¿En los zapatos de los docentes y de los estudiantes o influenciados por el gobierno y el cuarto poder?

19/08/2013
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Con el respeto que se merece toda aquella persona que lea este blog, debo decir, que la presente nota se origina en razón de los constantes comentarios que he leído y escuchado de personas extrañas y cercanas respecto de la descalificación que le realizan a los docentes panameños que se encuentran en huelga. Comentarios estos, que más allá de ir en contra del contenido en sí de la huelga, reflejan lo influenciables que pueden llegar a ser las personas producto del cuarto poder, los medios de comunicación social, quienes controlan los contenidos que deben ser transmitidos a las masas, la cual, pese a que se encuentra en una profunda ignorancia sobre los problemas que presenta la educación en Panamá, tiene la valentía mediática de opinar, bajo las máscaras de los seudónimos, de forma destructiva.
 
Debo advertir, que el contenido de este artículo, no se bajará a los escalones existentes en el subsuelo, escalones por donde suele transitar la rectora de la institución del ejecutivo, que sin estar educada para tales fines, rige la educación en Panamá, por el contrario, pretendo llevarlos a reflexionar y a cuestionar, las declaraciones dadas por tal “señora”, procurando que pisemos el sitio en el cual pisan los educadores de este país, a quienes, pese a ser su principal recurso, constantemente descalifica y a quienes la ciudadanía critica, a diestra y siniestra, sin saber y sin conocer cuáles son las realidades laborales de estas personas que día a día, por vocación en su gran mayoría, procuran transmitir sus conocimientos, a las nuevas generaciones.
 
En este sentido, me permito hacerle las siguientes preguntas:
 
1. ¿Sería capaz de trabajar en condiciones deficientes y, a pesar de ellas, presentar un buen ánimo diariamente a sus colegas y a sus estudiantes?
 
Pese a los avances científicos, las escuelas públicas de Panamá son el reflejo de un cúmulo de desidia, de lo obsoleto y de olvido de políticas públicas que permitan que tales avances se vean proyectados en los centros educativos.
 
Si acudo a un colegio hoy, puedo regresar en el tiempo a hace 20 años, cuando cursé mis estudios primarios, dado que las condiciones físicas de los colegios son las mismas. Inclusive, en algunas circunstancias están peores.
 
En un país como Panamá, en donde el clima oscila entre los 30 y 34 grados todo el año, es casi indispensable que existan aires acondicionados en los colegios, con el fin de tranquilizar un poco a los estudiantes, para que puedan asimilar los contenidos que se imparten. No obstante, los centros educativos de este país, cuando bien les va, cuentan solo con ventiladores que únicamente abanican el aire caluroso.
 
Prácticamente todas las oficinas y centros de trabajo de este país, aún las de pequeñas empresas, cuentan con aires acondicionados, sin embargo, las escuelas no.
 
Además, las condiciones generales de los colegios son una muestra de que no existe ninguna intención del Ministerio de Educación de modernizar las escuelas. Esto lo reflejan las estadísticas ofrecidas por dirigentes magisteriales en días recientes, y que están basadas en información oficial, ofrecida por dicho Ministerio a saber:
 
Ø 50% de los servicios sanitarios deficientes
Ø 1000 escuelas están en condiciones generales de infraestructura, etc., deficientes.
Ø 33% de los centros educativos no tienen luz eléctrica.
Ø 40% de los centros educativos no tienen agua potable.
Ni hablar de pensar en que todos los centros educativos cuenten con espacios para dar clases de cómputo, cuando las condiciones mínimas de subsistencia de las escuelas, para que el derecho constitucional de la educación, pueda ser ejercido por los alumnos, con un mínimo de dignidad, no son satisfechas.
 
¿Tratando de ponernos en los zapatos de los educadores, se cree capaz de trabajar diariamente en estas condiciones?
 
2. ¿Sería capaz de salir graduado de la Universidad, lleno de ilusiones, y que le ofrezcan como remuneración la irrisoria suma de $591. 50 (Cifra publicada en la página del MEDUCA)?
 
Y que además de los gastos de la encarecida canasta requeté básica familiar, que a junio de este año sumó, para las áreas de Panamá y San Miguelito el monto de $330.07, se tenga que gastar en transporte y hospedaje para acudir a las áreas de difícil acceso, a los cuales envían a los docentes en los primeros años, en calidad de interinos. Áreas estas en donde no existen materiales para trabajar, y en donde, de ese ínfimo salario, los docentes estiran los centavos, para comprar material para trabajar con sus estudiantes.
Vale la pena indicar que con el paso de los años, si bien esta cifra aumenta insignificantemente, la labor docente en este país puede terminar, luego de toda una vida de entrega, por menos de los $1000.00, siendo que policías y metro buseros, a quienes, para desempeñar estos oficios solo se les exige el título de bachillerato, ganan más, que los docentes.
 
¿En este encarecido país, podría usted vivir con estos salarios?
 
3. ¿Sería capaz de lograr resultados en alumnos que estudian en escuelas multigrados?
 
