A duras penas anunciaron acuerdo para reabrir el gobierno
En EE UU pusieron un parche que sólo durará hasta enero
16/10/2013
- Opinión
La marcha de Estados Unidos hacia la bancarrota se tomó un breve respiro. En el Senado se anunció ayer un acuerdo de los dos partidos para reabrir el gobierno federal y aumentar el endeudamiento. El alivio durará poco.
El que presume de ser el principal país del mundo se quedó sin presupuesto federal aprobado por el Capitolio para su año fiscal 2014, comenzado el 1 de octubre.
El desacuerdo básico entre los dos grandes partidos, prácticamente los únicos con representación parlamentaria y política, giró en torno a un “toma y daca” que en esta oportunidad no había cuajado. Las bancadas republicanas en la Cámara de Representantes, que dominan, y en el Senado, donde son minoría, chantajearon al partido demócrata de Barack Obama. Le dijeron que sólo le votarían la ley de presupuesto si suspendía por dos años la entrada en vigencia de la reforma de salud conocida como “Obamacare”.
La ley respectiva, una promesa de campaña del afroamericano, fue votada en 2010 pero sucesivas trabas legales recién fueron levantadas el año pasado por la Corte Suprema de Justicia. Como en las legislativas de 2010 los republicanos tuvieron buenos resultados, sobre todo en la Cámara de Representantes, sus engrosados bloques elevaron el tono de sus demandas frente a un presidente que, ya reelecto en 2011, empezaba a recorrer el camino de despedida de la Casa Blanca.
Para colmo, en esa renovación parlamentaria ganaron más espacio las voces más intolerantes del partido republicano, sobre todo su segmento derechista conocido como “Tea Party”. Su plataforma se basa en pagar los menos impuestos posibles al Estado y dejar las manos más libres a las fuerzas del mercado. Cualquier coincidencia con los planteos de las dictaduras pinochetista y videlista del pasado, de los Chicago boy´s y de los gobiernos neoliberales posteriores no es pura coincidencia.
El “Tea Party” cuenta con 60 o 70 representantes y un importante poder de lobby en la agrupación y el Capitolio. Le marca la agenda al titular de la Cámara de Representantes, John Boehner, que tuvo que retirar varios proyectos de negociación con los demócratas en estas últimas semanas, donde había hecho algunas concesiones menores positivas, porque lo desautorizaban.
Pistola en la cabeza
Esa facción extremista de la oposición quiso extorsionar al presidente: le votarían el presupuesto si él postergaba dos años la entrada en vigencia de su ley de salud. Obama se negó. Siguió auspiciando la negociación en el Senado, entre el líder de la mayoría demócrata Harry Reid y su colega de la minoría republicana, el senador Mitch McConnell.
En esos diálogos hubo momentos de mayor acercamiento, aunque hasta ayer no se había podido anunciar un acuerdo. La razón la explicó el ocupante de la Casa Blanca, cuando dijo que se podía negociar de todo, menos con “un arma en la cabeza”. Los pistoleros, republicanos, no se ofendieron por esa crítica pues son los mayores socios de la Asociación Nacional del Rifle y los que braman cada vez que el actual mandatario quiere introducir alguna limitación a la venta libre de armas de guerra, luego de las recurrentes matanzas.
La extorsión pinta a los republicanos de cuerpo entero. Se negaban a que los 48 millones de estadounidenses que no tenían cobertura de salud, actualmente 50.2 millones por el agravamiento de la crisis económica y social, pudieran acceder a esa cobertura con la ley de Obama. Secundariamente, para completar su jaque mate, esa oposición impide la aprobación de leyes con los impuestos a determinados equipos médicos, con lo que se financiará “Obamacare”.
Lo suyo es de una maldad absoluta, también reveladora de que ese partido no tiene demasiado interés en el voto de los sectores más empobrecidos y capas medias bajas que. Según The New York Times, los republicanos son responsables de dejar sin cobertura a dos tercios de la población pobre, principalmente a personas negras y madres solteras, y a más de la mitad de los trabajadores de bajos ingresos de la nación que no tienen seguro médico. “Esto sucede porque son personas que viven en 26 estados —gobernados por republicanos— que han decidido rechazar la expansión del programa Medicaid. A principios de este año, la Corte Suprema de EE.UU. permitió a los estados la decisión de no implementar la ampliación de la prestación Medicaid. Actualmente existen casi siete millones de estadounidenses que no son considerados aptos para acceder a esa cobertura gratuita: ganan más de lo establecido para recibir esa asistencia, pero no lo suficiente como para poder adquirir un plan en el nuevo mercado de seguros de salud”, aseguró ese diario alineado con los demócratas.
