El proceso de Liberación Nacional y el Socialismo hondureño

27/05/2012
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Luego del proceso de independencia nacional llevado a cabo por los criollos en Mesoamérica a inicios del siglo XIX, un equipo de hombres con altísimas concepciones de patria se dispusieron el reto heroico de imaginar países libres, soberanos e independientes.
 
Debido al tamaño de las economías centroamericanas y al profundo subdesarrollo como resultado  de tres siglos colonización española, los próceres nacionales como José Cecilio del Valle, Dionisio de Herrara, José Trinidad Cabañas y el General Francisco Morazán, diseñaron un visionario proyecto de unidad centroamericana, como único camino para enfrentar los mercados mundiales y los avatares de la política internacional de la que habían las emergido repúblicas recientemente.
 
La unidad de las cinco provincias debía ser forjada con un sentimiento patrio que se acompañara de un proyecto económico liberal, de avanzada y muy influenciado por la Revolución Francesa, que alcanzara estadios de vida nunca antes vistos por los nuevos ciudadanos de las nacientes repúblicas.
 
Lógicamente, este proyecto revolucionario encabezado fundamentalmente por Francisco Morazán, enfrentaba férrea oposición de sectores aún leales a la corona española y sus intereses, así como a los intereses propios generados de la explotación de los y las trabajadoras centroamericanas.
 
La alternativa militar de enfrentar esos intereses, fue la conclusión científica del análisis histórico de aquellos hombres. Ningún medio democrático por sí mismo podría cambiar las estructuras sociales de producción y distribución de las riquezas que habían resultado de la colonia.
 
A la vez, el proyecto de integración centroamericana tuvo la intervención directa del imperialismo inglés y la colaboración de las oligarquías regionales que lograron frenar el sueño morazánico y con ello la verdadera independencia. El asesinato en Costa Rica de Francisco Morazán marca la tragedia de los nuestros pueblos y su condena por más tiempo ante los intereses extranjeros y los intereses mezquinos de las insipientes oligarquías centroamericanas.
 
Ya la iglesia católica de aquella época celebraba con su visión feudal y conservadora, el freno a toda posibilidad de independencia y liberación nacional.
 
La reforma Liberal
 
Poco más de treinta años después del asesinato del General Morazán, dos liberales de pensamiento y acción, condujeron un proceso político y económico importante que contribuyó decididamente a la conformación del Estado y al desarrollo del País.
 
La reforma liberal de Marco Aurelio Soto y Ramón Rosa contribuyeron al crecimiento de la economía mediante la inversión extranjera y al fortalecimiento del Estado de Honduras. De hecho, según documentos de la época, el Estado creció más de 15 veces en su tamaño como efecto directo de la reforma.
 
No obstante, la debilidad del propio Estado frente a la fuerza de las transnacionales, la falta de continuidad de proyecto, las pugnas internas y corrupción de la clase gobernante, propiciaron que a finales del Siglo XIX se desdibujaran los esfuerzos de la época para lograr una mayor independencia. Cabe recordar que dichos esfuerzos ya no contaron con el factor militar y mucho menos con la visión centroamericanista en su conjunto.
 
La primera revolución latinoamericana
 
El principal medio de producción es los primeros años del siglo XX en Latinoamérica era sin dura la tierra. Los conflictos generados por la concentración de la tierra en grandes latifundios produjeron niveles de miseria y explotación sin precedentes en el continente.
 
Pero para 1909 la revolución mexicana, una revolución armada de campesinos sin tierra, daba la pauta de cómo lograr cambios estructurales en la tenencia de los medios de producción y la importancia de la participación política directa de los trabajadores en las luchas por el cambio y la justicia social.
 
Honduras llevaba casi cuarenta años de estar promoviendo no solo la inversión extranjera sino el acogimiento de extranjeros que pudieran contribuir al desarrollo económico con técnicas y conocimientos productivos. Una de las principales migraciones provenía de Turquía, más tarde esta migración se consolidaría como la clase dominante fundamental del país.
 
