Una economía de fantasmas...
27/08/2013
- Opinión
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha publicado una monografía de U. Adullaev y M. Estevao, sobre el mercado laboral dominicano, un tema injustificadamente ausente en el debate económico local, pues el crecimiento de un país solo produce bienestar para su población si en el mercado laboral se ofrecen más y mejores empleos, y mejor remunerados. La monografía publicada por el FMI desafortunadamente describe un comportamiento verdaderamente preocupante, por no decir catastrófico, del mercado laboral.
El argumento parte de la premisa de que la República Dominicana “ha sido una de las economías más dinámicas” de América Latina y que recientemente “creció en promedio casi 4% por año desde 2000, casi el doble que el promedio de la región y cuatro veces más que el promedio de la OCDE”. Sin embargo, este crecimiento no se ha traducido en un mayor bienestar para la población, pues “en promedio, el ingreso real por hora tanto de los trabajadores por cuenta propia como de los asalariados del sector privado es alrededor de 27% más bajo en 2011 que en 2000”.
Lo que resulta particularmente alarmante es que la caída del ingreso de los trabajadores ha ocurrido aún en aquellos sectores donde la productividad (la producción por hora trabajada) ha aumentado, contrario a lo ocurrido en las economías capitalistas occidentales, que evitaron el colapso pronosticado por Marx, gracias a un ciclo virtuoso de aumento de la productividad, que permitía, a su vez, un aumento de los salarios reales.
El estudio concluye que dada la generalizada “baja productividad” de la economía dominicana, “muchos de los puestos de trabajo generados son de baja calidad”, y de bajos salarios, tal como hemos argumentado innumerables veces. Terminan recomendando que la economía dominicana genere suficientes trabajos “formales” de calidad. Una conclusión tan obvia, que raya en la trivialidad. Sin embargo, lo importante es preguntarnos: ¿por qué la economía dominicana no es capaz de generar suficientes empleos de calidad? Quizás la respuesta está en cientos de miles de “fantasmas” de una bajísima productividad, quienes condicionan el mercado laboral, pues deprimen el nivel de los salarios reales. Estos “fantasmas” son los inmigrantes indigentes que los expertos extranjeros no son capaces de mencionar, ni nuestras élites políticas de enfrentar.
Estos “fantasmas”, que ni siquiera son insinuados en el estudio, que condicionan el mercado laboral dominicano, terminarán condicionando toda la sociedad dominicana, pues se trata de una lucha por la repartición de recursos escasos entre un pueblo dominicano pobre y otro indigente. Una situación que podría derivar en una seria crisis, por lo que inevitablemente deberá ser solucionado, con firmeza, valentía y esperemos que con humanidad, es decir, pacíficamente...
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