Inundaciones – Otra Mirada

16/04/2013
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La Catástrofe Platense trajo a mí memoria la también trágica inundación en el año 2003, de la ciudad de Santa Fe. Del mismo modo que en aquellas circunstancias, muchas familias se vieron sorprendidas en sus propios hogares cuando el agua invadió todo de manera incontenible y en poco tiempo. Acompañamos las  manifestaciones y acampes frente a la gobernación de los familiares de las víctimas, casi ignorados por la prensa luego que la noticia dejó de vender, ignorados por los funcionarios por temor a corresponsabilidades por las causas que la ocasionaron y finalmente olvidados por todos y derrotados por el tiempo, desaparecieron las carpas negras frente a la gobernación de Santa Fe.
 
También en aquella oportunidad se habló de causas diversas, de diferente origen, como ahora, como siempre. Seguramente en algún punto todas son válidas y ciertas, pero también lo es que hay otras tan válidas como aquellas, que nunca son tenidas en cuenta, quizás porque de ellas somos todos un poco responsables y algunos mucho más y es mejor hacerse los distraídos e ignorarlas.
 
En estos días, se escribieron miles de artículos en medios gráficos y virtuales, se escucharon también miles de comentarios y análisis en medios audiovisuales fundamentalmente sobre tres ejes centrales: 1 – Referido a las causas Naturales y centrado en el denominado “Cambio Climático”; 2 – a las Responsabilidades de la Gestión Política Administrativa, por obras no realizadas o mal ejecutadas y finalmente 3 – Las referidas a la solidaridad del Pueblo Argentino. En cuanto a esta última, siempre se ha destacado la solidaridad de nuestro pueblo, tanto en tiempos de dictaduras como en democracia. No dudo de ello, pero me  pregunto es todo solidaridad o en parte es caridad? Las dos son virtudes, pero no son iguales.
 
En cuanto al primero de los ejes del discurso mediático, podemos simplemente comentar que solo los seres humanos, en su necesidad  primero por dominar la naturaleza y finalmente en esta etapa del sistema capitalista, en el que la producción de bienes de consumo en su inmensa mayoría innecesarios y superfluos, destinados para un pequeño sector de la población mundial. Esto obliga a la sobreexplotación de los recursos naturales y la contaminación del medio ambiente en grado superlativo, que no le permite su normal recuperación. Para dar un ejemplo, el año pasado 2012, para principios del mes de agosto, en el mundo ya se habían extraído todos los recursos naturales que el planeta nos puede proveer sin sufrir un daño irrecuperable. Todo los recursos que se extrajeron a partir de agosto del 2012 hasta finales de diciembre de ese año, formaron parte del saqueo que hacemos de la Madre Tierra, mediante el cual los seres humanos, fundamentalmente los mas poderosos, atentamos contra nuestro propio hábitat. Todo ello con el permiso y el beneplácito de quienes detentan el Poder Local, Provincial, Nacional, Regional, Continental y Mundial.  Pero que bien les viene a todos poder justificar sus falencias en “acontecimientos climáticos de tal magnitud  imposibles de predecir”.
 
Finalmente todas las opiniones sobre las responsabilidades del Poder Político y en esta materia las opiniones vertidas, con mayor o menor fundamento, fueron muy amplias y variadas. Así fueron desde aquellos que con respaldos técnicos y documentales alegaban que los estudios oportunamente encargados a organismos del propio estado y/o de las  Universidades, fueron no tomados en cuenta en algunos casos, o encontraron resolución favorable por parte del gobierno municipal, pero no lograron la necesaria aprobación o financiamiento del gobierno provincial o nacional. Como diría aquel personaje popular “Minguito” personificado por Juan Carlos Altavista, para el caso “SE IGUAL”. Mientras unos se limitaron a demostrar que los trabajos de mantenimiento o limpieza de arroyos, canales, desagües, cunetas, sumideros y alcantarillas no se habían efectuado, con todos los perjuicios que ello trae aparejado. Para otros el problema residía en que no se cumplía con la normativa existente para una ciudad construida hace ciento treinta años, como la ciudad de La Plata, en una cuenca inundable. Aunque otros entendían que parte del problema   residía en que no existe o no funciona debidamente, un sistema de ayuda e indemnizaciones por parte del estado, para casos de catástrofes naturales.
 
