No son delincuentes, son trabajadores colombianos

27/09/2011
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La locomotora minero-energética de Juan Manuel Santos solo puede avanzar en la medida en que abra el camino a las compañías extranjeras. Uno de los mayores obstáculos es que los lugares donde estas empresas pretenden hacer minería a cielo abierto hay pequeños y medianos mineros: unos dos millones y medio de colombianos subsisten de esta actividad, que se ha realizado –en la mayoría de los casos– de forma tradicional durante décadas y siglos. Muchos otros han tomado esta vocación como única salida a la ruina de la agricultura, causada por el neoliberalismo.
 
Estos mineros nunca necesitaron un permiso para realizar su actividad, pero cuando fueron a formalizarse y a pedir un título se encontraron con que sus territorios ya habían sido adjudicados a extranjeros, atraídos por la Confianza Inversionista y la posibilidad de especular en las bolsas de valores sin pagar un centavo al Estado colombiano. En total, sólo para minería, hay solicitadas 22.639.387 hectáreas, el 20% del país, y hay títulos vigentes sobre 4.753.000 hectáreas (cifras de Ingeominas a julio de 2011). 
 
Como es apenas obvio, mientras estos pequeños mineros estén obstaculizando el avance de la locomotora, no será posible hacer minería a cielo abierto. La estrategia para eliminar su actividad y sacarlos del territorio, allanando el camino a los grandes empresarios, es sencilla: una campaña de estigmatización para que la población crea que todo colombiano que hace minería es un delincuente, poniéndolos en el mismo saco con grupos armados ilegales, a los que el gobierno debe perseguir por ilegales, no por mineros. Pero no es suficiente: el Plan Nacional de Desarrollo, en sus artículos 106 al 112 determina la persecución con fuerza pública, el decomiso de sus herramientas y la producción, el cierre de sus minas y la penalización con cárcel, de todo colombiano que se atreva a sobrevivir extrayendo el mineral tan apetecido por las potencias a través de sus empresas, que saquean las riquezas de los colombianos con la complicidad del gobierno actual.
 
Ante la angustia que genera el saber que a partir del 2 de enero de 2012 tendrán que cerrar su actividad, los productores y trabajadores, agremiados en la Confederación Nacional de Mineros de Colombia, Conalminercol, tomaron la decisión de realizar una jornada nacional de movilización el miércoles 28 de septiembre, de manera pacífica y democrática. El objetivo es pedirle al gobierno que no los arruine, que por el contrario los formalice y les permita seguir produciendo ingresos para bastas regiones en las cuales, si se acaba la minería, lo único que habrá es miseria y hambre.
 
Bogotá, 27 de septiembre de 2011
 
- Mario Alejandro Valencia, Coordinador del Grupo de Minería de Cedetrabajo. Miembro de RECLAME.
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