Sanguinetti y los “populistas”: otra vez, civilización o barbarie
22/01/2012
- Opinión
El expresidente uruguayo Julio María Sanguinetti, desde su nueva trinchera política en el diario español El País, presentó al mundo una visión casi apocolíptica de los gobiernos y procesos políticos de América del Sur, en un artículo plagado de omisiones y prejuicios titulado “La sombra populista” (09-01-2012).
Padre fundador del Círculo de Montevideo, organización privada de la que son eximios miembros, entre otros, los expresidentes Oscar Arias, Álvaro Uribe y Ernesto Zedillo; el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza; y el magnate mexicano de los negocios, Carlos Slim; Sanguinetti recurre a un guión de terror para describir el peligro que, desde su perspectiva, encarnan los líderes populistas latinoamericanos –los nuevos bárbaros que aparecen en Venezuela, Ecuador o Argentina- para la civilización forjada durante décadas por oligarquías que tenían los pies en América Latina, pero la cabeza en París y Miami.
A tono con la matriz discursiva empleada indistintamente por las derechas criollas, que consiste en la elaboración de relatos antagónicos –la preferida: los bolivarianos socialistas del siglo XXI versus losdemócratas sensatos de la oposición- para explicar la coyuntura actual de nuestra región, el expresidente uruguayo afirma en su artículo que: “En el Sur, tan próspero, flota una sombra: la amenaza populista, ese engendro político que se configura con liderazgos mesiánicos suprainstitucionales y una articulación de masas en corporaciones o movimientos, organizada por el Estado, que soslaya la representación parlamentaria y se sustenta en el presupuesto público, que opera al servicio de la causa...”
Pieza clave de este plan, según el civilizado Sanguinetti, son los medios de comunicación: “el instrumento de lo que Grondona llama la “hipnocracia”, donde el mensaje de las alturas repite y domina, domina y repite, ahogando la pluralidad democrática con el discurso único e incontestable”.
Tomando partido a favor de los grupos mediáticos, pretendidas víctimas de los populistas, Sanguinetti defiende su tesis citando tres casos: la “confiscación” de Radio Caracas en Venezuela –cómplice del golpe de Estado del año 2002 contra el presidente Hugo Chávez-; los procesos judiciales abiertos por el delito de difamación contra el diario El Universo en Ecuador, país del que dice –¡la cita es textual!- “se habla menos porque su presidente posee más cultura y sobriedad que el venezolano”; y por último, “el ataque a Clarín y La Nación” en Argentina, debido a las investigaciones de la justicia en torno al proceso de apropiación de la empresa Papel Prensa, durante la dictadura militar iniciada en 1976.
¿Somos todos y todas víctimas de esa tal hipnocracia, de una manipulación mediática sin precedentes que humillaría al genio perverso de Goebbels y su guerra sicológica? He ahí la trama del sofista.
Omiso y prejuicioso, Sanguinetti pasa por alto en su análisis las relaciones de poder establecidas, históricamente, entre algunas de las más grandes e influyentes empresas de comunicación de la región y las dictaduras militares y grupos políticos dominantes: esas que permitían que en países como México, la familia Azcárraga, propietaria de Televisa, estableciera relaciones carnales con el PRI; o que en Venezuela, la empresa Venevisión, activa participante del golpe de Estado del 2002, surgiera como gigante mediático al amparo de sus complicidades con la oligarquía y el capital extranjero de empresas estadounidenses como Paramount y ABC; o lo ocurrido en Brasil, donde la televisora Globo, de la familia Marinho y el grupo estadounidense Time-Life, nació y se consolidó como actor hegemónico de la mano de la dictadura impuesta en 1964 y el proyecto militar de modernización conservadora.
Omiso y prejuicioso, el expresidente no dice una palabra ni condena las corrientes de opinión racistas, la conspiración política permanente contra gobiernos democráticamente electos, el golpismo deliberado y la desinformación interesada que han sido práctica constante en los medios hegemónicos durante estos años de cambios en América Latina, especialmente en Venezuela, Ecuador, Argentina (países a los que alude en su artículo), pero también en Bolivia, Brasil y Honduras, donde los grupos mediáticos ejercen una directa participación política como el partido de la oposición.
Omiso y prejuicioso, el fundador del Círculo de Montevideo no dice la verdad a los lectores, pues a pesar de los avances de los gobiernos progresistas y nacional-populares en la legislación sobre medios de comunicación y en la creación de espacios, redes, diarios, radioemisoras y canales de televisión públicos, ninguno de ellos constituye todavía una amenaza real para el control del mercado publicitario o de los ratings de audiencia, que siguen en manos de los paladines de la libertad de expresión a los que defiende con ardor el viejo líder colorado.
Pero una cosa es clara en este arrebato anti-populista del expresidente uruguayo: en su afán por minimizar toda la riqueza política y liberadora experimentada por las sociedades latinoamericanas en la última década, esa fuerza creadora surgida de años de resistencia contra dictaduras militares -que negociaron la impunidad de sus crímenes en nefastas leyes de punto final- y contra la partidocracia entreguista que se enriqueció a costa de las privatizaciones y el sacrificio de más de una generación en el altar del ajuste económico neoliberal, y reducirla a una simple estratagema bárbara para manipular a los pueblos, Sanguinetti deja al descubierto uno de los temores que anidan en la mentalidad de los grupos dominantes en nuestra América: les horroriza que la democracia, por fin, empieza a ser vivida y reclamada por los pueblos como espacio permanente de construcción y participación colectiva, y no como diálogo entre los poderosos que pactan en las sombras.
- Andrés Mora Ramírez/ AUNA-Costa Rica
https://www.alainet.org/es/active/52290?language=es
Del mismo autor
- Trump, EEUU y la nostalgia imperialista 23/01/2017
- Pruebas PISA y neoliberalismo pedagógico en América Latina 21/12/2016
- Cinco ideas para orientarnos en la crisis civilizatoria 21/11/2016
- Restauración neoliberal y el desafío de la desigualdad social 07/11/2016
- De Tlatelolco a Nochixtlán: ecos del terrorismo de Estado 27/06/2016
- El golpe al sueño bolivariano del siglo XXI 23/05/2016
- La larga lucha por la liberación de nuestra América 25/04/2016
- La sequía golpea en América Central y el Caribe 11/04/2016
- El último tango de Barack Obama 26/03/2016
- Estados Unidos y nuestra América después de Obama 21/03/2016
Clasificado en
Clasificado en:
