La hora final de la remolacha (I)
21/08/2003
- Opinión
El Congreso aprobó la "nueva ley de bandas de precios" que
afectará al azúcar y el trigo. La Comisión de Agricultura del
Senado demoró el despacho e intentó que el precio por
tonelada se estabilizara en 310 dólares, sin resultado. La
Cámara de Diputados se pronunció por la desgravación de 2%
durante ocho años para llegar a los 300 dólares. La
indicación de Agricultura no prosperó tras el rechazo de la
Comisión de Hacienda. Se impuso el fin de la remolacha y de
amplias zonas y ciudades rurales desde la VII a la X
regiones. Se dice que el 2014 el Presidente de la República
podrá "reevaluar la continuidad de las bandas". Será tarde
para la agricultura: los compromisos internacionales,
tratados y acuerdos comerciales primarán, como hoy ya lo
hacen.
No hay que ser adivino para vaticinar el fin de las bandas y
de la industria remolachera. La nueva ley, simplemente,
demora la sentencia que pondrá fin al azúcar nacional. Se
institucionaza, además, el fraude de las "mezclas" de azúcar:
sólo aquellas que contengan más de 65% pagarán aranceles, y
se incrementa las actuales 60.000 toneladas, que ingresan
libres, a 105.000 -30.000 toneladas de mezclas y 75.000 de
"azúcar pura". De paso, se elimina la banda a los aceites
vegetales y semillas oleaginosas, lo que en la práctica ya
había ocurrido luego de la "recomendación" de la Asociación
Latinoamericana de Integración (Aladi), que nuestro país se
apresuró a cumplir.
Por más de un mes, unos 60.000 remolacheros y obreros
agrícolas protestaron desde la VII a la X regiones -
principalmente en Curicó, Linares, Parral, La Unión, Chillán,
Los Angeles y Osorno- cortando la Ruta 5 Sur con camiones,
tractores y lanzando remolacha al camino, a pesar de la
amenaza del gobierno de aplicar la ley de Seguridad Interior
del Estado. Los remolacheros están concientes que se trata de
un problema que afectará gravemente a la agricultura. Más de
la mitad de las tierras cultivables -600.000 hectáreas- se
ocupan en cultivos anuales: remolacha, trigo y maíz,
principalmente. Sólo la remolacha produce unos 160 millones
de dólares anuales, y Chile es primero en el mundo en
productividad y costo, rompiendo anualmente nuevos records:
incluso es más eficiente que países cañeros como Estados
Unidos y Cuba.
En septiembre de 2001, Ricardo Lagos había firmado en Los
Angeles un compromiso para "proteger el sector". Los
remolacheros se comprometieron a alcanzar el primer lugar en
el mundo en cinco años. En tres años lo habían logrado. Esa
es sólo una de las molestias de los remolacheros, que ven que
el gobierno no cumplió su compromiso. El sector ha logrado el
apoyo de industriales, parlamentarios, alcaldes y concejales
de las zonas agrícolas, además de transportistas y el
comercio, pero no ha sido suficiente.
Condena a la pobreza
Ricardo Lagos señaló: "Tomando carreteras no van a solucionar
absolutamente nada. El gobierno ha realizado todos los
esfuerzos para enfrentar las adecuaciones al sector.
Actualmente todo el país está pagando más caro por el precio
del azúcar para que los agricultores puedan salir adelante".
El ministro de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre, remató:
"Anualmente los chilenos pagan entre 60 y 80 millones de
dólares de sobreprecio en el azúcar, respecto del mercado
internacional". Juan Claro, presidente de la Sociedad de
Fomento Fabril (Sofofa), fue uno de los encargados por
Hacienda para lograr el acuerdo que permite a los
industriales importar hasta un 64% de azúcar en "mezclas" sin
pagar aranceles, y que puso fin a las movilizaciones de los
remolacheros. Claro dijo: "Si a una industria se le suben los
costos, deja de ser competitiva. La industria alimenticia
productora de galletas, chocolates, jugos en polvo, helados,
confites y lácteos sustituye importaciones y demanda 93.000
hectáreas de cultivos agrícolas", haciéndose parte del lobby
de las industrias de bebidas y confites.
