Todos tienen una alta puntuación puesta por Madrid

Un torneo muy parejo de candidatos a ganar la copa Repsol

25/04/2012
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¿Quién ganará el campeonato de mejor operador político y mediático de Repsol? Es difícil saberlo a diez días de la recuperación de la petrolera, habiendo tantos y calificados lobbistas a favor de España.
 
¿Será Alberto Fernández quien se lleve los laureles de mejor defensor de Repsol? El ex jefe de Gabinete de Néstor Kirchner tiene sus tristes méritos porque ha trajinado en los medios por una jornada laboral mucho más extendida que la recompensada con los 25.000 pesos de “consultor externo”.
 
Los que lo ven ganador dicen que tiene algo que muchos otros detractores carecen: cierta historia en el kirchnerismo. Su capacidad de hacer daño se potenciaría.
 
Pero en sus incursiones en los programas de Morales Solá, A dos voces, con Tenembaum y Sloto, etc. no tuvo disparos sino chasquibum. Más que atacar la medida cristinista tuvo que de defenderse, puntualizando que no es lobbista sino consultor externo. No aclare que oscure, señor Fernández.
 
El “Fernández bueno” (bueno para TN) no será el ganador de este campeonato. Figurará en el lote del medio, nada más.
 
En el mundo político muchas más posibilidades de campeonar tiene Mauricio Macri. Luego de quedar grogui con los anuncios presidenciales del 16 de abril, se despachó en tres oportunidades en contra.
 
Al día siguiente declaró: “esta decisión va en contra de los intereses de los argentinos. Vamos a estar peor en un año que hoy; lamento enormemente sentir que una vez más la Argentina va por el peor camino”.
 
Según sus cuentas poco claras, la intervención en YPF significará para el Estado “un costo de 10 o 12.000 millones de dólares por año, durante cuatro años”.
 
El jefe del PRO dio instrucciones a su pequeña bancada en Diputados para que vote en contra de la iniciativa; por suerte no tiene representación en el Senado. En la Cámara Baja sus legisladores se darán la mano con Elisa Carrió y otros náufragos que se aferran a los maderos de Repsol, buscando oxígeno y financiación política. Están condenados a perder las votaciones y, más importante, las discusiones parlamentarias ubicados como están en el rincón de la multinacional. Ya fue el tiempo del Consenso de Washington. La crisis mundial del capitalismo -España es una de sus expresiones más crudas- abre los ojos de muchísimos argentinos sobre lo que es conveniente para el país.
 
Esa opinión mayoritaria a favor de la recuperación de la hidrocarburífera alcanza cotas del 80 por ciento. Macri es un neoliberal pero también, y por eso mismo, un tremendo oportunista, al chocarse con esas contundentes estadísticas, introdujo un matiz en su oposición. Declaró que si es presidente en 2015 no volvería a la empresa privada sino que mantendría el esquema 51-49 por ciento, con un funcionamiento superlativo.
 
Si. Ya se sabe cuán perfecto funciona todo lo que el ingeniero toma o deja de tomar, como los Subtes de Buenos Aires, el espionaje sobre los opositores, el cierre de cursos en las escuelas, los impuestos y ABL.
 
Empate técnico de monopolios
 
El jefe de Gobierno porteño dijo que el 16 de abril se fue a dormir muy preocupado por la nacionalización. Como la pesadilla de Macri presidente en 2015 está lejana y es poco probable, los argentinos pueden dormir tranquilos. De todos modos, es candidatazo al campeonato Repsol, Copa Los Vendidos de Argentina.
 
Entre los periodistas sobran los candidatos. Joaquín Morales Solá, Carlos Pagni, Mariano Grondona, Jorge Lanata, Eduardo Van Der Kooy y otras plumas envenenadas de Clarinete y “Gaceta Ganadera” tienen méritos indudables para subir al podio.
 
Van Der Kooy tiró contra la argentinización desde antes que se produzca. Ahora le achacó otro defecto: “El modo en que se resolvió la expropiación de YPF, además, complicó el tramado que el gobierno kirchnerista venía haciendo en el plano internacional. Cristina tuvo constancia de ese enrarecimiento cuando asistió a la Cumbre de las Américas” (Clarín, 25/4,  “La expropiación de YPF limita las posibilidades en torno a Malvinas”). Esa acusación ya la había formulado Morales Solá en “La Nación” varios días antes, pero el de Clarín no le respetó el copyright sino que usó el copy-paste.
 
El monopolio Clarín publicó de todo contra el anuncio presidencial. Confirmó así cuánto había traicionado hace años su origen desarrollista, de un esquema de país industrial que necesitaba fuentes de energía y mayor producción petrolera y gasífera. A lo sumo podrá argumentar que hizo “la gran Frondizi”, que primero defendió la nacionalización del petróleo y después capituló a favor de las siete hermanas monopolistas.
 
