras que también somos nosotras.
 
Gratitud y bendiciones de los Orixas que seguramente guiaron la inspiración de la autora.
 
Y un gran axé de mujer que es axé de energía pura.
 
- Susana Andrade - Atabaque
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