El alma de la UNASUR
02/03/2011
- Opinión
¿Acaso don Simón no nos sigue enseñando, un siglo y medio después de su muerte, que la independencia es otro nombre de la dignidad? Frase dicha el 22 de febrero de 2011 por Eduardo Galeano, citando al entrañable filósofo y maestro venezolano Simón Rodríguez en la ceremonia de entrega de la Medalla 1808, que el jefe de Gobierno de la ciudad de México, Marcelo Ebrard, le otorgó al escritor uruguayo.
El verano en retirada en la ciudad de Montevideo, nos pone en el horizonte el otoño y el comienzo de las clases, aunque todavía se siente el calor estival, pronto todos los barrios se llenarán de túnicas blancas y moñas azules, en una educación pública que siempre fue pobre pero digna, en donde todos aprendimos a sentirnos iguales…no importaba si nuestra ropa era humilde, la entrañable túnica blanca y moña azul nos igualaba a todos…En este marco y cara justamente a la educación pública, queremos retomar algunas de las palabras que en el entrañable corazón de México, dijo nuestro compatriota Eduardo Galeano, con motivo de la entrega de la medalla 1808, el 22 de febrero último (1) y una fragmentos de un análisis, que no tiene desperdicio del ex Ministro de Energía de Evo Morales y reconocido luchador, Andrés Solíz Rada titulado, MERCOSUR o muerte
Comencé hablar de la educación porque parece que la disyuntiva en la que se encuentran los gobiernos de esta zona del mundo, configurará mucho del futuro que les toque vivir a quienes hoy acuden a las escuelas, tal vez sería bueno pensar la actitud de Simon Rodríguez, desafiante contra el imperio, que llamaba a enseñar a nuestro niños…pero también los grandes y sobretodo los que gobiernan aprender la vieja lección de este gran pensador venezolana
“Don Simón decía locuras, y hacía locuras. Allá por mil ochocientos veinte y pico, sus escuelas mezclaban a los niños y a las niñas, a los pobres y a los ricos, a los indios y a los blancos, y también unían la cabeza y las manos, porque enseñaban a leer y a sumar, y también a trabajar la madera y la tierra. En sus aulas no se escuchaban los latines de sacristía y se desafiaba la tradición del desprecio por el trabajo manual”(2)
… Pero siempre hemos tenido el síndrome de Malinche, no hemos apostados a nuestra propia potencialidad y unidad, nos dejamos seducir por formulas venidas de afuera, lo que es peor nos hemos dejado dividir por dinámicas extraña al ser Latinoamérica exportada de otras tierras…pero como bien lo muestra Galeano, este “síndrome”, de ser fiel a formulaciones culturales, sociales, políticas y económicas concibió una independencia incompleta en buena parte de America en donde “La independencia renegó de quienes, peleando por ella, se habían jugado la vida; y las mujeres, los analfabetos, los pobres, los indios y los negros no fueron invitados a la fiesta. Aconsejo echar un vistazo a nuestras primeras Constituciones, que dieron prestigio legal a esa mutilación. Las Cartas Magnas otorgaron el derecho de ciudadanía a los pocos que podían comprarlo. Los demás, y las demás, siguieron siendo invisibles.” (3)
La lección no es imitar, sino ser creativos…solidarios, plurinacionales y justos y para lograr esto se debe ser creativos, inclusivos, apostar a la imaginación como ya en el siglo XIX nos enseñaba don Simon…al decir de Eduardo Galeano, “Este viejo vagabundo, calvo, feo y barrigón, el más audaz y el más querible de los pensadores de América, estaba cada día más solo, y solo murió.” (4) Pero nos dejo un entrañable legado Latinoamericanista… “-Ustedes, que imitan todo lo que viene de Europa y de los Estados Unidos, ¿por qué no les imitan la originalidad, que es lo más importante?”(5)
Jugarnos por la originalidad es sentir las raíces, aquella que nos dejaron los hijos de la tierra, las naciones ancestrales, o los sueños de los grandes soñadores, como Artigas, Bolívar, San Martín, que soñaron una Patria Grande y Liberada…
