Tras el quite de concesiones en Río Negro

Momento de definiciones en torno a YPF

01/04/2012
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El monopolio, en sintonía con medios españoles, desató una campaña de victimización de YPF y Repsol en medio del pedido de explicaciones por parte del gobierno nacional. Discusiones de fondo sobre la producción energética y recursos permiten distinguir lo esencial de lo particular.
 
La provincia de Río Negro se sumó en los últimos días a la lista de provincias argentinas que decidieron quitarle concesiones a la empresa YPF por incumplimientos de metas fijadas de producción.
 
Vale destacar que en Río Negro, YPF dispone de cinco áreas: El Medanito, Señal Picada, Bajo del Piche, Barranca de Loros y Los Caldenes. Esta última es la que el gobierno provincial le sacó a la petrolera. Salta había sido la última provincia en quitar concesiones a la privatizada, en sintonía con las acciones de los gobernadores de Santa Cruz y Chubut el 14 de marzo; de Neuquén el lunes 19; y el de Mendoza el viernes 23.
 
Todas las provincias, hasta ahora, han mostrado interés en renegociar las áreas quitadas con otras empresas privadas aumentando en algunos casos la participación de las empresas estatales provinciales y mejorando los controles de extracción en los pozos, que hasta el momento se hacían mediante declaración jurada de las empresas. Es por eso que la última palabra la tiene el Gobierno Nacional, que es el que marca la estrategia global en torno a los recursos naturales de los argentinos.
 
La Organización Federal de Provincias Hidrocarburíferas (OFEPHI), que también integra el Gobierno Nacional, seguirá evaluando y decidiendo sobre el futuro de las demás concesiones aún vigentes que tiene YPF en las provincias que integran el organismo. Serán sometidas a evaluaciones que permitan conocer en qué grado de coherencia se hallan respecto de lo preestablecido en las concesiones en cuanto de producción.
 
La provincia de Santa Cruz, por ejemplo, desea revisar las siete concesiones restantes que permiten a la empresa operar en el territorio provincial. El Departamento de Prensa de la provincia de Río Negro asegura que el gobernador, Alberto Weretilneck, encargó que se mantengan en revisión las cuatro áreas restantes.
 
Ahora bien, más allá de este panorama que resultaría de un largo período en los cuales la empresa no cumplió con los acuerdos previos en materia de producción, y donde las posturas de los integrantes ejecutivos de primera línea no parecen ceder ni flexibilizarse ante las sugerencias por parte del Estado nacional -como Antonio Brufau recalcando que la empresa pertenece a España, o realizar reuniones ejecutivas puertas adentro sin dejar entrar a los representantes del estado-; es digno de análisis el comportamiento coordinado que están teniendo los medios de comunicación opositores con respecto a este asunto. 
 
Estrategia mediática
 
La estrategia de Clarín, La Nación y algunos medios españoles enfila por el camino de victimizar a Repsol y a YPF, ante las “arremetidas”, “presiones” y “ataques” –según los términos que eligieron- del gobierno argentino, en su “escalada” contra la empresa. “Rio Negro se suma a la embestida contra YPF”, titula el diario fundado por Bartolomé Mitre a una quita de concesión por un comprobado incumplimiento por parte la empresa.
 
“El argumento es el mismo” completa Clarín, “presuntos (¡!) incumplimientos de metas de producción”, remata. 
 
Por su parte, los medios de prensa españoles describieron la quita de dos áreas de explotación petrolera en Mendoza a Repsol-YPF como parte de un "acoso" oficial a la empresa, en el marco de un "creciente conflicto".
 
En el sitio web de noticias ABC, se indicó que "el acoso del Gobierno argentino de Cristina Fernández de Kirchner a la petrolera YPF, filial de la española Repsol, continúa". Por su parte, el sitio especializado de noticias español “Intereconomía” habló de un "viernes negro (por el 23) para Repsol YPF en Argentina".
 
Los rumores de nacionalización comienzan
 
Sin embargo, la victimización de la empresa a través de los medios hegemónicos, que están actuando como portavoces de sus intereses, no debe permitir que se olvide que son ellos mismos quienes iniciaron, a su vez, este proceso de desinformación acerca del tema. Para este ejercicio de memoria, hay que trasladarse al día de la reapertura de sesiones ordinarias del Congreso Argentino.
 
En una nota publicada por Horacio Verbitsky en el diario Página 12, se afirmaba que las acciones de Repsol dejaron una ganancia próxima al 15 por ciento ese día a quienes las compraron antes del discurso presidencial y las vendieron después. La versión de que Cristina Fernández anunciaría la nacionalización de YPF o su intervención provocó el desplome de esos papeles, y el incumplimiento de tal vaticinio los hizo rebotar.
 
