Notas sobre el socialismo del siglo XXI: el caso venezolano

28/02/2013
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Artículo publicado en la Revista América Latina en Movimiento No. 482: Para las nuevas izquierdas: Qué otra economía? 06/02/2014
En una época como la presente, sacudida por la crisis económica más severa que han sufrido los países capitalistas metropolitanos, la oferta política de la Revolución Bolivariana de construir una sociedad socialista atrae las miradas de la mayor parte de Latinoamérica.  El fundamento de esa sociedad es la eliminación del Estado burgués por uno donde los principales medios de producción sean poseídos colectivamente por los ciudadanos/as quienes, con su trabajo social, contribuyen a realizar la vida no solamente económica sino también social y cultural.  La nueva arquitectura socialista debe estar legitimada por una cultura revolucionaria y un imaginario que desplace la ideología capitalista de la alienación y sumisión y se afinque en la inducción de los valores de la fraternidad, solidaridad, justicia, amor, libertad e igualdad que deben ser construidos y practicados día a día gracias a la participación protagónica de toda la población.
 
La construcción de una sociedad socialista es un proceso que responde a las condiciones socio-históricas de cada sociedad concreta, en consecuencia, asume diversas formas y alude a diversos sujetos políticos que son los que protagonizan la transformación social.  El presidente Chávez ha caracterizado a una sociedad socialista del siglo XXI por sucarácter moral, por serdemocrática de tipo participativo y protagónico, que potencie la soberanía popular, que conciliela libertad con la igualdady que practique una economía donde exista elasociativismo, la propiedad colectiva, el cooperativismo, la autogestión y cogestión, así como diversas formas de propiedad pública y colectiva[1]
 
El socialismo del siglo XXI pretende no repetir los rasgos más negativos del llamado socialismo real: la hipertrofia del Estado, que llevó a la existencia de una burocracia parasitaria y una economía en donde no existía prácticamente la propiedad social y predominaba la propiedad estatal, donde no llegó a existir control de los trabajadores/as sobre el aparato del Estado y del gobierno para poder dirigir los destinos de la economía y la sociedad. 
 
Una sociedad socialista del siglo XXI supone la concreción histórica de la emancipación económica de las clases trabajadoras, aunquedicha sociedadno alude solamente a procesos económicos sino también a la creación de mujeres y hombres con formas de pensar, organizarse y relacionarse también nuevas, para que puedan ser capaces de culminar y mantener los procesos de transformación social.  Para la concreción de lo anterior es previamente necesario la transformación del Estado capitalista burgués, actualmente existente, en uno verdaderamente democrático que se aboque a transformar las condiciones de vida de la masa trabajadora, garantizarle la seguridad alimentaria, elevar su nivel educativo, proporcionarle vivienda y salud así como trabajo y ocio creador, es decir, a satisfacer las necesidades sociales elevadas al rango de objetivo fundamental de la gestión pública.  Alí Rodríguez[2] reafirma este punto al señalar que para construir el socialismo del siglo XXI es necesaria previamente una “revolución agraria” que garantice la seguridad alimentaria sin la cual no es posible construir socialismo. 
 
Poder popular y socialismo
 
La base para construir una sociedad socialista son los colectivos sociales, quienes tienen que estar en capacidad material e intelectual para participar protagónica y conscientemente en la construcción de dicha sociedad.  Es preciso que esos colectivos adquieran una nueva cultura laboral que asuma como valores la disciplina y la creatividad, el estudio como un logro que contribuye a mejorar las condiciones generales de vida de toda la sociedad.  Para obtener esa meta, el gobierno venezolano se ha planteado vencer la pobreza, la desigualdad y la injusticia social, poniendo en práctica planes sociales financiados con los excedentes de la renta petrolera, redistribuyendo así la riqueza; asimismo intenta eliminar el individualismo y el egoísmo que son secuelas del capitalismo en la población.  Por ello, considera necesario romper la hegemonía que ejerce la propiedad burguesa en las relaciones de propiedad, creando formas alternativas: propiedad social, comunitaria, cooperativa, privada y personal hasta crear nuevas relaciones que garanticen la justicia social para todos los ciudadanos/as gracias a la transformación de la propiedad privada sobre los medios fundamentales de producción en propiedad social (Víctor Álvarez 2009: 14)[3].  La coexistencia temporal de diferentes formas de propiedad en un período pre-socialista o de transición al socialismo pleno es coherente con la propuesta que hace Marx en la Crítica de la Economía Política[4], así como la de Lenin, quien al referirse al asunto de la transición hacia el socialismo decía que el período transitorio lo era porque “..su tarea específica consiste en preparar y reunir fuerzas y no en la acción inmediata y decidida de éstas…”[5].
 