Oscar Guillermo Garretón, gerente de Iansa S.A., advertía en
el diario electrónico El Mostrador: "¿Estamos dispuestos a
sacrificar amplias zonas y ciudades rurales de Chile a la
codicia de unas pocas empresas de altas utilidades o damos un
horizonte de vida a esa gente? La legislación de bandas ha
sido buena para los consumidores: nos ha obligado a correr
tras la productividad porque no estamos tan protegidos.
Quizás es por eso que hoy somos los primeros del mundo en
productividad de azúcar de remolacha. A su vez, el precio del
azúcar en Chile es uno de los más bajos del mundo. Todos los
países que no producen azúcar, tienen precios a consumidor
superiores a los de Chile. Agreguemos a eso que el cultivo de
la remolacha da vida al agro de cuatro regiones. Sin la
remolacha mueren de pobreza zonas y ciudades rurales
completas del país. Lo que buscan es una colosal
transferencia de excedentes desde la agricultura hacia la
industria confitera, a costa de la miseria de vastas regiones
del país".
"No permitiremos"
Industrias que importan mezclas -Carozzi y la Asociación de
Embotelladores- abiertamente señalaron que no bajarán sus
precios si se eliminaba la banda del azúcar, pues deben
"recuperar márgenes" y utilidades. Desde 1990 hasta hoy, el
precio del azúcar ha bajado un 31%, mientras la industria de
confites ha subido sus precios un 34%, lo que demuestra como
una mentira el que los consumidores sean afectados por el
precio del azúcar o que dichas empresas no puedan competir.
Garretón pregunta: "¿Por qué no han aprovechado la baja del
azúcar para disminuir sus precios? ¿Defendemos una
agricultura eficiente, afectada por el proteccionismo de
grandes potencias y amparamos a cuatro regiones agrícolas -de
la VII a la X- donde hay fuertes bolsones de pobreza o le
damos 'un caramelo' a millones de chilenos?". Reitera:
"¿Estamos dispuestos a sacrificar amplias zonas y ciudades
rurales de Chile a la codicia de unas pocas empresas de altas
utilidades o damos un horizonte de vida a esa gente?".
Para el ministro de Agricultura, Jaime Campos, la nueva ley
ayuda a mantener -"y le da sustentabilidad"- a la producción
de remolacha y trigo hasta el 2014: "Despeja, además,
problemas prácticos que tienen las bandas, como el de las
mezclas en el caso del azúcar; y es una propuesta compatible
con las exigencias planteadas de la Organización Mundial de
Comercio (OMC). No puede satisfacer los intereses de todos
los sectores, pero trata de conciliarlos".
Los remolacheros exigían que Ricardo Lagos cumpliera su
acuerdo, y que se fijara un marco que permitiera el cultivo
de la remolacha sin la competencia desleal que genera el
ingreso de productos subsidiados en forma de mezclas.
"Queremos una ley que grave de acuerdo a la concentración de
azúcar que trae el producto. No permitiremos que las bandas
terminen el año 2014", advierte Fernando Larraín, de la
Federación de Agricultores de Linares. El azúcar no es el
único afectado por los acuerdos comerciales y
"recomendaciones" del Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario
Internacional (FMI) y la Organización Mundial de Comercio
(OMC): también tendrán problemas el maíz y el arroz. Por
medio de la banda, Chile aseguraba el abastecimiento de
alimentos que ahora deberán importarse, afectando la
"seguridad alimentaria", mientras decenas de ciudades del sur
simplemente morirán.
* Arnaldo Pérez Guerra es Lic. en Historia por la Universidad
de Chile. Redactor de los medios chilenos Punto Final y El
Siglo. Colaborador de La Insignia (España) y
Prensa Latina.
https://www.alainet.org/es/active/4394?language=es
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