la actualidad de la auditoría de la deuda y la responsabilidad del gobierno de Lula

29/09/2003
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Durante la precedente crisis de la deuda de los años 1930, Brasil, conjuntamente con otros trece países latinoamericanos suspendió durante varios años lo esencial de los pagos (la suspensión fue total en 1931, parcial entre 1932 y 1936 y de nuevo total entre 1937 y 1940). Esto le fue muy beneficioso porque cuando negoció el arreglo del litigio con el cartel de los acreedores extranjeros, obtuvo una reducción de alrededor de la mitad del monto de la deuda (el acuerdo fue concretado en 1943). La deuda, cuyo monto alcanzó 1.294 mil millones de dólares en 1930, fue reducida a 698 millones en 1945 y a 597 millones en 1948. En 1930, el servicio de la deuda representaba el 30% de las exportaciones; en 1945 dicho servicio representaba no « más que » el 7%. Las autoridades brasileñas de la época hicieron uso de la auditoría para fundamentar la decisión unilateral de la suspensión de pago. En 1931 el gobierno decidió por medio de un decreto, pasar en revisión todos los contratos referentes a todos los empréstitos públicos externos, imponiendo por otro decreto en 1932, el análisis detallado de todos esos contratos. La auditoria permitió detectar numerosas irregularidades en la conclusión de dichos contratos. En la síntesis de la auditoria, Arthur de Souza Costa, Ministro de Finanzas de la época afirmaba en 1935: « La historia de nuestros empréstitos muestra que hubo un número exagerado de operaciones onerosas y hasta ruinosas, realizadas sin haber tenido como objetivo favorizar el desarrollo de nuestro país » (citado por Reinaldo Gonçalves, in Fattorelli, 2003, p. 115). Los fundamentos de la crisis de la deuda que iba a estallar al igual que en los otros países del tercer mundo en 1982, encuentran su origen en los años 60/70, durante el largo período de la dictadura militar que comenzó en 1964. En el momento del golpe de Estado en 1964, la deuda externa era 2,5 mil millones de dólares. Cuando en 1985 el último general deja el poder la deuda sobrepasó los 100 mil millones de dólares ! Así pues, en poco más de veinte años de dictadura, la deuda fue multiplicada por cuarenta. La dictadura brasileña gozó del apoyo sin fallas del gobierno norteamericano y del Banco Mundial, los que veían en ella un aliado estratégico en el continente en el contexto de la propagación de la revolución cubana y de las grandes luchas populares anticapitalistas y antimperialistas. Mencionemos que antes del golpe de Estado de 1964, el Banco Mundiçal se negó a prestar dinero al Brasil del Presidente progresista Joao Goulart (llamado Jango) quien había puesto en marcha la reforma agraria. A partir de 1964, el gobierno de los Estados Unidos, por una parte a través de su agencia de créditos a la exportación, Eximbank, y por otra a través del Banco Mundial, otorgó numerosos préstamos a sus aliados en el poder en Brasilia: los generales. Es de esta época que vienen los mega proyectos energéticos: represas hidroeléctricas, centrales térmicas y la realización de grandes trabajos de infraestructura de carreteras para la incursión de la inmensa región amazónica en el cuadro del Polonoreste. Son estos proyectos los causantes de enormes destrucciones medioambientales, de la extinción de ciertos grupos de indígenas de Amazonia y causantes de importantes desplazamientos de poblaciones (por ejemplo, la colonización de zonas forestales destruidas para desarrollar la ganadería). No olvidemos que el fervor de Estados Unidos hacia los regímenes dictatoriales provocó que estos se generalizaran en el Cono sur ( Chile y Uruguay desde 1973 ; Argentina desde 1976) el gobierno de Washington estando directamente implicado en la instalación de las dictaduras en el poder y en la planificación del exterminio físico a escala continental, de una parte importante de la izquierda (el siniestro plan Cóndor). Cuando a fines de 1979 Estados Unidos decidió aumentar en forma radical las tasas de interés, la dictadura brasileña, aunque amiga, fue afectada directamente por la medida, la que la desestabilizó frente al ascenso de las luchas populares de inicios de los años 80. Entre 1979 y 1985, cuando Brasil estuvo confrontado a la crisis de la deuda, transfirió a sus acreedores, principalmente a los bancos norteamericanos, 21 mil millones de dólares más de lo que recibió como nuevos préstamos durante el mismo período. Es necesario precisar que el cartel de los bancos acreedores de Brasil estuvo encabezado por la Citibank la cual, subrayémoslo, estuvo implicada en todas las jugadas sucias de los golpes de Estado que tuvieron lugar en América Latina en los años 60/70. Durante este período, la Citibank se mostró muy activa en la ingeniería financiera para transformar fondos públicos de los países del Sur en acumulación privada de los gobiernos, preferentemente militares. La Citibank fue también una formidable máquina de blanqueo de dinero. Sus nefastas actividades delictivas no estuvieron limitadas a América Latina: en la década de los 90, prestó su ayuda activa al dictador Sani Abacha en Nigeria organizando para el mismo el resguardo de sumas colosales ( varios miles de millones de dólares) que robó al Erario Pûblico de su país. Citibank (miembro de la Citigroup) fue acusada en diferentes escándalos a partir del asunto Enron. Esta acusación le costó en 2003 una multa elevada en algunos centenares de millones de dólares fijada por el Juez Spitzer de Nueva York. Mencionemos que a comienzos del 2000, la Citigroup acogió en el seno de sus órganos de dirección al Secretario de Estado del Tesoro de Estados Unidos Robert Rubin, y al número 2 del FMI, Stanley Fischer[2]. En lo que respecta al FMI, esta institución entró en la macabra danza de la deuda odiosa brasileña en enero de 1983, cuando dictó a la dictadura militar una carta de intención, no sin antes criticar previamente el hecho de los fuertes aumentos salariales que otorgó a los obreros. El fuerte aumento de la tasas de interés decretado por el gobierno estadounidense a partir de 1979, provocó en Brasil, así como en toda América Latina, la asfixia financiera de los poderes públicos. Y en 1987, José Sarney, primer Presidente post dictadura (1985 – 1989), tuvo que decretar una suspensión de pago. De esta época, marcada también por el nacimiento del Partido de los Trabajadores, de la Central Unitaria de los Trabajadores y del Movimiento de los Sin Tierra, data la gran sensibilidad de los sectores progresistas sobre la cuestión de la deuda. Mas aún cuando a partir de 1985 la campaña lanzada por Fidel Castro sobre el tema « La Deuda es impagable », tuvo un eco considerable en Brasil y a escala continental. Asimismo, la auditoría gozaba de un cierto grado de credibilidad como uno de los instrumentos que los poderes públicos tenían en sus manos para obtener una renegociación total de la deuda ( el hecho de que la auditoría de la deuda realizada en los años 30 se haya revelado beneficiosa seguramente tuvo un rol en la memoria colectiva). La auditoría apareció a los ojos de una gran parte de los movimientos reivindicativos como un medio para cuestionar la aplastante carga de las deudas legadas por la dictadura. En la época, el pedido de auditoría llegó a ser un tema tan sensible que los legisladores la incluyeron en la Constitución post dictadura de 1988. El artículo 26 de las disposiciones transitorias otorgó al Congreso nacional la responsabilidad de realizar una auditoria de la deuda en el plazo de un año. Luego, cuando a comienzos de los 90 después de la década perdida, la situación financiera del país tuvo una relativa mejoría, los capitales volvieron a afluir del exterior bajo la forma de préstamos bancarios, de inversiones de portafolio y de inversiones directas. En cierta forma, el Plan Brady aplicado