La estrategia federal en Chiapas
09/06/1998
- Opinión
San Cristóbal de las Casas.- Después de la masacre de Acteal el 22 de diciembre de 1997, el
gobierno federal pudo salir del enredo y del callejón sin salida en que se encontraba cuando los
distintos actores ejercían presión sobre el cumplimiento de los Acuerdos de San Andrés, la
desmilitarizacion de las comunidades indígenas, la desarticulación de los grupos paramilitares, entre
otros aspectos no menos importantes, que arrinconaban al gobierno a que se comprometiera a dar
una salida política al conflicto armado.
El gobierno empezó a utilizar en su discurso la necesidad de desarticular los "grupos de civiles
armados que estaban fuera de la Ley", y le dio el mismo calificativo al EZLN como grupo
paramilitar al tiempo en que 96 priístas paramilitares recluidos en la cárcel de Cerro Hueco eran
acusados de la masacre de Acteal, municipio de Chenalhó.
Bajo el pretexto del desarme, el ejército se reposicionó en Chenalhó en 28 lugares e intentó
penetrar hasta La Realidad donde supuestamente se encuentra la Comandancia General del EZLN,
pero las oportunas denuncias de las comunidades, evitó momentáneamente el avance.
Al parecer, quien obtuvo los mayores beneficios de la masacre fue el gobierno, porque le permitió
cambiar su estrategia: hoy el EZLN militarmente está más arrinconado y más reducido su radio de
movilidad por el cerco militar e incendiario en el campo chiapaneco; los municipios autónomos
están siendo desarticulados y las cárceles se están llenando de indígenas militantes de la oposición
mientras cada vez más se cierra el cerco a los observadores internacionales. Paralelamente a esto,
el gobierno ha estado manejando el discurso de que el único camino en Chiapas es la "vía del
diálogo", que "no correrá sangre indígena".
Contrariamente a este discurso, la sangre indígena y campesina está corriendo. La ofensiva
coincide con la presentación pública del Acuerdo Estatal de Reconciliación para Chiapas que
presentó el gobernador Roberto Albores Guillén, y se inicia esta espiral de violencia con los
asesinatos de los dirigentes de la Asamblea Estatal Democrática del Pueblo Chiapaneco
(AEDPCH), Rubicel Ruiz Gamboa y Antonio Gómez Flores, en febrero de 1998, y que continúa
hasta hoy con los asesinatos de otros dirigentes campesinos en la Fraylesca y el encarcelamiento de
dirigentes de la organización campesina CIOAC, del PRD, bases de apoyo del EZLN, etc.
Estas ofensivas se han llevado en períodos de mayor dispersión de la atención pública -como
Semana Santa y períodos vacacionales- por medio de redadas policiaco-militares en la colonia La
Hormiga en San Cristóbal, donde detuvieron a dirigentes indígenas evangélicos que se han
caracterizado en años anteriores por realizar movilizaciones a favor de quien mejor les paga.
Esta ofensiva continúa y se incrementa en una espiral de violencia que a corto plazo no se le ve fácil
solución. Por su lado, las comunidades indígenas pese a todo continúan declarándose en
resistencia, organizando sus regiones autónomas con un estado de alerta máxima. Las
comunidades están dispuestas a no venderse ni a rendirse, porque no quieren regresar a las
condiciones en que estaban antes del 1 de enero de 1994.
En este contexto de resistencia los principales grupos paramilitares están usando el fantasma de
Acteal, amenazando a sus principales opositores con llevar a cabo otra masacre igual en las zonas
de Venustiano Carranza, la zona norte, El Bosque y Ocosingo, lo que ha tensado la situación en
distintas regiones de Chiapas. Aunado a esto, las constantes visitas de Zedillo (durante su gobierno
lleva 11 visitas a Chiapas y tan solo en lo que va del presente mes lleva 2), apoyan la continuación
de esta política represiva orquestada desde el gobierno federal y como principal operador Albores
Guillén.
Los siete puntos de la estrategia
Las autoridades estatales y federales llevan a cabo una ofensiva policiaco militar, principalmente
sobre las comunidades zapatistas. La táctica del gobierno federal ha sido canalizar su estrategia por
medio del gobierno del estado. Las dos visitas del presidente Zedillo y Emilio Rabasa Gamboa
(Coordinador para el Diálogo) a Chiapas tienen como principal objetivo supervisar su
implementación. Dicha estrategia fue resumida por Emilio Rabasa en 7 puntos:
1. Atención a las demandas del pueblo. Este punto es bastante ambiguo, porque las demandas del
pueblo son muchas: tierra, trabajo, salud, educación, alimentación, vivienda, democracia, justicia,
libertad, etc., y para responder a ellas se tendría que dialogar y dar solución a todos los sectores,
incluyendo al EZLN y a los de oposición al gobierno, no solo a la parte del pueblo que milita
dentro del PRI.
