Juan Manuel Santos, de halcón a paloma
- Opinión
Sorpresivamente, desde que, el 7 de agosto de 2010, Juan Manuel Santos asumió la presidencia de Colombia pasó de halcón a paloma. El gesto más inesperado fue tratar de “mi mejor amigo” a Hugo Chávez, presidente de Venezuela, cuando se reunió con él tres días después de su toma de posesión, reactivando las relaciones diplomáticas con Caracas. Con Ecuador también restableció en tiempo record las relaciones. Por otra parte, este hombre venido de la derecha afirma ahora que la "prosperidad social" es el principal objetivo de su mandato. ¿Cómo explicar cambios tan espectaculares?
Desde el 7 de agosto de 2010, Juan Manuel Santos es el presidente de Colombia. Pertenece a la oligarquía tradicional. Su familia construyó poder gracias al diario de Bogotá El Tiempo, “hasta manejar los medios de comunicación a su antojo, siempre al servicio del poder”, según Alirio Uribe Muñoz, abogado defensor de derechos humanos. Graduado como suboficial en
Ser presidente se convirtió, para Santos, en una obsesión desde el momento en que
El abogado nos hace este cuadro: “El ex presidente Uribe representa el mundo agrario y terrateniente enriquecido en el despojo, rudo y violento, mezclado a las clases emergentes del narcotráfico y crímenes del paramilitarismo. En cambio, Santos es el hombre urbano, culto y cosmopolita por excelencia. Aunque, junto con su familia, se ha aprovechado del Estado para favorecer sus negocios y su enriquecimiento personal. Como exponentes de la oligarquía, no han dudado en propiciar y utilizar los métodos violentos para mantener sus privilegios.”
En noviembre de 2005, el ministerio de defensa aprobó una directiva secreta que ponía precio a la cabeza de los guerrilleros. Los militares se dedicaron a asesinar civiles, haciéndolos pasar por "rebeldes caídos en combate" que llamaron "falsos positivos".
Cuando Santos llegó al ministerio, en julio de 2006, se registraron 274 casos de “falsos positivos”. Al año siguiente, se subió al tope: 505 asesinados... Ante el escándalo mediático y los informes del Alto Comisionado de
Los paramilitares han sido los encargados de la estrategia de “tierra arrasada” que busca vaciar el campo de población no proclive al gobierno. Existen más de 4 millones de campesinos desplazados, o sea más del 10% de la población. Unos 10 millones de hectáreas de alto interés económico han sido así robadas a las víctimas, y ofertadas a multinacionales, nuevos gamonales paramilitares, caciques políticos y mandos militares (1). Ahora, el presidente Juan Manuel Santos ha presentado una “Ley de Tierras” como la panacea, con la cual se pretende devolver los campos a los desplazados. Al cumplir cien días de mandato expresó: “Nos propusimos un plan de choque para titular, hasta abril de 2011,
Aunque poco se menciona, se estima que 250.000 personas han sido “desaparecidas” por las fuerzas de seguridad y sus paramilitares. Tan sólo en los últimos cuatro años lo fueron casi 40.000 personas (2). Algunas de ellas fueron enterradas en la mayor fosa común de Latinoamérica, hallada detrás de un cuartel del Ejército a
Ahora, a los paramilitares se les llama “bandas criminales”, Bacrim. Cifras oficiales señalan que éstas operan en 21 de los 32 departamentos colombianos, o sea en el 75% del territorio, y son dirigidas, en su mayoría, por asesinos amnistiados de sus crímenes durante el mandato del presidente Uribe. “En las primeras semanas del gobierno del presidente Santos, el accionar de las bandas criminales se ha recrudecido (…) avanzan en el control territorial y político al mejor estilo de las viejas estructuras paramilitares” (4). El nuevo gobierno insiste en que esos crímenes están relacionados con el negocio de las drogas, pero “la realidad muestra que atentan contra líderes sociales” (5). El partido opositor Polo Democrático Alternativo, denunció el 9 de noviembre de 2010, que en los primeros 90 días del mandato del nuevo presidente, unos cincuenta líderes políticos y sociales habían sido asesinados... Ante esta violencia estatal, cuatro Relatores Especiales de
Hay que subrayar también la estrecha relación de Santos con las autoridades de Israel y sus servicios de seguridad. El ex general Israel Ziv fue llevado a Colombia por Santos –que viajó en repetidas ocasiones a ese país de Oriente Próximo– por la suma de diez millones de dólares para asesorar a los servicios de inteligencia. “Israel Ziv, ex comandante del regimiento de Gaza, es el de más alto rango entre los oficiales israelíes que ocupan tareas relacionadas con el entrenamiento de personal en el gobierno colombiano. Los nexos militares entre Israel y Colombia datan del primer lustro de 1980, cuando un contingente de soldados del Batallón Colombia ‘… uno los peores violadores de los derechos humanos en el hemisferio occidental, recibieron entrenamiento en el desierto del Sinaí por algunos de los peores violadores de los derechos humanos en Medio Oriente’, según el investigador estadounidense Jeremy Bigwood” (6).
