Bolivia, el poder del pueblo
27/10/2003
- Opinión
Lo que ha pasado en estos días en Bolivia es una gran
revuelta, después de ser vilipendiados por más de 500
años. Lo que ha pasado de septiembre a octubre de este
año es que la razón del pueblo se ha impuesto y ha
empezado a derrotar al cañón del imperio. ¡Vivimos
tantos años la confrontación de dos culturas!: la
cultura de la vida, representada por los pueblos
indígenas, y la cultura de la muerte, representada por
Occidente.
Y cuando los pueblos indígenas, con muchos
profesionales, inclusive con nuestros empresarios,
luchamos por la vida, luchamos por la justicia, el
Estado nos responde con el estado de "derecho". ¿Y qué
es ese estado de "derecho" para los pueblos indígenas?
El estado de "derecho" para los pobres, para los
marginados, para los excluidos, es asesinatos
selectivos y masacres colectivas, que hemos soportado
no solamente en septiembre y octubre de este año, sino
durante tantos años en los que nos han querido imponer
políticas de hambre y miseria. El estado de "derecho",
sobre todo para los quechúes y guaraníes que vivimos en
Bolivia, son las acusaciones que seguimos escuchando de
que somos narcos o anarquistas.
Este levantamiento del pueblo boliviano se ha producido
no solamente por el tema del gas, de los hidrocarburos,
sino por el conjunto de tantos temas: por la
discriminación y el marginamiento, pero
fundamentalmente por el agotamiento del neoliberalismo.
El responsable de tantos hechos de sangre y también
responsable del levantamiento del pueblo boliviano
tiene un nombre: se llama neoliberalismo.
El día 17 de octubre, día de la dignidad e identidad
del pueblo boliviano, empezamos a derribar al símbolo
del neoliberalismo expresado en Gonzalo Sánchez de
Lozada, empezamos a derrotar al símbolo de la
corrupción y de la mafia política. Ese día, el pueblo
reaccionó oportunamente para decir como el
subcomandante Marcos: "¡Ya basta!", basta de las
políticas de hambre y miseria. Para nosotros, el 17 de
octubre de este año empieza la nueva etapa de cómo
construir. Y eso pasa sobre cómo enfrentar o acabar con
el egoísmo y con el individualismo; y cómo, desde las
comunidades campesinas e indígenas, desde los barrios,
construir otras formas de vivencia, en solidaridad, en
reciprocidad; cómo pensar en distribuir las riquezas
que están concentradas en pocas manos. Esta es la gran
tarea que tenemos después de este gran levantamiento
del pueblo boliviano.
A veces es muy importante organizarnos y gobernizarnos
en base a la transparencia y a la honestidad y, sobre
todo, en control de nuestras organizaciones. Es muy
importante unirnos. Y si aquí estamos reunidos, o están
reunidos intelectuales en defensa de la humanidad, es
porque es importante no solamente lograr la unidad
entre los movimientos sociales sino, también, el
coordinarlos con los movimientos de intelectuales. Cada
encuentro que se realiza de esta naturaleza es una gran
lección para los dirigentes sindicales y los que
venimos de las luchas sociales, una gran universidad.
Sirven para ilustrarnos y para intercambiar
experiencias, y de esta manera seguir fortaleciendo a
nuestros pueblos. Por eso los movimientos sociales en
Bolivia, nuestros intelectuales, nuestros profesionales
y los movimientos políticos que comparten la lucha de
los pueblos, nos juntamos para expulsar a Sánchez de
Lozada.
Lamentablemente costó muchas vidas, y la soberbia, la
prepotencia del imperio, todavía sigue vigente para
seguir humillando al pueblo boliviano. Hay que decirlo,
compañeras y compañeros: debemos estar al servicio de
los movimientos sociales de los pueblos, en lugar de
estar al servicio de las trasnacionales. Yo entendí
recién sobre la política. Antes odiaba la política,
tenía miedo de hacer política. Pero me di cuenta de que
la política había sido la ciencia de servir al pueblo.
Y, como es así, me parece importante servir al pueblo
desde la política, que significa vivir para la política
y no vivir de la política.
Nuestras luchas coordinadas entre los movimientos
sociales y los movimientos políticos, con todo apoyo de
nuestras instituciones colegiadas, han permitido crear
mayor conciencia nacional para que el pueblo se levante
en estos últimos días.
Creo que la defensa de la humanidad pasa por la
eliminación del imperialismo y del neoliberalismo.
Pienso que no estamos tan solos, porque he visto que
después de la intervención sangrienta de Bush en Irak
crece el pensamiento antimperialista. Crece esa forma
de organizarnos, de autoconvocarnos para enfrentarnos a
un sistema, a una agresión del imperio contra nuestros
pueblos. Crecen también las formas para fortalecer y
crear el poder del pueblo.
Yo sólo creo en el poder del pueblo. Esa era mi
experiencia de una región, de un departamento. Ahora,
con los últimos acontecimientos en Bolivia, me he dado
cuenta de que es importante el poder de todo un pueblo,
de toda una nación. Para quienes estamos convencidos de
que es importante defender a la humanidad, el mejor
apoyo que podemos hacer es crear el poder del pueblo. Y
eso pasa, sobre todo, por revisar los intereses
personales, de grupo.
A veces, por cuestión de figuración o por cuestión de
ganar espacios de poder, estamos entregados a los
movimientos sociales. Me he dado cuenta de que es mejor
estar en la convocatoria de los pueblos que estar
usando o manipulando los movimientos sociales.
Podemos tener diferencias entre dirigentes. Las tenemos
en Bolivia. Pero cuando el pueblo está consciente y el
pueblo sabe qué debe hacerse, se acabó cualquier
diferencia entre dirigentes, entre líderes de sectores
del país.
Lo que quiero decirles -y es lo que sueño y soñamos
como dirigentes desde Bolivia- es que nuestra tarea, en
este momento, debe ser cómo potenciar y favorecer este
sentimiento antimperialista, cómo frenar esas
agresiones que vienen desde el gobierno de Estados
Unidos contra Cuba, contra Chávez. Algunos dirigentes
tanteamos cómo preparar desde acá -los intelectuales,
los movimientos sociales, los movimientos políticos-
una gran cumbre entre Fidel, Hugo Chávez, Lula, para
decirles: "estamos aquí, frente a la agresión del
imperialismo estadunidense". Como desde acá organizar
una cumbre de ellos, acompañados por nuestra hermana
Rigoberta Menchú, por otros dirigentes como Adolfo
Pérez Esquivel, por dirigentes sociales y sindicales y
personalidades. Una gran cumbre para decir a nuestros
pueblos: estamos juntos, unidos, y de esta manera
defender la humanidad. Porque no tenemos otra
alternativa: si queremos defender a la humanidad hay
que derrotar el sistema, hay que derrotar al
imperialismo estadunidense.
Nada más. Muchas gracias.
Palabras pronunciadas por Evo Morales en el encuentro
"En defensa de la humanidad", celebrado los días 24 y
25 de octubre de 2003 en el Polyforum Cultural
Siqueiros, ciudad de México.
https://www.alainet.org/es/active/4876
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