El 35avo Congreso de la FIDH, reunido en Quito el 5 y el 6 de marzo de 2004 expresa su extrema inquietud en lo que se refiere a la situación que prevalece en la República de Haití. Condena las violaciones sistemáticas a los derechos humanos cometidas bajo la responsabilidad del Sr. Jean-Baptiste Aristide, quien debe rendir cuentas. Expresa su total reprobación por la utilización de milicias armadas, sin importar de donde vengan y solicita urgentemente que los autores de crímenes sean perseguidos y juzgados. El Congreso de la FIDH subraya la responsabilidad de la Comunidad Internacional, en particular de los Estados Unidos de América y de Francia, que desde hace decenios alternan entre intervenciones militares y la indiferencia frente a las violaciones de derechos humanos, particularmente en lo que se refiere a los derechos económicos, sociales y culturales. La ONU, la OEA, la Comunidad de Estados del Caribe y todos los amigos del pueblo haitiano deben ayudar a este último a implementar un Plan Nacional de reconstrucción económica, social y institucional que permita aportar una solución a los factores que generan violencia, como la pobreza y la ausencia de democracia. El 35avo Congreso de la FIDH recuerda que ninguna solución real y durable no puede implementarse sin el respeto de la soberanía del pueblo haitiano.