2. La focalización de los recursos a los municipios de mayor marginación. Los municipios de
mayor marginación en Chiapas son 42 y la mayoría zapatistas. Lo que quiere decir que se van a
canalizar recursos con dos finalidades: como estrategia de contrainsurgencia de división a las
comunidades y para recuperar tanto las presidencias municipales como las bases sociales que el PRI
que ha perdido en esos municipios.
3. Vigencia del Estado de Derecho. El gobierno, argumentando "recuperar el estado de derecho",
aplica la ley pero principalmente contra los dirigentes de las organizaciones campesinas opositoras
al gobierno. Mientras, el diputado priísta Samuel Sánchez, dirigente del grupo paramilitar "Paz y
Justicia", confeso público de ser un grupo armado, no se le ha aplicado la ley, como tampoco a los
paramilitares del MIRA en Taniperlas, a los Chinchulines en Bachajon que continúan agrediendo y
asesinando campesinos de la oposición.
4. La política intercomunitaria. El gobierno maneja que los desplazados por la violencia política
están retornando a sus comunidades, lo cual no es totalmente cierto. Las únicas que regresaron en
los últimos días fueron 41 familias de Pantieneja en Tila. Lo que no dice el gobierno es que estos
pocos retornados siguen hostigados por Paz y Justicia, condicionándoles a que dejen las filas de la
oposición, que renuncien a su fe católica, que no realicen reuniones en la comunidad, que informen
de todas sus actividades a los dirigentes de Paz y Justicia, etc.
5. El promover una política intercomunitaria con prioridad en Chenalhó. Lo cual no es posible,
porque los paramilitares encarcelados en Cerro Hueco se presume que siguen controlando y dando
órdenes por teléfono a sus seguidores en las comunidades priístas, amenazando a los desplazados
con llevar a cabo otra agresión similar a la de Acteal. Por otro lado, el gobierno no aplica la ley
ante la violación al derecho de libertad de culto, toda vez que los priistas prohibieron las
celebraciones católicas en la cabecera y luego llamaron a un sacerdote expulsado de la Diócesis y
que tiene un proceso canónico en contra.
6. Impulsar la remunicipalización, como parte de los Acuerdos de San Andrés. Para impulsar este
punto es necesario retomar el marco Político de la Negociación y tener la voluntad política de
cumplir lo firmado, por lo que la Comisión de Remunicipalización debe estar compuesta por los
representantes de los Partidos Políticos representados en el Congreso Local, representantes del
EZLN, representantes del Gobierno Local y los representantes indígenas de las comunidades.
Como siempre, el gobierno impulsa la participación de los caciques indígenas de los municipios de
Chenalhó, Chamula, Tenejapa, Oxchuc y Cancuc, que se publicitan con las autoridades para
legitimar la política oficial. Mientras, las verdaderas comunidades representadas en los municipios
autónomos están siendo reprimidas con el argumento de usurpación de funciones. Si se reinstala
esta Comisión una vez más, del mismo modo y forma que el gobierno intento llevarla a cabo el año
pasado, se encontrará con la resistencia de las comunidades indígenas. La otra alternativa del
gobierno será impulsar la remunicipalizacion donde los caciques piden su autonomía, como en
Monte Cristo, municipio de Angel Albino Corzo; Belisario Domínguez, municipio de Motozintla; y
Malpaso, en el municipio de Tecpatán, etc. Luego de que en la última visita del presidente Zedillo
exhortara a la aceleración del proceso de remunicipalizacion, el gobernador Albores ejecuta dicho
mandato invocando una nueva propuesta sobre la materia para finales del presente mes.
7. La solución política y la vía del diálogo al conflicto armado en Chiapas. Por un lado se maneja
este discurso, sin embargo, el gobierno muestra la cara de la represión, de fortalecer a los grupos de
poder caciquil y conservadores en Chiapas, como las familias Orantes en la Fraylesca, los Ruiz en la
Concordia, los ganaderos en Ocosingo y Altamirano y los Auténticos Coletos en San Cristóbal.
Las organizaciones campesinas
Con la última visita de Zedillo a Chiapas, las organizaciones campesinas que tradicionalmente han
venido luchando por la tierra ven cerrada la posibilidad de seguir accediendo a ella. El Ejecutivo
Federal informó el fin del reparto agrario por medio de la compra de 193 mil 686 has. con un valor
de 800 millones de pesos entregadas a 50 mil campesinos chiapanecos. Por su lado, los ganaderos
de los municipios de Las Margaritas, Altamirano y Ocosingo exigen el pago de 680 predios
tomados desde 1994 por los zapatistas y organizaciones campesinas. Mientras tanto, en los centros
urbanos más grandes de Chiapas como San Cristóbal, Tuxtla, Tapachula y Comitan existen más de
300 expedientes esperando solución por tierras tomadas después del 1? de enero de 1994.
