Desde la Patria Grande a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y el Caribe
05/12/2011
- Opinión
El 2 de diciembre se cumple un aniversario más del fallecimiento del inmortal profeta de la Patria Grande, Manuel Ugarte acaecido en Niza, un 2 de diciembre de 1951. Su desaparición física, abría paso a su mandato histórico para nuestra América: la concreción de la Patria Grande y de los Estados Unidos del Sur, porque en forma separada, somos imposibilidades históricas. El dilema era y es, “o nos coordinamos para unirnos o sucumbimos”, nos decía en 1901.
Y justamente este 2 de diciembre, se pone en funcionamiento el Celac- la Comunidad de Estados Latinoamericanos y el Caribe- , la más importante organización integracionista heredera del bolivarismo, en el momento de crisis máxima del panamericanismo en su variante monroista.
En el fondo, hay un hilo visible que une a ambos 2 de diciembre, porque aparece Ugarte en su esplendor de su ideario de la patria grande como un augurio de los nuevos tiempos de nuestra América.
La crisis de los paradigmas neoliberales puros, de nunca acabar, encuentran a los EEUU y Europa sin rumbo en el escenario mundial, y a nuestra América-que sufrió en carne propia las recetas fondomonetaristas que ahora los propios centros de poder se imponen a sí mismos- nos obligó a nosotros, luego de la crisis del agotamiento del Consenso de Washington, a iniciar el camino de recuperar el estado y la acción política por encima de las finanzas, de recrear una democracia social que vaya más allá de la partidocracia, de relanzar la economía nacional con inclusión social y equidad, de promover la igualdad de oportunidades desde la educación, de potencializar los procesos de integración de Mercosur y Comunidad Andina con el nacimiento de Unasur, y con esta el nacimiento del Consejo Sudamericano de Defensa y del Consejo de Economía y Finanzas.
América del sur, resurge ante la sorpresa e incertidumbre estratégica en esta era de polaridades difusas hacia una multipolaridad luego del fracaso militarista norteamericano-no definitivamente enterrado, pero si en grave crisis-. Resurge como una potencia alimentaria, acuífera, energética, en recursos naturales, en biodiversidad y en un clima de llevar a su máximo horizonte estratégico el mandato de Manuel Ugarte.
El estado continental de América del Sur, que Ugarte plantea en 1901 como Estados Unidos del Sur-con la inclusión de Brasil- de ahí su avance con su latinoamericanismo, tiene un paso intermedio que es la Unasur y con el nacimiento del Celac, nos brindará márgenes de mayor viabilidad para afrontar los macro desafíos, siempre que nuestros países renuncien a un proyecto aislado y puedan establecer claramente un consenso estratégico.
Ello es imposible, sin un pensamiento abarcativo y totalizador del continente, cuyo paradigma sea la unidad de América latina.
Y aquí aparece la figura de Manuel Ugarte como polo ineludible en la gran tarea de fortalecimiento de un nacionalismo latinoamericano y la Celac-Comunidad de Estados Latinoamericanos y el Caribe- se encuentra en ese camino.
Existe un hilo conductor, según Manuel Ugarte y anillos envolventes, Mercosur -Comunidad Andina-Unasur y Celac, no como polos antagónicos, sino ladrillos de potencialización de la Patria Grande.
El latinoamericanismo de Manuel Ugarte constituye el nexo programático entre el unionismo hispanoamericano de los libertadores del siglo XIX con el latinoamericanismo de los movimientos nacionales y populares del siglo XX, apuntando el Apra de Haya de la Torre y el Justicialismo de Juan Perón. Su figura es el puente entre el siglo XIX y el XX, pero su cúspide será este siglo XXI, cuado su ideario continental sea una realidad, de una vez por todas.
El latinoamericanismo de la Patria Grande de Manuel Ugarte le otorga autoconciencia totalizante a políticas de integración que necesitan de un pensamiento político racionalizado de este proceso, para responder con eficacia a los desafíos y las oportunidades que plantea el sistema mundo del siglo XXI.
La figura de Ugarte, lejos de agotarse en el pasado, renace como nuevo y necesario punto de encuentro en la necesidad perentoria de establecer un "patriotismo superior", como él nos enseñó, ante la imposibilidad de nuestros estados insulares y fragmentados, por lo que su pensamiento más que una evocación, adquiere contemporaneidad geoestratégica vital.
El rescate del ideario de acción de Manuel Ugarte, se inscribe en este momento histórico de nacimiento de la Celac, para retomarlo, y pensarlo como el punto de partida de despegue de nuestra Patria Grande en el proceso de mundialización regional.
- Miguel Angel Barrios, doctor en educación, dr en ciencia política, autor de "El latinoamericanismo en el pensamiento político de Manuel Ugarte".
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