Las perspectivas del PT

15/10/1999
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En un contexto marcado por la profundización de la crisis y una creciente impopularidad del presidente Fernando Henrique Cardoso, la fuerza más importante de la izquierda brasileña, el Partido de los Trabajadores (PT), realizará su 2do congreso nacional del 24 al 28 de noviembre, con miras a definir las futuras orientaciones políticas y programáticas. ALAI dialogó con José Dirceu, presidente nacional del PT, sobre la situación de su país y los desafíos de la colectividad que dirige. - En el curso del presente año Brasil ha sido escenario de una significativa reactivación del movimiento popular. ¿Se trata de una reacción coyuntural a la crisis o de la manifestación de cambios más profundos que se estarían produciendo a nivel sociopolítico? Es un hecho real la reactivación de la movilización popular, el crecimiento de la insatisfacción social y la impopularidad del gobierno, pero también mucha división en la base del gobierno, tanto a nivel parlamentario como entre los gobernadores que apoyan al Presidente de la República. Hay un agotamiento del modelo neoliberal, y en la sociedad ya existe una mayoría de oposición. El problema es que ella está en disputa, pues dentro de la coalición conservadora también han surgido variantes. El PMDB (Partido del Movimiento Democrático), que apoya al gobierno, puede tener su candidato; Ciro Gómez del PPS (Partido Popular Socialista) trata de articular una alianza de centro derecha alternativa a Fernando Henrique, por dentro del sistema; y la izquierda puede ser otra opción en el 2002, pero depende mucho de la movilización, del cambio inclusive de la situación política del país. El gran hecho del 99 fue la Marcha de los 100 mil, la Marcha Popular, las huelgas metalúrgicas que regresaron, y el desgaste e impopularidad del gobierno, al punto que ya se está hablando de la sucesión de Fernando Henrique como si las elecciones fueran el año que viene, si bien el próximo año tenemos elecciones municipales para concejales y alcaldes. El PT, la principal fuerza política de la izquierda y de la oposición, es quien puede construir una alianza de izquierda ampliada y puede ofrecer un candidato, tanto Lula como otro nombre. Pero también puede darse un escenario en el cual la izquierda salga con más de un candidato, incluso porque también es improbable que la derecha vaya con un solo candidato. Mas en ningún caso será un desastre. - De mantenerse esta dinámica de desgaste del régimen, siendo que las protestas sociales han colocado entre sus consignas el "fuera FHC", ¿podría darse un recambio anticipado? No creo. De producirse una crisis institucional en Brasil lo más probable es que la salida se dé por la derecha autoritaria. El propio PPS de Ciro Gómez la defiende, al igual que Roberto Campos, que fue una gran figura en la dictadura y ahora es un hombre influyente, lo que quieren es mantener la coalición en el poder. Ellos están esperando que se dé una mejoría en la situación económica, pues consideran que va a mejorar, para ver como queda la situación política. Ahora, nosotros consideramos que la mejor política para la izquierda hoy es convencer a la sociedad de que precisa un nuevo gobierno. Más importante que la renuncia, que el "fuera FHC", es que la izquierda gobierne los estados donde es gobierno, que gane las elecciones municipales del 2000, que construya en la sociedad una mayoría en favor de otro gobierno, incluso para tener un peso mayor en el parlamento y ganar otros estados. Ya ganamos estados importantes como Río Grande do Sul, Río de Janeiro, Minas, que son tres de los cuatro estados más importantes del país, y podemos ganar estados como el de Sao Paulo, volver a ganar Brasilia, Pará, Pernambuco. Y aquí es muy importante la idea de cambiar el modelo económico y de cambiar quien gobierna el Brasil. Las élites, las clases empresariales y políticas fracasaron, y ahora tenemos que elegir un nuevo gobierno con otras clases sociales. No digo que se trata de una revolución socialista, sino que vamos a establecer una ruptura con el neoliberalismo, una ruptura con la dependencia externa, cambiar el modelo económico, democratizar