Marcha plurinacional por la vida, el agua, la dignidad de los pueblos

25/03/2012
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La marcha Plurinacional convocada por la CONAIE y los movimientos sociales del Ecuador realizoó desde el 8 al 22 de marzo de 2012. Desde la región del Pangui, provincia de Zamora Chinchipe, sur del país, hasta la ciudad de Quito.

 

Después de algunos años y de varios golpes políticos producidos por los intereses del imperialismo y los lacayos nacionales, nuevamente se hizo presente en el escenario nacional el pueblo indígena y los pobres del campo y la ciudad, conducidos por la CONAIE, para reclamar los debidos derechos, el respeto a su dignidad, el cumplimiento de las leyes de la constitución, la tierra, el agua y una ley minera justa y equitativa.

 

Recordemos que desde la constitución del ECUARUNARI, en 1972,  se han registrado las siguientes movilizaciones:  La marcha y concentración en Cañar, en 1973, por la aplicación de la reforma agraria. La marcha nacional campesina Mártires de Aztra, en 1977. La marcha por la expulsión del Instituto Lingüístico de Verano, en 1981. El levantamiento indígena en 1990. La marcha nacional por los territorios y la vida en 1993. La marcha hacia una asamblea Nacional constituyente, en 1997. La marcha de los pueblos del Pastaza, en 1998. Ninguna marcha que han realizado el ECUARUNARI y la CONAIE han sido un fracaso, al contrario han sido triunfos y logros, para avanzar en la conciencia de la nación y de los pueblos ancestrales de los derechos que tienen en este territorio y el reconocimiento en el escenario político de la nación.

 

Desde su nacimiento, el movimiento indígena  fue claro:  la lucha es por reivindicaciones justas, por  tener la tierra, el agua, el respeto a las riquezas naturales de sus territorios, la educación bilingüe, la cultura, la ideología política, los saberes ancestrales. Siempre han cuidado y con mucho celo la manipulación y la infiltración de los partidos políticos sean estos de izquierda o derecha, de igual manera la injerencia reaccionaria clerical.

 

La línea política e ideológica ha estado enmarcada en las luchas de los antepasados, que se definen en la liberación integral de la esclavitud colonialista y neocolonialista, la lucha por defender la naturaleza y el medio ambiente, la educación bilingüe, los valores culturales.

 

En esta coyuntura,  el gobierno del presidente Rafael Correa, desde su inicio,  marginó y tildó al movimiento ECUARUANARI, CONAIE, de manipulador de las bases; no es atendido en sus derechos, y lo que es grave a algunos dirigentes los ha encarcelado por luchar por la reivindicaciones justas y equitativas. El diálogo ha sido negado.

 

Ahora, en esta marcha multitudinaria, el gobierno  señaló que se trataba de desestabilizar y de dar un golpe de estado, minimizó y despreció la participación de los pueblos y nacionalidades indígenas. Preparó una contramarcha, con todos los partidarios de su partido, felizmente no hubo enfrentamientos, porque la marcha de los movimientos fue pacífica, y no tenía ningún afán desestabilizador. Lo más grave es que se dio una división del pueblo ecuatoriano, de las clases desposeídas, empobrecidas. No ha sido bien visto la negativa del diálogo para llegar a acuerdos.

 

Se espera que el diálogo que se dio con el presidente de la Asamblea Constituyente, Fernando Cordero, sea sincero, que la Asamblea cumpla con la legislación y aplicación de las leyes a favor de la justicia y la verdad. Que se escuche y ante todo se ejecuten las observaciones que hicieron los dirigentes respecto a la aprobación de la ley de reforma agraria, la del agua, las reformas a la ley minera, a la de educación intercultural bilingüe, la estabilidad laboral de los servidores del sector público. Se pidió la amnistía para los líderes populares criminalizados por las protestas populares.

 

Las enseñanzas que debemos sacar de la marcha, desde mi apreciación modesta son que:

 

Se escuche la voz de las mujeres: costeñas, azuayas, saraguras, shuaras, achuaras, quichuas, que clamaron que la minería no acabe con el agua, los bosques, la tierra de las selvas, los páramos.

 

Se debe respetar el derecho y el clamor de los pueblos, de manera especial de los movimientos representativos del pueblo indígena.

 

Los gobiernos de turno están puestos para buscar la unidad de todos los ecuatorianos, sin ninguna discriminación.

 

El espacio público es para todos los que somos habitantes de este territorio, no debe ser negado a nadie por ningún concepto.

 

La paz es fruto de la justicia, que debe ser ejercida por las autoridades gubernamentales.

 

Hasta la próxima marcha.

 

Quito, 25 de Marzo 2012

 

Mario Mullo Sandoval, colaborador y fundador del ECUARUNARI

 

 

 

 

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