Referéndum vinculante sobre los hidrocarburos
15/07/2004
- Opinión
REDADA.- El malestar social que
prima en el país, entre otros factores, se debe a la
disconformidad de amplios sectores sociales respecto a las
decisiones políticas que tomaban los poderes del Estado y los
partidos políticos encumbrados en el poder desde agosto de
1982. Este comportamiento político tuvo efectos drásticos ya
que la llamada clase política fue sistemáticamente excluyendo
a la sociedad, generando círculos de poder y de intereses
económicos que atentaron no sólo los intereses del Estado
sino, principalmente, de la sociedad.
El proceso que germinó la emergencia de los movimientos
sociales, cuyo momento trascendental fue Octubre de 2003, tuvo
entre sus demandas principales el de participar directamente
en las decisiones fundamentales que hacen al futuro del país,
por esa razón se incluyó el Referéndum vinculante, como nueva
forma de hacer política y transitar a la llamada democracia
participativa. Por supuesto, en el debate nacional previo al
desenlace fatídico de Octubre el sistema político, en especial
los partidos que administraron el Estado los últimos 22 años
tuvieron posiciones encontradas sobre el tema, la mayoría
tenia reticencia a aceptar, en especial el ex presidente
Gonzalo Sánchez de Lozada, que en los últimos días de su
gobierno sólo mostró sensibilidad para comprometerse con el
Referéndum consultivo y no vinculante como era la demanda de
una parte importante de la población boliviana.
Este 18 de julio de 2004 se llevará a cabo el Referéndum
vinculante sobre el tema hidrocarburífero con características
contextuales especiales; por una parte, el país todavía se
encuentra sumido en una profunda crisis política cuyas formas
de manifestación se vislumbran en la presencia de expectativas
diferentes acerca de la política hidrocarburífera, a nivel de
los sectores sociales y regiones del país. Empero este será
un hecho histórico sin precedentes ya que por primera vez en
la vida democrática de Bolivia se ejercitará el derecho de los
y las bolivianas encumbrados en la búsqueda de hacer política
en un nuevo contexto que podría cambiar drásticamente la
concepción y el ejercicio de la política.
El 18 de mayo el presidente Carlos Mesa presentó a la
población cinco preguntas alrededor de las cuales se realizará
el Referéndum vinculante, tiene esta denominación porque las
respuestas de los y las ciudadanas deberán ser respetadas en
las instancias de poder, en especial en el Ejecutivo y
Legislativo, esto quiere decir, que las respuestas no sufrirán
modificaciones y orientarán el diseño de la Ley de
Hidrocarburos que estará a cargo de estos poderes, en
particular del Legislativo.
La lectura global e integral de las preguntas lleva a realizar
algunas consideraciones generales. Por una parte, si bien el
presidente Mesa a través de las encuestas tiene un apoyo
ciudadano significativo que fluctúa entre el 60 y 70 por
ciento, por el contexto de crisis e incertidumbre requiere un
espaldarazo de la sociedad que le permita continuar con su
gestión gubernamental en particular con los compromisos
asumidos en octubre de 2003. Bajo estas circunstancias, es
posible afirmar que la intención del presidente es convertir
este Referéndum en un plebiscito cuyas expectativas girarían
en torno a recibir un apoyo contundente de la población lo
cual legitimaría su gobierno y apoyaría la agenda
gubernamental hasta la finalización de su mandato.
Por otro lado, el contenido y la orientación de las preguntas
no hacen otra cosa que poner en consideración de la población
boliviana la política energética plasmada en el anteproyecto
de Ley de Hidrocarburos que presentó el gobierno del
presidente Mesa, cuyo objetivo es la venta o monetización de
las reservas certificadas hoy en día propiedad de las empresas
transnacionales. En consecuencia, el gobierno deriva al
Referéndum aspectos centrales de su agenda inclusive, sin
ninguna exageración, el futuro de su gestión gubernamental y
permanencia del presidente Mesa en la primera magistratura.
Por estas razones, el diseño y las opciones de las preguntas
son absolutamente cerradas, esto quiere decir que tienen una
fuerte inclinación a inducir a la población por la respuesta
afirmativa ya que la opción o respuesta negativa implicaría el
aceptar el statu quo, el cual fue ácidamente criticado por
amplios sectores de la población a lo largo de los últimos
años.
* Extracto del texto escrito por el Director de Postgrado en
Ciencias del Desarrollo de la Universidad Mayor de San Andrés
CIDES/UMSA
https://www.alainet.org/es/active/6453?language=pt
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