Pero hoy…en esta realidad que a veces tiene un gusto muy amargo, la cuestión se juega en cual va ser el alma de la integración si la inclusiva, plurinacional, con un justo y real reparto de la riqueza…o seguiremos maldecidos por Malinche…entregando nuestros recursos, aliándonos con los extranjeros y despreciando a nuestros hermanos…y esto no sólo tiene un enfoque político, lo político, lo social y lo económico se entregan mutuamente, integrarnos significa reconocernos hermanos, saber que el sudor y trabajo del otro tiene valor para mi y por eso parece inconcebible, que exportemos arroz subsidiado del extranjero, dejando de lado el arroz que nos ofrece el vecino, o que cerremos las importaciones de los países de nuestra patria grande y entreguemos los recurso naturales al gran capital, a las multinacionales, a los extranjeros… por eso el singular luchador boliviano nos dice… “El debate clave reside en saber si el MERCOSUR podrá avanzar mientras los ingleses acentúan su presencia en el Atlántico Sur y Argentina permite que transnacionales euro-norteamericanas controlen sus recursos estratégicos, como minería, petróleo, Banca, bosques y tierras patagónicas, y otorgue al Reino Unido la condición de socio privilegiado. Carlos Menem firmó el MERCOSUR, pero sumió en el olvido a los héroes de Malvinas. AMF señalaba, con pleno realismo, que el camino opuesto al MERCOSUR reside en convertir a la América Morena, en mayor o menor grado, en colonias similares a Puerto Rico, aunque más pobres y desamparadas. El MERCOSUR es la culminación de esfuerzos antecedidos por CEPAL, ALALC, URUPABOL, Tratado de la Cuenca del Plata, Parlamento Latinoamericano y Pacto Andino.” (6)
Esto no se logra sólo con retórica, todos los días, las actitudes, de los gobiernos optan por el MERCOSUR, o por esta suerte de neocolonialismo trasnacional, por la imitar las dinámicas de Europa y Estados Unidos, cuyas economías nos muestran los resultados de hacerlo, o el de la IMAGINACIÓN…que es apostar por la integración de nuestros pueblos, de integrar su trabajo, su pan y sus sueños, en una apuesta por una gran patria plurinacional, que es como decir multicolor…haciendo de esta patria grande una Mesa…en donde todos…los trabajadores, los campesinos, las mujeres, los analfabetos, los pobres, los indios y los negros, tenga el pan y el vino que necesitan…en donde se sientan hermanos y en donde ese pan y ese vino, ganado con el sudor, sea partido y compartido por esta integración…Es decir, un integración que sea del pueblo, que atienda todas sus necesidades, que nos una…que nos haga capaces de trascender las inequidades compartiendo uno con otros, que nos ayude a superar las visiones políticos o económicas del sálvese quien pueda del unilateralismo, de mis intereses están primero, de la entrega de los recursos, para establecernos en una Patria Grande con una política productiva sostenible, integradora y justa…Porque tomar por el otro camino, sería una traición histórica imperdonable, seria enajenar el futuro de nuestros nietos y de sus hijos, para transformarlos en esclavos, como bien dice el entrañable compañero boliviano.
“De las entrañas del MERCOSUR surge la Unión Sudamericana (UNASUR), el 2008, la que tiene aún mayores proyecciones debido a que puede abarcar desde lo militar hasta lo cultural. En manos de las actuales generaciones de latinoamericanos está el elegir entre MERCOSUR o muerte. La primera opción implica a mediano plazo la conformación de la Nación Continente de América Latina. La segunda, resignarse a que Sudamérica se convierte en nuevos Puerto Rico. (7)
… Nuestros gobiernos y nuestros gobernantes, tienen la oportunidad histórica de coadyuvar con los pueblos a este proceso y entregar a las futuros generaciones un horizonte más iluminado y esperanzador…Esperemos que estén a la altura, porque sepan que de lo contrario, el pueblo sabrá juzgar, eternizando sus gobierno y sus nombre para el oprobio de la memoria histórica como los traidores del gran proyecto de la Patria grande, sin embargo, los pueblos, tenemos la Esperanza fundada, de que finalmente lograremos terminar con la tarea inconclusa de lograr nuestra Independencia…que es dignidad… para todos las personas de todos los pueblos de la Patria Suramericana…
Montevideo, 1 de marzo de 2011
Notas
(2) Ibid
(3) Ibid
(4) Ibid
(5) Ibid
(7) Ibid
https://www.alainet.org/es/active/44809
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