Estado de México, guerra de rumores

03/04/2011
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“Resultó, por causa de unos resultados a los que nadie quiso recurrir, que las elecciones locales en el Estado de México fueron, como la mayoría de las llevadas a cabo en los últimos años, aberrantes en el sentido etimológico de la palabra, es decir, que se separaron de la norma (…) Con todo, en el caso del Estado de México, no costaba demasiado trabajo observar un hecho decisivo, la abstención, olvidada intencionalmente tanto por el PAN como por el PRD, por ser la abstención un hecho que deslucía sus victorias (…) el PRI también sabe castigar a los suyos, quiénes deberían tomar buena nota”. Rafael Segovia, en “El gran teatro de la política”, México, 2001
 
El rumor es usado como herramienta de propaganda política hace muchísimos años, décadas o siglos. Se usó en la primera y la segunda guerra mundial con mucha eficacia. Los nazis lo usaron para infringir miedo a sus enemigos. Por su parte, los bolcheviques hicieron lo propio para hacer trascender la revolución rusa. Los americanos lo usaron para hacerse notar como los salvadores del mundo occidental europeo.
 
En subsecuentes etapas de la humanidad el rumor ha servido como instrumento de propagación de verdades a medias o de medias mentiras. Ha servido para alentar o desalentar una creencia religiosa, política o cultural. Por eso es que en el estado de México vemos como los partidos o sus estrategas se regodean con el uso de esta herramienta de comunicación que no está sujeta a controles, ni regulaciones legales. Corre y se propaga con gran libertad sobre todo cuando quien tiene alguna responsabilidad de informar se queda callado y, con ello -consciente o no- deja que se propalen ideas que en la psicología de las masas van dando forma a una verdad social que sólo es posible revertir con más rumores o rumores contrarios que desvíen la atención de los que han caminado en el imaginario social.
 
Los peores y más eficaces rumores se infringen cuando a la luz de una ideología política se engatusa a los fervientes seguidores haciéndoles creer que se gana perdiendo porque la ideología es más importante; es pureza ante todo y deber fundamental preservarla a pesar del costo de humillarse ante el adversario, conceder y entregarle la castidad con sumisión. Con ello se pretende hacer creer que la victoria será total, exclusiva y la derrota de los adversarios. Lo fundamental es mantener la ortodoxia para lograr la redención, salvar el alma. El pueblo creyente algún día lo reconocerá, pues es en su nombre que se hace el sacrificio. Por supuesto, tal discurso suele usarse para ocultar fines más terrenales y menos idílicos. Actitudes públicas que pugnan soterradamente por miserias e intereses mezquinos, apostando a la impunidad por los males que ocasione. Por ello queda claro que es el tristemente célebre “Peje lagarto” López Obrador quien ha tensado al máximo las posiciones ideológicas -aunque él no las tenga porque es un pragmático profesional- para reventar la alianza en el Estado de México aun si su Juanito “Encinas” pudiera ser el candidato de la misma y el próximo gobernador del estado, tal y como ellos mismos reconocen, aunque resulte un invento del tabasqueño lo del mensaje de Calderón, un rumor que pretende generar más y más confusión a los ciudadanos mexiquenses. Y es que el Peje rechaza la posibilidad real de la alternancia en el Estado de México, la cual, no le interesa en lo más mínimo.
 
Por si lo anterior no fuera suficiente la señora Cecilia Romero alienta la confusión, no con un rumor, sino con una declaración ante medios donde advierte de la presunta injerencia del Presidente Calderón para que se efectúe la alianza PAN PRD en el Edomex. La declaración, luego, se convierte en rumor que apunta a que fue en Los Pinos donde se gestó la idea de las alianzas entre PAN Y PRD, lo cual, dicen los adversarios se debe combatir por medios legales. Lo claro de este caso es que se trata de una jugada que pretende presionar a los posibles socios de una coalición electoral que por ningún motivo declinaran a favor de quienes consideran adversarios políticos, o enemigos. Una clara posición de la extrema derecha en México. Un mensaje que provoca rumores a pesar de ser desmentidos.
 
En el lado del PRI mexiquense crece la idea de que la licencia del Diputado Luis Videgaray y la libertad de que goza Ricardo Aguilar Castillo servirían como “plan B” al grupo Atlacomulco -“que no existe, ni existió” pero al cual Eruviel Ávila le fue a suplicar que lo adoptara- para que se logre la unidad del PRI. El presunto “plan B”, ha generado una especie de rumor, el cual estaría apuntando a que se realizase un cambio de candidato a gobernador del PRI en fechas cercanas al vencimiento de los plazos legales previstos en el código electoral estatal para “sustituir libremente” al candidato sin el riesgo de que fuera pepenado por los adversarios de la oposición, algo que se antoja sumamente maquiavélico pero no imposible si se toma en cuenta que la propia ley contempla ese tipo de sustituciones. Además corrió el rumor de que Arturo Montiel habría presionado al actual mandatario estatal para que el PRI postulara a Eruviel Ávila con el argumento de que la aparición de su nuevo libro incorporaría dos capítulos con graves riesgos para el actual mandatario.
 
Respecto al gobierno del estado el rumor que se ha estado escuchando es una especie de advertencia donde los representantes del gobierno mexiquense han identificado el riesgo de una acometida del gobierno federal para atacarlos en el momento de su mayor debilidad. Rumor que parece haberse gestado desde las entrañas del propio régimen local para buscar una especie de Vacuna política con el clásico “Si te vienen a contar cositas malas de mí, manda a todos volar y diles que yo fui”. O sea, no se espanten, ni crean todo lo que vean, aunque todos tus sentidos te digan lo contrario.
 
Toda una guerra de rumores que terminaría beneficiando al abstencionismo electoral que claramente procesa el PRI en su beneficio ya que tienen muy estudiado que este tipo de escenarios alejan a los ciudadanos de las urnas y terminan a favor de los acarreadores de votos profesionales.
 
- Claudia Mónica García A. es Abogada y economista. Mi Twitter: @monicagarciaand
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