En octubre de 1997, Manuel Santos ya había demostrado su falta de escrúpulos. Se reunió con los tres principales cabecillas paramilitares, para proponerles de participar en un golpe de Estado contra el presidente liberal Ernesto Samper (propuesta que también hizo a las guerrillas FARC y ELN). Uno de ellos, Salvatore Mancuso, lo ratificó hace poco ante jueces estadounidenses y colombianos, desde unaprisión en Estados Unidos (7) adonde fue extraditado, en mayo de 2008, junto con otros 14 líderes, por tráfico de drogas, actividad que financia el paramilitarismo (8). Allá fueron enviados aunque sus crímenes eran de lesa humanidad, y esto prima por sobre otros delitos. De ese modo, se evitó que los colombianos supieran de primera mano la responsabilidad del Estado con el paramilitarismo.
En septiembre de 2008, el periodista venezolano José Vicente Rangel dijo de Santos: “Es el hombre del Pentágono en la política colombiana. Ha venido cobrando fuerza a la sombra de Uribe, y hoy es posible decir que rebasa al propio Uribe” (9).
Fue un seguidor de la línea dura del ex presidente estadounidense George W. Bush sobre la “guerra preventiva” contra otras naciones, alegando legítima defensa. Esto le llevó a realizar la incursión militar contra Ecuador, donde murió un ciudadano ecuatoriano, por lo cual un juez de ese país dictó orden de captura internacional contra Juan Manuel Santos con fines de extradición. Decisión revocada el 30 de agosto del 2010. En abril del 2010, siendo candidato a la presidencia, declaró que estaba “orgulloso” de esa incursión. El Presidente de Ecuador, Rafael Correa replicó: Santos “no ha entendido que, en América Latina, ya no hay lugar para aspirantes a emperadorcitos.” Hugo Chávez alertó: cualquier agresión contra Ecuador, Bolivia, Cuba o Nicaragua, “será un ataque contra Venezuela”. Por su parte el presidente boliviano, Evo Morales, tildó a Bogotá de “sirviente y obediente al gobierno de Estados Unidos”.
Lo que puso en tensión a la región fue el acuerdo con Washington, firmado en octubre del 2009, donde Colombia le permitía la utilización de siete bases militares. Pero a diez días de iniciado el mandato de Santos,
Pero, sorpresivamente, con la presidencia en la mano, Santos pasó de halcón a paloma. Su acto más inaudito fue tratar de “mi mejor amigo” al presidente Chávez, y reactivar en tiempo record las relaciones con Venezuela y Ecuador. Según Sergio Rodríguez, catedrático venezolano: “La ruptura con Ecuador y Venezuela le había significado a Colombia la pérdida de unos 7 mil millones de dólares en 2009. Y Santos hace parte de esa oligarquía reaccionaria pero pragmática, con poderosos intereses corporativos a defender”.
Paralelamente, Santos sigue robusteciendo los lazos con Washington. El 30 enero pasado, el ministro de Defensa, Rodrigo Rivera, viajó a Washington con el objetivo de “profundizar la relación en materia de defensa y seguridad con Estados Unidos”. Fue recibido por su homólogo Robert Gates, así como por el jefe del Comando Sur, el subsecretario para Asuntos de Seguridad de las Américas y el director adjunto de
El mismo día que el ministro Rivera llegaba a Estados Unidos, Colombia ingresaba en el Consejo de Seguridad de
- Hernando Calvo Ospina es Periodista. Autor de El Equipo de choque de
© Le Monde Diplomatique en español. Marzo 2011.
© LMD EN ESPAÑOL MARZO 2011. http://www.monde-diplomatique.es/?u...
Notas:
(1) www.movimientodevictimas.org... content&task=view&id=274&Itemid=69
(2) www.telesurtv.net/noticias/s... mas-de-38-mil-personas-desaparecidas-en-tres-anos/
(3) www.publico.es/internacional... adaveres
(4) Radio Nederland, Amsterdam, 26 de agosto de 2010.
(5) El País, Madrid, 30 de enero de 2011.
(6) José Steinsleger, “Israel en Colombia”,
(7) El Espectador, Bogotá, 21 de abril de 2010.
(8) Hernando Calvo Ospina, Colombia, laboratorio de embrujos. Democracia y terrorismo de Estado, Akal, Madrid, 2008.
(9) VTV, Caracas, 17 de octubre de 2008.
(10) El Tiempo, Bogotá, 12 de enero de 2011.
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