el poder, dar un golpe de timón a la distribución de la renta interna, cambiar la política que el país tiene en el plano externo frente al capital financiero, la OMC. La idea de "afuera FHC", por un lado, fue levantada por sectores más politizados de vanguardia, pero, por otro, ella estrecha el arco de alianzas con las clases medias, con sectores de pequeños y medianos empresarios, con la CNBB, con la Orden de Abogados del Brasil. Entonces es una opción a trabajarla de manera que no sea un factor para dividir... es mejor defender que nosotros queremos un nuevo gobierno. - De las movilizaciones que se han registrado en los últimos meses llama la atención, por su metodología y orientaciones, la de la Consulta Popular. ¿Cuál es la posición del PT al respecto? Nosotros hemos seguido con atención y saludado el surgimiento de una forma más de organización popular de lucha y que busca organizar a sectores de la población en la base y construir un proyecto popular. En ese sentido nosotros saludamos, incluso porque el Movimiento Sin Tierra y la Central de Movimientos Populares, las dos principales entidades que allí participan, son aliadas nuestras, la gran mayoría de sus integrantes y dirigentes son petistas. Ahora, existen sectores de la Consulta Popular que tienen un discurso muy anti-PT, un discurso ?a mi modo de ver- muy sectario con relación a la izquierda, al frente de izquierda, a la oposición, y en cierta forma eso no contribuye. Mas la Consulta Popular, la Marcha Popular, todo eso, nosotros las apoyamos independientemente del punto de vista que tenemos de que tendría que haber más unidad. El Foro Nacional de Lucha es la gran conquista y el gran instrumento de lucha que hoy tenemos. Reúne a 80 entidades, incluyendo al Movimiento Sin Tierra, a la Central de Movimientos Populares, al Movimiento de Mujeres de Pequeños Productores Rurales, que hacen parte de la Consulta Popular. Es el gran instrumento, fue decisivo en la Marcha de los 100 mil, como también en el 1ro. de mayo, el 21 de abril y el 26 de marzo, en el Grito de los Excluidos y ahora el 10 de noviembre que es un día nacional de protesta y de lucha. La gran conquista de la izquierda, de las entidades democráticas y populares fue el Foro Nacional de Lucha. Nosotros hicimos un seminario, después una plenaria con entidades de base y luego institucionalizamos el Foro, donde participan también cinco partidos de izquierda. Esto es muy importante para la lucha en el Brasil, como importante es el Frente de Izquierda: PT, PDT, PCB, PCdoB, PSB, y la alianza con Itamar Franco que representa un sector del PMDB nacionalista, democrático, antineoliberal. Ahora estamos lanzando el Movimiento en Defensa del Brasil que reúne a entidades, personalidades, artistas, intelectuales, empresarios, líderes populares y sindicales. Es un movimiento suprapartidario que coloca la cuestión de la soberanía nacional, del patrimonio público, en primer lugar, así como la cuestión democrática y del trabajo, el combate a la miseria, la distribución de la renta, entre otros puntos. Estos son factores importantes en la disputa política, porque yo creo que desde el punto de vista ideológico, cultural, ético, estamos avanzando hacia una gran victoria sobre la derecha y el neoliberalismo porque ellos tienen que reconocer que tras 10 años de neoliberalismo en Brasil, y 20 en el mundo, se agravó la desigualdad, la miseria, el desempleo, no resolvió los grandes problemas de la humanidad, es decir, hay un cierto quiebre de hegemonía del neoliberalismo, del pensamiento único, de toda esa filosofía que trataron de construir, mientras nosotros hemos avanzado con propuestas que desde el punto de vista democrático implican una mayor participación popular, un control social sobre el Estado, y desde el punto de vista de la sociedad un control de los fondos sociales, un control del capital financiero, un direccionamiento del ahorro del excedente social, del ahorro público hacia un nuevo modelo económico que preserve la identidad cultural, la soberanía de nuestros países de América Latina. En esta perspectiva tenemos que fortalecer los bloques regionales y contar con una nueva política externa que quiebre la hegemonía