La muerte de Hugo Chávez Frías

07/03/2013
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A
El martes 5 de marzo, murió el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Rafael Chávez Frías, alejado del poder desde el 10 de diciembre por un cáncer que lo llevó en esa fecha a Cuba para someterse a una cuarta operación después que en junio de 2011 comunicará a la opinión pública que padecía de esta enfermedad. Una de las consecuencias más notorias de la polarización y animadversión de Uribe para con el Presidente venezolano fue la sistemática desinformación que los grandes medios de comunicación colombianos nos prodigaron con largueza sobre las obras y realizaciones así como las limitaciones del proceso que encabezó Chávez desde el mes de enero de 1999 en que tomó posesión de la Presidencia de la República que había ganado en las elecciones celebradas el domingo 6 de diciembre del año 1998.
 
En aquellas elecciones Chávez  ganó la presidencia con una votación de 3.673.685, el 56.20% del total de la votación para presidente de la República. Como se sabe Chávez había alcanzado notoriedad en un intento de golpe de Estado en contra de Carlos Andrés Pérez, en febrero de 1992, quien había aplicado un paquetazo económico de corte neoliberal acabando con los subsidios a los servicios públicos y pretendiendo que la gasolina que consumían los venezolanos fuera pagada a precios internacionales, tal como se cobra hoy en Colombia. La respuesta en contra fue masiva y se produjo una represión descomunal en que el gobierno aceptó que habían muerto cerca de 500 manifestantes y la oposición señaló que pasaba del millar. Nunca se supo. Pero desde entonces Chávez se conectó, al levantarse en armas, con el alma profunda del pueblo venezolano. Chávez pagó dos años de cárcel por el intento golpista. Fue liberado bajo el gobierno de  Rafael Caldera.
 
Desde el año de 1999 Chávez puso en marcha un proyecto de un profundo contenido social, facilitado por las específicas condiciones de la economía venezolana, en que el Estado es dueño de más del 70% del PIB representado en la renta petrolera. En el orden interno Chávez convocó una Asamblea Constituyente que aprobó una Constitución progresista que le permitiría ejercer el poder dando vía libre a unas reformas sociales que le permitieron en sus 14 años al frente del poder reducir la pobreza extrema en un 30%, acabar con el analfabetismo de dos millones de venezolanos, poner en marcha las llamadas misiones con el apoyo de profesionales cubanos sobre todo médicos que llevaron salud a las barriadas populares, construir más de 300 mil viviendas de interés social, poner en marcha una red de tiendas populares para abastecer de alimentos a bajo precio a millones de venezolanos. No hay duda que Chávez puso en marcha un proyecto de redistribución de la renta petrolera que antes de él había sido apropiada por una oligarquía corrupta que engordó sus chequeras en asocio con las multinacionales petroleras. Justamente su llegada al poder fue el entierro de los partidos tradicionales que habían engendrado este modelo, los partidos Acción Democrática y COPEI, cuyas máximas figuras habían sido Carlos Andrés Pérez y Rafael Caldera. El ascenso de Chávez, un coronel del ejército con una formación militar y con estudios en historia, se dio sobre la aguda crisis de la sociedad política tradicional venezolana identificada por el pueblo como corrupta y entreguista a los intereses sobre todo norteamericanos.
 
En ese orden interno el proyecto social y nacionalista de Chávez contó con límites que son retos que la llamada revolución bolivariana no ha logrado superar. En primer término está el problema del desarrollo agroindustrial e industrial del país que depende excesivamente de las importaciones de los alimentos, la débil base industrial, la debilidad del mercado interno de bienes y servicios. No hay duda que Chávez produjo una redistribución de la renta petrolera que suma cerca de 70 mil millones de dólares al año. Pero el problema de unas bases productivas e industriales así como de la agricultura campesina siguen siendo tareas no resueltas y serán desafíos que le esperan al proceso en el futuro.
 
En el orden democrático los resultados son contradictorios. El país se centralizó excesivamente y hubo retrocesos en el proceso de la descentralización. En algunas ocasiones se recortaron poderes a los municipios y las regiones, simplemente porque los ganadores fueron los partidos de oposición. Se impulsó  un proceso de base en las milicias que cuentan con más de 100 mil integrantes y en comités populares, pero, no se impulsaron procesos de la democracia participativa como los realizados alrededor de los presupuestos participativos o la planeación participativa. Fueron polémicas así mismo algunas expropiaciones sin que aparentemente mediaran razones de Estado para hacerlas. No obstante Chávez no arrió la bandera de la democracia como pretenden muchos. Sólo perdió una elección en el referendo que pretendió para aprobar la reelección indefinida, respetó el resultado para después volver a proponerlo y ganarlo siempre en las urnas. Una democracia de masas solía decir Chávez. En noviembre de 2012 se alzó nuevamente con la victoria electoral ya muy disminuido físicamente, por la enfermedad que finalmente lo llevó a la tumba. Nuevamente se alza con la  victoria con un 56% del total de la votación. Todos reconocen que las elecciones fueron limpias en un sistema electoral muy moderno.
 
