Haití y la región tras la caída de Aristide

01/03/2004
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La región más tropical de las Américas ahora hierve socialmente. La mayor fuente de dicho calor proviene de aquel país que hace 200 años inició la ola de independencias latinoamericanas. Haití vive una guerra civil cuyo resultado, al iniciarse Marzo, parece incierto. Al cerrase febrero (y esta edición) el presidente Aristide se exiliaba. Guy Phillippe, líder del 'ejército caníbal', cumplió su sueño: festejar su cumpleaños viendo caer a Aristide. El primer presidente electo en 200 años de historia haitiana quedó tenazado por la izquierda y la derecha. Su tiro de gracia vino cuando las 2 principales potencias del país (Francia y EEUU) le instaron a renunciar. El fue electo en 1990 encabezando un movimiento de masas contra la dictadura del clan Duvalier. A 8 meses en el cargo fue depuesto por un golpe. En 1994 las tropas estadounidenses volvieron a entrar a ese país y decidieron restituirlo a fin de garantizar el orden. Quien inicialmente fuera un cura partidario de la 'teología de la liberación' se fue paulatinamente adaptando al viejo orden y adoptando muchas de las características del viejo autoritarismo corrupto contra el cual inicialmente irrumpió. Su incapacidad de romper con el modelo que ha condenado a Haití a ser la nación más miserable del hemisferio, le fue quitando popularidad. Ahora, él se enfrenta a varios fuegos. Por una parte hay sindicatos que le han organizado huelgas. También está la heterogénea oposición civil, dentro de la cual hay desde grandes empresarios hasta socialistas. Por otra parte, crece un levantamiento armado que ha venido conquistando el norte y podría atacar la capital en cualquier momento. El llamado 'Frente de la Resistencia' o 'ejército caníbal' está compuesto por antiguos paramilitares y oficiales ligados a la dictadura duvalierista. Ellos han sido acusados de gangsteriles, aunque afirman que quieren la democracia. El desplome de su policía y aparato estatal conllevó a que unos cuantos centenares de pistoleros comandados por el jefe policial y ex-golpista Phillippe y por Louis-Jodel Chamblain, ex- líder de escuadrones de la muerte, avanzaran conquistando más de la mitad norte del país. Paradójicamente este alzamiento se produce a 45 años del que se dio en la isla de enfrente (Cuba), en la cual el pequeño grupo armado de Castro aprovechó la desintegración de la dictadura de Batista para marchar sobre las ciudades. La ironía es que los rebeldes haitianos más parecen estar vinculados a la tradición de los Batista, Somoza o Trujillo, mientras que Aristide llegó a ser un izquierdista amigo de Fidel. Inicialmente la OEA prefería una salida negociada que pasase por un compromiso de Aristide a adelantar las elecciones y, mientras tanto, dejar el premierato y el control de la policía a un 'independiente'. Mas, la oposición insiste en acelerar la salida de un presidente al que acusan de haber fraguado las elecciones para mantenerse en el cargo. Los cancilleres de EEUU y Francia se pronunciaron a favor de que sería mejor que Aristide vaya dejando palacio. Yvon Neptune, el primer ministro de Aristide, ha señalado que el poder constitucionalmente debe pasar al juez supremo Boniface Alexandre. Este es el premier que el presidente saliente quería sacrificar para evitar su propio sacrificio. La nominación del nuevo presidente podría ser cuestionada por diversos sectores quien podrían pedir una reunión del parlamento. No se sabe cuanto podría durar el nuevo presidente y no se descarta la posibilidad que en otras zonas se pueda dar un poder paralelo. De hecho en el norte del país rigen los 'caníbales'. Algo que les preocupa es que Haití puede generar una nueva explosión. Hay el riesgo de choques armados entre grupos de pobladores y los antiguos paramilitares. La marcha de los insurrectos norteños ha sido acompañada de asesinatos y saqueos. Hay el temor que pueda haber una protesta laboral. En la vecina República Dominicana también hay mucho descontento contra otro gobierno de orígenes izquierdistas. Sin embargo, el mandato del Partido Revolucionario Dominicano, viene siendo cuestionado fundamentalmente por la coordinadora sindical, la misma que organizó un masivo paro total el 28 y 29 de enero, y una de cuyas demandas es la 'ruptura con el FMI'. La polarización se agudiza en Venezuela y El Salvador. En el primero se han producido muchas bajas al reprimirse manifestaciones de la oposición que pide un referendo para deponer al presidente, mientras que Chávez ha instado a ésta a organizar una guerrilla contra él. El 21 de marzo hay elecciones generales en El Salvador y en las encuestas viene ganando Shafik Nadal. El podría convertirse en el primer dirigente de un Partido Comunista que llega a la presidencia de un país americano por la vía constitucional. Una nueva ironía es que su frente, el Farabundo Martí de Liberación Nacional, estaría llegando al poder habiendo sustituido el camino de las armas por el de las urnas. Un eventual gobierno farabundista tendría las manos atadas para romper los avanzados acuerdos de integración comercial con EEUU. Si bien podría seguir la escuela del brasilero Lula y hacer un gobierno ligado al empresariado, su ascenso electoral viene creando una ola de contra-capaña macartista y anti-comunista por parte del gobernante partido ARENA, lo cual no descartaría un escenario de confrontación como el visto hoy en Venezuela o el acontecido hasta hace 30 años en Chile. * Isaac Bigio es analista internacional en Londres donde ha sido profesor en la London School of Economics. Bigio2004@Yahoo.com www.bigio.org
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