Argentina

Nuestro dolor y los medios embusteros

Adriana Vega

19/03/2013

Opinión

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La aplicación de la Ley de Medios de Servicios de Comunicación Audiovisual de Argentina, instituye prototipos que administran la marcha de los medios radiales y televisivos en la República Argentina, legislación que fue promulgada el 10 de octubre de 2009 por la presidenta Cristina Kirchner reemplazando a la instituida por la dictadura militar que rige desde entonces, nada menos.

Una comisión de la SIP, encabezada por el presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información se presentó en Buenos Aires para advertir sobre ella, alegando que no solo vulneraría intereses económicos y empresariales, sino la validez de la libertad de expresión.

En sus recientes conclusiones de reunión semestral, habló sobre persecución contra trabajadores de prensa, advirtió boicot publicitario del gobierno argentino contra medios independientes y acusó violencia contra el periodismo de toda Latinoamérica.

La Sociedad Interamericana de Prensa, desde su fundación en La Habana durante el año 1943 bajo la “presidencia “ de Fulgencio Batista y durante más de medio siglo, fue siempre vocera de los intereses de Washington en América Latina. Por consecuencia, asociar CIA y SIP es comprobar identidad.

Bajo el nombre de oposición al gobierno de Hugo Chávez se aglutinan aquellos factores, partidos políticos, asociaciones civiles y religiosas adversarias de los proyectos del presidente venezolano.

Su gobierno siempre los acusó de instituir parte del impedimento, asegurando que desfiguraban la investigación. Los aludidos se declaran independientes, y agredidos por negociar sus opiniones con la disidencia.

Las ideologías predominantes de la oposición chapista son la socialdemocracia, Acción Democrática, MAS, Un Nuevo Tiempo y la democracia cristiana, COPEI, Primero Justicia, etc. También coexisten partidos opositores minoritarios de tendencia izquierdista, como Bandera Roja.

La inconcebible muerte del presidente Hugo Chávez se vislumbra, desde el lado amigo, como una cortina benéfica para los magnates ebrios de dólares y maldades.

De Cuba, estos medios embusteros señalan que los periodistas son hostigados y que "persiste la discriminación para dar permisos de salida del país", mientras en Perú y Colombia crecen ataques contra reporteros y empresas.

En la última reunión semestral de Puebla, una de las figuras más destacadas fue la cubana Yoani Sánchez, creadora del blog "Generación Y".

Cuando ya casi nadie se acuerda de la médica Hilda Molina, desde la bóveda del neoliberalismo y el anticomunismo latinoamericano brota una flor democrática ensalzada y premiada. Es Yoani Sanchez, a la que han convertido en columnista destacada del País de Madrid.

Quien se rotula reportera liberada, jamás se ha quejado de la cesantía de ciento treinta profesionales del diario madrileño y en su blog no se mencionó comentario alguno sobre la fotografía falsaria del Comandante Hugo Chávez .

Su promocionado viaje a varios países tiene mucho que ver con dos leyes norteamericanas, donde el artículo 1705 de la Torricelli de 1992, y el 109 de la Helms-Burton de 1996, adoptadas por el Congreso estadounidense hablan por sí mismas.

La primera estipula que “Estados Unidos brindará asistencia a organizaciones no gubernamentales apropiadas, para apoyar individuos y organizaciones que promuevan un cambio democrático no violento en Cuba”. Y la segunda que “El Presidente de Estados Unidos está autorizado a proporcionar asistencia y ofrecer todo tipo de apoyo a individuos y organizaciones no gubernamentales independientes para apoyar esfuerzos con perspectivas de “construir” la democracia en Cuba”.

Quizás la visita de Yoani ayude a borrar de la memoria que Cuba dispone de la tasa de mortalidad infantil (4,6 por mil) más baja del continente americano, incluyendo a Canadá más Estados Unidos, y

James Carter considera que el sistema de salud de la Isla es un modelo relevante para el Tercer Mundo.

Yoani no fue bien recibida en Brasil ni en Méjico. No es una incógnita como será su recepción en la Argentina.

La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) se reunió en el hotel Intercontinental de Puebla para escucharla como si fuera una deidad periodística. Esta cubana de origen y gusanera por disposición, presenta desactualizados sus informes, es infortunada en decires, privada de elementos intelectuales y busca apoderarse de dólares a través de falsedades, unida a musculosos poderíos que le sufragan su farsante trabajo.

Tan sórdida, mezquina, traidora y maligna como Hilda Molina.

En tanto, la SIP obliga a empresas privadas que retiren avisos de los medios independientes mientras ellos atacan la libertad de prensa con procedimiento degradante y afín a los antivalores de la democracia y libertad de expresión.

En su lista de obligaciones, la SIP incluyó a la Argentina, Ecuador, Venezuela, Bolivia, Cuba, Honduras, Nicaragua y Panamá.

Recordemos el rol de El Mercurio y la SIP en el golpe de Pinochet contra Salvador Allende.

O aquel anuncio de La Nación de Buenos Aires, enredador ganadero del genocidio que se instauró en 1976, cuando el pasquín pronunció: “¡Argentinos de Pie! La hora obliga a cerrar filas, estemos atentos, la mente fresca, el músculo tenso. ¡No vaciles en defender hoy lo que puedes perder mañana!”.

La Argentina bajo la dictadura, vivió un "genocidio cultural", metáfora que usó Julio Cortázar para definir el panorama que se padecía desde 1976. Algunos escritores polemizaron con él rechazando esa calificación y exaltaban la capacidad de los intelectuales por cavilar "a pesar de todo". Ernesto Sábato opinó que aunque la pretensión de los militares había sido perpetrar un genocidio cultural, la cultura argentina, con sus limitaciones, continuaba existiendo. Desde entonces, para muchos periodistas y escritores escribir para Clarín y Nación es una paquetería, su consagración.

Y lo sigue siendo. Parece que Vargas Llosa los contagió y poco ha cambiado; Videla está vivito y clamando por otro golpe militar.

19 de marzo del 2013

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