Una resignificación para la reforma agraria

26/08/2010
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Texto I – Tesis
 
Prólogo
 
1.       Durante los días 23 a 26 de noviembre de 2009, tuve la oportunidad de participar en el Encuentro Nacional de Formación de la Comisión Pastoral de la Tierra (CPT), realizado en Hidrolândia, estado de Goiás. El tema central de este Encuentro fue “Una nueva conceptualización de la reforma agraria”. En esa oportunidad, pude usufructuar y compartir ideas y proposiciones, no solo con los coordinadores y militantes de la CPT, sino también con el Prof. Carlos Walter Porto-Gonçalves[1] y con el teólogo Sandro Galazzi[2], siendo que nos tocó a nosotros tres, durante parte de ese Encuentro, la responsabilidad de animar intelectualmente los estudios.
 
2.       Al prepararme para este trabajo, con la prolijidad que suponía necesaria, pude revisar una considerable literatura sobre el tema de la reforma agraria; inclusive realizando incursiones en su historia y en la actualidad de las proposiciones de los sindicatos, organizaciones y movimientos sociales del campo brasileño. Esta iniciativa fue para mí, al mismo tiempo, un redescubrimiento y una afirmación de algunas ideas que ya me inquietaban sobre la necesaria resignificación de la reforma agraria, especialmente en Brasil.
 
3.       Durante ese Encuentro Nacional de Formación de la CPT, pude exponer algunos aspectos de mis inquietudes. En los debates, conté con la aportación de varis sugerencias tanto de los participantes como del Prof. Carlos Walter Porto-Gonçalves y del teólogo Sandro Galazzi, que contribuyeron de manera decisiva para la formulación, todavía en construcción, de las tesis que aquí presento para la reflexión y el debate.
 
4.       Al presentar este texto sumario como Texto I – Tesis, estoy sugiriendo que las ideas que aquí expongo tienen el carácter de tesis o de proposiciones para la controversia, pero que no están acompañadas de la argumentación necesaria y pertinente para fundamentarlas. Eso será realizado en el Texto II, argumentos, que supongo tendré listo para presentarlo el próximo marzo.
 
5.       Si hay algo de inusitado, es esta división de los textos (texto I y texto II); este hecho se debe a mi intención de colocar inmediatamente en cuestión, todavía en este mes de diciembre, mis ideas sobre una resignificación de la reforma agraria en Brasil; puede que llegué ya demasiado tarde para este tipo de debate, pero estará  todavía a tiempo para que los movimientos y las organizaciones sociales, sindicales, feministas y ambientalistas que operan en el campo, puedan conocerlas con la intención de contribuir a las controversias necesarias y pertinentes que han de pautar, en 2010, la agenda política nacional sobre el tema de la cuestión agraria.
 
6.       Como base para mis tesis sobre una resignificación de la reforma agraria en Brasil, lo que estoy suponiendo es que la actual y contemporánea  significación de la reforma agraria (al menos desde la década de 1940), estaría ya agotada o por lo menos superada por las iniciativas de ‘modernización’ del latifundio y de la destinación de tierras devolutas y de las de titularidad pública a las empresas capitalistas; destinación, iniciada con mayor énfasis y sin interrupción hasta la actualidad, con la implantación de la dictadura militar en el país a mediados de la década de 1960.
 
7.       Sugerir ideas o tesis sin la debida fundamentación es siempre insuficiente, pero asumo ese riesgo; presumo que en las afirmaciones que realizaré quizás ya exista subentendida alguna pista sobre la naturaleza de su fundamentación.
 
Presupuestos
 
8.       Desde la década de 1940, los objetivos generales de las proposiciones estratégicas hegemónicas sobre la reforma agraria en Brasil, a partir de posiciones políticas de centroizquierda, defendían la necesidad de una revolución burguesa en el campo para eliminar tanto los rezagos feudales como el latifundio improductivo; de manera que, de esa forma, se permitiera el desarrollo de las fuerzas productivas en modelo de producción capitalista, la valorización del trabajo a través del salario y la creación de un mercado interno. Estaba entendido explícitamente, que esa sería una etapa necesaria para alcanzar las condiciones dialécticas objetivas y subjetivas capitalistas necesarias para desencadenar una revolución socialista en el campo;
 