al Brasil a partir de 1994 bajo la gestión de Fernando Henrique Cardoso como Ministro de Finanzas, iría a devolver un manto de virginidad y de legitimidad a las deudas contraídas durante la larga noche de la dictadura. Una parte significativa (49 mil millones de dólares sobre un total de 145) fue transformada en nuevas deudas bajo la forma de « bonos Brady ». Durante todo este período la deuda continuó a aumentar: se hacian nuevos empréstitos para rembolsarla. La operación Brady aplicada a Brasil gracias a la cooperación de F. H. Cardoso, produjo un sensible incremento del servicio de la deuda (leer el análisis del economista Paulo Nogueira Batista Jr. Citado por José Dirceu, Proyecto de Decreto legislativo n° 645-A del 13 de septiembre del 2000). La situación se degradó de nuevo fuertemente después del desencadenamiento de la crisis mejicana en diciembre de 1994. El Presidente F. H. Cardoso puso en marcha un plan de salvamento de los bancos privados brasileños (PROER) lo que costó a los poderes públicos la suma de 20 millones de dólares. En el marco de los acuerdos con el FMI, F. H. Cardoso mantuvo una política de altas tasas de interés ( de hecho, los intereses más altos a escala planetaria), que fue muy perjudicial para la economía, particularmente para el sector productivo, pero que favoreció al capital rentista. Se presenta a continuación un cuadro de la evolución de las tasas de interés en Brasil entre septiembre 1997 (crisis asiática) y marzo 1999 (nuevo acuerdo con el le FMI) Evolución de las tasas de interés en Brasil 1997 - Septiembre 20.7 - Noviembre 42.2 - Diciembre 39.5 1998 - Enero 37.4 - Marzo 26.2 - Mayo 22.6 - Agosto 19.3 - Septiembre 33.5 - Octubre 39.3 - Diciembre 29.3 1999 - Enero 29.9 - Febrero 38.8 - Marzo 43.1 - Acuerdo FMI Revisado Fuente: Banco Central del Brasil, in M. Arruda, 1999, p. 34. La prueba de que esta política favoreció al capital rentista: a comienzos de 1999 las ganancias netas declaradas por los grandes bancos brasileños fueron 5 a 8 veces superiores a las de 1998. Por otro lado, entre 1997 y fines del 2001, Brasil fue víctima de una transferencia neta negativa sobre la deuda (ver léxico) por un monto de 78,9 mil millones de dólares. Si sólo se tomara en cuenta a los poderes públicos, ello representa 27,3 mil millones de dólares de transferencia neta negativa sobre la deuda pública entre 1996 y fines del 2001 (fuente: Banco Mundial, GDF 2003). Dicho de otra manera, si los poderes públicos brasileños hubieran decidido a partir de 1997 de no pagar la deuda y que como consecuencia de esto, los diferentes acreedores hubieran decidido bloquear los canales de crédito, el Tesoro Público hubiese ahorrado un poco más de 27 mil millones de dólares, suma considerable. Esto quiere decir que en el caso brasileño no es veraz afirmar que más vale continuar a pagar la deuda externa con el pretexto de que el flujo de nuevos préstamos entrantes en el país es superior a los flujos de los reembolsos. Para tener una idea de la amplitud de los montos reembolsados, en 1999, en el presupuesto del Estado, el servicio de la deuda fue cinco veces más abultado que el de la salud, nueve veces más que el de la educación, 69 veces más abultado que el presupuesto del Ministerio de la Reforma Agraria (cálculo del autor sobre la base de R. Gonçalves y V. Pomar, 2000, p. 35). El deterioramiento de esta situación produjo la renovación de la sensibilidad con respecto a la deuda. Por el lado de los movimientos sociales, un tribunal de la deuda fue organizado en abril de 1998 en Río, seguido en septiembre del 2000 de un referéndum en el que participaron más de seis millones de brasileños. Este referéndum estuvo organizado por la Campaña Jubileo para un Milenario sin deuda, la conferencia Nacional de los Obispos, el MST, la CUT y varios sindicatos, beneficiando del apoyo de varios partidos de izquierda, entre los cuales, el PT. En el momento de la realización del referéndum, José Dirceu ( en la época diputado y Presidente del PT), quien llegó a ser a partir de enero del 2003 Ministro de la Presidencia, había presentado, en su calidad de parlamentario durante la legislatura de Cardoso, un proyecto de Decreto Legislativo[3] que apuntaba a la realización de « un referéndum para que la población tome una decisión con respecto a la deuda externa y al mantenimiento de los acuerdos internacionales entre el gobierno brasileño y el FMI ». El artículo 1 preveía « El Congreso nacional decide (…) la realización de auditorias sobre la deuda externa y de un referéndum conteniendo las siguientes preguntas: 1) el gobierno brasileño, debe romper los acuerdos con el FMI ? 2) el gobierno brasileño, debe realizar una auditoria sobre la deuda externa ? 3) el gobierno brasileño, debe mantener la actual política de pago de la deuda ? ». El proyecto de Decreto preveía igualmente que: « En caso de que la voluntad popular determine la ruptura de los acuerdos con el FMI, la decisión producirá efecto en el plazo de 90 días; en caso de que la voluntad popular decida la realización de la auditoria, ella deberá ser realizada en un plazo de 90 días; en caso de que la voluntad popular decida la revisión de las condiciones de pago de la deuda, corresponde al Congreso nacional deliberar sobre las nuevas condiciones en un plazo de 90 días ». Esta propuesta fue presentada el 13 de septiembre del 2000, firmada por 191 parlamantarios, entre los cuales, la de Antonio Palocci, quien llegó a ser Ministro de Finanzas en enero del 2003. Esta proposición fue rechazada por la mayoría parlamentaria del Presidente F. H. Cardoso (mencionemos no obstante, que ciertos diputados miembros de la mayoría dieron su apoyo a la proposición de decreto). La posibilidad de desembarazarse del Presidente neoliberal Cardoso, con ocasión de las elecciones del 2002 para reemplazarlo por Lula, quien simbolizaba más de veinte años de luchas populares contra la dictadura y contra el neoliberalismo, produjo un enorme entusiasmo y comprensibles esperas para al fin encontrar una solución a los grandes problemas sociales, así como al problema de la deuda. Pero en el 2003, dichas esperas fueron decepcionadas profundamente. Veamos el por qué. Pero antes de eso, esperemos que la creatividad, la inteligencia, la fidelidad en el combate y la pugnacidad sirvan de aliciente a los movimientos ciudadanos y sociales brasileños. Esperemos que podrán rescatar del olvido los compromisos de antaño…y que lograrán que se los ponga en práctica. Durante años Lula y el PT, acaso no hicieron de la deuda un importante tema de su campaña ? A fin de refrescar la memoria, se abajo se puede leer una entrevista con Lula, realizada por el autor en Managua (Nicaragua) en julio de 1991. A continuación se podrá ver los primeros pasos del Presidente Luis Ignacio Lula da Silva quien entró en funciones en enero del 2003. Todo gobierno del Sur que decida continuar pagando la deuda hace la opción de guiar el pueblo al abismo » declaraba en 1991 el Presidente Luis Ignacio "Lula" da Silva, entonces Presidente del PT brasileño, nuevo Presidente de Brasil desde enero del 2003 (*) Propósitos recogidos por Eric Toussaint en julio de 1991 en Managua (Nicaragua) Eric Toussaint: Después de un año y medio de la presidencia de Collor, cuál es la situación en Brasil? Lula: La sociedad brasilera se dio cuenta que la política neoliberal del Presidente Collor es un fracaso. Aún cuando hubieron muchas promesas, nada fue resuelto. Si la inflación bajó, el precio social pagado por ello fue muy alto en términos de desempleo, de la política agraria, de salarios, de salud y de la educación. Ante esta situación, una proposición alternativa que contemple el crecimiento de Brasil, la redistribución de las riquezas y la indemnización de los trabajadores, los grandes perjudicados por el plan gubernamental, es una tarea urgente. Todo esto tiene que ir acompañado de un trabajo serio en el campo de la organización del movimiento popular, porque si la lucha se limita al campo meramente institucional, el PT va a encontrarse en una situación vulnerable. En este sentido, es crucial la alianza con las fuerzas progresistas por que es esta alianza la que nos va a permitir salir victoriosos del enfrentamiento con el gobierno. E.T.: Hace poco el semanario The Economist puso un título que decía « América Latina está en venta » Dónde se está en la venta de las empresas nacionales ? Cuál es la posición del PT ? Lula: El FMI quiere que los países endeudados vendan sus empresas estatales con el objetivo de facilitar el pago de la deuda externa. Nosotros somos defensores del control estatal sobre todas las empresas relacionadas con el sector estratégico. Así, no existen mayores problemas en relación a las empresas que fueron estatizadas por el régimen militar, empresas secundarias tales las del textil. Estas empresas pueden ser privatizadas sin mayores obstáculos. Sin embargo, las empresas que se ocupan de sectores estratégicos como las de petróleo, las siderúrgicas, las de agua, puertos, energía eléctrica… tienen que quedar en manos del Estado. Nuestra lucha en contra de su privatización es equivalente a nuestra lucha por su democratización, porque es necesario que esas empresas se abran a la sociedad civil para que ésta pueda administrarlas. De ahí la necesidad que dichas empresas cuenten en su dirección con dirigentes sindicales y que grupos de la sociedad civil hagan parte de su administración para que ellas sean transformadas en bienes de toda la comunidad, entendida en su totalidad. No estamos de acuerdo con la política de privatizar el patrimonio público para pagar la deuda externa. Señalemos que el gobierno no obtuvo gran cosa de su política de privatización puesto que ningún comprador se ha presentado. Si la privatización dependiera exclusivamente de la voluntad del gobierno, a esta hora, todo hubiera sido ya privatizado. Por otro lado, hay que señalar que esta política de privatizaciones no cuenta con ningún apoyo popular en la medida en que el ejemplo de Argentina muestra que las privatizaciones no produjeron efectos benéficos sino más bien la miseria. E.T.: Cuál es la posición del PT con respecto a la deuda externa? Lula: Nosotros pensamos que ningún país del Tercer Mundo está en condiciones de pagar la deuda. Nosotros pensamos que todo gobierno del Sur que decida continuar pagando la deuda hace la opción de guiar el pueblo al abismo, porque existe una incompatibilidad total entre la política de desarrollo de los países del Tercer Mundo y el reembolso de la deuda. Nosotros sostenemos que hay que suspender inmediatamente su pago. Nosotros pedimos un auditoria sobre la historia de la deuda para determinar dónde fue a parar el dinero prestado, para saber si fue un préstamo del Estado o de una Administración pública o si se trató de una iniciativa privada, para saber cómo fue gastado el dinero, etc. Esto nos permitirá tener una radiografía fiable de esta deuda. Con el dinero resultante del no pago de la deuda, nosotros podemos constituir un fondo para el desarrollo, el cual servirá para financiar la investigación y el progreso de tecnologías, la educación, la salud, la reforma agraria y una política de desarrollo para el Tercer Mundo. El control de este fondo quedará en manos del país, más específicamente, bajo el control de una instancia especialmente creada para el efecto. Dicha instancia incluye al Congreso Nacional, a los movimientos sindicales, y a los partidos políticos, los que lo administrarán a través de una Comisión encargada para ello. Pero para dejar de pagar la deuda, la iniciativa tiene que ser tomada en el plano internacional de tal forma a crear un frente unido de los países deudores para oponerse a las pretensiones de los acreedores. De ahí también la necesidad de unir a todos los países del Tercer Mundo con el objetivo que cada gobierno tenga conciencia que sus problemas son iguales a los de los otros gobiernos del Tercer Mundo. Ningún país podrá encontrar una solución al problema de la deuda en forma aislada. Es importante también que la discusión sobre la deuda externa no se limite a una discusión entre gobierno y banqueros, sino que sea una de gobierno a gobierno. El problema de la deuda debe ser encarado como un problema político. El debate no tiene que limitarse únicamente al problema de la deuda, sino estar centrado sobre la necesidad de un Nuevo orden económico internacional. Es insostenible que sigamos vendiendo materias primas por casi nada y que sigamos comprando productos manufacturados a un precio de oro. Sólo una acción política permitirá que este conjunto de medidas se lleva a cabo. La acción política consiste en la presión de los movimientos sociales. Para esto, el problema de la deuda debe ser transformado en un asunto del que todo el pueblo se apropie. E.T.: Hace seis años, Fidel Castro lanzó una campaña internacional bajo el lema de « la deuda es impagable ». Después de un buen comienzo, parece que esta campaña perdió fuerza como consecuencia de una falta de respuesta. Por el momento, parecería que Bush (1) tiene viento en popa con su « Iniciativa para las Américas(2). Cuál es su explicación ? Lula: Es un hecho que fue el gobierno cubano quien puso sobre el tapete el debate sobre la deuda, lo que posibilitó que se tuvieran varios encuentros internacionales muy positivos a este respecto. Pero el problema en América Latina es que la situación económica es tan mala que la mayoría de los trabajadores no dispone del tiempo para plantearse objetivos a mediano plazo, las luchas a menudo reduciéndose al planteamiento de objetivos inmediatos. Es una lucha por la sobrevivencia. Bajo esta presión, las organizaciones de izquierda se ven impedidas de consagrar la energía suficiente para los objetivos de mediano y largo plazos. Y nosotros queremos resolver el problema del desempleo y del hambre sin establecer el nexo adecuado con la deuda externa. Nuestro Partido piensa que la deuda externa debe ocupar un lugar importante en su orden del día, lo mismo que en el del movimiento sindical, porque si no logramos resolver el problema de la deuda no vamos a poder resolver ni el problema de la distribución de los ingresos, ni el de la inflación, menos aún, el del desarrollo. Retomando el problema de las causas de la debilidad de la lucha sobre el tema de la deuda, hay que agregar las insuficiencias que muestra la coordinación internacional de las organizaciones sindicales latinoamericanas. Esto es así porque el movimiento sindical no está suficientemente desarrollado en el interior de cada país. E.T.: Qué decir entonces de la organización a escala continental? Lula: Durante el encuentro de la izquierda latinoamericana en San Pablo en junio 1991, nosotros hemos puesto como tema resaltante la problemática de la deuda externa. Pensamos que este es un tema- fuerza de unidad de la izquierda. Nosotros vamos a incluir de nuevo este tema en el orden del día del segundo encuentro que se realizará en México en junio de 1992. E.T.: La perspectiva de la lucha socialista, es todavía de actualidad? Lula: Yo continuo a creer en una propuesta socialista. Yo continuo a creer que la redención de la humanidad pasa por un mundo más igualitario donde la riqueza sea distribuida de manera más justa. Nosotros tenemos para aportar una gran contribución. Somos millones los que en el planeta queremos construir el socialismo. Pero este socialismo no debe ser el espejo de lo que pasó en el Este. Nosotros, en tanto que Partido de los Trabajadores, siempre hemos condenado el régimen de Partido único, la falta de libertad para el movimiento sindical o la ausencia del derecho a la huelga. Pensamos que el socialismo presupone la democracia, el multipartidismo, la libertad y autonomía sindicales, el derecho a la huelga, el derecho de todas las personas de tomar la palabra en la plaza pública y de hablar contra el gobierno. Si este no es el caso, no se trata de socialismo. El fracaso del socialismo no puede ser imputado a los socialistas sino a las burocracias. Hay que agregar igualmente que todo el mundo hoy quiere hablar del fracaso del « socialismo » este-europeo, pero muy pocos son los que están dispuestos a debatir sobre la necesidad de la solidaridad con Cuba, con el pueblo panameño o con los pueblos africanos. Hay que poner en primera línea nuestra tarea de solidaridad: la defensa de Cuba. (*) Esta entrevista fue publicada en la revista del CADTM, n°s. 4-5, octubre-noviembre 1.991. (1) George Bush padre del actual Presidente Georges Bush hijo presidió los Estados Unidos de 1.988 a 1. 992. (2) La Iniciativa para las Américas apoyada por G. Bush fué retomada posteriormente por Bill Clinton y luego por G. Bush hijo, que se concretizó en el Acuerdo de Libre Cambio de las Américas, ALCA. *************** Luis Ignacio Lula da Silva, Presidente: cambio o continuidad neoliberal? La aplastante victoria de Lula en las elecciones (más del 60% en la segunda vuelta, con cerca de 20 millones de votos de diferencia sobre su rival) fue el resultado de una política de alianzas y de un programa altamente contradictorio. En efecto, el candidato del Partido de los Trabajadores obtuvo que su partido apruebe la alianza con un partido de derecha: el Partido Liberal, el cual en caso de victoria recibiría a cambio nada más y nada menos que la Vice Presidencia de la República. Los compromisos asumidos por el candidato durante la campaña fueron también muy problemáticos porque preconizaban la continuación de la política económica aplicada por el gobierno de Fernando Henrique Cardoso, política largamente dictada por el FMI, que aseguraba el reembolso de la deuda externa y la prosecusión del ajuste estructural. Evidentemente, esta política reduce de manera considerable las fuentes para obtener los ingresos públicos necesarios a fin de concretizar la parte progresista del programa. Nos referimos aquí a la parte que previó un importante aumento de los ingresos más bajos (el salario mínimo es de aproximadamente 70 euros, debiendo ser el objeto de un aumento de 20%), la erradicación del hambre ( 40 millones de brasileros están en situación de hambre crónica o permanente de hambre), la reforma agraria y la ampliación de la capa de la población a ser cubierta por la seguridad social. En el transcurso de los cuatro primeros meses del mandato presidencial, Lula y Palocci, Ministro de Economía y de Finanzas pusieron en marcha una política económica y social de corte neoliberal, en contradicción tanto con un proyecto de transformación estructural que con la realización de un mejoramiento substancial de las condiciones de vida de la mayoría de los ciudadanos brasileros. En qué consiste esta política ? - A Henrique de Campos Meireilles, representante del gran capital financiero, le fué confiado la presidencia del Banco Central. Meirelles fue presidente del banco FleetBoston: la séptima en importancia en estados Unidos y la segunda en cuanto a la jerarquía de acreedores brasileños ( después de la Citibank ya mencionada arriba). FleetBoston tuvo un rol particularmente nefasto en la crisis argentina, no dudando jamás a especular contra la moneda brasileña para aumentar sus beneficios. El nombramiento de Meirelles a la cabeza del Banco central constituyó de la parte del nuevo Presidente, un signo de sumisión a los acreedores internacionales y en general, al gran capital. Para la anécdota: Mereilles hizo campaña en favor de José Serra, candidato de Henrique Cardoso durante el primer y el segundo turnos de las elecciones. El día de su designación en el puesto de Presidente se podía leer todavía en su sitio internet su llamado a votar por Jose Serra ! - Lula y su Ministro de Finanzas, acorde la desiderata del FMI y de los mercados financieros, anunciaron medidas legales para conceder al Banco Central la autonomía frente al gobierno. Esta decisión fue el objeto de acerbas críticas por parte de diferentes componentes del ala izquierda en el seno de la mayoría presidencial. Al dar la autonomía al Banco Central, y para colmo, nombrando a la cabeza a un representante del gran capital, el gobierno, en tanto que Poder ejecutivo, abdicó a ejercer un control directo sobre la política monetaria (tasas de cambio y emisión de la moneda ) y sobre las tasas de interés (tradicionalmente fijadas por el Banco Central). Eso es ponerse el puñal en el pecho ! Durante su campaña lectoral Lula declaró, al igual que los otros candidatos presidenciales, a la excepción del de PSTU, que iba a respetar los acuerdos firmados por su antecesor con el le FMI en agosto del 2002. Según los términos del acuerdo, Brasil estaba obligado a alcanzar un superávit presupuestario primario de 3,75%( excedente antes del pago de la deuda). En agosto del 2002, aun un especulador financiero como Georges Soros criticó dicho acuerdo diciendo que el mismo encosertará la política gubernamental. Realizar un superávit de 3,75% implica una fuerte limitación de los gastos sociales. Palocci decidió, en el transcurso de los primeros meses de la presidencia, ir más lejos todavía en la ortodoxia preconizada por FMI y por los mercados, comprometiéndose a alcanzar un superavit de 4,25% ! En la misma lógica, Palocci aumentó la tasa de interés director del Banco Central del Brasil, elevándola a 26% para traerla de nuevo a 25,5% (agosto del 2003). Esta medida produce efectos totalmente contrarios a la parte progresista del programa: aumenta los ingresos del gran capital bajo forma rentaria. Para prueba: los bancos brasileños invirtieron 67% de sus activos en títulos de la deuda pública (muy remuneradores) (Financial Times, 18 de julio del 2003). Un cronista financiero de la Gazeta Mercantil (principal cotidiano financiero brasileño) se refirió a esta política de altas tasas de interés interna con mucho humor: « Con la tasa de interés de base de 25%, es una delicia realizar beneficios con préstamos hechos en el extranjero (con alrededor de 13,25%) y comprar con el dinero prestado títulos de la deuda pública. Es una delicia. Es una delicia …para los bancos » (Gazeta Mercantil, 20 de enero del 2003). Esta política refuerza igualmente la desigualdad social en la distribución de los ingresos. Brasil es el país donde la brecha entre ricos y pobres es la más elevada del mundo. Según el Informe 1999 del PNUD, los 20% de brasileños afortunado acaparan el 63,4% de los ingresos no dejando más que 2,5% a los 20% más pobres !!! (citado por John Saxe Fernandez, 2001, p. 106). Una política de alta tasa de interés premia a todos los que viven en forma parasitaria de sus rentas. Esto no es más que la continuación de la política del doble rasero: ajustar los cinturones de los que tienen bajo ingreso mientras se aumenta la opulencia de los ricos. Por otro lado, el aumento de la tasa de interés produce al mismo tiempo otros dos efectos negativos. En primer lugar, aumenta en forma mecánica las sumas destinadas al reembolso de la ya colosal deuda interna. En segundo lugar, aumenta las dificultades para que los pequeños y medianos productores accedan a los créditos ( campesinos, artesanos y pequeños empresarios), y en general para el conjunto del sector productivo, lo cual reduce la inversión llevando la economía brasileña al estancamiento o a la recesión. Desde 1.995, las tasas de interés reales brasileñas fueron permanentemente las más altas del planeta siendo justificadas por los partidarios de la política del FMI por la necesidad de atraer a los capitales extranjeros y de fijarlos en el país. Esto no impidió que seis crisis monetarias hayan explotado. Desde este punto de vista, Brasil batió todos los records. El « plan de ayuda » decidido en agosto 2002 por el FMI fue presentado como un apoyo a Brasil, mientras que en realidad se trataba apoyar a los dos grandes bancos norteamericanos (Fleet Boston et CityCorp), concurrentes hasta dos tercios de la suma prestada. No es una pura casualidad que el actual Presidente del Banco Central, Meireilles, antes de ser nombrado al cargo fuera el representante del Banco de Boston. ). Igualmente son preocupantes otros proyectos gubernamentales, tales la reforma de la seguridad social y la reforma del Código del Trabajo (reforma trabalhista). En lo que respecta la primera, en Brasil se lanzó una campaña ya muy conocida en todas partes, por la que se justifica la generalización de los fondos privados de pensión así que la arremetida contra las conquistas de los salariados en el campo de las pensiones. Con el pretexto de terminar con los privilegios de los que gozan categorías marginales de funcionarios públicos (personal dirigente de los ministerios…) se procederá a reducir fuertemente el plafón de las pensiones de todos los funcionarios públicos, aumentar fuertemente la cantidad de años necesarios para alcanzar la edad de jubilación y en fin, favorizar el desarrollo del ahorro privado de pensión vía fondos privados de pensiones. Esta contrareforma coincide en todos los detalles con la orientación defendida por el Banco Mundial. Manifestaciones y huelgas de funcionarios públicos se repitieron en junio-julio del 2003 oponiéndose a la contrareforma deseada por el Presidente Lula. En la misma época, los asalariados de Francia y Austria lucharon masivamente contra el mismo tipo de proyecto anhelado por los gobiernos de derecha. Finalmente esta reforma fue adoptada por el Congreso brasileño en agosto del 2003 con algunas enmiendas como concesiones hechas al movimiento de lucha de los funcionarios públicos. Por qué hay antagonismo entre el mantenimiento de los acuerdos con el FMI y la parte progresista del programa sobre el cual Lula fue elegido? Porque los acuerdos con el FMI implican un aumento de la deuda pública externa e interna. Aumento de la deuda externa porque los 30 mil millones de dólares prometidos por el FMI se suman al stock de la deuda, elevando así el monto del reembolso. Siendo así, el monto del reembolso de la deuda interna aumenta proporcionalmente al de la tasa de interés. Todo este monto debe ser substraído al Tesoro Público. Dicho de otra manera: aun cuando una reforma impositiva permitiera hacer pagar a los ricos y aumentar con ello los ingresos públicos, las sumas aportadas por dicha reforma volverían a salir inmediatamente como reembolso de la deuda, lo que impide automáticamente todo aumento en los gastos públicos. De todas formas, el FMI nunca aceptó una reforma impositiva que permita una aumentación significativa de deducción sobre los ingresos y el patrimonio de los ricos. Pues bien, aquí también existe una contradicción entre la voluntad eventual de llevar a cabo una reforma impositiva progresista y los acuerdos firmados con el FMI. Sumido a la presión de los movimientos sociales, del ala izquierda del PT y otros sectores de la sociedad civil como la progresista Conferencia Nacional de Obispos, Lula, confrontado a los efectos perversos de su compromiso de respetar los acuerdos de sus predecesores, podría anunciar en los meses venideros, con motivo de las próximas negociaciones con el FMI que, bajo riesgo de no poder llevar a cabo el objetivo de erradicar el hambre y tomar otras medidas prioritarias (extensión de la reforma agraria, aumento del salario mínimo…), él no podrá satisfacer las condiciones que le son impuestas. Tendría todo el derecho a hacerlo. Si no asume tal orientación, corre el riesgo de ver su credibilidad derrumbarse ante los sectores populares. El desencanto de la mayoría de la base social de Lula se realizará más lentamente que el de los sectores directamente afectados en forma negativa por las medidas concernientes la contrareforma de las jubilaciones. Sin embargo, si Lula no cambia de orientación la erosión del apoyo popular inevitablemente llegará. Recuperar la confianza de esa mayoría decepcionada y desencantada se volverá entonces una tarea muy difícil. Y para peor de todo, las concesiones hechas al gran capital no protegerán al Brasil ni de un aumento de la fuga de capitales ni de los ataques especulativos contra el Real. Las concesiones que Lula hizo al gran capital no van a proteger a Brasil del aumento de la fuga de capitales y de los ataques especulativos contra el real, y no contribuirán en nada a arreglar la situación. Por otro lado, la recesión como consecuencia de una política macro económica neoliberal se instaló en Brasil en el 2003. Si no se produce un giro en el transcurso del 2003, el reembolso de la deuda pública externa y de la deuda interna pública costará todavía más al presupuesto público que en el 2002 bajo F. Henrique Cardoso. A fines del 2002, la deuda pública interna de Brasil se elevaba alrededor de 850 mil millones de reales, de entre los cuales 40% estaban dolarizados. A fines del 2002, la deuda pública externa se elevaba alrededor de 120 mil millones de dólares. En Brasil la deuda externa de las empresas privadas alcanza aproximadamente 110 mil millones de dólares. El total de la deuda pública y privada externa representa 4 años de exportaciones. Entre 1992 y 2002, la parte de salarios en la renta nacional pasó de 45% a 27%. Mientras que los salarios no pesan más que el equivalente de 27% de la renta nacional, contribuyen sin embargo al 55% de los ingresos provenientes del impuesto sobre la renta ! Por qué los escépticos de Wall Street se volvieron abiertamente optimistas ? Es el título de un largo comentario de Financial Times del 8 de abril del 2003. «Hace solamente seis meses se temía que Brasil, la más importante economía sudamericana, se encuentre inexorablemente a la deriva hacia los recifes de la incapacidad de pago de la deuda y de la bancarrota financiera. Es todo lo contrario lo que se produjo: Brasil es altamente apreciado en Wall Street. Los traders y los inversionistas que el año pasado guardaban sus distancias, se lanzan hoy a la compra de acciones y de títulos de la deuda brasileña. (…) « Tuvieron un arranque impresionante y ganaron la primera batalla de la confianza » concede Maurice Goldstein, economista en el Institute for International Economics en Washington, « probaron que los pesimistas y los escépticos como yo estábamos equivocados». Por qué eso se produjo ? Un rápido cambio en la política del Partido de los Trabajadores (PT) en el poder constituye una de la principales razones. Después de haber votado en diciembre del 2001 por una « ruptura » con el modelo económico neoliberal introducido por el ex Presidente Fernando Henrique Cardoso, el partido se desplazó hacia el centro del campo político con una velocidad sorprendente. Ya antes de la campaña electoral de octubre del 2002, la dirección del PT se comprometió a reembolsar la deuda y a mantener las medidas favorables a una inflación débil. (…) A fines del año pasado, Luiz Inacio Lula da Silva electo Presidente declaró que se ajustaba a los objetivos presupuestarios fijados con el FMI en agosto del 2002. Mantuvo su palabra. En ciertos campos el gobierno se mostró aun más austero que su predecesor, aumentando el objetivo del superávit presupuestario primario llevándolo de 3,75% a 4,25% del PIB. Henrique Meirelles, Presidente del Banco Central nombrado por Mr Lula da Silva, cuando había sido precedentemente dirigente del Banco Boston, aumentó la tasa de interés de manera a combatir las presiones inflacionistas provocadas por la devaluación del año pasado. Mr Lula da Silva adoptó lo esencial de la agenda reformadora de su predecesor, Mr Cardoso, y está acelerando la reforma de impuestos y del sistema de pensiones. « El aprendizage fue rápido » declaró Octavio de Barros, economista en jefe del Banco Bilbao Viscaya Argenteria (BBVA – banco español). (…) ». Extractos de la página entera consagrada por Financial Times a los cien primeros días de la presidencia de Lula. Realizar la auditoría de la deuda prevista por la Constitución La realización de la auditoría de la deuda externa es una vía esencial en un dispositivo general de políticas alternativas. Recordemos el proyecto de Decreto legislativo (645-A de 2000) presentado por José Dirceu en el 2000 y mencionado en la primera parte del presente texto. La justificación del debate del proyecto de Decreto presentado por José Dirceu es todavía de actualidad: « las diferentes deudas, externa, interna, pública y privada, aún cuando son diferentes en su aplicación y en su significación, juntas constituyen una sobrecarga de obligaciones para la sociedad cuyas consecuencias son de naturaleza variada: 1) aumento de la vulnerabilidad externa y de la dependencia económica del país ; 2) elevación de las sumas a reembolsar en monedas extranjeras (tanto en el presente como en el futuro) que compromete el desarrollo de la joven generación; (…) 4) la pérdida de soberanía y la sumisión a las estrategias internacionales del capital financiero y de la super potencia hegemónica ; 5) el sacrificio del humilde y desprotegido pueblo que no pudo gozar de los beneficios de los períodos en los que esta deudas fueron contraídas y sobre quien pesa la pesada carga de su reembolso. (…) El actual proyecto de decreto legislativo tiene por objetivo establecer un mecanismo democrático de consulta popular sobre lo que hay que hacer en relación a cuestiones, que sin ninguna duda, están relacionados directa e indirectamente con la vida de nuestro pueblo». Según Marcus de Freitas Gouvêa, Fiscal en el Ministerio de Finanzas y Director administrativo del sindicato nacional de Fiscales del Ministerio de Finanzas, es posible exigir por la vía judicial que el Congreso Nacional ejecute el artículo 26 (in Fattorelli, Auditoria da dívida externa: questão de soberania, 2003, p. 184). Instrumentos legales al alcance de los ciudadanos La Constitución y el derecho nacional brasileños ofrecen garantías para obtener informaciones ante los órganos públicos como el Tribunal de Cuentas, el Banco Central y el Ministerio de Finanzas. Las informaciones, datos y documentos relativos a la deuda de una nación son de naturaleza pública y en consecuencia los ciudadanos y las instituciones tienen el derecho de acceder a ellos. En Brasil varios métodos y procedimientos pueden ser utilizados: - La acción popular (Constitución federal, art. 5, incise LXXIII): « Todo ciudadano es parte legítima para proponer una acción ciudadana que tenga por objetivo anular todo daño ocasionado al patrimonio público ou a una entidad en la cual el Estado participa, todo perjuicio ocasionado a la moralidad administrativa, al medio ambiente y al patrimonio histórico y cultural». La ley 4.717 del 29 de junio de 1965 que regula la acción popular dispone que « Todo ciudadano es parte legítima para abogar en favor de la nulidad o la declaración de nulidad de los actos que lesionan el patrimonio de la Unión, del Distrito Federal, de los Estados, de las ciudades, etc. ». La información no puede ser negada salvo en la medida en que el interés general sea puesto en peligro. En este caso, la negativa debe estar claramente fundamentada. - La acción civil pública (ley 7.347 del 24 de julio de 1985): la ley estipula las responsabilidades por los daños provocados al medio ambiente, al consumidor, a los bienes y derechos de valor artístico, estético, histórico, etc. La acción civil puede ser presentada por una asociación. - El Ministerio Público es la persona privilegiada para presentar una acción civil pública. Notemos que entre sus funciones está la de « promover la investigación civil y la acción civil pública para la protección del patrimonio público y social, del medio ambiente… ». El poder de investigación del Ministerio Público est tal que la Corte Federal estatuyó el 5 de octubre de 1995 que el Banco do Brasil no puede en ningún caso oponer el argumento del secreto bancario al Ministerio Público. En el caso en que la información sea denegada, existen otros medios jurídicos para exigirlas (particularmente el habeas data). Siguiendo el ejemplo de la Campaña por la Auditoría en Brasil, los movimientos ciudadanos de cada país deberían rebuscar en la constitución y en el derecho nacional disposiciones legales que muy a menudo les otorgan el derecho a la información y a la acción de nulidad. Esto sería posible en la más jóvenes constituciones sancionadas después de la caída de un régimen despótico que codifican los derechos democráticos. En este momento en que la OMC y las prescripciones de sus diferentes acuerdos ( por ejemplo, el Acuerdo general sobre el comercio de servicios AGCS), se aprestan a substituirse a los derechos nacionales para consagrar el reino del lucro, esta búsqueda es una tarea muy importante. Cambiar de rumbo: algunas proposiciones para una alternativa - Como argumenté más arriba, hay que realizar la auditoría de la deuda. Entre los criterios que deberían ser adoptados para concretizarla propongo: considerar como nula ( porque es odiosa) la deuda contraída por la dictadura (1964-1985) y las nuevamente contraïdas para refinanciarla; las otras deudas deben ser analizadas a fondo ( meticulosamente escaneados) a fin de determinar las que merecen una negociación con los acreedores; - recordemos con Marcos Arruda (M. Arruda, 1999, p.130) que Brasil, como otros países endeudados, estuvo confrontado a la actitud abusiva y prepotente de Estados Unidos cuando en 1979 este decidió dramática e unilateralmente el aumento de las tasas de interés. - Romper los acuerdos con el FMI a fin que en Brasil los poderes públicos recuperen su libertad asumiendo plenamente la responsabilidad de sus actos ; - Creación de un fondo nacional de solidaridad para erradicar el hambre, para satisfacer los derechos humanos y proteger el medio ambiente. Este fondo deberá ser financiado por un impuesto excepcional sobre el patrimonio del décimo de la capa más afortunada de la población (por ejemplo un impuesto del orden del 10 al 20%). Deberá ser igualmente alimentado por las sumas recuperadas sobre los bienes mal habidos depositados en el extranjero ; - Prioridades del fondo: financiar la creación de empleos, reforma agraria, reforma urbana... ; - Renacionalización de las empresas estratégicas privatizadas ; - Reforma fiscal redistributiva ; - Control de los movimientos de capitales y control de cambios ; - Rechazo del ALCA. Reforzar y extender el Mercosur ; - Lanzar un frente de países latinoamericanos y del Caribe para el no pago de la deuda ; - Proponer un debate a la Asamblea General de la ONU sobre la problemática de la deuda. Bibliografía: Arruda, Marcos. 1999. External Debt. Brazil and the International Financial Crisis, Londres, Sterleng, 2000, Pluto Press, Christian Aid and Transnational Institute, 173 p. Fattorelli Carneiro, Maria Lucia (organizadora). 2003. Auditoria da divida externa: questao de soberania, Contraponto Editora, Rio de Janeiro, 2003, 206 p. Gonçalves, Reinaldo et Pomar Valter. 2000. O Brazil endividado, Sao Paulo, 2000, Fundaçao Perseu Abramo, 47p. Millet, Damien et Toussaint, Eric. 2002. 50 questions/50 réponses sur la dette, le FMI et la Banque mondiale, coéd. CADTM- Bruxelles/Syllepse-Paris, 2002, 262 p. Anexo: La "realpolitik" del Presidente Lula y los altermundialistas Entrevista a Eric Toussaint del Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo (CADTM) por Frédéric Lévêque, en Ginebra, en el cuadro de la contra cumbre « G8 ilegal », con motivo de su encuentro del 2 de junio con Lula, Presidente de Brasil. Realizada por Frédéric Lévêque Contexto: Con motivo de la cumbre anual realizada a Evián por el G8 ( Estados Unidos, Japón, Alemania, Gran Bretaña, Francia, Italia Canada, Rusia) del 1° al 2 de junio del 2003, varios Jefes de Estado no miembros del del G8 participaron como invitados del Presidente francés Jacques Chirac. Ante la opinión pública internacional, este pretendió hacer pasar el mensaje siguiente: el G8 y, en particular Francia, desean el diálogo con el resto del mundo. Para este efecto, habían sido invitados Jefes de Estado y de gobierno no miembros del G8, entre quienes se encontró el Presidente Lula, junto con otros Jefes de Estado y de gobierno tales el de China, de India, de Nigeria, de Senegal, de Africa del Sur, de Egipto, de México…Se trataba principalmente de contribuir a la legitimación del G8, club informal de las principales potencias del mundo, en un momento en que su credibilidad se encuentra en su más bajo nivel. Previa a la verdadera reunión del G8, los anfitriones del Presidente Chirac se encontraron a Evián en el momento mismo en el que más de 100.000 manifestantes desfilaban por las calles de Ginebra ( Suiza) y de Annemasse ( Francia) bajo el lema de « G8 ilegal ». Entre los temas principales se pueden citar: la anulación de la deuda del Tercer Mundo, la oposición al militarismo, la lucha contra la OMC, la solidaridad con el pueblo palestino, acceso irrestricto a los medicamentos genéricos… y la oposición a la reforma neoliberal del sistema de pensiones y de la educación en Francia que moviliza a millones de trabajadores. Fred Lévêque: Ayer tuviste la oportunidad de encontrar junto con otros, a uno de los Jefes de Estado, invitado especial del G8: Lula, Presidente del Brasil. Podrías explicar el sentido de ese encuentro así como la política que está siendo aplicada por el Presidente Lula ? Eric Toussaint: Luis Inacio Lula Da Silva, elegido Presidente por una mayoría aplastante de votos en octubre del 2002, más del 65 %, manifestó su deseo de encontrarse con los altermundialistas de Europa. Y para dicho encuentro estuvimos presentes cuatro delegados del movimiento altermundialista: Jacques Nikonoff, Presidente de Attac Francia, Rafaella Bolini, representando al Forum Social Italiano, Helena Tagesson (Suecia), de la campaña contra la OMC y yo, representando al CADTM. El encuentro se realizó en la residencia del Embajador del Brasil en Ginebra. Antes de irnos al encuentro, habíamos decidido dejar claro que no éramos interlocutores ni representantes que hablablan en nombre del movimiento, puesto que no teníamos ningún mandato en ese sentido. Nosotros nos representábamos a nosotros mismos, esto a fin de evitar de prestarnos por ejemplo, a la farsa de una de una conferencia de prensa que podría ser aprovechada por el Presidente para utilizarnos y así avalar la política que está aplicando actualmente. Esta misma posición la hubiéramos asumido ante cualquier otro presidente. Pero además en este caso, nos encontrábamos en una situación en la que el Presidente Lula, quien asumió el cargo hace unos pocos meses atrás, aplica una política que aparece de manera evidente como estando en contradicción con las expectativas de una serie de movimientos sociales con los que nosotros estamos trabajando directamente. Y bien, cuáles son las medidas cuestionadas ? En primer lugar, el Presidente Lula designó como Presidente del Banco Central a uno de los más grandes patrones, Henrique Meirelles, quien fué antiguo presidente de uno de los grandes bancos norteamericanos presentes en el Brasil, la Fleet Boston. De esta forma, es un representante de la clase capitalista quien es designado a la cabeza del Banco Central con un mensaje claro: hay que ganar la confianza de los mercados financieros. Este es el primer problema. El segundo es el siguiente: el Presidente Lula está en favor de conceder la autonomía al Banco Central. Esto quiere decir que él está tomando las medidas anheladas por los neoliberales: esto mismo hicieron con el Banco Central Europeo con respecto a la Comisión europea. Esto significa que el poder político renuncia cada vez más a un instrumento central de la orientación de la economía de un país, porque cuando no se controla directamente el Banco central no se controla la moneda nacional, las tasas de cambio. Y esto es algo de una importancia particular. El tercer punto que cuestiona la política de Lula es el siguiente: la reforma del sistema de pensión, en curso, la cual hace pensar fuertemente a la reforma de Raffarin, la que es combatida pour un amplio movimiento con las consecuentes huelgas y paros que hoy conoce Francia. De hecho, Lula arremete contra el sistema de pensión de los trabajadores para favorizar a los fondos privados de pensión. Además, hay otros elementos de su política que son cuestionables: las altas tasas de interés, el mantenimiento de los acuerdos con el FMI, el reembolso de la deuda externa, etc. Fred Lévêque: cómo pasó la entrevista ? Eric Toussaint: teniendo en cuenta la política que acabo de describir, nosotros fuimos a la entrevista con pié de plomo porque no queríamos ser utilizados o caer en una trampa cualquiera. Entonces, en el marco de un acuerdo sobre el procedimiento a adoptar en el curso de la audiencia, decidimos que cada uno de entre nosostros ( los cuatro delegados), dispondrá de cinco minutos para presentar las principales reivindicaciones que nuestros movimientos sustentan como alternativas al actual proceso de mundialización y que atañen directamente al Brasil. Bueno, ahora cuento cómo se desarrolló el encuentro. Fuimos recibidos por el Presidente Lula, quien estuvo acompañado por el Ministro del Trabajo y por el de Relaciones exteriores, por varios diputados y dos consejeros próximos del Presidente. El Presidente Lula nos presentó la política de su gobierno durante media hora, asumiendo la defensa de las medidas de austeridad decididas por él (aumento de las tasas de interés, recortes claros en el presupuesto con un monto de más de tres mil millones de dólares – 14 mil millones de reales). Dijo que esas medidas eran necesarias con vistas a estabilizar una muy difícil situación económica. Anunció que desde ahora en adelante iba a comenzar a cumplir los compromisos asumidos ante el pueblo durante la campaña electoral, pero que eso llevará algunos años. Nosotros hicimos los siguientes planteamientos. Jacques Nikonoff, presidente de Attac Francia, dijo que su movimiento estaba totalemente en desacuerdo con los fondos privados de pensión. Este, manifestando su inquietud por el hecho de que actualmente en Brasil, era el mismo gobierno el que promocionaba dichos fondos. Igualmente, hizo hincapié sobre el interés que tiene su movimiento de que Brasil se pronuncie claramente en favor de la Tasa Tobin. Sobre ésto, Lula había con una proposición al G8, a saber, la de imponer una tasa sobre la venta de armas para financiar un proyecto mundial de lucha contra el hambre. A este respecto, Chirac en una conferencia de prensa aprovechó la ocasión para arremeter contra la Tasa Tobin diciendo que la proposición de Lula le parecía más oportuna que aquélla. Y precisamente estos fueron los dos elementos que se encontraban en el planteamiento de Jacques Nikonoff. De mi parte, hablando por el CADTM yo sostuve que América Latina se encontraba confrontada, casi al igual que en los años 80, a una enorme hemorragia de riquezas que dejaban el continente para ir a parar en las manos de los acreedores del Norte ( más de 200 mil millones de transferencia neta negativa sobre la deuda entre 1996 y 2002, el equivalente a dos planes Marshall). Brasil sólo, perdió entre 1997 et 2001, más de 70 mil millones de dólares de transferencia neta negativa sobre la deuda, de la cual 27 mil millones hechas en detrimento de las finanzas públicas, esencialmente de bancos privados, de los mercados financieros, el FMI y el Banco Mundial. Yo insistí sobre el hecho de que no había que esperar una crisis de pago, una crisis de insolvencia para tomar iniciativas- por otro lado, previstas por la misma Constitution brasileña-Es decir, la realización de una auditoría sobre los orígenes y el contenido exacto de la deuda externa brasileña en vistas a determinar su legitimidad o ilegitimidad. Esta auditoría, lo repito, está prevista por la Constitución brasileña de 1998. En el año 2000, en ocasión del Plesbicito organizado por el MST, la CUT, la Campaña Jubileo Sur del Brasil, la Conferencia Nacional de Obispos (con el apoyo del PT), más del 90% de los 6 millones de Brasileños que votaron se pronunciaron en favor de la suspensión del pago de la deuda mientras se realizaba la auditoría. Es en este mismo sentido que los parlamentarios del PT presentaron un proyecto de ley. Hasta hoy, ningún presidente lo ha concretizado. Dije a Lula "..ya que Ud. está en el poder, es el momento de tomar la inciativa y así crear las condiciones para suspender el pago de la deuda, ahorrando el dinero del reembolso para destinarlo a inversiones sociales, de transformaciones, etc ». Después le sugerí que Brasil haga un llamado a los otros países latinoamericanos endeudados a fin de crear un frente para el no pago de la deuda. La tercera persona que intervino fué, Helena Tagesson, sueca. Por un lado, ella planteó la necesidad de impedir que en Cancún, en septiembre del 2003, se materialicen los acuerdos a los que se había llegado en Doha en noviembre del 2001. Por otro lado intentar paralizar la reunión como se consiguió hacerlo en Seattle a fines de noviembre del 99 –principios de diciembre- cuando, explotando las contradicciones entre Europa y los Estados Unidos, a través de movilizaciones, se logró obstaculizar una ofensiva más fuerte en el campo de la liberalización del comercio. En 2001 la OMC tomó su revancha logrando forjar una agenda ultra-liberal con el Acuerdo general sobre comercio de servicios, el cual debe ser el objeto de una decisión y concreción efectivas en Cancún. Así, ella insistió sobre el hecho que teníamos cuatro meses para intentar paralizar las negociaciones que deben abrirse en Cancún, proponiendo que Brasil y los otros países del Tercer Mundo actúen en este sentido. Llamó a la vigilancia frente al deseo de la OMC de privatizar el agua, teniendo en cuenta que existen experiencias modelos de explotación y de distribución como es el caso de Porto Alegre. Dichas experiencias desaparecerán para siempre si se logra aplicar la Agenda de Doha en Cancún. La última interviniente fué Rafaella Bolini del Forum Social Italiano, animadora del movimiento antiguerra. Recordemos que los italianos estuvieron muy activos en la campaña contra la guerre en Irak. Ella pidió que Brasil pida una convocatoria de la Asamblea general de la ONU para que esta adopte una resolución de condena de la ocupación de Irak por parte de Estados Unidos y sus aliados. El Consejo de seguridad de la ONU, en el que nosotros no tenemos confianza, el 22 de mayo adoptó una resolución que de hecho legitima la ocupación de Estados Unidos, Gran Bretaña y Australia. Aún cuando no nos hagamos muchas ilusiones, podría haber una mayoría en favor contra la ocupación de Irak si hubiera un debate en el seno de la Asamblea general de la ONU, y si los países pudieran realmente votar. Esto ya se dió en los años 70 y 80 cuando Israel fué condenado repetidas veces a pesar de la oposición de los Estados Unidos, país que se encontró en minoría. En su respuesta Lula recordó que existe una gran distancia entre lo que se quiere hacer y lo que se puede hacer. Eso, para indicar que nuestras proposiciones eran simpáticas, pero que no veía cómo llevarlos a la práctica. El justificó claramente su política favorable a los fondos privados de pensión. No asumió ningún compromiso sobre el problema de la deuda. Sobre el comercio dijo que él quería limitar efectivamente la desregulación lo mismo que limitar el alcance del Acuerdo general sobre el comercio de servicios. En lo que respecta Irak, dijo que como país, él se opuso a la guerra. Pero no fue más lejos puesto que no asumió ningún compromiso de iniciativa en vista de la convocatoria de la Asamblea general de la ONU. Con esto se puede tener un breve resumen del encuentro. La conclusión a la cual llego es que la enorme esperanza que depositó en él, no sólo una gran parte de la población brasileña sino también afuera, el resto de América Latina y el mundo, de contar con un gobierno progresista que aplique una orientación que dé la espalda al neo- liberalismo ; bien, esta esperanza está convirtiéndose en la práctica en una muy fuerte decepción. Y más vale la pena decirlo ahora, porque de otro modo cuanto más ilusiones se forjen sobre las orientaciones reales del gobierno de Lula, más dura será la decepción De alguna manera, es esto lo que en estos últimos meses resalta de la situación en América Latina, mientras que en varios países la gente votó claramente por programas de izquierda. Pienso en Evo Morales, cierto quien no fue elegido presidente, pero quien en Bolivia obtuvo un gran suceso electoral. Pienso en Lucio Gutiérrez de Ecuador, quien con el apoyo del movimiento indígena, PachaKutik y la CONAIE fue elegido presidente sobre la base de un programa progresista. Pienso en Lula. En los casos de Gutiérrez y Lula, desde el momento que fueron elegidos presidentes, se precipitaron para hacer concesiones a los mercados financieros, confirmando así la continuidad de los programas neo-liberales de sus predecesores, predecesores que ellos habían condenado en sus respectivas campañas electorales. El caso de Gutiérrez es aun más grave porque además se presentó claramente como el mejor amigo de Bush en la región y como gran amigo del presidente colombiano. Mientras, iba tomando claramente distancias del Presidente Chávez de Venezuela. Esto nos muestra que está en juego algo muy importante para el movimiento social: la necesidad de conservar su independencia de los gobiernos. Los movimientos sociales no deberían hacer concesiones ni abandonar su radicalidad, menos aún estar en la espera. No es por el hecho de que partidos, que en principio deberían representar el programa de dichos movimientos lleguen al poder, que éstos deberían decirse « no vamos a poner zancadillas a nuestros amigos políticos que se encuentran el el gobierno ». Por el contrario, hay que aumentar la presión sobre ésos gobiernos para que los mismos, que llegaron al poder gracias a los votos populares que recogieron, adopten una conducta que se ajuste a lo que ellos prometieron. Ginebra, 3 de junio del 2003. ----------------------------- [1] Eric Toussaint, Presidente del Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo, autor de « La Finance contre les Peuples. La Bourse ou la Vie », coed. CADTM-Bruxelles/CETIM-Genève/Syllepse- Paris, 2003. Sitio web del CADTM: www.cadtm.org [2] Aquí presentamos lo que escribió a este respecto Joseph Stiglitz: « Robert Rubin, secretario del Tesoro (…) venía del banco de negocios más grande, Goldman Sachs, y a su regreso entró en Citigroup, la firma que controla el banco comercial más grande: la Citibank. El número dos del FMI durante todo el período, Stanley fischer, pasó directamente del FMI a la CItigroup. Claro, esas personas contemplan el mundo con los ojos de la comunidad financiera » (J. Stiglitz, 2002, p.45). Un poco antes en el texto, J. Stiglitz remarcó algo que se aplica a la designación del nuevo Presidente del Banco Central del Brasil hecha por el Presidente Lula en enero del 2003: « (…) los ministros de Finanzas y los presidentes de los bancos centrales están en estrecha relación con la comunidad financiera. Ellos provienen de firmas financieras y después de servir al Estado, regresan a ellas » (op. cit., p. 45). [3] Proyecto de Decreto legislativo n° 645-A, año 2000. Septiembre del 2003
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