Neoliberales ven al Mercosur en crisis, pero está en buena situación
13/07/2013
- Opinión
El Mercado Común del Sur culminó su reunión en Uruguay. Venezuela tomó la presidencia pro-témpore y avanzó la sumatoria de Bolivia y de dos países asociados. La derecha pinta un bloque en crisis, pero es al revés.
Las distintas tendencias políticas en la región se vieron reflejadas ayer en Montevideo, en la 45ª reunión de presidentes. Una ausencia, de Paraguay, y varias "caras nuevas", ilustraron esa contradicción.
Paraguay permanece sancionado desde junio del año pasado, cuando en Mendoza los demás socios decidieron eso luego del golpe de Estado exprés contra Fernando Lugo, propinado por el vice Federico Franco.
En aquella oportunidad Cristina Fernández, Dilma Rousseff y José Mujica (Argentina, Brasil y Uruguay respectivamente), aprobaron la incorporación de Venezuela. Ese trámite de Caracas databa de 2006 y estaba trabada por la derecha paraguaya atrincherada en el Senado y expresada en Franco.
Por eso la decisión de Mendoza en 2012, tuvo un doble efecto: "tarjeta roja" para Paraguay, por el golpe y hasta que se realizaran elecciones democráticas; y calurosa bienvenida a Venezuela.
La nota sobresaliente ayer en la capital uruguaya fue la felicitación a Nicolás Maduro, quien tomó por seis meses la presidencia pro-témpore del Mercosur. Además hubo mucha unidad entre todos los socios e invitados, y declaraciones solidarias con Evo Morales, por el grave atropello sufrido en su vuelo oficial desde Moscú hacia El Alto, por culpa de autoridades europeas obedientes a EE UU.
El venezolano recibió el cargo de manos del anfitrión, Mujica. Declaró que lo recibía con "la zurda de Hugo Chávez y el espíritu del Libertador Simón Bolívar". El cable de la agencia cubana Prensa Latina lo explicó así: "Maduro hizo el comentario al recibir de su par uruguayo, el martillo (que tomó con la mano izquierda) con que asumió la titularidad temporal del bloque integracionista". Chávez era zurdo para el béisbol y la política...
Que a Venezuela le hayan cedido la presidencia del grupo cierra definitivamente las especulaciones de la derecha expresada por Henrique Capriles, y sobre todo sus sponsors norteamericanos, colombianos y de otras nacionalidades. Estos quisieron impedir su asunción en el Palacio de Miraflores con falsas acusaciones de "fraude". El Departamento de Estado tendrá que discutir otro camino de acumulación de fuerzas a mediano plazo porque en lo inmediato sus complots contra Maduro han fracasado. Montevideo fue la tumba de ese golpismo apenas embozado.
Signos de fortaleza
No es por comparar países, porque aún los más pequeños valen igual que los grandes, pero es evidente que si el Mercosur suma a una potencia energética como Venezuela y por razones ajenas a su voluntad democrática se demora el reingreso de Paraguay, la suma no da cero.
Antes y después de la ceremonia Maduro hizo declaraciones favorables a la reincorporación guaraní. El 15 de agosto asumirá el nuevo presidente Horacio Cartes, del Partido Colorado, ganador de las elecciones, y el Mercosur lo está esperando.
El problema es que la derecha paraguaya ha ejercido una fortísima presión, poniendo condiciones intolerables para los socios sudamericanos: sólo volvería si le daban la titularidad en lugar de Venezuela. Agravando la tensión, la cancillería paraguaya no ha enviado invitación a Maduro para que asista a la investidura de Cartes.
Ante esas posiciones tan poco amigables, el Mercosur siguió adelante con su política. Hizo su reunión en Uruguay, sin participación de Paraguay, y entregó la cinta presidencial al bolivariano. Y a las autoridades electas guaraníes les aseguró que serán bienvenidas luego que asuman.
Esa situación no altera en lo más mínimo la fortaleza relativa del bloque. Sin embargo, la derecha argentina y pro-estadounidense, inventó títulos catastrofistas ayer en "La Nación": "Bloque en crisis. Paraguay se niega a regresar al Mercosur mientras Venezuela ejerza la presidencia". Martín Dinatale habló de "una nueva crisis interna" (...) "la ausencia de toda la dirigencia de Paraguay en la cumbre de presidentes (...) dejó en una posición frágil a todos los países miembros". La tormenta era perfecta, en el vaso de agua de Di Natale: "ayer, fuera del antiguo Edificio del Mercosur que está frente a la costa del Río de la Plata llovía intensamente. Pero dentro se percibía otro tipo de tormenta. Sólo que los nubarrones del Mercosur no lograban despejarse con el correr de las horas".
