De Aguascalientes a Caracoles

11/08/2003
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A las 0 horas del sábado 9 de agosto, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) decretó la creación de "Juntas de Buen Gobierno" en las cinco zonas territoriales bajo su control, las cuales en adelante llevan el nombre de "Caracoles". Paralelamente declaró la desaparición de los "Aguascalientes", centros de expansión política y cultural creados el 8 de agosto de 1994, a los pocos meses de la aparición pública del EZLN. Con esta medida de hecho, el movimiento zapatista irrumpe de nuevo en el escenario político mexicano, poniendo en práctica, sin pedir permiso a nadie, la implementación de los Acuerdos de San Andrés, firmados con el gobierno federal en 1996, los cuales reconocen la libre determinación y autonomía de los pueblos indígenas y las formas propias de elección de sus autoridades. Estos Acuerdos han sido constantemente soslayados por parte de las autoridades gubernamentales. En una ceremonia en la comunidad de Oventic –que ahora constituye uno de los cinco Caracoles, junto con Morelia, La Garrucha, La Realidad y Roberto Barrios-, el "comandante Javier", integrante del Comité Clandestino Revolucionario Indígena, oficializó el hecho ante unas 20 mil personas y los representantes de los 33 municipios autónomos chiapanecos. Con la creación de los Caracoles, concluye el ejercicio de gobierno del EZLN, que pasa el control a civiles indígenas electos por sus comunidades. Estas instancias coexistirán en paralelo con los municipios constitucionalmente formados, pero operarán ajenos al gobierno chiapaneco. Recaudarán "impuestos hermanos" que se repartirían de manera equitativa. La respuesta gubernamental La respuesta del gobierno federal ha sido conciliatoria, reconociendo incluso que las juntas de buen gobierno podrían ser compatibles con la Constitución. Se destacó como positivo que el EZLN promueva entre las comunidades que simpatizan con su movimiento "una nueva forma de organización política, desmilitarizando su estructura". Con un "llamado respetuoso", invitó al EZLN a reanudar el diálogo que permita avanzar en la construcción de la paz justa y digna. Añadió que "valorará las señales emitidas por el Ejército Zapatista, pensando en que pueden ser la base para buscar mecanismos para restablecer el proceso de negociación". La actitud del gobierno ha sido interpretada como un intento de minimizar el costo político de un hecho que fue incapaz de impedir. No han faltado quienes le acusan de favorecer el caos y el desmembramiento del país. Pero múltiples voces acogen favorablemente el acontecimiento, y lo reconocen como inevitable luego de que el Congreso Nacional y la Suprema Corte de Justicia negaron la esencia de las propuestas indígenas para la reforma constitucional del 2001. Magdalena Gómez, vicepresidenta de la Academia Mexicana de Derechos Humanos, expresó que las nuevas formas de gobierno zapatistas tienen su fundamento en el derecho internacional del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Los representantes del Congreso Nacional Indígena (CNI) que participaron en el acto inaugural de los Caracoles y juntas de buen gobierno, anunciaron que se suman a la iniciativa de promover la autonomía indígena en todo el país y de esa manera aplicar, en la práctica, los derechos de los pueblos indios. En un comunicado, las delegaciones indígenas afirmaron que "con el llamado de nuestros hermanos del EZLN, se ha iniciado el tiempo de fortalecer y profundizar nuestros procesos de autonomía indígena en sus diversos ámbitos y niveles". Por su parte, la comisión de seguimiento del CNI manifestó que con el proceso que se abre "habremos de dar más vida a nuestros pueblos y pondremos un alto a los mecanismos del neocolonialismo para someternos a sus designios. Hoy la resistencia ancestral de nuestros pueblos adquiere sentido y habrá de transitar hacia la reconstitución integral con el ejercicio de la autonomía en los hechos". Añadió que es "una importante contribución a la defensa de la soberanía nacional, que día a día es entregada por el Estado, en la práctica y en la ley, a los intereses de la globalización neoliberal". Plan La Realidad-Tijuana El gran ausente en las ceremonias fue el Subcomandante Marcos, quien, sin embargo, se dirigió a la población mediante un mensaje grabado que se difundió el 9 de agosto en la programación inaugural de Radio Insurgente: "La voz de los sin voz". Marcos anticipó que nuevos Caracoles aparecerán en el país y el mundo, ahora que "los zapatistas le pintamos caracoles al gobierno". Comentó que "el Ejército Zapatista no puede ser la voz de los que mandan, aunque manden bien y obedeciendo. El EZLN es la voz de los de abajo". Aseguró que las fuerzas zapatistas se mantendrán en sus posiciones, "pendientes para defender a los pueblos". En las celebraciones, la comandanta Esther del EZLN llamó a los pueblos indios de México a defender su derecho a ser mexicanos. "No podemos dejar de ser indios para ser reconocidos como mexicanos", dijo. El comandante David, por su parte, en nombre del Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del EZLN, se dirigió a los no indígenas y no zapatistas de la zona: "No es necesario ser zapatista para ser atendido y respetado por la junta de buen gobierno de los municipios autónomos. Por ser miembros de una comunidad, tienen derecho a ser atendidos", recalcó. El EZLN convocó al pueblo a respaldar el llamado Plan La Realidad-Tijuana, que nace como "respuesta a los planes que la clase política pretende implantar en el país" (en alusión al Plan Puebla-Panamá). Este plan consta de siete acuerdos y siete demandas. Entre los acuerdos propuestos se destacan el respeto a la autonomía e independencia de las organizaciones sociales; la promoción de formas de autogobierno y autogestión en todo el territorio nacional, y el impulso de la rebeldía y la resistencia civil y pacífica frente a las disposiciones del mal gobierno y los partidos políticos. Se propone asimismo la formación de "una red de comercio básico" entre comunidades y el fomento "del consumo básico en locales y comercios nacionales". También se convoca a "formar una red de información y cultura" para demandar a los medios información veraz y balanceada y organizar la defensa y promoción de la cultura local y de las ciencias y las artes universales. Las siete demandas del Plan abarcan la defensa de la propiedad ejidal y comunal de la tierra y la protección y defensa de los recursos naturales; un trabajo digno y un salario justo para todos; vivienda digna, salud pública gratuita, alimentación y vestido para todos, así como una educación laica y gratuita a niños y jóvenes. Se agrega el respeto a la dignidad de la mujer, el niño y el anciano. El zapatismo confirmó su participación en las jornadas mundiales contra la reunión de la Organización Mundial de Comercio (OMC) en septiembre.
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