Ciencia, tecnología y economía en los imperios andinos precoloniales
07/05/2013
- Opinión
Es frecuente escuchar en los últimos años discursos y arengas inflamadas sobre los “saberes ancestrales” que habrían poseído los imperios andinos pre coloniales como el inca, el tihuanacota y otros, pero en general no se sabe de qué se trataban esos saberes.[1]Del mismo modo, en los museos de los países andinos y del mundo encontramos algunos objetos elaborados por los habitantes de los imperios andinos mencionados, pero en general no sabemos de qué se tratan y si están todos los que deberían estar.
Los objetos son sobre todo de alfarería, tejidos y orfebrería, todos de diseños artísticos y de bellas formas y colores. Mientras los primeros fueron hechos de barro y arcilla, los segundos con finas fibras de camélidos y vegetales y los últimos de oro y de plata. Se considera que la belleza de estos objetos revela el alto grado de refinamiento de los linajes y clases superiores de los imperios andinos.
Algo que no merece la atención de las autoridades culturales son los objetos fabricados en “otro tipo de metales”. Es frecuente, en efecto, que ese tipo de objetos no se encuentren expuestos en los ambientes mencionados porque se los considera “toscos y desdeñables”. Las autoridades culturales ignoran en general en que consistían estos objetos y lo que significaban para las sociedades que los fabricaron. Los objetos en otros metales como el cobre, el bronce y otros revelan en realidad, el grado de desarrollo tecnológico, científico (no escrito), económico, productivo y cultural de esos imperios. Este aspecto no es conocido en realidad en los países andinos, pese a su tremenda importancia.
Desarrollo científico y tecnológico
Lo que se producía con esos otros metales eranen particular herramientas de trabajo destinados a incrementar la productividad de los diversos sectores productivosy de servicios. Las herramientas constituíanlos elementos tecnológicos motores que contribuían al fuerte desarrollo económico, social e institucional de los grandes imperios. Esas sociedades llegaron a alcanzar los más altos niveles de civilización en la región conocida posteriormente como América.
Los objetos revelan también que los recursos humanos y técnicos de esos imperios no solo se ocupaban de la agricultura campesina sino que también se consagraban, y en gran medida, al desarrollode otros sectorescomo la minería, la metalurgia, las manufacturas del cuero, del textil, de la alfarería y de la construcción en gran escala. Significaba asimismo que existían cadenas institucionales y de conocimientos técnicos y científicos más avanzados que los que se piensa generalmente. En los círculos intelectuales de los países andinos se piensa aún que las sociedades mencionadas apenas habían llegado a la etapa de la pequeña agricultura campesina, es decir, que se encontrarían aún en la “edad de piedra”. Esto significa subestimar y reducir la importancia de los imperios andinos. En realidad, estos imperios se encontraban bien adentrados en la “edad de bronce”, es decir, en una etapa más adelantada que los imperios azteca y maya.
Modelo de desarrollo equilibrado
El uso de las nuevas tecnologías en los diversos sectores productivos significó el crecimiento de la economía y el potenciamiento de los imperios tanto tihuanacota (siglos II aC - XI dC), como sobre todo del inca posteriormente (XIII-XIV dC). Este potenciamiento impulsó su desarrollo y la expansión de las actividades productivas en mayor escala territorial. La expansión se dirigía hacia la transformación de las fuerzas productivas de un extenso territorio de América del Sur.
La producción minera y de los componentes del bronce en particular se realizaba en las distintas regiones donde dominaban estos imperios, así como su procesamiento metalúrgico y manufacturero.
La alianza política y económica, o la “Pax Incaica”, que contraía el Estado vencedor con las elites vencidas en las diferentes regiones, se traducía en el establecimiento de un sistema económico en el que todos o la mayor parte de los habitantes y sectores productivos resultaban beneficiados a medio y largo plazo.
Por otra parte, el modelo de desarrollo de los imperios andinos tendía a la transformación manufacturera “interna” de las materias primas minerales y no a la exportación en bruto a las metrópolis externas, como sucedió posteriormente con la invasión española. Se trataba, por consiguiente de un desarrollo económico y tecnológico “autocentrado”. La intensa actividad minera y metalúrgica señala igualmente que la metalurgia del bronce se había convertido ya en la “tecnología de punta” de las economías de los imperios andinos. El desarrollo simultáneo de los diversos sectores productivos indicaba que los grandes imperios impulsaban un “patrón productivo equilibrado y diversificado” y no uno concentrado en enclaves y en solo algunas zonas privilegiadas.
La separación colonial de las actividades extractivas, por un lado, y de transformación de las materias primas, por el otro, fue uno de los legados más dañinos de la colonia española a los pueblos colonizados. Esta separación fue el fundamento del proceso posterior de desarrollo y de subdesarrollo consecutivo entre algunos países industrializados y regiones del mundo.
Con la llegada de los españoles se impuso la producción solo del oro y de la plata en forma de enclaves y se dejó en el abandono el modelo homogéneo anterior de equilibrio regional y sectorial. El modelo desarticulado significó que las actividades productivas que subsistieron como la pequeña agricultura, debían en adelante servir para beneficiar a los enclaves extractivos orientados a la exportación hacia la metrópolis de algunas materias primas como el oros y la plata. Los sectores productivos como la minería diversificada, la manufactura metalúrgica y el desarrollo tecnológico fueron abandonados y eliminados desde un principio.
Su eliminación significó la destrucción inmediata de un gigantesco y dinámico sistema económico y productivo y la liquidación física de miles de científicos y técnicos del imperio inca. Con la colonia española solo sobrevivió la pequeña agricultura campesina.
Los imperios andinos tuvieron la sabiduría de impulsar un desarrollo económico, institucional y social a escala continental, en un contexto geográfico y ecológico particularmente difícil. Otros imperios del mundo, como el egipcio, el griego y el romano, pudieron desarrollarse en contextos ecológicos y geográficos más favorables. Por las diversas innovaciones realizadas en los mecanismos económicos y productivos, se puede decir que la vía incaica constituyó una vía histórica “original” de desarrollo respecto a los mencionados.
1. Imperio Tihuanacota. Hachas fabricadas en el noroeste argentino (Catamarca), siglo IX d.C.
2. Imperio inca. Cuchillo, brazaletes yarmas de guerra en bronce, siglos XIV-XIV d.C.
La Paz, 01 de mayo de 2013
- Bernardo Corro Barrientos es antropólogo y economista
[1] La información de este artículo proviene del libro “Anthropologieéconomique del’impireinca” del autor (próxima publicación), del autor.
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