Una mayoría de los comandantes del Ejército está en contra del golpe de Estado, sin embargo esto no quiere decir que esta mayoría actuará en defensa de la democracia si los pocos jefes militares golpistas se lanzan a lo que sí se podría llamar un error histórico. Las cuatro reuniones sostenidas entre el presidente Carlos Mesa y los militares no lograron alivianar la presión que los uniformados ejercen sobre el mandatario para revertir el fallo del Tribunal Constitucional que determina que cuatro oficiales serán juzgados por el asesinato de dos civiles el 13 de febrero del 2003. Por ello, los rumores de golpe de Estado que corren en nuestro país hace casi un año, podrían tener un verdadero asidero con los últimos acontecimientos. Algunas versiones sostienen que el fallo del Tribunal Constitucional que causó tanto revuelo y preocupación castrense es un fallo golpista. Estas intenciones de golpe pertenecerían al movimientismo (tendencia del MNR que encabeza Gonzalo Sánchez de Lozada) que aprovechando su injerencia en el Tribunal, halló el momento oportuno para azuzar a las Fuerzas Armadas con su fallo y así, concretar el golpe para, entre otras cosas, frenar el juicio de responsabilidades a Sánchez de Lozada, evitar la exportación del gas por un puerto que no sea chileno e impedir la realización de la Asamblea Constituyente. Un golpe de Estado como el que aparentemente se configura ahora, tendría mucha similitud con el que encabezó Alberto Natusch Busch en lo que se denominó "la masacre de Todos Santos": poco apoyo militar, respaldo del MNR y un rechazo social e internacional que finalmente lo llevó al fracaso. Sin embargo de su corta duración, del 1 al 16 de noviembre de 1979, esta aventura sangrienta supuso 200 muertos y más de 200 heridos, según la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia. Además, pese al escaso apoyo militar, no hubo acciones de miembros de las Fuerzas Armadas que actuaran eficazmente para impedir el golpe, este sería otro de los elementos similares. Conforme pasan los días, las Fuerzas Armadas continúan con su presión para revertir el fallo, desde diferentes frentes. Primero recibieron el apoyo del MIR, NFR y MNR, después un diputado emenerrista inicia un juicio de responsabilidades contra los magistrados del Tribunal Constitucional acusándolos de prevaricato, en el Congreso Nacional se habla de elaborar una ley interpretativa de amnistía que salve a los militares de la justicia, y finalmente, los empresarios privados piden revocar el fallo. Lo que puso en evidencia este conflicto es el mal uso que los diferentes gobiernos han dado a las Fuerzas Armadas, como máximo órgano de represión al pueblo, y por otro lado, el hecho de que los distintos jefes del Ejército hayan dejado que se los "malutilice" por los gobiernos para actuar con todo el rigor de las armas frente a ciudadanos desarmados que se manifestaban para reclamar sus derechos.