Uno de los diarios que se hizo eco durante toda la semana de aquellos “rumores” de nacionalización fue el histórico diario “El País” de España, que un día más tarde en su descripción de los hechos ocurridos en el Congreso Nacional se mostró “sorprendido” por la falsedad de los rumores cuando salió a desmentir el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina. 
 
El gobierno, lejos de anunciar una nacionalización, pidió que con los dividendos aún no distribuidos de 2010 y de 2011 "se constituya una reserva voluntaria para inversiones, exploración y explotación de hidrocarburos en la República Argentina".
 
Según explica Verbitsky, la prensa de Madrid atribuyó el supuesto cambio de política a una llamada de Juan Carlos de Borbón a Cristina Fernández y a una negociación entre los ministros argentinos Julio de Vido y Hernán Lorenzino con el español José Manuel Soria -Ministro de Industria-, quienes habrían acordado formar dos comisiones técnicas para analizar la situación de la petrolera española. 
 
En cambio omitió toda referencia a la detallada exposición sobre el estrangulamiento del sector energético argentino que en esa reunión hizo el viceministro de Economía, Axel Kicillof. Cuando la presidenta les pidió explicaciones a sus ministros, Lorenzino mantuvo una dura conversación telefónica con Soria. “Nunca te dije tal cosa. Esto no es un tripartito”, gritó el argentino. 
 
Conociendo toda la operación mediática que existe detrás del conflicto entre el gobierno de Cristina Fernández y Repsol, es necesario comprender la importancia de los recursos en juego y los dolores de cabeza que YPF le ha traído al país en los últimos tiempos.
 
¿Por qué YPF?
 
En la actualidad, cerca del 86 por ciento de las necesidades energéticas de la economía mundial está dado por este recurso natural no renovable. Desde fines del siglo XIX, el petróleo se transformó en el elemento central de todo proceso económico, emancipador e industrialista. Y ha sido uno de los principales objeto de disputa entre los países. 
 
Frente a esto, la presidenta Cristina Fernández instrumentó una serie de medidas que obliga a las empresas que explotan los hidrocarburos a liquidar en el país sus divisas. Sumada a esta exigencia, el Ejecutivo nacional comienza a exigir a Repsol YPF a que incremente su producción de crudo y de gas en forma sensible para garantizar el abastecimiento interno y a la vez, reducir el déficit de la balanza energética.
 
Las actividades del upstream (exploración, extracción y transporte) y downstream (industrialización y comercialización) de los hidrocarburos se encuentran desde 1992 bajo la total gestión del sector privado. Según los datos disponibles en la Secretaría de Energía, las reservas de gas natural (el recurso energético más usado en el país) cayeron un 53 por ciento entre 2001 y 2010; y las de petróleo, un 12 por ciento, por lo que las reservas comprobadas totales retrocedieron un 38 por ciento, en un contexto de precios internacionales en alza.
 
El barril de petróleo que costaba menos de diez dólares al concluir la presidencia de Carlos Menem (1989-1999), trepó a más de cien al comenzar el segundo mandato de Cristina Fernández, lo cual torna intolerables la caída de la producción y las reservas y el incremento de las importaciones. 
 
Clarín afirma que para este año se estima que entre las importaciones de gas natural, gas licuado, fuel oil y gas oil harán falta más de 10.000 millones de dólares. El otro dato es que la Argentina volvió a ser importadora neta de petróleo: tras 22 años de autoabastecimiento, por primera vez el año pasado el país pasó a tener una balanza comercial negativa en ese renglón, que se estima en un rojo de US$ 3.000 millones.
 
Se suma a esto que los sucesivos y reiterados anuncios de hallazgos de hidrocarburos no convencionales nunca llegaron a formar parte de un plan concreto de desarrollo sustentable y creíble de producción, y parecen apuntar más a una especulación bursátil. Y aquí es necesario abrir una aclaración para nada alegre, cuando Repsol se refiere a su “descubrimiento” más “importante del petróleo en su historia” como se atribuye Brufau.
 
¿Qué es un reservorio convencional?, aquel que se encuentra en rocas porosas y arenas formando una especie de campana llena de petróleo y gas, con lo cual al hacer una perforación vertical, tratando de embocar a la parte superior de la “campana”, se puede extraer el petróleo y/o gas.
 
Mienten -Repsol y Eskenazi- al atribuirse el descubrimiento de petróleo no convencional. Hace alrededor de cuatro décadas que YPF exploró, descubrió y explotó, de manera convencional, según la tecnología disponible en ese tiempo, el yacimiento de Loma La Lata y desde entonces se supo de la existencia de la formación de Vaca Muerta rica en “shale oil” y “shale gas”.
 