Como dato curioso, en 1872 una carta dirigida a Carlos Marx desde el funcionario hondureño José A. Pérez Carrión que dirigía la sociedad FOMENTO HONDUREÑO, le pedía a Marx que intercediera por Honduras en su calidad de dirigente de la Internacional de los Trabajadores, para encontrar miembros de su organización que pudieran venir al país a trabajar en condiciones realmente favorables para ellos y para desarrollar de la economía. Seguro que a Carlos Marx aquello debió producirle un sentimiento extraño y de muchas maneras contradictorio.
 
Si bien, la revolución mexicana y sus procesos dieron una lección a la historia de la humanidad, el impacto político más importante para los trabajadores del mundo vino pocos años después.
 
La Revolución de Octubre
 
Vladimir Ilich Uliánov, Lenin (el hombre del rio Lena), junto un pueblo en resistencia contra las barbaridades de un régimen feudal dirigido por una dinastía monárquica, daba la lección de liberad más importante de la historia de la humanidad: La Revolución Rusa de 1917.
 
Si bien la teoría Marxista había hecho aportes incalculables en las luchas por la liberación de la humanidad, nunca antes había tenido el nivel de concreción que logró alcanzar la revolución bolchevique. Ésta cambió no solamente la propiedad sobre los medios de producción de la sociedad sino que logró una auténtica liberación de las fuerzas productivas que hicieron de Rusia y posteriormente de la Unión Soviética, el primer Estado Socialista.
 
El desarrollo de las ciencias, las artes y la humanidad tuvieron alcances con los que jamás el capitalismo ha logrado semejanzas, tomando en cuenta que dichos avances no se conquistaron mediante la explotación esclavizante del trabajo, la destrucción de la naturaleza, las guerras imperialistas y la neo colonización de la humanidad.
 
Crisis capitalista y surgimiento del fascismo
 
Justamente para primera década de la revolución rusa, la recesión -el fenómeno cíclico del capitalismo-  daba un tremendo golpe al sistema de clases y ponía en vigencia los gritos libertarios de la revolución obrera y campesina de Octubre.
 
Nuevas fuerzas comenzarían en todo el mundo a organizar la revolución definitiva del trabajo contra el capital. Ante la crisis, la clase capitalista mundial optó por el apoyo irrestricto al surgimiento del fascismo. El Partido Comunista Italiano y principalmente el Partido Comunista Alemán, consolidaban fuerzas y apoyo popular, sobretodo de la clase trabajadora. La década del 30 del pasado siglo XX prometía importantes inflexiones positivas en el curso de la historia de la humanidad.
 
Ante la crisis, ante el avance organizado, racional y democrático de las fuerzas populares, el capitalismo impuso el fascismo. Fase última y superior de la consabida democracia burguesa.
 
No obstante, ahí estaban las fuerzas soviéticas que frenaron y derrotaron militarmente al fascismo. Nuevamente el Estado Soviético de la primera época demostraba al mundo su esencia y su humanidad.
 
Luego de ahogar en sangre a más de cincuenta millones de seres humanos, el capitalismo,  tuvo su segunda oportunidad en la recomposición mundial luego de la segunda guerra.
 
En el mismo periodo antes mencionado de ascenso popular de 1920 – 1930, nuestro país tuvo para las elecciones de 1930, su primer candidato presidencial por el Partido Comunista de Honduras el olanchano Manuel Cálix Herrera, un obrero y artesano destacado por su gran capacidad de organizador y liderazgo.
 
El fascismo en Centroamérica
 
Para sostener el control en la región, las potencias mundiales y especialmente los norteamericanos impusieron dictaduras militares que controlaron con “mano firme” a los pueblos de la región.
 
El dictador y asesino Tiburcio Carías Andino se sostuvo el poder por dieciséis años (1933-1949), prohibiendo absolutamente toda forma de organización y pensamiento alterno al oficial. (Curiosamente este nefasto personaje es admirado y promovido como un símbolo de liderazgo en un sector importante del Partido Nacional de Honduras que actualmente se encuentra en el poder). También cabe anotar, que la actual Clase Dominante del país (que no es hondureña), consolidó su posición en la economía; sobre todo en el comercio y la industria en este mismo periodo.
 
No podemos olvidar tampoco que las provincias centroamericanas sufrían situaciones similares, salvo Costa Rica que emprendía un sin número de reformas para huir del comunismo. Con Martínez en el Salvador, Ubico en Guatemala, los Somoza en Nicaragua y Carías en Honduras, Centroamérica unida era ya un sueño lejano de Morazán, que cien años antes había luchado por el futuro y había muerto con su amor por Centroamérica tal como lo declarara en su testamento.
 
No puede dejarse de mencionar acá, que aún con las insignificantes garantías democráticas los trabajadores hondureños, juntos con una nueva versión del Partido Comunista organizaron la gesta histórica de la Huelga del 1954, que modificó para siempre las condiciones del trabajo en Honduras, que dio pie para el reconocimiento del voto de las mujeres en las elecciones nacionales y que produjo el reconocimiento también de la paridad de los gobiernos estudiantiles auténticos en la UNAH.
 
Golpes de Estado en Latinoamérica
 
Los norteamericanos no cejaron en sus esfuerzos por el control de los países del continente. El golpe a Jacobo Árbenz Guzmán en 1954 en Guatemala sería solo el comienzo en la lucha contra la democracia y lo que ellos consideraban comunismo.
 
Esta etapa política se mantiene aún, con resultados tan nefastos como el que tuvo en Guatemala, Brasil, Argentina, Chile, República Dominicana, Uruguay, Bolivia etc. No obstante, tuvo importantes reveces en los últimos diez años en los que la Revolución Bolivariana de Venezuela encabezada por el Comandante Hugo Rafael Chávez Frías, el proceso de la República del Ecuador con el liderazgo de Rafael Correa y el proyecto del Estado Multiétnico y Multicultural de la República de Bolivia con el Presidente Evo Morales al Frente, demostraron a los pueblos que los abismos sociales generados por el neoliberalismo abrían también oportunidades políticas y sendas de luchas para la toma del poder.
 
Para el socialismo latinoamericano sin embargo, sigue siendo 1959 nuestro sur.
 
La Revolución Cubana de 1959 representa el ejemplo vivo de dignidad de los pueblos de nuestro hemisferio, que sobreviviendo al constante asedio del imperialismo norteamericano, logró consolidar una Revolución Socialista con Independencia Nacional que trascendió mucho más allá la caída del socialismo europeo y contribuyó inequívocamente con el nuevo amanecer latinoamericano.
 
El Comandante Fidel Castro Ruz, continua siendo la principal guía, ya sea por su historia o sus reflexiones, de los Socialista Latinoamericanos. Ya sea porque asesoró militarmente procesos armados de liberación nacional en los tres continentes más pobres del mundo o porque internacionalizó con la cultura, la salud y el ejemplo más hermoso de lucha y dignidad humana, Fidel tiene un lugar único y especial en la historia.
 
Por el Socialismo Hondureño luchará el Partido Libertad y Refundación
 
Por más de 15 años los socialistas hondureños luchamos por la reconstrucción y consolidación del Movimiento Popular y la Izquierda de Honduras. Fue un periodo largo de lucha en las calles en el que inevitablemente las condiciones de vida de los y las hondureñas se pauperizó a niveles inimaginables.
 
A pesar de la lucha de los trabajadores y los sectores populares, el sistema capitalista y el modelo neoliberal continuaron su avance. Aunque cada vez más y más sectores eran excluidos violentamente del proyecto de la oligarquía servil y el capital transnacional principalmente norteamericano.
 
El Presidente José Manuel Zelaya Rosales supo interpretar a tiempo que dicho proyecto no beneficiaría jamás al pueblo y lo condenaría para siempre a la miseria y el oprobio. Por eso, por su naturaleza humana y justa, promovió la idea ya no de la unidad solamente centroamericana de Morazán, sino también latinoamericana de Bolívar, Martí, Artigas, Sucre y el Che, con su anexión al ALBA y la lucha por la Asamblea Nacional Constituyente.
 
Esas mismas luchas del Presidente Zelaya fue la que acompañó el crecido movimiento social hondureño, el Bloque Popular, la Coordinadora nacional de Resistencia y las organizaciones de la Izquierda Socialista de Honduras.
 
El golpe de estado, no es más que el pre infarto del gobierno de la oligarquía que abrió la senda para la construcción de una Patria LIBRE, Soberana, Independiente y Socialista.
 
Las fuerzas de la historia y los pueblos del mundo nos acompañan.
 
Tegucigalpa MDC, 26 de mayo de 2012
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