Como podemos apreciar el abanico de observaciones, seguramente todas válidas, es muy amplio y variado. Son muchos con pequeñas particularidades los aportes aparecidos en los medios luego de las inundaciones y referidas a ellas.
 
Pero, siempre hay un pero, hubo una importante causa que podríamos decir se relaciona con la cuestión Climática y con la Responsabilidad del Poder Político, que no fue planteada y al menos no sostenida por los escribas y opinadores de turno en los medios de comunicación. Estoy hablando de la falta de planeamiento existente, desde siempre, en cuanto a los lugares permitidos en el territorio nacional,  para el establecimiento y asentamiento Poblacional, Productivo y Recreativo. Es imperiosamente necesario comenzar un Reordenamiento Poblacional y Productivo para saber en dónde se puede vivir dignamente con seguridad. Dónde se puede y debe producir. Para poder saber a dónde se deben construir ferrocarriles, autopistas y  aeropuertos. Hacia dónde debe transmitirse la energía. Donde deben estar ubicados los centros de investigación y formación universitaria. Donde deben estar los grandes centros de esparcimiento. Ciudades Planeadas para una Nación Planificada. Destinar los recursos de manera ordenada  significa obtener mayor réditos con el mismo esfuerzo.  De lo contrario se continuará volcando esos mismos recursos, para tratar de solucionar los problemas que surgen con las poblaciones que migran y se asientan precariamente en los cinturones de las grandes ciudades. Luego terminan ocupando, obligadas por las presiones del mercado inmobiliario, los bajos que se inundan, los márgenes de ríos, arroyos y canales, con las lamentables consecuencias que todos conocemos.
 
De manera directa o indirecta las poblaciones rurales y de los pequeños pueblos de campaña, fueron siendo expulsadas de sus lugares de histórico arraigo hacia los grandes centros urbanos. Así durante décadas, fueron migrando hacia Buenos Aires, Córdoba o Rosario y construyendo esos grandes cinturones que rodean a estas  ciudades. Conglomerados donde resulta imposible planificar proyectos que posibiliten una vida sana, digna y feliz para sus habitantes. Tan solo se trata de disminuir los sufrimientos y disimular las carencias. La soluciones exigen cirugía profunda, que según parece los gobiernos de cualquier signo político no ven o prefieren aparentar como que no las  ven.
 
Esta es la verdadera causa de las inundaciones. Poblaciones que ocupan tierras no aptas para establecerse. Construcciones que impiden la normal absorción de las lluvias por la tierra, que se encuentra cubierta por cemento y hormigón. Ríos, arroyos y canales reducidos y entubados para hacerlos desaparecer de las ciudades, pensando que así desaparece el problema. Luego pretendemos que cuando llueva, más o menos milímetros, los desaparecidos canales evacuen las lluvias, las tierras asfaltadas las absorban y las familias que viven en los causes de arroyos y ríos no se vean inundadas por la creciente. Solo resta pensar que estamos locos o de lo contrario es un plan perverso para beneficio de algunos que lucran con la reconstrucción luego, y antes con la especulación de la tierra. Mientras continuemos expulsando a la gente del campo, para tener grandes extensiones libres para una explotación agrícola tecnológica y estos, los expulsados, los excluidos, deban refugiarse en las villas y barrios pobres de las grandes ciudades, todo seguirá repitiéndose. Pero igual seguiremos diciendo luego, que los Argentinos somos solidarios. Me parece que la solidaridad debe comenzar por otro lado. No le parece?  
 
Argentina, abril 2013
 
 
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