Discurso de reconciliación, práctica de dictadura

03/10/2011
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Después de cuatro meses del Acuerdo de Cartagena que permitió el regreso de Zelaya al país, militantes relatan sistemáticas violaciones a los derechos humanos en Honduras
 
Tegucigalpa.- Para miles de hondureños el retorno de Manuel Zelaya al país, el 28 de mayo, significó una gran victoria para el pueblo en resistencia. Para el miembro del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) Sadloo Emmo, la victoria fue aún más especial: desde que el presidente se marchó al exilio, en la República Dominicana, después de ser depuesto por un golpe de Estado en 2009, el militante mantuvo su barba intacta, cumpliendo la promesa de cortársela solo cuando el líder regresase.
 
El regreso de la coordinadora general del FNRP tuvo lugar en el marco del acuerdo de reconciliación firmado en Cartagena de Indias (Colombia), entre el ex presidente y el actual presidente Porfirio Lobo Sosa, en un proceso mediado por los gobiernos de Venezuela y Colombia. Al subir al escenario montado cerca del aeropuerto Toncontín en Tegucigalpa, para la fiesta de su regreso, Zelaya traía el acuerdo en la mano y dijo que todos los hondureños deben saberlo.
 
"Fuera del regreso del presidente Manuel Zelaya, el acuerdo Cartagena no alcanzó, por desgracia, los avances que esperábamos", afirmó Víctor Meza, ex ministro del gobierno de Zelaya e investigador y director del Centro de Documentación de Honduras (CEDOH). Según Meza, el acuerdo fue el resultado de la lucha y la resistencia y un gran avance, principalmente para los negociadores. Si por un lado, el presidente Zelaya consiguió regresar a su país, el presidente Porfirio Lobo ganó la reincorporación de Honduras ante la Organización de Estados Americanos (OEA), de la cual fue expulsada tras el golpe.
 
Sin embargo, el acuerdo debería tener un significado especial en el tema de los derechos humanos. "Tendría que haber traído consigo una reducción de violaciones de los derechos humanos y un mayor control por el estado de los grupos involucrados en la violencia contra la resistencia en paralelo. Esto no está sucediendo ", reflexionó el ex ministro.
 
Persecución judicial
 
Tras cuatro meses de la firma del Acuerdo de Cartagena de Indias, los hechos demuestran que las estructuras del Estado, todavía están bajo el poder de aquellos que ejecutaron el golpe, y no quieren o no se empeñan por la reconciliación. Los asesinatos de militantes, periodistas y campesinos de la región del Aguán, la persecución judicial a miembros del gobierno de Zelaya y las amenazas a los exiliados continuó incluso después de la aparente reconciliación.
 
El primer caso considerado por FNRP como una violación del Acuerdo de Cartagena es el arresto domiciliario del abogado y ex ministro del presidente Zelaya, Enrique Flores Lanza, acusado de malversación de fondos públicos en el proceso de la campaña de la Cuarta Urna, una consulta popular que tenía la intención de preguntar si la población estaba a favor de la instalación de una Asamblea Nacional Constituyente. Además de la prisión, el tribunal exigió el pago de una fianza de 27 millones de lempiras (unos US $ 1,4 millones), so pena de ir a la Penitenciaría Nacional en el caso de no cumplir con el pago.
 
Flores Lanza volvió del exilio con Zelaya, el 28 de mayo, y creía tener su libertad garantizada por el punto del acuerdo que preveía el regreso de los exiliados "en condiciones de seguridad y libertad, con pleno reconocimiento de sus derechos bajo la Constitución y las leyes de Honduras." Considerado como la "mano derecha" de Zelaya, Lanza no tiene el mismo tratamiento que otros ex empleados acusados también, como la ministra de finanzas y el presidente del Banco Central. "A ellos les dieron medidas normal, como ser pagar 10.000 dólares de fianza, la prohibición de abandonar el país o la obligación de presentarse todas las semanas ante la Justicia. Pero para mí pagar una fianza que es imposible de cumplir, y así evitar que espere el juicio en libertad ", cuestionó el abogado.
 
La muerte Emmo
 
Recientes asesinatos estremecieron el clima de "reconciliación" entre Zelaya y Lobo. En la tarde del 7 de septiembre, a las 14:30, un hombre no identificado fue a la cauchera del militante Mahadeo Roopchano Sadloo Sadloo, conocido como Emmo en Tegucigalpa, y le disparó cinco tiros que provocaron la muerte.
 
Gran agitador, el señor de 55 años - nacido en Surinam, pero naturalizado hondureño - se ha convertido en el símbolo y personaje conocido desde el golpe de Estado, ganando un lugar en el imaginario colectivo de la resistencia. Era prácticamente omnipresente en las marchas y movilizaciones de FNRP y acompañó al ex presidente Zelaya en la Embajada de Brasil en Honduras durante los cuatro meses que permaneció allí. Luego al regreso del coordinadora del FNRP a Honduras, finalmente cortó su barba en red nacional e internacional.
 