Los docentes que laboran en áreas de difícil acceso, tienen la encomiable labor de enseñarles a estudiantes en aulas multigrados, en donde hay niños y niñas de varios niveles escolares, dado que en ocasiones el Ministerio de Educación solo destina a uno o a dos educadores por centro educativo. Y pese a las dificultades y los esfuerzos de dedicación de más tiempo, que esto pueda generar, tales educadores obtienen resultados favorables para sus alumnos, logrando cumplir con los objetivos del pensum académico.
 
4. ¿Sería capaz de trabajar durante 5 y 6 horas con niños y niñas de diferentes capacidades?
 
Los comentarios de la población reflejan un desconocimiento respecto de lo que diariamente los docentes deben lidiar para dictar las clases, dado que con la mal implementada inclusión de los menores con capacidades diferentes, un docente que fue preparado para dictar clases a niños y niñas con capacidades regulares, lidera un aula de clases compuesta entre 25 y 30 estudiantes entre los que están niños hiperactivos, con retraso mental, con autismo, sordos – mudos, y decenas de niños y niñas que tendrían las características de regulares, pero que bajos sus pequeñas edades aglutinan un sinfín de problemas familiares, dentro de los cuales la violencia, es una de las constantes.
¿Tratando de ponernos en los zapatos de los educadores, se cree capaz de sobrevivir los primeros 15 minutos con una población con tantas especialidades, sin tratar de perder el control, y sobre todo, se cree capaz de poder obtener algún resultado que le sea útil a esa población?
 
5. ¿Sería capaz de tener que asistir a seminarios trillados y fuera de toda actualización, todos los años?
 
Vale la pena señalar, que uno de los constantes señalamientos que se les hace a los docentes es que son vagos porque tienen tres meses de vacaciones. Esta aseveración no es otra afirmación más que refleja el desconocimiento de quienes critican, dado que si bien, los estudiantes tienen 3 meses de vacaciones en el verano, esto es por una realidad relacionada con el clima de este país, pues en las condiciones antes descritas en las que se encuentran las escuelas, no es posible dictar clases en el verano, porque el calor es inaguantable en un espacio cerrado con menores de edad, que por la actives propia de su edad, se encuentran inquietos.
Sin embargo, estas vacaciones largas, solo las tienen los alumnos, dado que los educadores cuentan solo con un mes de vacaciones, como lo hace cualquier otro trabajador en Panamá. Y esto es así, dado que los otros dos meses son de entrega de informes, de boletines y demás documentos del año que culmina; de organización del año que empieza; y, de los supuestos seminarios de actualización docente.
 
Estos seminarios los dicta el Ministerio de Educación, pero en la práctica distan mucho de ser una real actualización, puesto que los educadores anualmente refieren que son los mismos seminarios todos los años, los cuales además son dictados muchas veces por personal poco capacitado para ello. No obstante, es obligatorio asistir a los mismos y a los docentes no les queda otra opción que asistir a ellos. En consecuencia, no comprendo como la ministra de educación critica a los educadores por su formación, cuando durante casi cinco años que tiene en ese cargo, no ha hecho nada por mejorar los contenidos de dicha formación.
 
6. ¿Sería capaz de tomar la decisión de asumir una huelga, corriendo el riesgo de ser destituidos, por una causa última y final, la educación?
 
Empiezo comentando que el artículo 69 de la Constitución Política de la República de Panamá establece que se reconoce el derecho a huelga o, lo que es lo mismo, al cese de labores por una causa común a un grupo de personas.
 
En el sistema neoliberal en el cual transitamos, en donde el ejercicio del derecho ciudadano a disentir, mediante cualquier modo de protesta ha sido satanizado y en muchas ocasiones criminalizado, el tomar la decisión extrema de irse a huelga es un acto valiente y heroico, que sobrepasa cualquier interés personal, dejando como prioridad un interés colectivo, sacrificio que en este mundo individualista es casi nulo.
 
Ahora bien, los educadores de Panamá, desde el pasado 30 de julio asumieron el riesgo de declarar una huelga en donde se solicitaba:
 
1. La derogación del Decreto 920, norma jurídica que entre otras cosas y de manera general busca privatizar, mediante un sistema encubierto de gestión la educación pública, en donde los directores y padres de familias deberán gestionar los recursos para mejorar las condiciones de los planteles y por tanto, para continuar brindando la educación en dichos planteles, dado que las buenas condiciones y otros factores, son indispensables para acreditar al colegio y para que continúe existiendo. Esto refleja que el Estado se desliga de su obligación constitucional de garantizar la educación y la deja a manos privadas. El Decreto también busca evaluar con sistemas poco objetivos a los educadores; elimina la estabilidad de los docentes y por tanto desconoce los derechos obtenidos a raíz de su histórica lucha magisterial. Además, el decreto violenta la Ley Orgánica de educación, en la medida en que para su realización, los docentes no fueron consultados, cuando la Ley establece que todo cambio al sistema educativo debe ser consultado por los integrantes del mismo, Estado, padres de familia, educadores.
 
