La reforma a la salud y la salud de los maestros
01/04/2013
- Opinión
Los maestros colombianos vivimos una crisis cada día más profunda y lesiva en la atención de salud. No podría ser de otra manera con las medidas del Gobierno de Santos que desvían casi la mitad de los recursos que están destinados a la atención de los educadores y sus familias, y a la falta de auditoría a las empresas contratistas del servicio, que se han acomodado a la reducción de los recursos limitando y negando la atención con la complicidad del gobierno.
El repudio a la negación de la salud y la vida es generalizado entre el magisterio, que ha pasado de las quejas a la movilización. Fecode ha colocado como primer punto del Pliego de Peticiones la protección a la vida y la sostenibilidad financiera del Régimen de Salud del magisterio y el cumplimiento, control y vigilancia en la ejecución de los contratos de salud por parte de los prestadores llevado a cabo por medio de auditorias médicas con sostenibilidad financiera.
Pero como si las cosas no estuvieran mal el proyecto de ley “Por medio de la cual se redefine el Sistema General de Seguridad Social en Salud y se dictan otras disposiciones” presentado por el ministro de salud del gobierno santista, Alejandro Gaviria, va a agravar las ya de por si precarias condiciones de salud de los maestros y sus familias. Como quien dice, de Guatemala para Guatepior.
En primer lugar, como lo ha manifestado certeramente el senador Robledo, este proyecto es una segunda ley 100 donde las cosas cambian de nombre para que todo siga igual. O peor. Porque lo cierto es que las aborrecidas EPS no se van a acabar, simplemente cambiaran de nombre para llamarse Gestores de servicios de salud y deberán ser sociedades anónimas en caso de ser privadas, manteniéndose un sistema de intermediación financiera que hasta la saciedad muestra que solo sirve para que se enriquezcan unos cuantos en tanto condena a inmensos sufrimientos a millones de personas. El POS se llamará Mi Plan, pero seguirá restringiendo medicamentos y procedimientos. Quien desee tener un buen servicio deberá pagar medicina prepagada, si puede, al igual que ahora. Se le dan facultades al presidente para arrasar con los trabajadores de la red pública en un término de seis meses y culminar lo que se ha hecho durante todos estos años de ley 100. Y, como para que nada falte, se avanza en la destrucción de la tutela que según este gobierno neoliberal es lo que tiene en crisis a las pobrecitas EPS.
Quién puede dudar que tal faena de encubrir y refinar el modelo de intermediación financiero no vaya a afectar al magisterio y sus beneficiarios, como lo ha hecho de diversas formas la ley 100 a pesar del régimen especial, empezando por la progresiva destrucción de la red pública y continuando con la imposición del POS de diversas maneras.
En segundo lugar, como sucede con la anunciada reforma pensional, así no lo diga expresamente, la reforma a la salud apunta, entre otras cosas, a la destrucción del régimen especial del magisterio. El sistema afiliará a todos los habitantes en el territorio colombiano. Salud-Mía recaudará y administrará las cotizaciones de los afiliados al Sistema, las cotizaciones de los afiliados al régimen de excepción con vinculación laboral adicional y el aporte solidario de los afiliados a los regímenes de excepción o regímenes especiales.
La situación de salud, los riesgos de un desmejoramiento mayor son muy graves. Nos corresponde en consecuencia unirnos alrededor del pliego de peticiones de Fecode y en el rechazo a la reforma a la salud. Debemos prepararnos ante la inminencia de una batalla de gran aliento.
El Paro Nacional Indefinido del Magisterio es el camino a seguir.
Bogotá, abril 2 de 2013
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