La Carta Magna venezolana reconoce al Poder Popular, integrado por diversas organizaciones populares, donde destacan los consejos comunales, que permitirán en un futuro consolidar el Estado Comunal, conformar el autogobierno para el ejercicio directo de funciones en la formulación, ejecución y control de la gestión pública e impulsar el desarrollo y consolidación de la propiedad social[6]
 
Esta es la lucha más enconada en la que se encuentra la revolución bolivariana en los actuales momentos: la ruptura de la propiedad burguesa mediante nacionalizaciones, la construcción de la propiedad social con la participación directa y el control de los trabajadores/as en innúmeros proyectos socioproductivos y, simultáneamente, la construcción y fortalecimiento del pueblo como sujeto histórico mediante la gestación de una ética y cultura revolucionarias y la creación de un componente cívico militar comprometido con el socialismo, como garantía de la irreversibilidad del proceso.
 
La nueva ética revolucionaria se orientará, asimismo, a poner en práctica valores que impliquen combatir la penetración cultural, defender nuestras culturas, abolir las prácticas patriarcales, respetar los derechos humanos, conocer la historia real, humanizar la economía y conservar el ambiente.  La concreción de esa nueva ética permitirá construir la sociedad socialista: justa participativa, protagónica, anti imperial y antipatriarcal[7].
 
Los sujetos históricos
 
Para construir el socialismo del siglo XXI necesitamos identificar los sujetos del cambio histórico, los sujetos que desmontarán, en su momento, las estructuras de dominación, agentes sociales determinados, enraizados en formas históricas específicas de producción que servirán de palanca para la meta de crear los hombres y mujeres nuevos de la sociedad socialista[8]
 
En Venezuela existen actualmente variadas formas organizativas y subjetividades que se expresan en el Pueblo venezolano que impulsa una revolución nacional que pretende liquidar el imperialismo, el Capital, el Estado burgués y las clases sociales dentro de sus fronteras y así contribuir a crear una nueva hegemonía cultural que impulse a otros pueblos igualmente oprimidos por la actual hegemonía hacia una sociedad socialista.  Gracias a los planes sociales del Estado bolivariano destinados a solventar las necesidades sociales postergadas por siglos, financiados y mantenidos fundamentalmente con los ingresos de la explotación petrolera, en el actual pueblo de Venezuela predomina unpensamiento crítico, impugnador del orden social existente, por lo que ese pueblo ha devenido una fuerza social importantísima para la lucha por la emancipación.  Esa fuerza proviene de la articulación de lo material con lo cultural y lo político.  Considerando este elemento, la lucha de clases podría resolverse por la organización del pueblo venezolano en redes comunales de diferentes magnitudes sociales y territoriales según la dimensión y calidad de los problemas a resolver (Vargas-Arenas 2007: 293)[9].
 
Nuevo Modelo Productivo
 
Antes que nada es necesario exponer con claridad que los problemas que plantea a nuestro pueblo la pobreza, la injusticia y la marginación social, en el país más intervenido y deformado por elcapitalismo estadounidense en Latinoamérica, no pueden ser resueltos, como plantean los partidos políticos de derecha con más capitalismo y más mercado, situación que solo contribuirá a aumentar el subdesarrollo y la dependencia.
 