Si las tierras tomadas no las paga el gobierno a los ganaderos, ni las legaliza, los campesinos temen
ser desalojados, como lo están llevando a cabo en Yajalón, Venustiano Carranza y Tapachula.
Paralelamente, los campesinos de la oposición están sufriendo los embates de la represión ante el
aumento de encarcelados, principalmente en los municipios donde gobierna la oposición como en
Jitotol, Ixtapa, Soyalo, Nicolas Ruiz, Altamirano, Ocosingo, Chilon y Sitala. En varios de ellos hay
procesos abiertos contra los principales dirigentes que, al arrancar la contienda electoral, se les ira
amenazado con aplicar órdenes de aprehensión.
Sin embargo, las organizaciones campesinas a través de los distintos bloques buscan su
rearticulación. El Frente Amplio de Construcción del Movimiento de Liberación Nacional
(FAC-MLN), la Coalición de Organizaciones Autónomas de Ocosingo (COAO), las Regiones
Autónomas Pluriétnicas (RAP) que aglutinan a una serie de organizaciones y otro tanto de
organizaciones indígenas y campesinas, están haciendo un nuevo intento de coordinación entre las
fuerzas sociales con el fin de contener la represión y reorganizar el movimiento popular, en lo que
se conoce como el Foro de Convergencia de Organizaciones. Si bien es cierto que es un buen
intento, todavía no logra consolidarse en torno a ejes comunes como la represión, la
desmilitarización, desparamilitarización, el cumplimiento de los Acuerdos de San Andrés, etc., es
decir, todo aquello que les diera unidad por encima de las diferencias.
La Campaña xenofóbica
La calidad del turismo ha cambiando en Chiapas. Los turistas no solo vienen a disfrutar de las
bellezas naturales del estado, sino a solidarizarse, a informarse, a conocer y ver lo que pasa. Sin
embargo, los retenes militares y migratorios rumbo a Palenque, Tonina, Laguna Miramar, Lagos de
Montebello, etc., poco distinguen el tipo de turismo que pasa por esos lugares. A la mayoría de los
turistas que son retenidos por el Instituto Nacional de Migración, se les pone un sello que dice "está
enterado de sus derechos y las leyes mexicanas", lo cual es una advertencia para cualquier intento
de observación o arribo a un Campamentista Civil por la Paz.
Las visitas de los observadores internacionales ha molestado tanto al gobierno mexicano que está
impulsando por los diversos medios de comunicacion, sobre todo la televisión, el espíritu
"chauvinista", y a rechazar todo tipo de solidaridad internacional; además, intenta culpar a la
Comisión Nacional de Intermediación (CONAI) y a la Diócesis de San Cristóbal de las Casas de
promover la intervención extranjera en el país.
El gobierno pretende ocultar las violaciones a los derechos humanos, las acciones del ejército, de
los diferentes cuerpos policiacos, y la responsabilidad de los presidentes municipales militantes del
PRI que se presumen apoyan la paramilitarizacion. El gobierno no quiere los ojos del mundo en
Chiapas, no quiere incomodidades ni testigos, no quiere que los tratados comerciales
internacionales se vean estropeados por ellos.
Para ello ha propuesto una serie de reformas a la Ley General de Población en lo que compete a los
observadores internacionales:
a) deben ser avalados por una organización "seria" y por lo menos con 10 años de trabajo de
observación internacional;
b) que los observadores hayan participado como observadores internacionales;
c) que el trabajo que hayan realizado como observadores haya sido publicado;
d) los grupos de observadores serán como máximo de 10 personas;
e) no se les otorgará permisos superiores a los 10 días entre otras cosas que serán discutidas en la
próxima Sesión del Congreso Federal a finales de este mes.
Por otro lado, se les ha empezado a negar la visa a observadores internacionales como a Ted
Lewis, Coordinador de Global Exchange en San Francisco, Estados Unidos. Se continúa
persiguiendo, hostigando e investigando a personas que llegan a Chiapas como al grupo de 12
personas de la Iglesia Unida de Cristo que llegó de visita y a colaborar en proyectos productivos en
la zona de Las Margaritas.
Esta campaña contra los extranjeros crece y cada vez más se burocratiza su entrada al país. Los
que logran entrar se les restringe los lugares de visita en Chiapas, se les especifica en su visa a
donde pueden ir. Esto es anticonstitucional, ya que el gobierno mexicano niega la existencia de la
guerra en Chiapas y por otro lado restringe el libre tránsito en el estado, lo cual es contradictorio.
También los retenes militares son anticonstitucionales si no existe la guerra.
Sin embargo, crecen las esperanzas porque se instale una oficina de la Unión Europea de
observación internacional sobre los derechos humanos en San Cristóbal.
https://www.alainet.org/es/active/68
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