El deterioro ambiental y las inundaciones, problemas políticos
06/04/2013
- Opinión
Los problemas ambientales tienen básicamente su origen en factores socioeconómicos. La ecología (del griego OIKOS, casa o morada) estudia la relación de los organismos vivos con su medio. En consecuencia al hombre como ser viviente en estrecha interdependencia con los recursos orgánicos e inorgánicos que le rodean. Pero mientras la naturaleza se rige por una estructura de leyes que mantienen un necesario equilibrio en sus interrelaciones, el hombre se organiza en sistemas socio-económicos que no solo ignoran las leyes naturales, exterminando especies, contaminando los recursos hídricos que son fuente principal de vida, provocando el agotamiento de los suelos y la desertización, etc. etc. sino que introducen y cultivan el germen de la destrucción de su propia especie.
La organización del espacio y el uso del suelo responden a esquemas que benefician a ciertos sectores (minoritarios) y perjudican a los demás (mayoritarios). A estos últimos se los margina racionalmente del acceso al suelo urbano, a la vivienda, al saneamiento, a la infraestructura de servicios, a partir de un modelo capitalista cuyos patrones de consumo y de acumulación de riqueza no podrían subsistir sin la contracara de la miseria.
Por lo tanto la defensa del medio ambiente constituye un problema esencialmente político cuya solución solo puede alcanzarse por la vía de establecer un nuevo estilo de desarrollo que asegure al conjunto de la sociedad el beneficio de disponer de adecuados estándares de habitabilidad.
¿A quienes benefician, por ejemplo, las grandes concentraciones urbanas con sus cinturones de miseria? A quienes encuentran en ellas "economías de escala", mano de obra barata, concentración de servicios terciarios de transportes, de energía, etc. Y ¿quiénes son los perjudicados? Esa misma mano de obra barata que se hacina en tugurios adonde no llegan el agua potable, las cloacas, la recolección de residuos, los servicios de educación y de salud.
¿Y cuales son las consecuencias de estas degradantes condiciones ambientales?
Los altos porcentajes de mortalidad infantil: en la Argentina alrededor del 28 x mil, en Cuba 1 x mil, en Europa el 9 x mil y en Japón el 5 x mil. Y la mayor parte son muertes evitables mediante buenos controles de embarazos y partos y mecanismos de prevención, diagnóstico y tratamiento precoz. Según estadísticas oficiales las principales causas de estas muertes fueron: enfermedades intestinales, de origen hídrico y alimentario, tétanos, desnutrición y afecciones de las vías respiratorias.
Tanto en los cinturones marginales como en las regiones más pauperizadas del país estas son las "enfermedades de la pobreza” reflejo de las diferencias sociales y de la inequidad, de allí la idea de la autodestrucción del género humano a través de un sistema socioeconómico que como ninguna ley de la naturaleza atenta contra sí mismo. Son muchos los ejemplos que podrían poner de relieve que la inexistencia de medidas políticas que resguarden los intereses de los más débiles es la causa de los grandes males ambientales y sino, ¿cómo se explica que el flagelo de las inundaciones castigue siempre a los que menos tienen?
Solo hay dos razones básicas, por un lado las reiteradas y cada vez más graves inundaciones del noroeste de la provincia de Buenos Aires, en la Argentina, son consecuencia en algún modo de una recurrencia cíclica pero fundamentalmente deben atribuirse a una política desordenada de canalizaciones y al mal manejo agrícola de la región, hacia la que no se han orientado los recursos necesarios para estudiar en profundidad el ecosistema ya demasiado modificado por el hombre y arbitrar las soluciones correctas y en la cuenca Paraná – del Plata el conjunto de lentos afluentes de llanura, pendientes mínimas, dificultades de infiltración por ocupación urbana y amplios cauces inundables en los que precisamente se asientan clandestina u organizadamente (lotes "legalmente" autorizados) gran parte de las viviendas precarias periurbanas causa de las reiteradas pérdidas de sus habitantes y una prueba más de que los problemas del ambiente afectan casi esencialmente, en las zonas urbanas, a los sectores de menores ingresos.
Tal los resultados de un estudio realizado hace algunos años en un barrio de Lomas de Zamora cuya población de unos 150.000 habitantes carecía en un 75% de agua corriente, en un 35% de electricidad, un 100% de cloacas y gas y un 98% de pavimentos condiciones estas que se repiten en el resto del conurbano y tienden a agravarse ante el crecimiento permanente del área metropolitana alimentado por cada vez más pauperizadas migraciones internas y de países limítrofes. Otra consecuencia tangible de los desequilibrios regionales que generan los sistemas socioeconómicos capitalistas.
Algunas de las conclusiones de uno de los más recientes seminarios realizados en Buenos Aires expresan: “los principales obstáculos que se oponen a ese equilibrio (se refiere a las desigualdades Norte- Sur) no son materiales ni de conocimientos. Tampoco parecen existir limitaciones de capitales si es que se decide encauzarlos hacia un desarrollo sostenible. Por primera vez en su historia la humanidad tiene en sus manos el conocimiento científico y tecnológico necesario para resolver todos los problemas conectados con la base material de la vida.”
Nunca la humanidad tuvo tanta información sobre el peligro ante el cual se encuentra y como se puede superar, ni tantos recursos humanos para enfrentar y resolver este desafío. Pero nunca ha existido en la historia tanta desigualdad entre países ricos y países pobres y entre los pobres y los ricos en casi todos los países en desarrollo. Por eso en un mundo en el que los países ricos acepten poner freno al consumo material indiscriminado, en el que la sociedad sea más igualitaria y de solidaridad convergente el desarrollo sustentable no solo es "necesario sino perfectamente posible”. La percepción del futuro, en relación al desequilibrio ambiental es pesimista en la medida en que sólo una transformación económico social en el interior de los países y en la relación entre las distintas naciones, puede dar paso a una política productiva y ambientalmente sustentable... y lo que indudablemente detiene la concreción de esas transformaciones es la inexistencia de acciones políticas que faciliten ese cambio de actitud. El no tener una política explícita es una forma de tener política
Por ejemplo. "no tener una política concreta social económica y ecológicamente sustentable sobre contaminación industrial, sobre producción agrícola y forestal o sobre expansión urbana es en realidad tener una política no explicitada"
El objetivo del desarrollo sustentable es el mejoramiento a largo plazo de la calidad de la vida humana lo que implica el manejo de la estructura y función de los ecosistemas a fin de aprovechar los bienes y servicios provistos por ellos, minimizando los conflictos inherentes a su explotación maximizando el apoyo mutuo entre las acciones y actividades necesarias y distribuyendo los costos y los beneficios ecológicos entre las poblaciones involucradas.
El deterioro ambiental no es una consecuencia ineludible de la actividad del género humano sino de ciertos modelos de desarrollo como el que se nos impone.
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