El golpe y la profundización de las políticas neoliberales

16/10/2013
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El golpe sigue asestando duro reveses a la sociedad paraguaya,  dejando secuelas que calan hondo en la cotidianeidad de la gente. Algunos creyeron ilusamente que la destitución de Fernando Lugo de la Presidencia del Paraguay, vía golpe parlamentario, sólo afectaba  a los sectores de izquierda y afines al presidente; y en consecuencia varios se sustrajeron de este hecho político manteniéndose al margen sin tomar ninguna postura al respecto (fenómeno que no  analizaremos en esta oportunidad pues requiere de un tratamiento especial).
 
Sin embargo, esa desacertada y antipatriótica decisión  tuvo sus efectos diseminados en los diferentes ámbitos,  socavando los pilares de una insipiente democracia paraguaya que circundaba  accidentadamente por un proceso en marcha. El golpe se materializó con la salida de Lugo,  pero no concluyó ahí,  pues su efecto es mucho más devastador dado que con el quiebre democrático se empezaron a perder derechos - como el acceso a la información ecuánime y veraz- y desató  la efervescencia de los intolerantes y la reaparición de los retardatarios con sus discursos “apologéticos” de mano dura.
 
 Paraguay en menos de dos meses de gobierno del Presidente Cartes, vio transcurrir  varios hechos que arrojan elementos que nos indica el segundo momento del golpe,  uno de los más importantes es la Modificación de la Ley de defensa Nacional[i] de un forma muy acelerada y da súper poderes al ejecutivo, un segundo elemento es  la aprobación  de  la Ley Participación Pública Privada[ii] que significa la privatización de forma solapada de los entes públicos; y un tercer elemento es la reivindicación del Stronismo, tanto en la campaña electoral del actual mandatario  como así también ya como presidente con el posible  nombramiento del nieto como representante ante de las ONU[iii] – (Goli Stroessner). Y por otro lado,  como caso emblemático,  la represión y el descuento salarial compulsivo a los docentes.
 
Estos elementos evidencian un escenario, que nos dice,  que  una mayoría parlamentaria vinculado con el golpe el año 2012 al gobierno de Fernando Lugo sigue asestando en contra de la democracia Paraguaya acompañado de un ejecutivo que actúa al unísono con esa lógica. En esta etapa del golpe se generan las condiciones necesarias para garantizar y apuntalar las políticas neoliberales en el país – tardío y de contramano a las tendencias en la región - y con un mensaje claro  a la sociedad, cuya idea encierra que el gobierno estará reprimiendo en caso que sectores organizados de la sociedad esté en contra de las políticas llevadas adelante.
 
La sociedad paraguaya aparentemente no está dispuesta  a resignarse, quizá la reacción no es aún contundente y orgánica, pero en menos de dos meses se dio pistas importantes para creer en una reacción de las masas trabajadoras en forma organizada. Se ha desarrollado varias movilizaciones en contra de las decisiones asumidas por el ejecutivo. Por mencionar uno de ellos, el gremio de maestros  por los descuentos hechos,  repudió y  escrachó al mandatario[iv]; además se ha conformado una Coordinadora Democrática[v] donde varias organizaciones se unieron para hacer frente a la inminente oleada de privatizaciones en el país anunciando movilizaciones importantes.
 
EL golpe sigue golpeando y aún no llegó el coletazo final, el desafío es actualmente para los sectores de izquierda, progresistas y democráticos para evitar mayores penas a la gente y  canalizar la indignación que se está generando en la población. Es momento de rectificar prácticas atávicas  que atomizan a estas fuerzas, convirtiéndolas por ende en funcionales al sistema imperante y no en una herramienta para liberar al pueblo. La unidad del campo popular es la ecuación  para hacer frente a lo que podría ser la entrega del estado y sus riquezas a multinacionales.
 
Es por ello que es el momento de entender que la sociedad  paraguaya requiere de la madurez de sus dirigentes y el acercamiento de todos estos sectores para recuperar la democracia y apuntalar un proyecto político que responda a las necesidades de las grandes mayorías excluidas y fundamentalmente evitar la reedición del libreto implementado en la década del 60 y 70 en los países de nuestra América Latina.
 
- Adilio Lezcano es Licenciado en Matemática por la Universidad Nacional de Pilar  
 
 
 
 
 
 
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