Por la inseguridad se premia a la policía con millones de lempiras

27/06/2011
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Si fuéramos ingenuos o estúpidos pensaríamos que al aprobar el Congreso Nacional la tasa de Seguridad Honduras recobraría la tranquilidad pérdida ante la delincuencia que mantiene al país en un constante desangramiento por la indiferencia cómplice de la policía.
 
No es con la asignación de 1500 millones de lempiras a los cuerpos de seguridad, a través de este nuevo paquetazo, porque si de dinero habláramos, tanto en el presente o en el pasado, recursos negados para atender a la salud y educación se les ha brindado a la policía sin ningún resultado hasta el momento.
 
Como es posible premiar con estas sumas multimillonarias al Ministerio de Seguridad sin realizar una limpieza de su institución, cuando en sus estructuras internas el crimen organizado ha entronizado sus garras con la delincuencia nacional o internacional.
 
Cualquier cantidad de dinero se les podrá asignar a la policía, pero si no se realiza una limpia a su interior es cómo depositar determinado bien en saco roto o sal en mar, es decir no obtendremos ningún resultado positivo.
 
Cambiar la forma de actuar de los miembros de los cuerpos de Seguridad del Estado es de carácter estructural, tiene que haber un compromiso con la ciudadanía, y esto sólo puede realizarse con la refundación de nuestra nación.
 
No es aumentando el número de policías o mejorándoles el sueldo, se necesita un cambio de actitud en ayuda al pueblo en general, pero en una nación donde prevalece la corrupción no hay ningún esfuerzo de proteger al pueblo.
 
Es de sobra conocido que el impuesto de guerra, cobrado a nivel nacional, sólo en Tegucigalpa con los aportes de los taxistas, vendedores de verduras, frutas y pulperos, reportan ingresos semanales de lempiras.
 
 La gente comenta y con razón, aquí está metida la policía, lo que ocurre que unos son los que cobran, en tanto, quienes controlan las estructuras de la policía reciben a cambio la mitad o quizás más de estas recaudaciones ilícitas.
 
Como resultado de este atrancamiento el perjudicado es el pueblo hondureño en general, pues si los empresarios al cotizar la tasa de seguridad, de inmediato trasladará tal erogación a los productos destinados al consumidor, al igual como lo hace el pulpero con sus clientes en los barrios y colonias.
 
Que les aproveche a los señores del orden, porque ahora tendrán más dinero y comprar mas runner, prado y vivir la dulce vita. A nuestro pueblo sólo le queda alcanzar el poder político mediante el Frente Amplio esbozado por el ex presidente constitucional de la República, Manuel Zelaya Rosales, para parar tanto abuso de la oligarquía y sus adláteres.
 
- Alejandro Casco es periodista.
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