la actualidad de la auditoría de la deuda y la responsabilidad del gobierno de Lula
29/09/2003
- Opinión
Durante la precedente crisis de la deuda de los años 1930, Brasil,
conjuntamente con otros trece países latinoamericanos suspendió
durante varios años lo esencial de los pagos (la suspensión fue
total en 1931, parcial entre 1932 y 1936 y de nuevo total entre 1937
y 1940). Esto le fue muy beneficioso porque cuando negoció el
arreglo del litigio con el cartel de los acreedores extranjeros,
obtuvo una reducción de alrededor de la mitad del monto de la deuda
(el acuerdo fue concretado en 1943). La deuda, cuyo monto alcanzó
1.294 mil millones de dólares en 1930, fue reducida a 698 millones
en 1945 y a 597 millones en 1948. En 1930, el servicio de la deuda
representaba el 30% de las exportaciones; en 1945 dicho servicio
representaba no « más que » el 7%. Las autoridades brasileñas de la
época hicieron uso de la auditoría para fundamentar la decisión
unilateral de la suspensión de pago. En 1931 el gobierno decidió por
medio de un decreto, pasar en revisión todos los contratos
referentes a todos los empréstitos públicos externos, imponiendo por
otro decreto en 1932, el análisis detallado de todos esos contratos.
La auditoria permitió detectar numerosas irregularidades en la
conclusión de dichos contratos. En la síntesis de la auditoria,
Arthur de Souza Costa, Ministro de Finanzas de la época afirmaba en
1935: « La historia de nuestros empréstitos muestra que hubo un
número exagerado de operaciones onerosas y hasta ruinosas,
realizadas sin haber tenido como objetivo favorizar el desarrollo de
nuestro país » (citado por Reinaldo Gonçalves, in Fattorelli, 2003,
p. 115).
Los fundamentos de la crisis de la deuda que iba a estallar al igual
que en los otros países del tercer mundo en 1982, encuentran su
origen en los años 60/70, durante el largo período de la dictadura
militar que comenzó en 1964.
En el momento del golpe de Estado en 1964, la deuda externa era 2,5
mil millones de dólares. Cuando en 1985 el último general deja el
poder la deuda sobrepasó los 100 mil millones de dólares ! Así pues,
en poco más de veinte años de dictadura, la deuda fue multiplicada
por cuarenta. La dictadura brasileña gozó del apoyo sin fallas del
gobierno norteamericano y del Banco Mundial, los que veían en ella
un aliado estratégico en el continente en el contexto de la
propagación de la revolución cubana y de las grandes luchas
populares anticapitalistas y antimperialistas. Mencionemos que antes
del golpe de Estado de 1964, el Banco Mundiçal se negó a prestar
dinero al Brasil del Presidente progresista Joao Goulart (llamado
Jango) quien había puesto en marcha la reforma agraria.
A partir de 1964, el gobierno de los Estados Unidos, por una parte a
través de su agencia de créditos a la exportación, Eximbank, y por
otra a través del Banco Mundial, otorgó numerosos préstamos a sus
aliados en el poder en Brasilia: los generales. Es de esta época que
vienen los mega proyectos energéticos: represas hidroeléctricas,
centrales térmicas y la realización de grandes trabajos de
infraestructura de carreteras para la incursión de la inmensa región
amazónica en el cuadro del Polonoreste. Son estos proyectos los
causantes de enormes destrucciones medioambientales, de la extinción
de ciertos grupos de indígenas de Amazonia y causantes de
importantes desplazamientos de poblaciones (por ejemplo, la
colonización de zonas forestales destruidas para desarrollar la
ganadería).
No olvidemos que el fervor de Estados Unidos hacia los regímenes
dictatoriales provocó que estos se generalizaran en el Cono sur (
Chile y Uruguay desde 1973 ; Argentina desde 1976) el gobierno de
Washington estando directamente implicado en la instalación de las
dictaduras en el poder y en la planificación del exterminio físico a
escala continental, de una parte importante de la izquierda (el
siniestro plan Cóndor).
Cuando a fines de 1979 Estados Unidos decidió aumentar en forma
radical las tasas de interés, la dictadura brasileña, aunque amiga,
fue afectada directamente por la medida, la que la desestabilizó
frente al ascenso de las luchas populares de inicios de los años 80.
Entre 1979 y 1985, cuando Brasil estuvo confrontado a la crisis de
la deuda, transfirió a sus acreedores, principalmente a los bancos
norteamericanos, 21 mil millones de dólares más de lo que recibió
como nuevos préstamos durante el mismo período.
Es necesario precisar que el cartel de los bancos acreedores de
Brasil estuvo encabezado por la Citibank la cual, subrayémoslo,
estuvo implicada en todas las jugadas sucias de los golpes de Estado
que tuvieron lugar en América Latina en los años 60/70. Durante este
período, la Citibank se mostró muy activa en la ingeniería
financiera para transformar fondos públicos de los países del Sur en
acumulación privada de los gobiernos, preferentemente militares. La
Citibank fue también una formidable máquina de blanqueo de dinero.
Sus nefastas actividades delictivas no estuvieron limitadas a
América Latina: en la década de los 90, prestó su ayuda activa al
dictador Sani Abacha en Nigeria organizando para el mismo el
resguardo de sumas colosales ( varios miles de millones de dólares)
que robó al Erario Pûblico de su país. Citibank (miembro de la
Citigroup) fue acusada en diferentes escándalos a partir del asunto
Enron. Esta acusación le costó en 2003 una multa elevada en algunos
centenares de millones de dólares fijada por el Juez Spitzer de
Nueva York. Mencionemos que a comienzos del 2000, la Citigroup
acogió en el seno de sus órganos de dirección al Secretario de
Estado del Tesoro de Estados Unidos Robert Rubin, y al número 2 del
FMI, Stanley Fischer[2].
En lo que respecta al FMI, esta institución entró en la macabra
danza de la deuda odiosa brasileña en enero de 1983, cuando dictó a
la dictadura militar una carta de intención, no sin antes criticar
previamente el hecho de los fuertes aumentos salariales que otorgó a
los obreros.
El fuerte aumento de la tasas de interés decretado por el gobierno
estadounidense a partir de 1979, provocó en Brasil, así como en toda
América Latina, la asfixia financiera de los poderes públicos. Y en
1987, José Sarney, primer Presidente post dictadura (1985 – 1989),
tuvo que decretar una suspensión de pago. De esta época, marcada
también por el nacimiento del Partido de los Trabajadores, de la
Central Unitaria de los Trabajadores y del Movimiento de los Sin
Tierra, data la gran sensibilidad de los sectores progresistas sobre
la cuestión de la deuda. Mas aún cuando a partir de 1985 la campaña
lanzada por Fidel Castro sobre el tema « La Deuda es impagable »,
tuvo un eco considerable en Brasil y a escala continental. Asimismo,
la auditoría gozaba de un cierto grado de credibilidad como uno de
los instrumentos que los poderes públicos tenían en sus manos para
obtener una renegociación total de la deuda ( el hecho de que la
auditoría de la deuda realizada en los años 30 se haya revelado
beneficiosa seguramente tuvo un rol en la memoria colectiva). La
auditoría apareció a los ojos de una gran parte de los movimientos
reivindicativos como un medio para cuestionar la aplastante carga de
las deudas legadas por la dictadura. En la época, el pedido de
auditoría llegó a ser un tema tan sensible que los legisladores la
incluyeron en la Constitución post dictadura de 1988. El artículo 26
de las disposiciones transitorias otorgó al Congreso nacional la
responsabilidad de realizar una auditoria de la deuda en el plazo de
un año.
Luego, cuando a comienzos de los 90 después de la década perdida, la
situación financiera del país tuvo una relativa mejoría, los
capitales volvieron a afluir del exterior bajo la forma de préstamos
bancarios, de inversiones de portafolio y de inversiones directas.
En cierta forma, el Plan Brady aplicado al Brasil a partir de 1994
bajo la gestión de Fernando Henrique Cardoso como Ministro de
Finanzas, iría a devolver un manto de virginidad y de legitimidad a
las deudas contraídas durante la larga noche de la dictadura. Una
parte significativa (49 mil millones de dólares sobre un total de
145) fue transformada en nuevas deudas bajo la forma de « bonos
Brady ». Durante todo este período la deuda continuó a aumentar: se
hacian nuevos empréstitos para rembolsarla. La operación Brady
aplicada a Brasil gracias a la cooperación de F. H. Cardoso, produjo
un sensible incremento del servicio de la deuda (leer el análisis
del economista Paulo Nogueira Batista Jr. Citado por José Dirceu,
Proyecto de Decreto legislativo n° 645-A del 13 de septiembre del
2000).
La situación se degradó de nuevo fuertemente después del
desencadenamiento de la crisis mejicana en diciembre de 1994. El
Presidente F. H. Cardoso puso en marcha un plan de salvamento de los
bancos privados brasileños (PROER) lo que costó a los poderes
públicos la suma de 20 millones de dólares.
En el marco de los acuerdos con el FMI, F. H. Cardoso mantuvo una
política de altas tasas de interés ( de hecho, los intereses más
altos a escala planetaria), que fue muy perjudicial para la
economía, particularmente para el sector productivo, pero que
favoreció al capital rentista.
Se presenta a continuación un cuadro de la evolución de las tasas de
interés en Brasil entre septiembre 1997 (crisis asiática) y marzo
1999 (nuevo acuerdo con el le FMI)
Evolución de las tasas de interés en Brasil
1997 - Septiembre 20.7 - Noviembre 42.2 - Diciembre 39.5
1998 - Enero 37.4 - Marzo 26.2 - Mayo 22.6 - Agosto 19.3 -
Septiembre 33.5 - Octubre 39.3 - Diciembre 29.3
1999 - Enero 29.9 - Febrero 38.8 - Marzo 43.1 - Acuerdo FMI Revisado
Fuente: Banco Central del Brasil, in M. Arruda, 1999, p. 34.
La prueba de que esta política favoreció al capital rentista: a
comienzos de 1999 las ganancias netas declaradas por los grandes
bancos brasileños fueron 5 a 8 veces superiores a las de 1998.
Por otro lado, entre 1997 y fines del 2001, Brasil fue víctima de
una transferencia neta negativa sobre la deuda (ver léxico) por un
monto de 78,9 mil millones de dólares. Si sólo se tomara en cuenta a
los poderes públicos, ello representa 27,3 mil millones de dólares
de transferencia neta negativa sobre la deuda pública entre 1996 y
fines del 2001 (fuente: Banco Mundial, GDF 2003).
Dicho de otra manera, si los poderes públicos brasileños hubieran
decidido a partir de 1997 de no pagar la deuda y que como
consecuencia de esto, los diferentes acreedores hubieran decidido
bloquear los canales de crédito, el Tesoro Público hubiese ahorrado
un poco más de 27 mil millones de dólares, suma considerable. Esto
quiere decir que en el caso brasileño no es veraz afirmar que más
vale continuar a pagar la deuda externa con el pretexto de que el
flujo de nuevos préstamos entrantes en el país es superior a los
flujos de los reembolsos.
Para tener una idea de la amplitud de los montos reembolsados, en
1999, en el presupuesto del Estado, el servicio de la deuda fue
cinco veces más abultado que el de la salud, nueve veces más que el
de la educación, 69 veces más abultado que el presupuesto del
Ministerio de la Reforma Agraria (cálculo del autor sobre la base de
R. Gonçalves y V. Pomar, 2000, p. 35).
El deterioramiento de esta situación produjo la renovación de la
sensibilidad con respecto a la deuda. Por el lado de los movimientos
sociales, un tribunal de la deuda fue organizado en abril de 1998 en
Río, seguido en septiembre del 2000 de un referéndum en el que
participaron más de seis millones de brasileños. Este referéndum
estuvo organizado por la Campaña Jubileo para un Milenario sin
deuda, la conferencia Nacional de los Obispos, el MST, la CUT y
varios sindicatos, beneficiando del apoyo de varios partidos de
izquierda, entre los cuales, el PT.
En el momento de la realización del referéndum, José Dirceu ( en la
época diputado y Presidente del PT), quien llegó a ser a partir de
enero del 2003 Ministro de la Presidencia, había presentado, en su
calidad de parlamentario durante la legislatura de Cardoso, un
proyecto de Decreto Legislativo[3] que apuntaba a la realización de
« un referéndum para que la población tome una decisión con respecto
a la deuda externa y al mantenimiento de los acuerdos
internacionales entre el gobierno brasileño y el FMI ». El artículo
1 preveía « El Congreso nacional decide (…) la realización de
auditorias sobre la deuda externa y de un referéndum conteniendo las
siguientes preguntas:
1) el gobierno brasileño, debe romper los acuerdos con el FMI ?
2) el gobierno brasileño, debe realizar una auditoria sobre la deuda
externa ?
3) el gobierno brasileño, debe mantener la actual política de pago
de la deuda ? ».
El proyecto de Decreto preveía igualmente que: « En caso de que la
voluntad popular determine la ruptura de los acuerdos con el FMI, la
decisión producirá efecto en el plazo de 90 días; en caso de que la
voluntad popular decida la realización de la auditoria, ella deberá
ser realizada en un plazo de 90 días; en caso de que la voluntad
popular decida la revisión de las condiciones de pago de la deuda,
corresponde al Congreso nacional deliberar sobre las nuevas
condiciones en un plazo de 90 días ».
Esta propuesta fue presentada el 13 de septiembre del 2000, firmada
por 191 parlamantarios, entre los cuales, la de Antonio Palocci,
quien llegó a ser Ministro de Finanzas en enero del 2003. Esta
proposición fue rechazada por la mayoría parlamentaria del
Presidente F. H. Cardoso (mencionemos no obstante, que ciertos
diputados miembros de la mayoría dieron su apoyo a la proposición de
decreto).
La posibilidad de desembarazarse del Presidente neoliberal Cardoso,
con ocasión de las elecciones del 2002 para reemplazarlo por Lula,
quien simbolizaba más de veinte años de luchas populares contra la
dictadura y contra el neoliberalismo, produjo un enorme entusiasmo y
comprensibles esperas para al fin encontrar una solución a los
grandes problemas sociales, así como al problema de la deuda.
Pero en el 2003, dichas esperas fueron decepcionadas profundamente.
Veamos el por qué. Pero antes de eso, esperemos que la creatividad,
la inteligencia, la fidelidad en el combate y la pugnacidad sirvan
de aliciente a los movimientos ciudadanos y sociales brasileños.
Esperemos que podrán rescatar del olvido los compromisos de antaño…y
que lograrán que se los ponga en práctica. Durante años Lula y el
PT, acaso no hicieron de la deuda un importante tema de su campaña ?
A fin de refrescar la memoria, se abajo se puede leer una entrevista
con Lula, realizada por el autor en Managua (Nicaragua) en julio de
1991. A continuación se podrá ver los primeros pasos del Presidente
Luis Ignacio Lula da Silva quien entró en funciones en enero del
2003.
Todo gobierno del Sur que decida continuar pagando la deuda hace la
opción de guiar el pueblo al abismo » declaraba en 1991 el
Presidente Luis Ignacio "Lula" da Silva, entonces Presidente del PT
brasileño, nuevo Presidente de Brasil desde enero del 2003 (*)
Propósitos recogidos por Eric Toussaint en julio de 1991 en Managua
(Nicaragua)
Eric Toussaint: Después de un año y medio de la presidencia de
Collor, cuál es la situación en Brasil?
Lula: La sociedad brasilera se dio cuenta que la política neoliberal
del Presidente Collor es un fracaso. Aún cuando hubieron muchas
promesas, nada fue resuelto. Si la inflación bajó, el precio social
pagado por ello fue muy alto en términos de desempleo, de la
política agraria, de salarios, de salud y de la educación. Ante esta
situación, una proposición alternativa que contemple el crecimiento
de Brasil, la redistribución de las riquezas y la indemnización de
los trabajadores, los grandes perjudicados por el plan
gubernamental, es una tarea urgente. Todo esto tiene que ir
acompañado de un trabajo serio en el campo de la organización del
movimiento popular, porque si la lucha se limita al campo meramente
institucional, el PT va a encontrarse en una situación vulnerable.
En este sentido, es crucial la alianza con las fuerzas progresistas
por que es esta alianza la que nos va a permitir salir victoriosos
del enfrentamiento con el gobierno.
E.T.: Hace poco el semanario The Economist puso un título que decía
« América Latina está en venta » Dónde se está en la venta de las
empresas nacionales ? Cuál es la posición del PT ?
Lula: El FMI quiere que los países endeudados vendan sus empresas
estatales con el objetivo de facilitar el pago de la deuda externa.
Nosotros somos defensores del control estatal sobre todas las
empresas relacionadas con el sector estratégico. Así, no existen
mayores problemas en relación a las empresas que fueron estatizadas
por el régimen militar, empresas secundarias tales las del textil.
Estas empresas pueden ser privatizadas sin mayores obstáculos. Sin
embargo, las empresas que se ocupan de sectores estratégicos como
las de petróleo, las siderúrgicas, las de agua, puertos, energía
eléctrica… tienen que quedar en manos del Estado. Nuestra lucha en
contra de su privatización es equivalente a nuestra lucha por su
democratización, porque es necesario que esas empresas se abran a la
sociedad civil para que ésta pueda administrarlas. De ahí la
necesidad que dichas empresas cuenten en su dirección con dirigentes
sindicales y que grupos de la sociedad civil hagan parte de su
administración para que ellas sean transformadas en bienes de toda
la comunidad, entendida en su totalidad. No estamos de acuerdo con
la política de privatizar el patrimonio público para pagar la deuda
externa. Señalemos que el gobierno no obtuvo gran cosa de su
política de privatización puesto que ningún comprador se ha
presentado. Si la privatización dependiera exclusivamente de la
voluntad del gobierno, a esta hora, todo hubiera sido ya
privatizado. Por otro lado, hay que señalar que esta política de
privatizaciones no cuenta con ningún apoyo popular en la medida en
que el ejemplo de Argentina muestra que las privatizaciones no
produjeron efectos benéficos sino más bien la miseria.
E.T.: Cuál es la posición del PT con respecto a la deuda externa?
Lula: Nosotros pensamos que ningún país del Tercer Mundo está en
condiciones de pagar la deuda. Nosotros pensamos que todo gobierno
del Sur que decida continuar pagando la deuda hace la opción de
guiar el pueblo al abismo, porque existe una incompatibilidad total
entre la política de desarrollo de los países del Tercer Mundo y el
reembolso de la deuda. Nosotros sostenemos que hay que suspender
inmediatamente su pago. Nosotros pedimos un auditoria sobre la
historia de la deuda para determinar dónde fue a parar el dinero
prestado, para saber si fue un préstamo del Estado o de una
Administración pública o si se trató de una iniciativa privada, para
saber cómo fue gastado el dinero, etc. Esto nos permitirá tener una
radiografía fiable de esta deuda.
Con el dinero resultante del no pago de la deuda, nosotros podemos
constituir un fondo para el desarrollo, el cual servirá para
financiar la investigación y el progreso de tecnologías, la
educación, la salud, la reforma agraria y una política de desarrollo
para el Tercer Mundo. El control de este fondo quedará en manos del
país, más específicamente, bajo el control de una instancia
especialmente creada para el efecto. Dicha instancia incluye al
Congreso Nacional, a los movimientos sindicales, y a los partidos
políticos, los que lo administrarán a través de una Comisión
encargada para ello.
Pero para dejar de pagar la deuda, la iniciativa tiene que ser
tomada en el plano internacional de tal forma a crear un frente
unido de los países deudores para oponerse a las pretensiones de los
acreedores. De ahí también la necesidad de unir a todos los países
del Tercer Mundo con el objetivo que cada gobierno tenga conciencia
que sus problemas son iguales a los de los otros gobiernos del
Tercer Mundo. Ningún país podrá encontrar una solución al problema
de la deuda en forma aislada. Es importante también que la discusión
sobre la deuda externa no se limite a una discusión entre gobierno y
banqueros, sino que sea una de gobierno a gobierno. El problema de
la deuda debe ser encarado como un problema político. El debate no
tiene que limitarse únicamente al problema de la deuda, sino estar
centrado sobre la necesidad de un Nuevo orden económico
internacional. Es insostenible que sigamos vendiendo materias primas
por casi nada y que sigamos comprando productos manufacturados a un
precio de oro. Sólo una acción política permitirá que este conjunto
de medidas se lleva a cabo. La acción política consiste en la
presión de los movimientos sociales. Para esto, el problema de la
deuda debe ser transformado en un asunto del que todo el pueblo se
apropie.
E.T.: Hace seis años, Fidel Castro lanzó una campaña internacional
bajo el lema de « la deuda es impagable ». Después de un buen
comienzo, parece que esta campaña perdió fuerza como consecuencia de
una falta de respuesta. Por el momento, parecería que Bush (1) tiene
viento en popa con su « Iniciativa para las Américas(2). Cuál es su
explicación ?
Lula: Es un hecho que fue el gobierno cubano quien puso sobre el
tapete el debate sobre la deuda, lo que posibilitó que se tuvieran
varios encuentros internacionales muy positivos a este respecto.
Pero el problema en América Latina es que la situación económica es
tan mala que la mayoría de los trabajadores no dispone del tiempo
para plantearse objetivos a mediano plazo, las luchas a menudo
reduciéndose al planteamiento de objetivos inmediatos. Es una lucha
por la sobrevivencia. Bajo esta presión, las organizaciones de
izquierda se ven impedidas de consagrar la energía suficiente para
los objetivos de mediano y largo plazos. Y nosotros queremos
resolver el problema del desempleo y del hambre sin establecer el
nexo adecuado con la deuda externa. Nuestro Partido piensa que la
deuda externa debe ocupar un lugar importante en su orden del día,
lo mismo que en el del movimiento sindical, porque si no logramos
resolver el problema de la deuda no vamos a poder resolver ni el
problema de la distribución de los ingresos, ni el de la inflación,
menos aún, el del desarrollo.
Retomando el problema de las causas de la debilidad de la lucha
sobre el tema de la deuda, hay que agregar las insuficiencias que
muestra la coordinación internacional de las organizaciones
sindicales latinoamericanas. Esto es así porque el movimiento
sindical no está suficientemente desarrollado en el interior de cada
país.
E.T.: Qué decir entonces de la organización a escala continental?
Lula: Durante el encuentro de la izquierda latinoamericana en San
Pablo en junio 1991, nosotros hemos puesto como tema resaltante la
problemática de la deuda externa. Pensamos que este es un tema-
fuerza de unidad de la izquierda. Nosotros vamos a incluir de nuevo
este tema en el orden del día del segundo encuentro que se realizará
en México en junio de 1992.
E.T.: La perspectiva de la lucha socialista, es todavía de
actualidad?
Lula: Yo continuo a creer en una propuesta socialista. Yo continuo a
creer que la redención de la humanidad pasa por un mundo más
igualitario donde la riqueza sea distribuida de manera más justa.
Nosotros tenemos para aportar una gran contribución. Somos millones
los que en el planeta queremos construir el socialismo. Pero este
socialismo no debe ser el espejo de lo que pasó en el Este.
Nosotros, en tanto que Partido de los Trabajadores, siempre hemos
condenado el régimen de Partido único, la falta de libertad para el
movimiento sindical o la ausencia del derecho a la huelga. Pensamos
que el socialismo presupone la democracia, el multipartidismo, la
libertad y autonomía sindicales, el derecho a la huelga, el derecho
de todas las personas de tomar la palabra en la plaza pública y de
hablar contra el gobierno. Si este no es el caso, no se trata de
socialismo. El fracaso del socialismo no puede ser imputado a los
socialistas sino a las burocracias.
Hay que agregar igualmente que todo el mundo hoy quiere hablar del
fracaso del « socialismo » este-europeo, pero muy pocos son los que
están dispuestos a debatir sobre la necesidad de la solidaridad con
Cuba, con el pueblo panameño o con los pueblos africanos. Hay que
poner en primera línea nuestra tarea de solidaridad: la defensa de
Cuba.
(*) Esta entrevista fue publicada en la revista del CADTM, n°s. 4-5,
octubre-noviembre 1.991.
(1) George Bush padre del actual Presidente Georges Bush hijo
presidió los Estados Unidos de 1.988 a 1. 992.
(2) La Iniciativa para las Américas apoyada por G. Bush fué retomada
posteriormente por Bill Clinton y luego por G. Bush hijo, que se
concretizó en el Acuerdo de Libre Cambio de las Américas, ALCA.
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Luis Ignacio Lula da Silva, Presidente: cambio o continuidad
neoliberal?
La aplastante victoria de Lula en las elecciones (más del 60% en la
segunda vuelta, con cerca de 20 millones de votos de diferencia
sobre su rival) fue el resultado de una política de alianzas y de un
programa altamente contradictorio. En efecto, el candidato del
Partido de los Trabajadores obtuvo que su partido apruebe la alianza
con un partido de derecha: el Partido Liberal, el cual en caso de
victoria recibiría a cambio nada más y nada menos que la Vice
Presidencia de la República.
Los compromisos asumidos por el candidato durante la campaña fueron
también muy problemáticos porque preconizaban la continuación de la
política económica aplicada por el gobierno de Fernando Henrique
Cardoso, política largamente dictada por el FMI, que aseguraba el
reembolso de la deuda externa y la prosecusión del ajuste
estructural. Evidentemente, esta política reduce de manera
considerable las fuentes para obtener los ingresos públicos
necesarios a fin de concretizar la parte progresista del programa.
Nos referimos aquí a la parte que previó un importante aumento de
los ingresos más bajos (el salario mínimo es de aproximadamente 70
euros, debiendo ser el objeto de un aumento de 20%), la erradicación
del hambre ( 40 millones de brasileros están en situación de hambre
crónica o permanente de hambre), la reforma agraria y la ampliación
de la capa de la población a ser cubierta por la seguridad social.
En el transcurso de los cuatro primeros meses del mandato
presidencial, Lula y Palocci, Ministro de Economía y de Finanzas
pusieron en marcha una política económica y social de corte
neoliberal, en contradicción tanto con un proyecto de transformación
estructural que con la realización de un mejoramiento substancial de
las condiciones de vida de la mayoría de los ciudadanos brasileros.
En qué consiste esta política ?
- A Henrique de Campos Meireilles, representante del gran capital
financiero, le fué confiado la presidencia del Banco Central.
Meirelles fue presidente del banco FleetBoston: la séptima en
importancia en estados Unidos y la segunda en cuanto a la jerarquía
de acreedores brasileños ( después de la Citibank ya mencionada
arriba). FleetBoston tuvo un rol particularmente nefasto en la
crisis argentina, no dudando jamás a especular contra la moneda
brasileña para aumentar sus beneficios. El nombramiento de Meirelles
a la cabeza del Banco central constituyó de la parte del nuevo
Presidente, un signo de sumisión a los acreedores internacionales y
en general, al gran capital. Para la anécdota: Mereilles hizo
campaña en favor de José Serra, candidato de Henrique Cardoso
durante el primer y el segundo turnos de las elecciones. El día de
su designación en el puesto de Presidente se podía leer todavía en
su sitio internet su llamado a votar por Jose Serra !
- Lula y su Ministro de Finanzas, acorde la desiderata del FMI y de
los mercados financieros, anunciaron medidas legales para conceder
al Banco Central la autonomía frente al gobierno. Esta decisión fue
el objeto de acerbas críticas por parte de diferentes componentes
del ala izquierda en el seno de la mayoría presidencial. Al dar la
autonomía al Banco Central, y para colmo, nombrando a la cabeza a un
representante del gran capital, el gobierno, en tanto que Poder
ejecutivo, abdicó a ejercer un control directo sobre la política
monetaria (tasas de cambio y emisión de la moneda ) y sobre las
tasas de interés (tradicionalmente fijadas por el Banco Central).
Eso es ponerse el puñal en el pecho !
Durante su campaña lectoral Lula declaró, al igual que los otros
candidatos presidenciales, a la excepción del de PSTU, que iba a
respetar los acuerdos firmados por su antecesor con el le FMI en
agosto del 2002. Según los términos del acuerdo, Brasil estaba
obligado a alcanzar un superávit presupuestario primario de 3,75%(
excedente antes del pago de la deuda). En agosto del 2002, aun un
especulador financiero como Georges Soros criticó dicho acuerdo
diciendo que el mismo encosertará la política gubernamental.
Realizar un superávit de 3,75% implica una fuerte limitación de los
gastos sociales. Palocci decidió, en el transcurso de los primeros
meses de la presidencia, ir más lejos todavía en la ortodoxia
preconizada por FMI y por los mercados, comprometiéndose a alcanzar
un superavit de 4,25% !
En la misma lógica, Palocci aumentó la tasa de interés director del
Banco Central del Brasil, elevándola a 26% para traerla de nuevo a
25,5% (agosto del 2003). Esta medida produce efectos totalmente
contrarios a la parte progresista del programa: aumenta los ingresos
del gran capital bajo forma rentaria. Para prueba: los bancos
brasileños invirtieron 67% de sus activos en títulos de la deuda
pública (muy remuneradores) (Financial Times, 18 de julio del 2003).
Un cronista financiero de la Gazeta Mercantil (principal cotidiano
financiero brasileño) se refirió a esta política de altas tasas de
interés interna con mucho humor: « Con la tasa de interés de base de
25%, es una delicia realizar beneficios con préstamos hechos en el
extranjero (con alrededor de 13,25%) y comprar con el dinero
prestado títulos de la deuda pública. Es una delicia. Es una delicia
…para los bancos » (Gazeta Mercantil, 20 de enero del 2003).
Esta política refuerza igualmente la desigualdad social en la
distribución de los ingresos. Brasil es el país donde la brecha
entre ricos y pobres es la más elevada del mundo. Según el Informe
1999 del PNUD, los 20% de brasileños afortunado acaparan el 63,4% de
los ingresos no dejando más que 2,5% a los 20% más pobres !!!
(citado por John Saxe Fernandez, 2001, p. 106). Una política de alta
tasa de interés premia a todos los que viven en forma parasitaria de
sus rentas. Esto no es más que la continuación de la política del
doble rasero: ajustar los cinturones de los que tienen bajo ingreso
mientras se aumenta la opulencia de los ricos.
Por otro lado, el aumento de la tasa de interés produce al mismo
tiempo otros dos efectos negativos. En primer lugar, aumenta en
forma mecánica las sumas destinadas al reembolso de la ya colosal
deuda interna. En segundo lugar, aumenta las dificultades para que
los pequeños y medianos productores accedan a los créditos (
campesinos, artesanos y pequeños empresarios), y en general para el
conjunto del sector productivo, lo cual reduce la inversión llevando
la economía brasileña al estancamiento o a la recesión.
Desde 1.995, las tasas de interés reales brasileñas fueron
permanentemente las más altas del planeta siendo justificadas por
los partidarios de la política del FMI por la necesidad de atraer a
los capitales extranjeros y de fijarlos en el país. Esto no impidió
que seis crisis monetarias hayan explotado. Desde este punto de
vista, Brasil batió todos los records. El « plan de ayuda » decidido
en agosto 2002 por el FMI fue presentado como un apoyo a Brasil,
mientras que en realidad se trataba apoyar a los dos grandes bancos
norteamericanos (Fleet Boston et CityCorp), concurrentes hasta dos
tercios de la suma prestada. No es una pura casualidad que el actual
Presidente del Banco Central, Meireilles, antes de ser nombrado al
cargo fuera el representante del Banco de Boston. ).
Igualmente son preocupantes otros proyectos gubernamentales, tales
la reforma de la seguridad social y la reforma del Código del
Trabajo (reforma trabalhista). En lo que respecta la primera, en
Brasil se lanzó una campaña ya muy conocida en todas partes, por la
que se justifica la generalización de los fondos privados de pensión
así que la arremetida contra las conquistas de los salariados en el
campo de las pensiones. Con el pretexto de terminar con los
privilegios de los que gozan categorías marginales de funcionarios
públicos (personal dirigente de los ministerios…) se procederá a
reducir fuertemente el plafón de las pensiones de todos los
funcionarios públicos, aumentar fuertemente la cantidad de años
necesarios para alcanzar la edad de jubilación y en fin, favorizar
el desarrollo del ahorro privado de pensión vía fondos privados de
pensiones. Esta contrareforma coincide en todos los detalles con la
orientación defendida por el Banco Mundial.
Manifestaciones y huelgas de funcionarios públicos se repitieron en
junio-julio del 2003 oponiéndose a la contrareforma deseada por el
Presidente Lula. En la misma época, los asalariados de Francia y
Austria lucharon masivamente contra el mismo tipo de proyecto
anhelado por los gobiernos de derecha. Finalmente esta reforma fue
adoptada por el Congreso brasileño en agosto del 2003 con algunas
enmiendas como concesiones hechas al movimiento de lucha de los
funcionarios públicos.
Por qué hay antagonismo entre el mantenimiento de los acuerdos con
el FMI y la parte progresista del programa sobre el cual Lula fue
elegido?
Porque los acuerdos con el FMI implican un aumento de la deuda
pública externa e interna. Aumento de la deuda externa porque los 30
mil millones de dólares prometidos por el FMI se suman al stock de
la deuda, elevando así el monto del reembolso. Siendo así, el monto
del reembolso de la deuda interna aumenta proporcionalmente al de la
tasa de interés. Todo este monto debe ser substraído al Tesoro
Público.
Dicho de otra manera: aun cuando una reforma impositiva permitiera
hacer pagar a los ricos y aumentar con ello los ingresos públicos,
las sumas aportadas por dicha reforma volverían a salir
inmediatamente como reembolso de la deuda, lo que impide
automáticamente todo aumento en los gastos públicos.
De todas formas, el FMI nunca aceptó una reforma impositiva que
permita una aumentación significativa de deducción sobre los
ingresos y el patrimonio de los ricos. Pues bien, aquí también
existe una contradicción entre la voluntad eventual de llevar a cabo
una reforma impositiva progresista y los acuerdos firmados con el
FMI.
Sumido a la presión de los movimientos sociales, del ala izquierda
del PT y otros sectores de la sociedad civil como la progresista
Conferencia Nacional de Obispos, Lula, confrontado a los efectos
perversos de su compromiso de respetar los acuerdos de sus
predecesores, podría anunciar en los meses venideros, con motivo de
las próximas negociaciones con el FMI que, bajo riesgo de no poder
llevar a cabo el objetivo de erradicar el hambre y tomar otras
medidas prioritarias (extensión de la reforma agraria, aumento del
salario mínimo…), él no podrá satisfacer las condiciones que le son
impuestas.
Tendría todo el derecho a hacerlo. Si no asume tal orientación,
corre el riesgo de ver su credibilidad derrumbarse ante los sectores
populares. El desencanto de la mayoría de la base social de Lula se
realizará más lentamente que el de los sectores directamente
afectados en forma negativa por las medidas concernientes la
contrareforma de las jubilaciones. Sin embargo, si Lula no cambia de
orientación la erosión del apoyo popular inevitablemente llegará.
Recuperar la confianza de esa mayoría decepcionada y desencantada se
volverá entonces una tarea muy difícil. Y para peor de todo, las
concesiones hechas al gran capital no protegerán al Brasil ni de un
aumento de la fuga de capitales ni de los ataques especulativos
contra el Real.
Las concesiones que Lula hizo al gran capital no van a proteger a
Brasil del aumento de la fuga de capitales y de los ataques
especulativos contra el real, y no contribuirán en nada a arreglar
la situación. Por otro lado, la recesión como consecuencia de una
política macro económica neoliberal se instaló en Brasil en el 2003.
Si no se produce un giro en el transcurso del 2003, el reembolso de
la deuda pública externa y de la deuda interna pública costará
todavía más al presupuesto público que en el 2002 bajo F. Henrique
Cardoso.
A fines del 2002, la deuda pública interna de Brasil se elevaba
alrededor de 850 mil millones de reales, de entre los cuales 40%
estaban dolarizados.
A fines del 2002, la deuda pública externa se elevaba alrededor de
120 mil millones de dólares.
En Brasil la deuda externa de las empresas privadas alcanza
aproximadamente 110 mil millones de dólares.
El total de la deuda pública y privada externa representa 4 años de
exportaciones.
Entre 1992 y 2002, la parte de salarios en la renta nacional pasó de
45% a 27%.
Mientras que los salarios no pesan más que el equivalente de 27% de
la renta nacional, contribuyen sin embargo al 55% de los ingresos
provenientes del impuesto sobre la renta !
Por qué los escépticos de Wall Street se volvieron abiertamente
optimistas ?
Es el título de un largo comentario de Financial Times del 8 de
abril del 2003. «Hace solamente seis meses se temía que Brasil, la
más importante economía sudamericana, se encuentre inexorablemente a
la deriva hacia los recifes de la incapacidad de pago de la deuda y
de la bancarrota financiera. Es todo lo contrario lo que se produjo:
Brasil es altamente apreciado en Wall Street. Los traders y los
inversionistas que el año pasado guardaban sus distancias, se lanzan
hoy a la compra de acciones y de títulos de la deuda brasileña. (…)
« Tuvieron un arranque impresionante y ganaron la primera batalla de
la confianza » concede Maurice Goldstein, economista en el Institute
for International Economics en Washington, « probaron que los
pesimistas y los escépticos como yo estábamos equivocados».
Por qué eso se produjo ? Un rápido cambio en la política del Partido
de los Trabajadores (PT) en el poder constituye una de la
principales razones. Después de haber votado en diciembre del 2001
por una « ruptura » con el modelo económico neoliberal introducido
por el ex Presidente Fernando Henrique Cardoso, el partido se
desplazó hacia el centro del campo político con una velocidad
sorprendente. Ya antes de la campaña electoral de octubre del 2002,
la dirección del PT se comprometió a reembolsar la deuda y a
mantener las medidas favorables a una inflación débil. (…)
A fines del año pasado, Luiz Inacio Lula da Silva electo Presidente
declaró que se ajustaba a los objetivos presupuestarios fijados con
el FMI en agosto del 2002. Mantuvo su palabra. En ciertos campos el
gobierno se mostró aun más austero que su predecesor, aumentando el
objetivo del superávit presupuestario primario llevándolo de 3,75% a
4,25% del PIB. Henrique Meirelles, Presidente del Banco Central
nombrado por Mr Lula da Silva, cuando había sido precedentemente
dirigente del Banco Boston, aumentó la tasa de interés de manera a
combatir las presiones inflacionistas provocadas por la devaluación
del año pasado. Mr Lula da Silva adoptó lo esencial de la agenda
reformadora de su predecesor, Mr Cardoso, y está acelerando la
reforma de impuestos y del sistema de pensiones. « El aprendizage
fue rápido » declaró Octavio de Barros, economista en jefe del Banco
Bilbao Viscaya Argenteria (BBVA – banco español). (…) ».
Extractos de la página entera consagrada por Financial Times a los
cien primeros días de la presidencia de Lula.
Realizar la auditoría de la deuda prevista por la Constitución
La realización de la auditoría de la deuda externa es una vía
esencial en un dispositivo general de políticas alternativas.
Recordemos el proyecto de Decreto legislativo (645-A de 2000)
presentado por José Dirceu en el 2000 y mencionado en la primera
parte del presente texto. La justificación del debate del proyecto
de Decreto presentado por José Dirceu es todavía de actualidad:
« las diferentes deudas, externa, interna, pública y privada, aún
cuando son diferentes en su aplicación y en su significación, juntas
constituyen una sobrecarga de obligaciones para la sociedad cuyas
consecuencias son de naturaleza variada: 1) aumento de la
vulnerabilidad externa y de la dependencia económica del país ; 2)
elevación de las sumas a reembolsar en monedas extranjeras (tanto en
el presente como en el futuro) que compromete el desarrollo de la
joven generación; (…) 4) la pérdida de soberanía y la sumisión a las
estrategias internacionales del capital financiero y de la super
potencia hegemónica ; 5) el sacrificio del humilde y desprotegido
pueblo que no pudo gozar de los beneficios de los períodos en los
que esta deudas fueron contraídas y sobre quien pesa la pesada carga
de su reembolso. (…) El actual proyecto de decreto legislativo tiene
por objetivo establecer un mecanismo democrático de consulta popular
sobre lo que hay que hacer en relación a cuestiones, que sin ninguna
duda, están relacionados directa e indirectamente con la vida de
nuestro pueblo».
Según Marcus de Freitas Gouvêa, Fiscal en el Ministerio de Finanzas
y Director administrativo del sindicato nacional de Fiscales del
Ministerio de Finanzas, es posible exigir por la vía judicial que el
Congreso Nacional ejecute el artículo 26 (in Fattorelli, Auditoria
da dívida externa: questão de soberania, 2003, p. 184).
Instrumentos legales al alcance de los ciudadanos
La Constitución y el derecho nacional brasileños ofrecen garantías
para obtener informaciones ante los órganos públicos como el
Tribunal de Cuentas, el Banco Central y el Ministerio de Finanzas.
Las informaciones, datos y documentos relativos a la deuda de una
nación son de naturaleza pública y en consecuencia los ciudadanos y
las instituciones tienen el derecho de acceder a ellos.
En Brasil varios métodos y procedimientos pueden ser utilizados:
- La acción popular (Constitución federal, art. 5, incise LXXIII): «
Todo ciudadano es parte legítima para proponer una acción ciudadana
que tenga por objetivo anular todo daño ocasionado al patrimonio
público ou a una entidad en la cual el Estado participa, todo
perjuicio ocasionado a la moralidad administrativa, al medio
ambiente y al patrimonio histórico y cultural». La ley 4.717 del 29
de junio de 1965 que regula la acción popular dispone que « Todo
ciudadano es parte legítima para abogar en favor de la nulidad o la
declaración de nulidad de los actos que lesionan el patrimonio de la
Unión, del Distrito Federal, de los Estados, de las ciudades, etc.
». La información no puede ser negada salvo en la medida en que el
interés general sea puesto en peligro. En este caso, la negativa
debe estar claramente fundamentada.
- La acción civil pública (ley 7.347 del 24 de julio de 1985): la
ley estipula las responsabilidades por los daños provocados al medio
ambiente, al consumidor, a los bienes y derechos de valor artístico,
estético, histórico, etc. La acción civil puede ser presentada por
una asociación.
- El Ministerio Público es la persona privilegiada para presentar
una acción civil pública. Notemos que entre sus funciones está la de
« promover la investigación civil y la acción civil pública para la
protección del patrimonio público y social, del medio ambiente… ».
El poder de investigación del Ministerio Público est tal que la
Corte Federal estatuyó el 5 de octubre de 1995 que el Banco do
Brasil no puede en ningún caso oponer el argumento del secreto
bancario al Ministerio Público.
En el caso en que la información sea denegada, existen otros medios
jurídicos para exigirlas (particularmente el habeas data).
Siguiendo el ejemplo de la Campaña por la Auditoría en Brasil, los
movimientos ciudadanos de cada país deberían rebuscar en la
constitución y en el derecho nacional disposiciones legales que muy
a menudo les otorgan el derecho a la información y a la acción de
nulidad. Esto sería posible en la más jóvenes constituciones
sancionadas después de la caída de un régimen despótico que
codifican los derechos democráticos. En este momento en que la OMC y
las prescripciones de sus diferentes acuerdos ( por ejemplo, el
Acuerdo general sobre el comercio de servicios AGCS), se aprestan a
substituirse a los derechos nacionales para consagrar el reino del
lucro, esta búsqueda es una tarea muy importante.
Cambiar de rumbo: algunas proposiciones para una alternativa
- Como argumenté más arriba, hay que realizar la auditoría de la
deuda. Entre los criterios que deberían ser adoptados para
concretizarla propongo: considerar como nula ( porque es odiosa) la
deuda contraída por la dictadura (1964-1985) y las nuevamente
contraïdas para refinanciarla; las otras deudas deben ser analizadas
a fondo ( meticulosamente escaneados) a fin de determinar las que
merecen una negociación con los acreedores;
- recordemos con Marcos Arruda (M. Arruda, 1999, p.130) que Brasil,
como otros países endeudados, estuvo confrontado a la actitud
abusiva y prepotente de Estados Unidos cuando en 1979 este decidió
dramática e unilateralmente el aumento de las tasas de interés.
- Romper los acuerdos con el FMI a fin que en Brasil los poderes
públicos recuperen su libertad asumiendo plenamente la
responsabilidad de sus actos ;
- Creación de un fondo nacional de solidaridad para erradicar el
hambre, para satisfacer los derechos humanos y proteger el medio
ambiente. Este fondo deberá ser financiado por un impuesto
excepcional sobre el patrimonio del décimo de la capa más afortunada
de la población (por ejemplo un impuesto del orden del 10 al 20%).
Deberá ser igualmente alimentado por las sumas recuperadas sobre los
bienes mal habidos depositados en el extranjero ;
- Prioridades del fondo: financiar la creación de empleos, reforma
agraria, reforma urbana... ;
- Renacionalización de las empresas estratégicas privatizadas ;
- Reforma fiscal redistributiva ;
- Control de los movimientos de capitales y control de cambios ;
- Rechazo del ALCA. Reforzar y extender el Mercosur ;
- Lanzar un frente de países latinoamericanos y del Caribe para el
no pago de la deuda ;
- Proponer un debate a la Asamblea General de la ONU sobre la
problemática de la deuda.
Bibliografía:
Arruda, Marcos. 1999. External Debt. Brazil and the International
Financial Crisis, Londres, Sterleng, 2000, Pluto Press, Christian
Aid and Transnational Institute, 173 p.
Fattorelli Carneiro, Maria Lucia (organizadora). 2003. Auditoria da
divida externa: questao de soberania, Contraponto Editora, Rio de
Janeiro, 2003, 206 p.
Gonçalves, Reinaldo et Pomar Valter. 2000. O Brazil endividado, Sao
Paulo, 2000, Fundaçao Perseu Abramo, 47p.
Millet, Damien et Toussaint, Eric. 2002. 50 questions/50 réponses
sur la dette, le FMI et la Banque mondiale, coéd. CADTM-
Bruxelles/Syllepse-Paris, 2002, 262 p.
Anexo:
La "realpolitik" del Presidente Lula y los altermundialistas
Entrevista a Eric Toussaint del Comité para la Anulación de la Deuda
del Tercer Mundo (CADTM) por Frédéric Lévêque, en Ginebra, en el
cuadro de la contra cumbre « G8 ilegal », con motivo de su encuentro
del 2 de junio con Lula, Presidente de Brasil.
Realizada por Frédéric Lévêque
Contexto: Con motivo de la cumbre anual realizada a Evián por el G8
( Estados Unidos, Japón, Alemania, Gran Bretaña, Francia, Italia
Canada, Rusia) del 1° al 2 de junio del 2003, varios Jefes de Estado
no miembros del del G8 participaron como invitados del Presidente
francés Jacques Chirac. Ante la opinión pública internacional, este
pretendió hacer pasar el mensaje siguiente: el G8 y, en particular
Francia, desean el diálogo con el resto del mundo. Para este efecto,
habían sido invitados Jefes de Estado y de gobierno no miembros del
G8, entre quienes se encontró el Presidente Lula, junto con otros
Jefes de Estado y de gobierno tales el de China, de India, de
Nigeria, de Senegal, de Africa del Sur, de Egipto, de México…Se
trataba principalmente de contribuir a la legitimación del G8, club
informal de las principales potencias del mundo, en un momento en
que su credibilidad se encuentra en su más bajo nivel.
Previa a la verdadera reunión del G8, los anfitriones del Presidente
Chirac se encontraron a Evián en el momento mismo en el que más de
100.000 manifestantes desfilaban por las calles de Ginebra ( Suiza)
y de Annemasse ( Francia) bajo el lema de « G8 ilegal ». Entre los
temas principales se pueden citar: la anulación de la deuda del
Tercer Mundo, la oposición al militarismo, la lucha contra la OMC,
la solidaridad con el pueblo palestino, acceso irrestricto a los
medicamentos genéricos… y la oposición a la reforma neoliberal del
sistema de pensiones y de la educación en Francia que moviliza a
millones de trabajadores.
Fred Lévêque: Ayer tuviste la oportunidad de encontrar junto con
otros, a uno de los Jefes de Estado, invitado especial del G8: Lula,
Presidente del Brasil. Podrías explicar el sentido de ese encuentro
así como la política que está siendo aplicada por el Presidente Lula
?
Eric Toussaint: Luis Inacio Lula Da Silva, elegido Presidente por
una mayoría aplastante de votos en octubre del 2002, más del 65 %,
manifestó su deseo de encontrarse con los altermundialistas de
Europa. Y para dicho encuentro estuvimos presentes cuatro delegados
del movimiento altermundialista: Jacques Nikonoff, Presidente de
Attac Francia, Rafaella Bolini, representando al Forum Social
Italiano, Helena Tagesson (Suecia), de la campaña contra la OMC y
yo, representando al CADTM. El encuentro se realizó en la residencia
del Embajador del Brasil en Ginebra. Antes de irnos al encuentro,
habíamos decidido dejar claro que no éramos interlocutores ni
representantes que hablablan en nombre del movimiento, puesto que no
teníamos ningún mandato en ese sentido. Nosotros nos representábamos
a nosotros mismos, esto a fin de evitar de prestarnos por ejemplo, a
la farsa de una de una conferencia de prensa que podría ser
aprovechada por el Presidente para utilizarnos y así avalar la
política que está aplicando actualmente. Esta misma posición la
hubiéramos asumido ante cualquier otro presidente. Pero además en
este caso, nos encontrábamos en una situación en la que el
Presidente Lula, quien asumió el cargo hace unos pocos meses atrás,
aplica una política que aparece de manera evidente como estando en
contradicción con las expectativas de una serie de movimientos
sociales con los que nosotros estamos trabajando directamente.
Y bien, cuáles son las medidas cuestionadas ?
En primer lugar, el Presidente Lula designó como Presidente del
Banco Central a uno de los más grandes patrones, Henrique Meirelles,
quien fué antiguo presidente de uno de los grandes bancos
norteamericanos presentes en el Brasil, la Fleet Boston. De esta
forma, es un representante de la clase capitalista quien es
designado a la cabeza del Banco Central con un mensaje claro: hay
que ganar la confianza de los mercados financieros. Este es el
primer problema.
El segundo es el siguiente: el Presidente Lula está en favor de
conceder la autonomía al Banco Central. Esto quiere decir que él
está tomando las medidas anheladas por los neoliberales: esto mismo
hicieron con el Banco Central Europeo con respecto a la Comisión
europea. Esto significa que el poder político renuncia cada vez más
a un instrumento central de la orientación de la economía de un
país, porque cuando no se controla directamente el Banco central no
se controla la moneda nacional, las tasas de cambio. Y esto es algo
de una importancia particular.
El tercer punto que cuestiona la política de Lula es el siguiente:
la reforma del sistema de pensión, en curso, la cual hace pensar
fuertemente a la reforma de Raffarin, la que es combatida pour un
amplio movimiento con las consecuentes huelgas y paros que hoy
conoce Francia. De hecho, Lula arremete contra el sistema de pensión
de los trabajadores para favorizar a los fondos privados de pensión.
Además, hay otros elementos de su política que son cuestionables:
las altas tasas de interés, el mantenimiento de los acuerdos con el
FMI, el reembolso de la deuda externa, etc.
Fred Lévêque: cómo pasó la entrevista ?
Eric Toussaint: teniendo en cuenta la política que acabo de
describir, nosotros fuimos a la entrevista con pié de plomo porque
no queríamos ser utilizados o caer en una trampa cualquiera.
Entonces, en el marco de un acuerdo sobre el procedimiento a adoptar
en el curso de la audiencia, decidimos que cada uno de entre
nosostros ( los cuatro delegados), dispondrá de cinco minutos para
presentar las principales reivindicaciones que nuestros movimientos
sustentan como alternativas al actual proceso de mundialización y
que atañen directamente al Brasil. Bueno, ahora cuento cómo se
desarrolló el encuentro. Fuimos recibidos por el Presidente Lula,
quien estuvo acompañado por el Ministro del Trabajo y por el de
Relaciones exteriores, por varios diputados y dos consejeros
próximos del Presidente. El Presidente Lula nos presentó la política
de su gobierno durante media hora, asumiendo la defensa de las
medidas de austeridad decididas por él (aumento de las tasas de
interés, recortes claros en el presupuesto con un monto de más de
tres mil millones de dólares – 14 mil millones de reales). Dijo que
esas medidas eran necesarias con vistas a estabilizar una muy
difícil situación económica. Anunció que desde ahora en adelante iba
a comenzar a cumplir los compromisos asumidos ante el pueblo durante
la campaña electoral, pero que eso llevará algunos años.
Nosotros hicimos los siguientes planteamientos. Jacques Nikonoff,
presidente de Attac Francia, dijo que su movimiento estaba
totalemente en desacuerdo con los fondos privados de pensión. Este,
manifestando su inquietud por el hecho de que actualmente en Brasil,
era el mismo gobierno el que promocionaba dichos fondos. Igualmente,
hizo hincapié sobre el interés que tiene su movimiento de que Brasil
se pronuncie claramente en favor de la Tasa Tobin. Sobre ésto, Lula
había con una proposición al G8, a saber, la de imponer una tasa
sobre la venta de armas para financiar un proyecto mundial de lucha
contra el hambre. A este respecto, Chirac en una conferencia de
prensa aprovechó la ocasión para arremeter contra la Tasa Tobin
diciendo que la proposición de Lula le parecía más oportuna que
aquélla. Y precisamente estos fueron los dos elementos que se
encontraban en el planteamiento de Jacques Nikonoff.
De mi parte, hablando por el CADTM yo sostuve que América Latina se
encontraba confrontada, casi al igual que en los años 80, a una
enorme hemorragia de riquezas que dejaban el continente para ir a
parar en las manos de los acreedores del Norte ( más de 200 mil
millones de transferencia neta negativa sobre la deuda entre 1996 y
2002, el equivalente a dos planes Marshall). Brasil sólo, perdió
entre 1997 et 2001, más de 70 mil millones de dólares de
transferencia neta negativa sobre la deuda, de la cual 27 mil
millones hechas en detrimento de las finanzas públicas,
esencialmente de bancos privados, de los mercados financieros, el
FMI y el Banco Mundial.
Yo insistí sobre el hecho de que no había que esperar una crisis de
pago, una crisis de insolvencia para tomar iniciativas- por otro
lado, previstas por la misma Constitution brasileña-Es decir, la
realización de una auditoría sobre los orígenes y el contenido
exacto de la deuda externa brasileña en vistas a determinar su
legitimidad o ilegitimidad. Esta auditoría, lo repito, está prevista
por la Constitución brasileña de 1998. En el año 2000, en ocasión
del Plesbicito organizado por el MST, la CUT, la Campaña Jubileo Sur
del Brasil, la Conferencia Nacional de Obispos (con el apoyo del
PT), más del 90% de los 6 millones de Brasileños que votaron se
pronunciaron en favor de la suspensión del pago de la deuda mientras
se realizaba la auditoría. Es en este mismo sentido que los
parlamentarios del PT presentaron un proyecto de ley. Hasta hoy,
ningún presidente lo ha concretizado. Dije a Lula "..ya que Ud. está
en el poder, es el momento de tomar la inciativa y así crear las
condiciones para suspender el pago de la deuda, ahorrando el dinero
del reembolso para destinarlo a inversiones sociales, de
transformaciones, etc ». Después le sugerí que Brasil haga un
llamado a los otros países latinoamericanos endeudados a fin de
crear un frente para el no pago de la deuda.
La tercera persona que intervino fué, Helena Tagesson, sueca. Por un
lado, ella planteó la necesidad de impedir que en Cancún, en
septiembre del 2003, se materialicen los acuerdos a los que se había
llegado en Doha en noviembre del 2001. Por otro lado intentar
paralizar la reunión como se consiguió hacerlo en Seattle a fines de
noviembre del 99 –principios de diciembre- cuando, explotando las
contradicciones entre Europa y los Estados Unidos, a través de
movilizaciones, se logró obstaculizar una ofensiva más fuerte en el
campo de la liberalización del comercio. En 2001 la OMC tomó su
revancha logrando forjar una agenda ultra-liberal con el Acuerdo
general sobre comercio de servicios, el cual debe ser el objeto de
una decisión y concreción efectivas en Cancún. Así, ella insistió
sobre el hecho que teníamos cuatro meses para intentar paralizar las
negociaciones que deben abrirse en Cancún, proponiendo que Brasil y
los otros países del Tercer Mundo actúen en este sentido. Llamó a la
vigilancia frente al deseo de la OMC de privatizar el agua, teniendo
en cuenta que existen experiencias modelos de explotación y de
distribución como es el caso de Porto Alegre. Dichas experiencias
desaparecerán para siempre si se logra aplicar la Agenda de Doha en
Cancún.
La última interviniente fué Rafaella Bolini del Forum Social
Italiano, animadora del movimiento antiguerra. Recordemos que los
italianos estuvieron muy activos en la campaña contra la guerre en
Irak. Ella pidió que Brasil pida una convocatoria de la Asamblea
general de la ONU para que esta adopte una resolución de condena de
la ocupación de Irak por parte de Estados Unidos y sus aliados. El
Consejo de seguridad de la ONU, en el que nosotros no tenemos
confianza, el 22 de mayo adoptó una resolución que de hecho legitima
la ocupación de Estados Unidos, Gran Bretaña y Australia. Aún cuando
no nos hagamos muchas ilusiones, podría haber una mayoría en favor
contra la ocupación de Irak si hubiera un debate en el seno de la
Asamblea general de la ONU, y si los países pudieran realmente
votar. Esto ya se dió en los años 70 y 80 cuando Israel fué
condenado repetidas veces a pesar de la oposición de los Estados
Unidos, país que se encontró en minoría.
En su respuesta Lula recordó que existe una gran distancia entre lo
que se quiere hacer y lo que se puede hacer. Eso, para indicar que
nuestras proposiciones eran simpáticas, pero que no veía cómo
llevarlos a la práctica. El justificó claramente su política
favorable a los fondos privados de pensión. No asumió ningún
compromiso sobre el problema de la deuda. Sobre el comercio dijo que
él quería limitar efectivamente la desregulación lo mismo que
limitar el alcance del Acuerdo general sobre el comercio de
servicios. En lo que respecta Irak, dijo que como país, él se opuso
a la guerra. Pero no fue más lejos puesto que no asumió ningún
compromiso de iniciativa en vista de la convocatoria de la Asamblea
general de la ONU.
Con esto se puede tener un breve resumen del encuentro. La
conclusión a la cual llego es que la enorme esperanza que depositó
en él, no sólo una gran parte de la población brasileña sino también
afuera, el resto de América Latina y el mundo, de contar con un
gobierno progresista que aplique una orientación que dé la espalda
al neo- liberalismo ; bien, esta esperanza está convirtiéndose en la
práctica en una muy fuerte decepción. Y más vale la pena decirlo
ahora, porque de otro modo cuanto más ilusiones se forjen sobre las
orientaciones reales del gobierno de Lula, más dura será la
decepción De alguna manera, es esto lo que en estos últimos meses
resalta de la situación en América Latina, mientras que en varios
países la gente votó claramente por programas de izquierda. Pienso
en Evo Morales, cierto quien no fue elegido presidente, pero quien
en Bolivia obtuvo un gran suceso electoral. Pienso en Lucio
Gutiérrez de Ecuador, quien con el apoyo del movimiento indígena,
PachaKutik y la CONAIE fue elegido presidente sobre la base de un
programa progresista. Pienso en Lula. En los casos de Gutiérrez y
Lula, desde el momento que fueron elegidos presidentes, se
precipitaron para hacer concesiones a los mercados financieros,
confirmando así la continuidad de los programas neo-liberales de sus
predecesores, predecesores que ellos habían condenado en sus
respectivas campañas electorales. El caso de Gutiérrez es aun más
grave porque además se presentó claramente como el mejor amigo de
Bush en la región y como gran amigo del presidente colombiano.
Mientras, iba tomando claramente distancias del Presidente Chávez de
Venezuela.
Esto nos muestra que está en juego algo muy importante para el
movimiento social: la necesidad de conservar su independencia de los
gobiernos. Los movimientos sociales no deberían hacer concesiones ni
abandonar su radicalidad, menos aún estar en la espera. No es por el
hecho de que partidos, que en principio deberían representar el
programa de dichos movimientos lleguen al poder, que éstos deberían
decirse « no vamos a poner zancadillas a nuestros amigos políticos
que se encuentran el el gobierno ». Por el contrario, hay que
aumentar la presión sobre ésos gobiernos para que los mismos, que
llegaron al poder gracias a los votos populares que recogieron,
adopten una conducta que se ajuste a lo que ellos prometieron.
Ginebra, 3 de junio del 2003.
-----------------------------
[1] Eric Toussaint, Presidente del Comité para la Anulación de la
Deuda del Tercer Mundo, autor de « La Finance contre les Peuples. La
Bourse ou la Vie », coed. CADTM-Bruxelles/CETIM-Genève/Syllepse-
Paris, 2003. Sitio web del CADTM: www.cadtm.org
[2] Aquí presentamos lo que escribió a este respecto Joseph
Stiglitz: « Robert Rubin, secretario del Tesoro (…) venía del banco
de negocios más grande, Goldman Sachs, y a su regreso entró en
Citigroup, la firma que controla el banco comercial más grande: la
Citibank. El número dos del FMI durante todo el período, Stanley
fischer, pasó directamente del FMI a la CItigroup. Claro, esas
personas contemplan el mundo con los ojos de la comunidad financiera
» (J. Stiglitz, 2002, p.45). Un poco antes en el texto, J. Stiglitz
remarcó algo que se aplica a la designación del nuevo Presidente del
Banco Central del Brasil hecha por el Presidente Lula en enero del
2003: « (…) los ministros de Finanzas y los presidentes de los
bancos centrales están en estrecha relación con la comunidad
financiera. Ellos provienen de firmas financieras y después de
servir al Estado, regresan a ellas » (op. cit., p. 45).
[3] Proyecto de Decreto legislativo n° 645-A, año 2000.
Septiembre del 2003
https://www.alainet.org/es/active/4877?language=en
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