norteamericana, que quiebre la política de guerra... Por ahí estamos avanzando. - En el debate interno está muy presente el tema de la institucionalidad, con señalamientos que dicen que el PT por privilegiar lo electoral se habría alejado de las bases... Todas las grandes luchas sociales en Brasil tuvieron un carácter institucional, las propias luchas de la CUT y el MST han girado en torno al Estado. Esa es una falsa cuestión. El PT es un partido político, no es un movimiento social. Nosotros queremos conquistar el gobierno, el poder, para implementar las transformaciones sociales y políticas del país. La actuación en el parlamento se da en la fiscalización del gobierno, en la elaboración de leyes, en el apoyo a los movimientos, en la construcción partidaria, esa es nuestra misión. La construcción de las políticas públicas del PT se da a partir de las experiencias de los movimientos sociales, del parlamento, de nuestros gobiernos, de la actuación en las universidades, de modo que es errado colocar esa cuestión. Es evidente que el PT tiene que atender lo que pasa en el gobierno, en el frente parlamentario, y muchas veces eso perjudica su acción social y viceversa. Nosotros somos de un partido que tiene 20 años en un país que en los últimos 50 años tuvo 30 bajo la dictadura, y varias generaciones, instrumentos políticos y la experiencia fueron liquidados. Esa crítica tiene que existir pero no puede ser sectaria, no puede pretender que nosotros no queremos hacer la lucha social y los otros quieren, que nosotros solo queremos cuidar las elecciones. Esa crítica no contribuye porque el PT no es partido solo electoral, el PT fue determinante para esas movilizaciones, fue el PT que condujo la Marcha de los 100 mil, fue el PT que condujo las grandes movilizaciones en el Brasil. Encuentro que falta autoestima en algunos sectores del movimiento popular, sindical y dentro del PT con relación al papel del PT. Obviamente no podemos perder el sentido crítico, pues existen muchos problemas dentro del PT, graves, falta más organización de base, más educación política, más información, más lucha social, pero sin que esto sea contradictorio. Incluso porque se trata de una perspectiva que apunta a radicalizar y democratizar el Estado brasileño, nuestra visión no es adaptarse a este Estado, de ahí que cuando el PT llega a un gobierno hace un presupuesto participativo, apoya las ocupaciones para la reforma agraria, cuando era prohibida la huelga hacíamos huelga. Sabemos que la lucha hace la ley y por eso tenemos que luchar para tener instituciones democráticas, para transformar este Estado. - ¿Cuáles son las principales expectativas que tiene el PT de su II congreso? En la parte orgánica el gran desafío es introducir cambios radicales en la estructura del partido. Queremos adoptar las elecciones directas de los dirigentes tanto a nivel nacional como estadual, establecer las primarias para el electorado, democratizar las finanzas del partido de modo que las instancias de base no van a transferir recursos, van a recibir. Vamos a crear estructuras regionales y abrir el partido a la sociedad, a la comunidad, a la cultura, a la juventud, tratando a la vez de mejorar y llevar a la base del partido la formación política. Asimismo, vamos a definir con mayor claridad un programa para el Brasil y a prepararnos para las elecciones del 2000, pues estas elecciones son importantes; y a partir de la experiencia del 99, vamos a mejorar los instrumentos de movilización y de lucha social del partido y a cualificar mejor el acompañamiento de nuestros gobiernos. También nos proponemos enfrentar la discusión internacional, la cuestión ideológica. El congreso tiene un papel importante en la vida del PT porque es el 2do. En 20 años de vida ya hicimos 11 encuentros y dos congresos, uno en el 91 y ahora en el 99. Significa un momento de reflexión ética del partido, estamos haciendo cambios drásticos en las afiliaciones, en el control sobre el comportamiento moral y ético de nuestros gobiernos, y vamos también a mejorar el debate y la discusión política previos a los encuentros, o sea, vamos a politizar más los encuentros.
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