Han pasado ya varios días de las elecciones presidenciales en Venezuela, donde el chavismo asestó una contundente derrota a la oligarquía venezolana, pero todavía la derecha sigue llorando en Caracas, Miami y Madrid. También lloran los publicistas de CNN, Univisión, El Nuevo Herald y El País. Para las elecciones del pasado 7 de octubre estos traficantes de la información respaldaron abiertamente la candidatura de Henrique Capriles, ‘nuevo’ peoncito de Washington. Se dedicaron por varias semanas a repetir –auto engañándose- que Capriles ganaría las elecciones, pero el batazo chavista los “sorprendió”. Bastaba ver al día siguiente la cara de Jorge Ramos (Univisión), Patricia Janiot, Claudia Palacios y Fernando del Rincón (CNN) para comprobar el duro impacto de la derrota. Así expresan la ética profesional.

Luego del batacazo bolivariano, varios gobernantes latinoamericanos expresaron saludos y felicitaciones al líder bolivariano Hugo Chávez. El presidente de Ecuador, Rafael Correa escribió en su cuenta electrónica de twiter: “Chávez vencedor con casi 10 puntos de diferencia. ¡Viva Venezuela, Viva la Patria Grande, Viva la Revolución Bolivariana!". Señaló que, otra vez se derrumbaron las mentiras de los de siempre, y alertó a sus compatriotas: "ahora vendrán por nosotros, estaremos preparados, venceremos", se refería así a las ardides e intrigas de los enemigos del gobierno ecuatoriano. Como sabemos en febrero de 2013 habrá elecciones para presidente, vicepresidente e integrantes de la Asamblea Nacional en Ecuador.

Los ataques y calumnias de la prensa al servicio del imperio contra los procesos políticos progresistas en América Latina es sin descanso; la demonización contra los líderes populares como Fidel Castro, Raúl Castro, Hugo Chávez, Evo Morales y Rafael Correa no tiene límites; cientos de programas radiales y televisivos, y miles de páginas impresas y digitales machacan con odio y mentiras en la mente de la gente, buscando crear reflejos condicionados hacia esos dirigentes.

Cuando el Presidente Rafael Correa dice: “ahora vendrán por nosotros”, tiene bien identificado quiénes son los enemigos de la Revolución Ciudadana. Entre las muchas virtudes que posee Correa, está su capacidad para entrar en el terreno del adversario (algunos de ellos simples marionetas de empresas comerciales de comunicación), dar la pelea y derrotarlos. Este 2012 en dos entrevistas para cadenas televisivas europeas, defendió la soberanía e independencia de su país, y desenmascaró las patrañas e infamias contra su gobierno.

La primera entrevista fue en el mes de marzo, en el programa Los Desayunos de TVE (Madrid), con la periodista estrella Ana Pastor (ahora empleada de CNN), quien en su afán de acosar y acusar a Correa sobre el tema de la libertad de expresión en Ecuador, le preguntó (citando a la “gran” prensa estadounidense): “¿Cómo entiende que New York Time, en un editorial durísimo habla que usted lidera una campaña despiadada contra la libertad de expresión?”. Correa con fino humor respondió: “Pregúntele al New York Time si saben dónde queda Ecuador”. La periodista sonrojada afirmó: ¡claro que deben conocer!, y argumentó que por tratarse de un “importante” periódico, tenían razón en su señalamiento. Correa contundente dijo: “Si algo he aprendido en este oficio es responderle a la gente, no a los medios de comunicación. Ustedes se creen propietarios de la opinión pública. ¡No! Ustedes son propietarios de la opinión publicada. La opinión pública es la de nuestros pueblos, y a ellos hay que contestarles”.

Para que la publicista estrella se ubique le señaló: "Derrumben esos mitos de los políticos malvados persiguiendo a los medios de comunicación, porque es al revés, son ellos los que persiguen". Semanas después la periodista dijo que se había sentido incómoda en esta entrevista.

La segunda fue en agosto, en Quito, para el programa La Entrevista de televisión RT, con la presentadora –también española- Mónica Rodríguez Carballo, quien le pidió que se refiriera a los medios de comunicación. Correa dijo: “Aquí y en América Latina -ojalá entienda el mundo-, ¡hasta hacerles pagar impuesto a los medios de comunicación es atentado a la libertad de expresión!, porque estuvieron acostumbrados toda la vida a estar por encima de la ley. Eran los más grandes explotadores laborales. Ahora se les hace cumplir sus obligaciones laborales; ¡Atentado a la libertad de expresión! Eran los que ponían la agenda política, la agenda presidencial, juzgaban, sentenciaban o declaraban la inocencia, legislaban. Ahora ya no, no tienen ese poder: ¡Atentado a la libertad de expresión! ¡No!, finalmente, estamos viviendo un verdadero estado de derecho aquí”.

Rodríguez pregunta: “¿Se siente usted perseguido de alguna forma? ¿Tiene miedo?”. Correa responde: “Precisamente por lo que le digo, todos los días uno tiene que levantarse para ver cuál es la nueva mentira que publicaron ciertos medios. Mire, aquí en Ecuador esos negocios dedicados a la comunicación lo manejan seis familias, y seis familias que además eran dueñas de emporios económicos. Hicimos una reforma constitucional, impidiendo que los medios de comunicación puedan tener otra clase de negocios; ¡Atentado a la libertad de expresión! O sea, para evitar ese conflicto de intereses; también, ¡atentado a la libertad de expresión! Cualquier cosa que sea en función de la ética, de la ley, pero que afecte a los intereses de esta dictadura mediática que vive el Ecuador, ¡atentado contra la libertad de expresión!”

Concluye diciendo: “La prensa en América Latina ha sido terriblemente corrupta, aliada a las dictaduras: Pinochet, dictaduras argentinas, etc., con grandes conflictos de intereses porque a su vez, ¿la práctica cuál era? Tengo un emporio económico y hago un canal de televisión, ¿para informar? No. Para defender el emporio económico. Todo eso está cambiando y por eso tenemos una arremetida diaria de desprestigio, pero que nadie se la cree”

Este tipo de periodismo al que confronta Correa, no interroga, sino acusa; no investiga, sino inventa. Observan y tratan con etnocentrismo a los latinoamericanos; creen ser dueños de la ortodoxia, y se convierten en jueces de nuestros procesos políticos. Les molesta escuchar la verdad, firme y valiente de nuestros líderes progresistas.

Cuando Correa dice: “ahora vendrán por nosotros”, sabe que la lucha será dentro y fuera de Ecuador, y que los medios hegemónicos al servicio de las transnacionales lo atacarán para tumbarlo. En setiembre de este año una encuesta sobre gestión presidencial realizada por una empresa mexicana, indicó que el Presidente ecuatoriano Rafael Correa resultó ser el mandatario de América Latina con más alta evaluación, alcanzando una calificación del 75%, superando su propio registro de 58% obtenido en enero de 2012.