2. El reintegro de los Dirigentes Magisteriales ilegalmente destituidos, que en este período han sido varios.
 
3. La atención oportuna de las condiciones de educabilidad de los centros educativos del país, dadas las paupérrimas condiciones en las que se encuentran muchas de ellas.
 
4. Un ajuste al salario base que les permita mitigar los embates del alto costo de la vida, puesto que el salario de los docentes es uno de los salarios más bajos que existen para profesionales en este país.
 
No obstante, a la fecha, pese a que la Ministra de Educación ha tenido tiempo para asistir a los medios de comunicación social a descalificar diariamente a los docentes; y, ha tenido tiempo de ir a marchas con un minúsculo grupo de docentes, que ostentan cargos de supervisores y de directores y, por tanto, son administrativos que dependen directamente de sus directrices; no ha tenido tiempo ni la voluntad de reunirse en una mesa de diálogo con los docentes, quienes desde hace un año han intentado dialogar con ella para obtener un acuerdo que beneficie a la educación en general. Por el contrario, pese a la huelga, desde la primera semana de iniciada esta, la señora ministra dejó plantados por tres días enteros consecutivos a los docentes, quienes la esperaban en la Defensoría del Pueblo, con la intención de llegar a un acuerdo que diera fin a la huelga y en donde se establezca un compromiso por escrito, de no tomar medidas en contra de ningún docente en huelga. Sin embargo, la ministra se niega a firmarlo, mostrando sus reales intereses de castigo, intereses estos que han sido una constante en este gobierno.
 
Vale la pena recalcar que el ejercicio del derecho a huelga ha estado lleno de amenazas por parte del Ejecutivo tanto del descuento del salario, como de la destitución de los huelguistas, cuando en todo momento, los educadores han manifestado su compromiso de reponer las horas perdidas en las aulas de clases, compromiso que siempre en la histórica lucha magisterial, se ha cumplido.
 
Por tanto, pese al temor de muchos docentes quienes no acudieron a la huelga o quienes regresaron a sus labores, el movimiento se fortalece con el apoyo de otros gremios de profesionales quienes han visto en esta amenaza y de manera muy clara, algo que trasciende a la educación inclusive, algo que lesiona y vulnera el sistema democrático, al reprimir el derecho que tenemos a disentir de las políticas públicas diseñadas u omitidas por el gobierno.
 
7. ¿Sería capaz de trabajar con un jefe incompetente, descalificador y soberbio, por cinco años?
 
Cuando estas situaciones ocurren, uno no aguanta tanto, por el contrario, normalmente, la gente común busca un nuevo trabajo y renuncia. Los docentes, por el contrario, luchan pese a las condiciones y a los constantes insultos que una persona carente de conocimientos en materia de educación, les hace, para tratar de llenar los vacíos de su ignominia.
 
El problema de la educación es un asunto de todos y de todas, no es un tema solo de los educadores. Motivarse por entender lo que en la educación ocurre, sin repetir lo que dicen los medios, como autómatas sin ningún tipo de reflexión, permitir comprender la situación y daría cabida para la construcción de un debate rico y respetuoso, cualquiera que sea nuestra conclusión del tema.
 
Finalmente, estoy convencida de dos cosas
 
1. Con sinceridad, yo no sería capaz de responder afirmativamente a todos los cuestionamientos que en esta reflexión he hecho, y que los educadores, por vocación han asumido como modo de vida. Sin embargo, puedo tratar de ponerme en sus zapatos y de conocer sus realidades. De hecho, el conocer su persistencia en su labor, pese a que muchas veces la realizan con las uñas, me permite respetarles y agradecerles, porque yo me formé en una escuela pública, y reconozco que fue con los docentes con quienes aprendí a leer, a escribir, a realizar las operaciones matemáticas básicas; a no ser influenciable y por el contrario, a reflexionar, a cuestionar, a ponerme en los zapatos de los demás;   y a reforzar muchos de los principios humanísticos que con su diario ejemplo y entrega hoy día poseo.
 
2.Profesionales que son capaces de asumir las situaciones planteadas en esta reflexión, no muestran lo que la irrespetuosa ministra diariamente señala al referirse a los docentes como de vagos, mediocres, irresponsables y con fines personales. Por el contrario, me refleja, por un lado, la carencia de su humanidad, y por el otro, a profesionales comprometidos con la educación de su país, pues pese a que pudieran desertar y dedicarse a otra cosa, en donde tengan mejores condiciones de trabajo, han optado por continuar en la noble labor de educar.
 
Por ello, como ciudadana de este país apoyo la lucha docente, porque al igual que yo, son profesionales que merecen tener óptimas condiciones de trabajo, para ofrecer un mejor servicio a sus principales destinatarios, los estudiantes.
 
Nelva Marissa Araúz Reyes
Abogada panameña, licenciada en Derecho y Ciencias Políticas. Maestra en Política Criminal. Doctora en Derecho
 
 
 
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