Cambio de matriz conductual
03/05/2013
- Opinión
La Revolución Ciudadana ya avanzó mucho en el cambio de la Matriz Energética, con la construcción de las centrales hidroeléctricas, como base de sustentación para emprender una tarea fundamental para afirmar el proceso del Buen Vivir.
El otro cambio en marcha es el de la Matriz Productiva, que ya se asienta sobre la amplia y eficientes redes vial, eléctrica y comunicacional telefónica y se consolidará con el reparto de tierras ociosas a los verdaderos campesinos y comunidades, a las que debe garantizárseles abastecimiento de agua y un desarrollo de almacenaje y de mercadeo nacional e internacional, para que no sean explotados por intermediarios.
Todos esos cambios revolucionarios son indispensables para el bienestar material y tangible de los ciudadanos y que consolidarán los procesos de justicia social y equidad.
Pero la revolución demanda, entre otros cambios indispensables, el de la Matriz Conductual que es un proceso de asimilación de los valores éticos, que son parte de la estructura cultural de una sociedad.
Sería una conquista mocha que la sociedad cambie en lo material pero que las conductas éticas de valores del ciudadano en particular no se intenten seriamente cambiar, con la intensidad requerida y que ya ha sido planteada desde varias fuentes.
Una de las taras es rehuir sus responsabilidades de los acontecimientos que hasta por accidentes ocurren: desde el niño al que se le rompe un vaso y lo primero que dice es “yo no fui”, hasta el adulto que lo agarran en un delito flagrante y se basa en el perverso aserto común de los presidiarios que aseguran “negar es padre y madre”.
Igual que la tara del “machismo” que comienza con la crianza de los varones con los privilegios de que son las mujercitas las que cocinan, barren y tienden las camas; pasan por la agresión y mal trato a las féminas y terminan con agresiones, violaciones y asesinatos.
La corrupción generalizada, pública y privada para el enriquecimiento ilícito, fenómeno universal que destruye a la humanidad.
El maltrato de servidores públicos y privados a los usuarios que mientras más pobres y humildes mayor discrimen.
Y hasta la elemental impuntualidad a una cita o compromiso que es un irrespeto agresivo contra los puntuales y una mala costumbre que genera un acumular de atentados contra la ética y una mala costumbre o incultura.
La familia, el vecindario, el barrio, la escuela, la universidad, la empresa, las entidades, las organizaciones sociales, las instituciones, etc. son los ámbitos donde se debe implementar acciones para que esos valores se fortalezcan.
- Alfredo Vera, escritor, periodista ecuatoriano, ex ministro de Educación
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