9.       En el contexto de esa perspectiva, la reforma agraria --- a partir de los presupuestos de una revolución burguesa, constituiría, por un lado, pequeños y medios productores rurales en condiciones de incorporar las tecnologías capitalistas modernas para el campo y, por otro lado, la gran empresa capitalista que se concretizaría a través del establecimiento de las relaciones sociales basadas en el salario, que ya incorporarían la relación capital-trabajo necesaria para la creación de un proletariado supuestamente capaz de desenvolver la conciencia socialista y de aliarse al proletariado urbano para realizar la lucha de clases contra el capital;
 
10.   Sería responsabilidad del Estado, bajo la presión popular por la implementación de una reforma agraria de corte capitalista, instituir y llevar a cabo políticas públicas reformistas capaces de eliminar los restos feudales y el latifundio improductivo, como parte del esfuerzo social y político de desarrollar las relaciones sociales de producción capitalista en el campo; así como crear condiciones objetivas, a través de diversas políticas públicas, para que ese sector reformado de la economía del campo, integrado al de la ciudad, se consolidase económicamente;
 
11.   Ese esfuerzo conjugado, popular y del Estado, contaría con el apoyo de alianzas políticas entre fracciones de las clases populares de la ciudad y del campo con las fracciones de clase más progresistas de la burguesía urbana y rural que verían en esa reforma agraria una vía, sino para una revolución burguesa en el campo, al menos para la expansión capitalista que tornase la producción agropecuaria y forestal un ramo de la industria;
 
12.   A partir de esa lectura, es posible sugerir que los objetivos generales de las proposiciones estratégicas hegemónicas para una reforma agraria capitalista a partir del centro-izquierda político brasileño, se aproximaban de los objetivos estratégicos sobre la cuestión agraria de la burguesía para la afirmación y homogeneización del capitalismo en el país;
 
13.   En esas proposiciones estratégicas, tanto la popular como la burguesa (con las excepciones puntuales y ocasionales en todo el período considerado), el campesinado, en su enorme diversidad, fue considerado como la expresión del atraso tecnológico, cultural y político, por tanto, como potencial contra-revolucionario. Además de él, tampoco se consideraron, por entenderlos como irrelevantes para los cambios capitalistas que se pretendía instaurar en el campo, los extractivitas, los pueblos indígenas, los quilombolas y el protagonismo de las mujeres;
 
14.   Considero como una de las causas de ese ‘prejuicio político’, con relación al campesinado (en su diversidad), a los extractisvitas, a los pueblos indígenas, a los quilombolas y a la igualdad de género, en el ámbito de las proposiciones reformistas burguesas en el campo a partir de las organizaciones y movimientos sociales, sindicales y de los partidos de centro-izquierda, a la lectura insuficiente de las condiciones objetivas y subjetivas de la reproducción social del campesinado (y de los extractisvitas, de los pueblos indígenas y de los quilombolas); ello debido, supongo yo, a la adopción de conceptos ortodoxos y mecanicistas a partir de la importante contribución de la vertiente marxista-leninista europea y rusa sobre la expansión capitalista en el campo y al papel que debería desempeñar en una transformación social para el socialismo por el campesinado y otras formas de relación productiva y/o extractivista hombre-naturaleza;
 
15.   Al aceptarse racionalmente que otros modos y/o formas de producir de una formación económica y social bajo la dominación del modo capitalista de producción --- en particular aquellos de los campesinos, de los extractivistas, de los pueblos indígenas y de los quilombolas, deberían ser excluidos a priori como potenciales protagonistas de cambios sociales en la historia por considerarlos como ‘rezagos feudales’ o como una historia condenada por la lógica de los intelectuales a ser superada por las relaciones sociales de producción capitalista, en un proceso ontológico, mecanicista y determinista de la sucesión dinámica de los modos de producción en la historia (quién sabe si una herencia engeliana); se estableció, como premisa en la mayor parte de las proposiciones, ni que fuera de forma implícita, un programa máximo utópico de la socialización revolucionaria y anti-capitalista en el campo, dónde eses modos y formas de producir no-capitalistas dejaran de ser observados;
 
16.   De esa manera, se proponía, y en parte todavía se propone, con mayor o menor grado de conciencia política, una vía prusiana mestiza de reforma agraria (antes y después del período dictatorial 1964-1984). Ella se implementaría a través de la conciliación conceptual y parcialmente programática por arriba entre sectores de la burguesía y de las representaciones sociales populares, dónde las masas populares del campo podrían externar sus deseos, pero jamás definir las propuestas de acción reformadoras; esas clases y fracciones de clase o formas de producción "arcaicas" en el campo, ya eran consideradas por los intelectuales orgánicos del capital, tanto de la izquierda cooptada por los capitalistas moderados (‘transformismo’ en Gramsci) como aquellos de la derecha política, como ‘excedentes históricos’, por tanto, pasibles de ser excluidos como tales por el establecimiento necesario de las relaciones capitalistas en el campo;
 
17.   Esa ‘condena política lógica’ del campesinado, de los extractivistas, de los pueblos indígenas y de los quilombolas a partir de concepciones poco afectas a la pluralidad étnica, social, económica, política y cultural, incorporó prejuicios que contribuyeron ---- y todavía lo hacen, no sólo para facilitar la homogeneización capitalista en el campo como para dificultar la formulación de programas estratégicos y tácticos que alcanzasen las contradicciones sociales, étnicas y políticas --- para no decir filosóficas, para los cambios socializantes deseables en una formación económica y social tan diversificada;
 
18.   Si a las dimensiones étnica, social, económica, cultural y política, se les añade --- sea por las lecciones de las luchas sociales y políticas contemporáneas, sea debido a la superación de mi obscurantismo político y social --- las dimensiones de género, ambiental y territorial; puedo sugerir, que un nuevo paradigma de organización socioeconómica y política para el campo deberá, como presupuesto fundamental, conseguir mantener y afirmar la diversidad y la pluralidad tímidamente consideradas ahora.
 
Tesis
 
19.   Propongo que el proceso de reforma agraria, se considere en un ámbito más general y como parte del complejo de luchas sociales, económicas, políticas, ideológicas y ambientales por la tierra. No sólo la tierra para producir y de ella usufructuarse, sino la Tierra como totalidad planetaria, o resumidamente, en el ámbito de las luchas por la Tierra;
 
20.   Eso presupondrá, que las luchas sociales y políticas por la reforma agraria que tengan que ser desencadenadas por los trabajadores rurales sin tierra (asalariados rurales, arrendatarios, poseeros, aparceros, campesinos con poca tierra...) deban ser orgánicamente articuladas con las luchas de los pueblos indígenas, de los extractivistas, de los quilombolas, de los ambientalistas, de los afectados por la construcción de grandes obras de infraestructura, de las mujeres y de los ambientalistas. Y, al mismo tiempo, articulados con las luchas populares urbanas;
 
21.   Es en esa perspectiva, que se podrá resignificar la reforma agraria al concebirla como una parte de un complejo mayor integrado e integrador que aquí yo paso denominar de ‘la reapropiación social de la naturaleza"[3], o sea, la negación de la apropiación privada de la naturaleza realizada por los capitalistas;
 
22.   Esa sugestión de reapropiación social de la naturaleza requerirá, antes de todo, resignificar también la relación hombre-naturaleza mediante la adopción del concepto de ‘productividad biológica primaria’[4]; este aumento de la creatividad y de los saberes populares, en la relación hombre-naturaleza para la producción agropecuaria i forestal, actuará como fundamento para acotar la comprensión política de la convivencia y del aprovechamiento social de la naturaleza. Eso exigirá considerar la naturaleza como portadora de derechos, negando las imposiciones ideológicas y económicas del capital que considera la naturaleza como una mercancía;
 
23.   Si consideramos el proceso de reforma agraria sumariamente y, por tanto, de cambios en la estructura agraria del país en el sentido de:
 
          democratizar el dominio y el uso de la tierra en Brasil, a través de procedimientos de desapropiación de los latifundios por extensión y por exploración, y la reorganización (reconcentración) productiva y comunitaria de las unidades de producción de pequeño tamaño,
          y de establecer límites máximos de apropiación privada de la tierra diferenciados por niveles regionales y por biomas, en una contextualización más amplia como la que he sugerido; esos cambios relativos al uso y a la propiedad de la tierra, deberán ser concebidos como una dimensión particular en el ámbito de un movimiento social, étnico, racial, de mujeres y ambientalista para una ‘reapropiación social de la naturaleza’ o para el ejercicio del poder popular sobre los territorios rurales;
 