Queremos destacar la importancia de la participación activa y protagónica de los trabajadores/as y la comunidad organizada en Venezuela, con el fin de consolidar la alianza popular con miras a lograr un verdadero control del pueblo sobre los procesos productivos que resultan imprescindibles para asegurar su supervivencia y reproducción, así como la construcción de la nueva sociedad.  El nuevo modelo productivo venezolano que está implementando el Estado bolivariano intenta proveer la base material y los recursos económicos que soporten un proyecto socialista que dé sustentabilidad y permita el desarrollo humano de forma permanente.  En tal sentido, el Estado bolivariano, tal como se plantea en el Plan Nacional Simón Bolívar, pretende configurar un modelo de producción basado en la propiedad social, orientado hacia la eliminación de la división capitalista del trabajo y hacia la búsqueda del trabajo con significado o trabajo liberador; se trata de generar un aparato productivo sólido, al servicio del pueblo, que permita situar la satisfacción de las necesidades materiales colectivas por encima de la producción de riquezas e intereses individuales.  El gobierno pretende lograr una distribución más equitativa de los excedentes de la renta petrolera y diversificar la economía por la vía de las empresas de producción social combinadas con empresas del Estado y algunas empresas privadas; en suma, la producción al estar regida por la propiedad social como base del modelo socialista, intentará responder primordialmente a las necesidades humanas y no estar subordinada a la reproducción del capital.
 
El Estado bolivariano ha iniciado la transformación del modelo económico activando procesos de nacionalización de empresas, que responden a los sectores más importantes de la economía del país: el petrolero y el minero, telecomunicaciones, energía eléctrica, desarrollo agrícola y supervisión y control sobre empresas productoras de alimentos. 
 
En el proceso para transformar el modelo económico y consolidar la hegemonía cultural del bloque revolucionario, el gobierno ha impulsado la participación popular para que ésta, desde los consejos comunales, cree el llamado poder ejecutivo popular, fortalezca las cooperativas y genere el Sistema Económico Comunal en las comunas a través de unmodelo de gestión que fortalezca el desarrollo endógeno[10]
 
El socialismo venezolano del siglo XXI debe ser expresión final del proceso democrático participativo y protagónico que adelanta nuestro pueblo en la construcción de una sociedad caracterizada por el desarrollo orgánico de las fuerzas productivas, la liquidación del enclave capitalista controlado por el imperio, el crecimiento de un poderoso sector público de economía básica, el dominio de todos los mecanismos del proceso de distribución de bienes y servicios estratégicos para llegar, finalmente, a constituir un Estado popular que sea praxis de la resistencia antiimperialista dentro de contextos regionales revolucionarios más amplios.
 
- Iraida Vargas-Arenas es doctora en historia y geografía, Universidad Complutense de Madrid, profesora titular UCV, investigadora nacional nivel IV Conacit.


[1] Citado por Atilio  Borón, 2012 El socialismo del siglo XXI: Notas para su discusión, p. 7.  Disponible en: http://www.centrocultural.coop/pled
[2]“Nuevas realidades, nuevos desafíos, nuevas tareas”.  La Habana, Dbre. 2006.
[3] Cf. Venezuela ¿Hacia dónde va el Modelo Productivo? Centro Internacional Miranda.  Caracas.
[4] Cf. Fondaments de la critique de l’économie politique.  Edición Anthropos.  París, p. 36. 1967
[5] Cf. La cultura y la revolución cultural.  Editorial Progreso.  Moscú, p. 22. 1976.
[6] Ver: Vargas-Arenas, Iraida.  2007.  Resistencia y participación.  La saga del pueblo venezolano.  Monte Ávila Editores Latinoamericanos.  Caracas; y Vargas-Arenas, Iraida y Sanoja, Mario.  2012.  Una lectura geohistórica.  Hacia la construcción del Estado popular comunal.  Ediciones Escuela Venezolana de Planificación.  Caracas.
[7] Ver: Carosio, Alba y Vargas Arenas, Iraida.  2010.  Feminismo y socialismo.  Fundación Editorial El Perro y la Rana.  Caracas.
[8] Ver: Sanoja, Mario.  2011.  Historia Sociocultural de la Economía Venezolana.  Banco Central de Venezuela.  Caracas.
[9] Op. cit
[10] Ver: Lanz Rodríguez, Carlos.  2012.  Modelo Productivo Socialista: articulación del Saber y el Trabajo.  APORREA.  15/01/2012.
https://www.alainet.org/es/active/62593
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