YPF siempre supo que Vaca Muerta era un reservorio no convencional, ya que el petróleo y el gas quedaron atrapados en esquistos, roca sedimentaria poco permeable, pero en definitiva se trata de hidrocarburos convencionales, sólo que están en reservorios diferentes, de muy baja permeabilidad, de manera que es imprescindible fracturar para que haya flujo hacia el pozo. En el caso de Vaca Muerta están a unos 3500 metros de profundidad y junto a estos reservorios están los convencionales que YPF explotó desde los años de 1970 hasta la privatización.
 
Si bien el remanente de las reservas comprobadas de petróleo y gas natural registradas a fines del año 2010 muestran un incremento del 20,4 y 2 por ciento respectivamente, como resultado de los incentivos ejecutados por el Ministerio de Planificación Federal, la extracción de petróleo disminuyó, entre enero y noviembre de 2011 6,4 por ciento; y la de gas natural 2,3 por ciento, en relación a igual período del año anterior. 
 
En sus mejores momentos en nuestro país, la YPF del General Enrique Mosconi, se autofinanciaba con la emisión de bonos que suscribían los ciudadanos, bajaba varias veces el precio de los combustibles y en los años de la década de 1960 el fondo de energía permitió realizar los gasoductos y represas hidroeléctricas.
 
Ejemplos regionales para saber cómo avanzar
 
Según el periodista Horacio Verbitsky, la reversión a las provincias de las áreas concedidas, la expropiación de las maquinarias por razones de utilidad pública o la compra de la mayoría accionaria en el mercado una vez que su capitalización se haya redimensionado, serían caminos más racionales y a la altura de las posibilidades argentinas.
 
Esto se debe a que, como las operaciones mediáticas dejaron traslucir, los supuestos avances sobre YPF tienen más de mediático que de real. Sin embargo, una nota publicada en el Cronista comercial afirma que el “Gobierno planifica una compra negociada de 33% de las acciones de YPF”. Añade que la iniciativa del Ejecutivo no sólo apunta al paquete accionario de la Familia Eskenazi y a un 10 por ciento de la petrolera, sino también a “sumar cuatro directores, la acción de oro y conducir la empresa”. 
 
La renta de los hidrocarburos es tan grande que, descontando las inversiones petroleras, el pueblo argentino podría beneficiarse con más de 12.000 millones de dólares anuales. Es por ello, que cuando uno se imagina sumar esa renta a la sojera -por nombrar alguna-, el deseo de una futura re estatización es inevitable.
 
Hay que tener en cuenta, además, que todos los países que privatizaron su petróleo lo recuperaron en este siglo. Rusia, Bolivia, Venezuela y Ecuador revocaron las concesiones por no cumplir con los contratos. El único país que no lo hizo y mantiene la condición de privada es Argentina. 
 
La brasilera Petrobras pasó a ser líder en explotación marítima -realizando millonarias inversiones con fondos públicos y sociales-. La venezolana PDVSA, fue rescatada por el gobierno de Chávez de operaciones de vaciamiento que la habían paralizado, y comenzó la explotación de la franja del Orinoco -una de las mayores reservas del mundo-. 
 
En Bolivia, la renegociación de los contratos le permitió aumentar un 300 por ciento su presupuesto. Noruega, por dar un ejemplo extra regional, con su petrolera estatal explotó las reservas del Mar del Norte y ha constituido uno de los tres mayores fondos de inversión del mundo, trasformándose en el país de mayor nivel de vida de Europa.
 
El desarrollo de un país está vinculado a la disponibilidad y producción de energía para su sector productivo. Se necesita energía abundante y sin interrupción para sostener ritmos de crecimiento acelerados. A la vez, esa energía debe ser comercializada a costos que permitan a las actividades ser competitiva, local e internacionalmente. 
 
En esa instancia, emerge una contradicción si esos recursos son manejados por compañías privadas, cuyo objetivo es maximizar utilidades en el período más corto de tiempo, y si son extranjeras, enviar esas ganancias a sus casas matrices.
 
No se confundía el General Perón cuando afirmó: “la energía es al desarrollo de los países lo que el alimento es al desarrollo del organismo humano”. Son innumerables los avances en cuanto a capacidades de desarrollo de las fuerzas productivas que tendrá Argentina cuando existan las condiciones objetivas para re-estatizar YPF, y que vuelva a cumplir los objetivos que Enrique Mosconi, su director general entre los años 1922 y 1930, pensó para ella: el bien público, y armonizar los intereses supremos de la nación.
 
APAS | Agencia Periodística de América del Sur | www.prensamercosur.com.ar
Facultad de Periodismo y Comunicación Social. Universidad Nacional de La Plata.
 
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