Entrevista con Marta Valéria Cunha, coordinadora de la Comisión Pastoral de la Tierra en Amazonas

“Muchos propietarios de tierras también son dueños de medios de comunicación”

28/04/2011
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La Comisión Pastoral de la Tierra (CPT) es una institución famosa por su activismo. Sus batallas, investigaciones, iniciativas —como el “Referendo sobre poner límites a la propiedad de la tierra”, llevado a cabo en setiembre del año pasado, la “Campaña contra el trabajo esclavo” o sus informes anuales sobre los conflictos por la tierra— nunca son banales, sino que por lo contrario dejan siempre una huella. La CPT no se detiene ante nadie: ni ante el gobierno (incluidos los gobiernos progresistas de Luiz Ignácio Lula da Silva [2003-2010], primero, y Dilma Rousseff ahora), mucho menos ante los hacendados y los partidos que los apoyan, siempre fuertes en el Parlamento, y ni siquiera ante la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB) de la que procede.
 
Marta Valéria Cunha es coordinadora de la CPT en Amazonas, el estado más grande de Brasil, desde hace siete años, aunque está vinculada con la entidad desde los años 90 cuando ingresó como voluntaria. Paolo Moiola , colaborador de Noticias Aliadas , conversó con Cunha en Manaos, sede de la CPT, sobre la organización y la lucha por la tierra.
 
¿Cuál es la labor de la CPT?
 
Trabajamos con comunidades tradicionales —pueblos ribereños, de quilombolas [comunidades de afrodescendientes] e indígenas— y con agricultores. Luchamos por la defensa de sus derechos, por la preservación del territorio, la demarcación de las tierras, la legalización de la tierra colectiva.
 
Al final todo gira en torno a un punto: la distribución de la tierra. ¿Cómo describiría el problema?
 
No sólo eso. Intervenimos en conflictos entre colonos y grandes hacendados, pero también en conflictos entre poblaciones ribereñas y los pescadores profesionales [que usan grandes embarcaciones]. Con respecto a la tierra, el tema es muy complejo. En Brasil habría tierra para todos, pero está concentrada en manos de unos pocos. Hay unas pocas personas que tienen inmensas extensiones y millones de personas que no tienen nada. La concentración favorece la degradación del medio ambiente y el trabajo esclavo.
 
En Amazonas, el estado más grande de la federación brasileña, con más de 1.5 millones de km2, el trabajo esclavo, iniciado durante el periodo del caucho [entre 1890 y 1920] perdura hasta ahora.
 
¿Por qué se necesita una reforma agraria?
 
Porque detrás de la pobreza está la cuestión de la concentración de la tierra. Con la reforma agraria la tierra la tendrían los que quieren producir y no los especuladores que compran un terreno y esperan la subida de precios. En Manaos hay 200,000 personas sin tierra.
 
El artículo 184 de la Constitución brasileña de 1988 dice que el Estado puede expropiar la tierra con fines de reforma agraria.
 
Mientras que el siguiente artículo, el 185, dice que no se puede expropiar la tierra productiva. Por esta razón, la bancada de los grandes hacendados en el Parlamento no ha permitido nunca que fueran aprobados los índices de productividad. Éstos permitirían determinar si una hacienda es o no productiva. En ausencia de índices, todo queda igual.
 
¿En qué consiste el fenómeno del grilagem, o apropiación ilegal de tierras con títulos de propiedad falsos?
 
El grilagem afecta en gran medida —alrededor de 90%— las tierras públicas, donde viven pueblos tradicionales o pequeños agricultores que nunca se preocuparon por la legalización de las tierras que ocupan. Viene gente de fuera y hace grilagem, incluso utilizando la ley 11.952 del 2009. Esta ley ha favorecido la legalización de tierras griladas.
 
En el referendo sobre poner límites al tamaño de la propiedad de la tierra realizado por la CPT en setiembre del 2010 participaron 500,000 votantes [95% de los cuales se manifestaron a favor]. No son muchos teniendo en cuenta la importancia de la iniciativa. Además, los medios han hablado muy poco del referendo.
 
Yo no diría eso. En nuestra opinión, es un buen resultado. Hay que considerar que, durante los dos gobiernos de Lula, varios movimientos sociales se mantuvieron quietos. Lula siempre fue visto como uno de ellos y, por lo tanto, para no enfrentarlo muchos han preferido dar un paso atrás.
 
En Brasil, muchos propietarios de tierras también son dueños de medios de comunicación, o son políticos. Los medios de comunicación —tanto la televisión como la prensa— satanizan a los movimientos sociales por la tierra. Hay que pensar en todas las cosas horribles que se escriben o se dicen sobre el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra.
 
Ustedes se ocupan de los campesinos. Pero la cuestión de la tierra, especialmente en la Amazonia, también afecta a los pueblos indígenas.
 
La CPT trabaja con las comunidades rurales, mientras que otra organización nacional [también vinculada a la CNBB], el CIMI [Consejo Indigenista Misionero], trabaja específicamente con los indígenas. Sin embargo, aquí en Amazonas también nos encargamos de los pueblos indígenas.
 
Díganos en qué consiste, en el 2011, el trabajo esclavo.
 
Hay trabajadores que laboran desde la mañana hasta la noche sin recibir dinero, sino sólo alimentos. Hay otros que a pesar que trabajan se encuentran cada vez más endeudados. En Amazonas, el año pasado fueron liberadas cerca de 40 personas que trabajaban como esclavos para algunos latifundistas.
 
En consecuencia, por el trabajo esclavo son responsables sobre todo los latifundistas.
 
No siempre. Por ejemplo, en el municipio de Presidente Figueiredo también está “Jayoro”, una hacienda perteneciente a la Coca-Cola. Ocupa un área inmensa —casi 60,000 Ha— en la cual la multinacional estadunidense cultiva caña de azúcar para la producción de jarabe de azúcar para sus propias bebidas. Ha sido acusada de tener trabajo degradante y trabajo esclavo. Sin hablar de que, para plantar la caña de azúcar, al principio fueron deforestadas 10,000 Ha de bosque virgen.
 
Ustedes son una organización católica, pero se sabe que tienen muchos opositores dentro de la misma Iglesia. Disminuye el apoyo y disminuyen también los recursos para realizar sus tareas.
 
La CPT recibe casi todos sus recursos de entidades católicas, aunque no todas están de acuerdo con nosotros. La misma CNBB tiene enormes divisiones. Es cierto, sin embargo, que los obispos que nos apoyan son ancianos ahora, otros son jubilados. Los nuevos obispos no son progresistas como los del pasado. Para nosotros, esta situación es motivo de gran preocupación. Entre otras cosas, se está reduciendo también el financiamiento de organizaciones extranjeras, como las alemanas, por ejemplo.
 
Tal vez porque Brasil es considerada la octava potencia económica del mundo.
 
Aunque Brasil es la octava potencia mundial, los problemas ligados a la tierra están aumentando constantemente, mientras que los recursos de la CPT están disminuyendo. Y con ellos la posibilidad de llevar a cabo nuestras actividades. Sí, el futuro lo veo complicado.
 
https://www.alainet.org/es/active/46153
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