Su velorio llevó a las calles a miles, y la manifestación en conmemoración del Día de la Independencia de Centroamérica, una semana después de su muerte, fue la más masiva desde el retorno de Zelaya al país. Allí se rindieron varios homenajes a Emmo y Zelaya aprovechó la oportunidad para enviar un mensaje a la oligarquía, a quién acusó directamente de los hechos "no pueden matarnos a todos, somos muchos."
 
El día después de la muerte del Emmo, un asesinato más: un grupo de hombres armados mataron en el norte de Honduras, al comunicador Medardo Flores, militante del FNRP y trabajador de la emisora Radio Uno. Se convirtió en el 15º periodista asesinado en 18 meses de gobierno de Porfirio Lobo. El no esclarecimiento de estos casos y la impunidad convirtieron a Honduras en uno de los países más peligrosos del mundo para el ejercicio del periodismo, según la ONG Reporteros sin Fronteras.
 
Tres tipos de represión
 
El investigador Víctor Meza, identifica en el actual estado de represión en Honduras características similares a las que se practica en la década de 1980, durante la implementación de la llamada Doctrina de Seguridad Nacional en el país, que contó con el apoyo de los Estados Unidos. Según él, estas características se resumen en tres categorías. "La primera es de carácter preventivo, es decir, orientados a impedir que los movimientos populares adquieran más fuerza y ​​mayor hegemonía", afirmó el investigador.
 
"La segunda es de carácter selectivo, donde se eligen los cuadros específicos, preferentemente líderes intermedios, lo que llamamos ’nuevos líderes emergentes’". Y la tercera es el carácter clandestino, extrajudicial, pero que opera con el consentimiento y la tolerancia del Estado", explicó.
 
Según el analista, la criminalidad política está en aumento en Honduras desde el golpe de Estado. "Y no nos podemos olvidar de los cuerpos de seguridad al servicio de los empresarios golpistas", dijo Meza.
 
Son justamente los efectivos de seguridad privada, al servició del latifundista Miguel Facussé, los acusados por los movimientos campesinos de asesinar a más de 40 trabajadores rurales en la región del Bajo Aguán, en el norte de Honduras, desde el 2009. Ante el verdadero campo de batalla que se desarrolló en la región dominada por el monocultivo de la palma africana (palma aceitera), el gobierno anunció en agosto, la operación Xatruch II, quien envió una fuerza de 600 soldados y policías a la zona. Desde el comienzo de la militarización, 3 dirigentes campesinos fueron asesinados, entre ellos el presidente del Movimiento Autentico Reivindicador de Campesinos Del Aguan (Marca).
 
Exiliados
 
Ante las amenazas de muerte y la persecución por parte de vehículos no identificados, el padre Fausto Milla se vio obligado a exiliarse en Nicaragua, a menos de un mes del regreso de Zelaya al país. Miembro de la Comisión de la Verdad, no es la primera vez que el sacerdote se siente los efectos de la represión en Honduras. "Desde la década de los 70´s estoy en peligro, por el trabajo hacía en la parroquia. Y por eso estuve preso durante seis días, fui secuestrado en el 81, y tuve que salir del país en el 82. Esta lucha es antigua ", relata.
 
En opinión del sacerdote Milla, la creciente ola de represión y violencia se la por el miedo a que el movimiento de la resistencia gane fuerza."Nosotros siempre cantamos ‘nos tienen miedo porque no tenemos miedo ‘Ya son dos años y medio que la resistencia Ya van dos años y medio que la resistencia esta luchando, eso les preocupa. Y un objetivo de esta violencia, no muy publicitada, pero real, es destruir este movimiento. De es ose trata", afirmó.
 
La conquista del regreso del depuesto presidente de Honduras también tenía un significado especial para René Amador, el actor que se hizo famoso por protagonizar las piezas publicitarias de la campaña de la Cuarta Urna en televisión. René regresó a Honduras en el mismo avión que Zelaya, después de meses de exilio en España. En ese momento, subió al escenario de la celebración del regreso muy emocionado, llorando y agitando frenéticamente la bandera del FNRP. Un mes más tarde, partía nuevamente al exilio.
 
"Vuelvo al exilio porque dentro de Honduras la situación es insostenible Se respira el mismo ambiente de persecución, la estructura golpista esta intacta dentro del gobierno y no están cumpliendo los acuerdos”, denunció Amador, desde El Salvador, su nueva morada “La paz comienza por juzgar a los culpables”, concluyó
 
En una rueda de prensa, el FNRP, a través de su coordinador general, Manuel Zelaya, anunció que va a solicitar al gobierno la realización de un plebiscito que pregunte a la población si los ejecutores del golpe de Estado deben ser castigados. En la misma ocasión, Zelaya consideró los recientes asesinatos como una declaración de guerra contra la resistencia. "Debemos estar atentos a lo que esta ocurriendo. Hay un plan y tenemos que trabajar para desarticularlo".
 
Traducción: Carlos Fuentealba para ALBA TV
 
 
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