En materia de política internacional el conjunto de los proyectos de centro izquierda que son mayoritarios en América Latina deben mucho a Chávez. De allí su presencia masiva en los funerales que se llevaron a cabo este viernes en Caracas. Se entendió con Luis Ignacio Lula Da Silva que ganó las elecciones en el año 2001 y se posesionó en el año 2002 como Presidente de  Brasil más recientemente mantuvo estrechas relaciones con la sucesora de Lula, la presidenta DilmaRoussef, se entendió muy bien con Tabaré Vásquez de Uruguay y más recientemente con su actual presidente, José Mujica, apoyó abiertamente a Néstor Kirchner y luego a su viuda Cristina Fernández. Brindó su apoyo a Evo Morales presidente de Bolivia y a Rafael Correa de Ecuador. Estrechó los lazos con Daniel Ortega de Nicaragua y con Fernando Lugo cuando fue presidente de Paraguay y se opuso y denunció el golpe de Estado contra él; así mismo se entendió con Michelle Bachelet de Chile y con Mauricio Funes de El Salvador. Su único adversario declarado fue Álvaro Uribe de Colombia con quien mantuvo unas relaciones difíciles que mejoró notablemente con Juan Manuel Santos Calderón. En el primer caso las divergencias vinieron por la mediación que inicialmente pidió Uribe a Chávez para la liberación de los secuestrados por las FARC y que luego retiró abruptamente, desde entonces, mantuvieron una abierta controversia. Esta llegó a su clímax cuando Uribe entregó seis bases militares a los Estados Unidos, algunas de ellas en zonas fronterizas con  Venezuela. El acuerdo no se hizo realidad porque la Corte Constitucional Colombiana declaró que tal concesión se había hecho de manera ilegal. Todo ello llevó a un profundo aislamiento de Colombia en la región latinoamericana y precipitó la crisis de la Comunidad Andina de Naciones, CAN.
 
Este activismo de Chávez en el campo internacional le permitió un manejo que impidió su aislamiento pese a las distancias enormes con los Estados Unidos bajo los dos gobiernos de George Bush en que Chávez temió por una invasión a su país. Esta quizás fue la razón más profunda para desplegar una diplomacia muy activa que privilegió a América Latina pero que también lo llevó a establecer estrechas relaciones económicas y de seguridad y defensa con Rusia, China e Irán. Todo ello le permitió ingresar al MERCOSUR el acuerdo comercial y político impulsado por Brasil al lado de Argentina, Uruguay y Paraguay. Pero también lo llevó a concretar la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, CELAC al cual pertenecen 35 Estados de la región y que actualmente es presidida por Cuba. Solo están por fuera Estados Unidos y Canadá, también Honduras por el golpe de estado contra Manuel Zelaya. Creó el ALBA (Alternativa Bolivariana para las Américas) y fue un entusiasta impulsor de la creación de Unión de Naciones Americanas, UNASUR, propuesta por Brasil.
 
Chávez pudo mantener su revolución bolivariana en buena medida porque no se dejó aislar en la región y consolidó sus acuerdos utilizando para ello el petróleo que se convirtió también en un arma de lucha política. Todo ello hizo de Venezuela un país con una creciente influencia internacional.
 
Durante los últimos años ayudó a construir unas bases para el diálogo entre las guerrillas de las FARC y el gobierno de Colombia que preside Juan Manuel Santos. Se dice en los mentideros próximos a esas negociaciones que su papel fue decisivo para llevar a Iván Márquez a la mesa de negociaciones.
 
Lo que sigue ahora en Venezuela está en manos de sus ciudadanos. Nicolás Maduro será investido este viernes como presidente encargado y en esta condición debe convocar elecciones para dentro de 30 días. El legado y la imagen de Chávez, pesarán mucho en la opinión pública venezolana y es muy probable que Maduro gane las elecciones. Aún es temprano para vaticinar cambios que seguramente vendrán. Entre tanto es indudable que las manifestaciones que se han producido en los actos fúnebres del Presidente demuestran que la mayoría de los venezolanos lo quería.
 
Bogotá, 8 de marzo – Día Internacional de la Mujer
 
- Pedro Santana Rodríguez es Presidente Corporación Viva la Ciudadanía
Fuente: Semanario Virtual Caja de Herramientas Nº 342
Semana del 8 al 14 de marzo de 2013
Corporación Viva la Ciudadanía
https://www.alainet.org/es/active/62348
Suscribirse a America Latina en Movimiento - RSS