La marcha de los Sin Tierra por la reforma agraria
18/11/2003
- Opinión
Desde Goiania partió el día 10 una marcha de trabajadores
rurales de los estados de Goiás, Minas Gerais, Mato
Grosso, Mato Grosso do Sul y San Pablo, que llegará el
20 a Brasilia, donde será recibida por el presidente
Lula. El objetivo de la movilización es concretar la
aplicación en el más breve plazo posible del II Plan
Nacional de Reforma Agraria, estructurado por un equipo
de técnicos coordinado por Plinio de Arruda Sampaio, ex
diputado federal del PT, y elevado el mes pasado al
ministro de Desarrollo Agrario Miguel Rosseto, el cual
prevé asentar en el campo un millón de familias en
cuatro años. El presidente del PT, José Genoino,
presente al inicio de la marcha, le expresó su apoyo, ya
que para su partido "la reforma agraria es una bandera
prioritaria".
El enemigo es el latifundio
Agregó que la bancada petista recibirá a los trabajadores
rurales y ayudará a las negociaciones con el gobierno
sobre las metas del plan.
La movilización en curso, que en su trayecto va
incorporando a campesinos de otros estados, como
Alagoas, ha sido organizada por el Foro Nacional de
Reforma Agraria y Justicia en el Campo, que integran 42
entidades, entre ellas el Movimiento de los Trabajadores
Rurales Sin Tierra (MST), la Confederación Nacional de
Trabajadores de la Agricultura (Contag), la Comisión
Pastoral de la Tierra (CPT) de la iglesia católica y Vía
Campesina. Para el presidente de la Comisión Pastoral,
don Tomás Balduino, que bendijo la salida de la marcha,
el Plan será un hecho histórico, porque por primera vez
se está marchando realmente hacia la realización de una
reforma agraria en Brasil. A su juicio, el problema
principal es de orden presupuestal: "Si no entran los
billones de reales necesarios, la reforma agraria correrá
riesgos".
Por su parte, los líderes del MST destacan que "nuestro
enemigo es el latifundio" y denuncian directamente las
campañas que buscan enfrentar al movimiento con el
gobierno de Lula. El Movimiento participó en la
confección del Plan, a partir de sus experiencias de
muchos años de lucha, que lo convirtieron en un
referente a nivel mundial. También brinda su aporte en el
programa Hambre Cero junto a Frei Betto, en las
propuestas de educación y alfabetización, en el Consejo
de seguridad alimentaria y en el desarrollo socio-
económico. Adelar João Pizetta, miembro de la
coordinación nacional del MST (y que la representa
mientras João Pedro Stédile está de viaje) declaró:
"Nuestro enemigo no es el gobierno y nuestra lucha es
contra el latifundio. Consideramos al gobierno aliado y
lo apoyamos en las medidas que significan cambios, pero
mantenemos nuestra economía".
Responsabilidad crítica
En su concepción se entrelazan armónicamente el aporte
del MST, en medidas e iniciativas, a las realizaciones
progresistas del gobierno, su apoyo al programa que está
llevando a cabo, y a la vez la independencia del
movimiento y sus planteos críticos cuando corresponde.
Es lo que denominan responsabilidad crítica. Dice el
coordinador: "En el plan que se está elaborando se
establece la meta de asentar a un millón de familias,
pero esto significa tierra, infraestructura básica,
vivienda, financiamiento, escuela, asistencia médica,
por lo cual deben intervenir varios ministerios.
Participamos y tenemos autonomía, libertad,
responsabilidad crítica y acción práctica. No dejamos de
hacer la lucha. Planteamos las demandas, negociamos,
apoyamos movilizando. Este año creció el número de
familias acampadas y se está diciendo al gobierno y al
pueblo que ellas necesitan ya la tierra". A texto
expreso denuncia la campaña que, mediante la
falsificación de informaciones, pretende mostrar una
confrontación o incluso un rompimiento entre el gobierno
y el MST.
Otro de sus dirigentes, Gilmar Mauro, señaló que el Plan
de reforma agraria es el paso más importante para los
cambios y la mejoría de la vida en el campo. Entiende
que el gobierno de Lula representa un avance para los
trabajadores rurales, pues nunca un presidente aliado de
la reforma agraria había subido "la rampa del Planalto".
Pistoleros y capangas
Otro aspecto latente es la pretensión de criminalizar los
movimientos sociales y desatar la violencia contra ellos.
Recuérdense la masacre de Carajás, la prisión de José
Reyna y otros dirigentes, o la película "Cabras marcadas
para morir". Dice el coordinador: "Ante la llegada al
gobierno de Lula, quien apoya al MST, los latifundistas
se rearticularon rápidamente. Crearon fuertes grupos
privados de seguridad, contrataron empresas de seguridad
y pistoleros, y esto sucede bajo gobiernos locales de
derecha y con el Poder Judicial a su favor. Así, vemos
compañeros en prisión y 50 campesinos han sido asesinados
por estos hacendados. Estos matan y el Poder Judicial
detiene en estados como São Paulo, Mato Grosso do Sul y
otros".
Coincidiendo con la marcha, el ministro de Justicia,
Marcio Thomaz Bastos, visitó el estado de Pará, que
registra los mayores índices de violencia en los
conflictos agrarios, a fin de coordinar acciones entre
los gobiernos federal y estadual, los poderes Judicial y
Legislativo, y la sociedad civil, única forma de
ponerles coto.
La unidad del MST
El coordinador refuta a quienes hablan de peleas y
divisiones al interior del MST, con estas palabras: "Que
no se equivoquen, nosotros mantendremos la unidad.
Tenemos debates internos como siempre. Eso no significa
que hay un grupo radical y otro conservador.
Podemos discutir con el PT, pero somos nosotros quienes
definimos nuestras tácticas. Que no se equivoquen los que
tratan de desunir. Tampoco aquellos que hablan de que
tenemos grupos armados. Nuestra arma mayor es la
conciencia masiva, la conciencia social. Por la
naturaleza del gobierno esta reforma agraria requiere un
proceso de acumulación de fuerzas integrando a una gran
parte de la sociedad, para que sea parte de un conjunto
de cambios".
* La Republica, Montevideo, 18 de Noviembre de 2003
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