Bolivia casi adentro y hay más
Mal que les pese a esos detractores de la integración sudamericana, en Uruguay se comprobó el avance del bloque pues se dieron nuevos pasos hacia el ingreso formal de Bolivia. Restan unos pocos debates de aspectos instrumentales, comerciales, pero el grueso del trámite está aprobado.
Encima, lubricando ese inminente ingreso, la crisis entre la región y Europa y EE UU -generada por éstos al poner en riesgo la comitiva presidencial boliviana el 2 de julio pasado-, fue como un impulso final para que el Mercosur cuente con un nuevo integrante.
Al hablar ayer en la cumbre, Evo Morales planteó: "tenemos que profundizar al Mercosur y darle una mentalidad de carácter social y no neoliberal. Y siento que tiene que haber una tarea específica para saber cómo enfrentará las crisis de Estados Unidos, Europa o Asia. Y no esperar que la solución venga de esos lugares".
Para oídos con cierto entrenamiento sonó como una diplomática crítica al origen neoliberal de este mercado en su nacimiento en los '90, con Carlos Menem en Argentina y colegas similares de neoliberales en Brasil. Ahora es otra cosa, o está en transición hacia un horizonte más social, para citar de nuevo al aymara. Y entonces se entiende que éste pida un lugar en el club.
Aunque recién está en el umbral de entrada, ya se siente en condiciones de hablar como miembro pleno. Y lo hizo en materia de soberanía tecnológica. Dijo Evo: "¿Por qué tenemos que ir a comprar tecnología a Europa o a otros países del Norte, si acá tenemos tecnología? La liberación económica pasa también por la liberación tecnológica". Un médico a la derecha, para Oscar González Oro, quien debe estar desmayado luego de dudar si un "indio" podía ser presidente de Bolivia.
La sumatoria del altiplano no fue todo. En la cita uruguaya se decidió que Surinam y Guyana sean nuevos asociados al Mercosur, habiendo firmado el jueves 11 los protocolos de adhesión. La canciller de Guyana, Caroline Rodrigues-Birkett, y el embajador de Surinam en Brasil, Marlon Hoesein, expresaron que ambos países se ven como una rama entre el Caribe y Sudamérica. Para ellos, agregaron, "la integración es un imperativo y no más una opción".
También hablaron como invitados el vicepresidente de Ecuador, Jorge Glass, el vicepresidente del Consejo de Ministros de Cuba, Ricardo Cabrisa, y el presidente hondureño, Porfirio Lobo. Dinatale, ¿dónde está "la crisis" del Mercosur?
Integración Sur-Sur
Al comentar esos ingresos y asociaciones, el comunicado de los cancilleres de Mercosur, previo a la cita de los presidentes, sintetizó que "todos los países de América del Sur quedan asociados así al Mercosur". El local Luis Almagro, Héctor Timerman, Antonio Patriota y Elías Jaua, reiteraron los tres pilares de la unión: política, cooperación y comercio e inversiones.
Y la política estuvo nuevamente al mando, con el fuerte repudio al espionaje norteamericano puesto de manifiesto por el ex analista de la CIA, Edward Snowden, en contra de 35 países, organizaciones y empresas. The Guardian y O Globo fueron los periódicos que primero difundieron esas informaciones, dejando pésimamente mal paradas ante el mundo a las autoridades estadounidenses.
Hasta la OEA, bien caracterizada en los '60 por Cuba como "ministerio de colonias", emitió una condena en su reunión del 9 de julio en Washington, con las obvias excepciones de EE UU, Canadá y el felpudo panameño. ¡Cómo no iba el Mercosur a repudiar ese espionaje que lo apuntó y hasta puso alguna central en Brasil!
En este momento el bloque está integrado por Argentina, Brasil, Uruguay y Venezuela como miembros plenos, con Paraguay momentáneamente suspendido, Bolivia en proceso de adhesión, y Chile, Colombia, Perú, Ecuador, Guyana y Surinam como asociados.
Por supuesto que el mercado del sur tiene sus problemas, por ejemplo los políticos y económicos que hoy atraviesan al gobierno del socio líder, Brasil, y asimetrías entre los grandes, como ese país y Argentina, y los de menor porte como Uruguay.
El aspecto principal, no único, es que concentra el 80 por ciento del Producto Interno Bruto suramericano y el 65 por ciento del comercio exterior regional. No es perfecto ni mucho menos, pero debe valorarse en contraste con el panorama internacional de un capitalismo en crisis desde hace años, con luctuosos saldos sobre las economías, las vidas y el empleo de millones de personas.
Debe ser por eso que los defensores de la supeditación a ese mundo decadente e injusto, como "Gaceta Ganadera" (léase "La Nación") analizaron en tono tan crítico la exitosa cumbre de Uruguay. Son las viudas del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) y siguen llorando, rencorosas, sobre su sepultura en Mar del Plata.
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