Además de publicar lo que producían sus propios columnistas, Clarinete les dio tapas y gran cobertura a las críticas de un funcionario del FMI, de Robert Zoellick, titular del Banco Mundial; a las alianzas de España y EE UU en la reunión de la OTAN de Bruselas, las dos solicitadas de Repsol, etc. Y a eso le sumó la publicación de una nota de The Wall Street Journal, norteamericano,  el 18/4, con este comentario: “el diario económico más influyente del mundo, sostiene que es un ´robo´ la nacionalización de la compañía, califica de ´matona´ a Cristina y dice que impulsa la ley ´para salvar su presidencia´; e insta a que ´los países civilizados del mundo expulsen a Argentina del G-20´”.
 
Pero “La Nación” también ha tenido una performance extraordinaria y dañina. Su pulseada es con “Clarinete” y deja atrás a todos los medios; es como el torneo español, dominado por Real Madrid-Barcelona. El matutino que mejor expresa a la Sociedad Rural publicó dos editoriales, el 17 y el 18 de abril. En el segundo, titulado “YPF: arbitrariedad y mala fe”, sostuvo que “la apropiación del 51% de la empresa petrolera tendrá altos costos en términos económicos y de seguridad jurídica”. La supuesta víctima sería el monopolio: “Le asiste la razón a Repsol cuando sostiene que la determinación oficial es arbitraria y discriminatoria”. Eso se llama trabajar para la Corona.
 
 Golpe de Estado
 
Hay muchos otros candidatos a ganar el campeonato Repsol. Entre los dirigentes del establishment empresarial está Hugo Biolcati, presidente de la Sociedad Rural Argentina. En una columna de opinión, Clarín 25/4 (“Ante YPF y el campo, las formas valen”), el sojero y fuerte productor lechero afirmó: “Su abusiva apropiación por parte del Estado Nacional y el proyecto de ley que intenta expropiar selectivamente el 51% de sus acciones dejan al país en una zona de marcada incertidumbre. Como productores agropecuarios, nos interesa el tema porque uno de los principales derivados del petróleo, el gasoil, es para nosotros tan esencial como el agua para nuestros cultivos”.
 
Era una cuestión lógica. Del mismo modo como se había opuesto a la recuperación de parte de la renta sojera, se opone a la nacionalización parcial de la renta petrolera.
 
Con esa toma de posición pro-española, la Sociedad Rural no hace más que convalidar su tendencia histórica. Se trata de una entidad fundada por un Martínez de Hoz en 1866 y un Martínez de Hoz había votado en contra de la formación del gobierno patrio en el Cabildo del 22 de mayo de 1810. El otro Martínez de Hoz de grandes orejas ya se sabe que también operó para la dependencia, pero no de Madrid sino de Washington.
 
Hablando de entidades que aportaron lo suyo para la enajenación del petróleo, una mención poco honorable cabe a la cúpula del sindicato petrolero, el SUPE. Como Diego Ibáñez murió hace tiempo habría que ver a cuál de sus sucesores se entrega esa distinción crítica. ¿Quizás a Antonio Cassia, otro colaboracionista con la privatización, hoy reciclado como Roberto Dromi,  ex intendente de la dictadura, ex ministro menemista y actual asesor de Julio de Vido?
 
Al menos a Biolcati se le podría reconocer la perseverancia en una postura neoliberal, sin vueltas. Dromi y su jefe político Carlos Menem no tienen perdón, aún cuando se dice que ayer éste votaría en forma afirmativa por YPF.
 
Los que traicionan en un sentido y el otro no están en buenas condiciones para alzar el torneo Repsol, porque tienen muchos altibajos y son poco confiables.
 
Uno que viene haciendo méritos para llevarse el premio es el periodista Carlos Pagni, columnista de “La Nación”. Sus artículos han sido de los más ofensivos con la presidenta y protegido la posición de la petrolera expropiada, que no es lo mismo que “confiscada”.  Sin embargo Pagni tiene una contradicción con lo que defiende, porque en octubre de 2009 fue denunciado por Repsol por un supuesto intento de cobrarle coimas para no escribir mal de la empresa.
 
Carente de esas contradicciones y ataduras, Morales Solá analizó el tema el 17 de abril (“La Presidenta dio un portazo al mundo”), el 18 (“Dinero y encuestas, las grandes razones” y el 22 (“La peor crisis internacional desde el default”). Su frase más infeliz fue: “La expropiación de YPF se pareció, según los procedimientos de su inmediata intervención, a las viejas imágenes de un golpe de Estado”. Este es el gran candidato a ganar este campeonato tan poco nacional. Corre con nafta Premium, de Repsol-YPF.
 
 
 
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