Economía “en rojo”
La falta de presupuesto 2014 hizo que la cuerda se cortara por lo más delgado: 800.000 empleados del gobierno federal fueron licenciados. Se buscó que los dependientes de la secretaría de Defensa (Pentágono) fueran los menos perjudicados. Y directamente los soldados que las fuerzas armadas estadounidenses tienen desparramados por todo el mundo no debían preocuparse. Sus salarios se pagarían en tiempo y forma.
Pero lo cierto es que el gobierno federal se quedó sin presupuesto, aunque con 30.000 millones de dólares de efectivo como para “tirar unos días” o semanas.
Christine Lagarde, directora-gerente del FMI, lo advirtió en una conferencia de la Universidad George Washington: “el cierre parcial de la administración es suficientemente malo, pero el fracaso en elevar el techo de deuda sería mucho peor y podría dañar seriamente no solo la economía estadounidense si no toda la economía global”. Se refería a que el 17 de octubre vencía el plazo legal para aumentar el tope de endeudamiento de EE UU, fijado en 16, 7 billones de dólares. Se trata de una cifra monstruosa. La deuda equivale al 107 por ciento del PBI, cuando las reglas de otros países, como los europeos, también desbordados, prevén una relación muy inferior.
Si la falta de ley de presupuesto fue algo excepcional, que registra un antecedente en la administración Clinton en 1995, en cambio la urgencia por elevar el tope de endeudamiento del gobierno federal viene siendo una constante en los últimos años. Hubo que correr ese límite más de una docena de veces. ¡Y pensar que el Tesoro, Wall Street, el FMI y el Banco Mundial, bajo predominio estadounidense, pontifican sobre las bondades de las cuentas en orden, una economía sana y el cumplimiento de las leyes!
El Tesoro dirigido por Jacob Lew debía abonar a los pensionados y demás beneficiarios de la seguridad social, los soldados y veteranos, y a los titulares de bonos de la deuda estadounidense. Y no tenía con qué.
El parche y los chinos
Sobre el filo del default, que se iba a producir hoy, los senadores Reid y McConnell informaron que habían llegado a un acuerdo sobre los dos tópicos conflictivos. El Senado va a votar una resolución autorizando la reapertura de todas las dependencias del gobierno federal hasta el 15 de enero de 2014 y extendiendo el mayor endeudamiento hasta el 7 de febrero.
Obama recibió con alivio la noticia, cuando faltaban sólo once horas para el vencimiento del plazo fatal del default e incluso en su administración habían especulado con emplear un recurso extremo llamado “opción nuclear”, por la que –en circunstancias tan excepcionales como la aludida- se puede llegar a votaciones con mayoría simple en vez de las calificadas en estos temas tan delicados.
Si finalmente el Senado vota este arreglo y siempre y cuando la Cámara de Representantes también le de el visto bueno, se podrá decir que la alocada carrera hacia la bancarrota estadounidense se frenó a metros del abismo.
Pero ni republicanos ni demócratas podrán presumir de haber alcanzado una solución duradera. Antes de fin de año estarán nuevamente sobre las armas, disparándose a matar.
El mundo no se recupera del susto de lo que pudo haber pasado si EE UU entraba en default e incumplía sus pagos nacionales e internacionales, con la caída de sus títulos y del dólar, afectando al comercio y la economía mundial.
Cuando todavía no había llegado la novedad del parche, desde Beijing vino un comentario muy crítico publicado por la agencia oficial de noticias Xinhua (Nueva China). “Es quizás un buen momento para que el mundo aturdido comience a considerar construir un mundo desamericanizado”, sostuvo Xinhua. Además de cuestionar ese lamentable estado de cosas, económico-financiero, los chinos cuestionaron políticamente a Washington. La acusaron de “ponerse en terreno moralista sobre asuntos del mundo, mientras secretamente tortura a prisioneros de guerra, asesina a civiles en ataques con aviones no tripulados y espía a los líderes del mundo”.
Se puede suponer que China se pondrá en guardia y puede reactivar el BRICS, con Brasil, Rusia, India y Sudáfrica. También parece obvio que los países latinoamericanos y caribeños, del Mercosur, Unasur, Celac y ALBA, van a tomar sus recaudos y agruparse en mayor grado aún.
Lo dicho. La bancarrota formal pudo conjurarse sobre el filo de la navaja por apenas tres meses, pero la bancarrota política del imperio es un hecho consumado.
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