24.   Más allá de un espacio geográfico diferenciado por la relación hombre-naturaleza, un territorio rural es antes de todo una unidad de poder político y social, amplo senso. Ahora, la pretensión de una reforma agraria es que la área reformada y sus entornos, y viceversa, se constituyan en un territorio bajo el poder popular;
 
25.   Pero para que esa pretensión se viabilice, es indispensable que la área reformada haya sido conquista y/o legitimada no solo por los trabajadores rurales sin tierra, lato senso, sino por la alianza política táctica con los pueblos de su entorno; de manera que los denominados ‘asentados’, se integren en la dinámica más amplia de la reproducción social del campesinado, de los pueblos indígenas, de los extractivistas, de los quilombolas, así como del respeto de los derechos de las mujeres y de la naturaleza;
 
26.   Una resignificación de la reforma agraria, más allá de su comprensión hombre-naturaleza anteriormente aludida, presupondrá considerarla como una reforma agraria no capitalista --- ni regida por la lógica de la orden burguesa;
 
27.   No es suficiente considerar que el campesinado, en su amplia diversidad, es una clase en construcción. La lucha por la tierra, en la tierra y por la Tierra, como una lucha prolongada y llena de diversidades, se hace como lucha contra la apropiación privada de la naturaleza por el capital y exigirá más que la mera lucha de clases del proletariado rural y del campesinado. Será, si, un amplio espectro de iniciativas populares que incorporará, y por ellas serán incorporadas, las luchas de los extractivistas, de los pueblos indígenas, de los quilombolas, de las mujeres y de los ambientalistas;
 
28.   Para ello, será necesario reconquistar[5]ygarantizar, mediante la acción de los campesinos, de los asalariados rurales, de los extractivistas, de los pueblos indígenas, de los quilombolas y de los trabajadores rurales sin tierra, de las mujeres y de los ambientalistas:
          los territorios rurales apropiados por el capital, sea para a producción agropecuaria y forestal, para la extracción mineral, para la exploración comercial de agua dulce, del litoral, de la biomasa, para la especulación, etc.;
          los territorios de los pueblos tradicionales (indígenas, extractivistas y quilombolas);
          los territorios considerados como bien común, como los biomas que todavía siguen vírgenes o han sido poco modificados por la acción humana;
          la autonomía de las mujeres para la ruptura del patriarcado;
          en fin, pero no finalmente, el poder popular sobre los territorios rurales en el ámbito de la reinvención y de la emancipación de las múltiples territorialidades[6], y la liberación mutua en las relaciones de género;
 
29.   Los procesos de emancipación de los territorios rurales (pero no solamente), entre ellos la conquista de la tierra por parte de los trabajadores rurales sin tierra, la regularización de las áreas indígenas, de las reservas extractivitas, de las tierras de los quilombolas, de las áreas de preservación ambiental, de la agua dulce, entre tantos otros, deberían ser percibidos como luchas por la Tierra y como una resultante de las diversas acciones conjugadas de afirmación de los pueblos rurales contra la apropiación privada de la naturaleza por parte del capital;
 
30.   Una concepción articulada de estrategia y táctica de luchas sociales, de etnias, de razas, de mujeres y de ambientalista que, además, incorporará las luchas contra la privación de la ciencia y de la tecnología, la apropiación privada de los saberes populares, la concentración y centralización de las riquezas y tantas otras necesarias para superar el modo de producción capitalista;
 
31.   La sugestión de una resignificación de la reforma agraria, presume que una reforma agraria será limitada, corporativa y políticamente insuficiente si en ella no está contemplada, en cuanto conciencia de lucha social, la construcción de un nuevo paradigma para el campo que contemple (aunque sea en construcción) lo que aquí se sugiere como la reapropiación social de la naturaleza principalmente por las clases populares del campo, pero también por las de las ciudades;
 
32.   Mientras tanto, algunos factores (además de aquellos citados en la sección anterior ‘Presupuestos’) han contribuido para obstaculizar esa búsqueda y construcción de una resignificación de la reforma agraria, contribuyendo directa y indirectamente para que la estrategia popular contemporánea de reforma agraria permanezca como una política pública de asentamientos puntuales y ocasionales. Esos factores son:
 
•     la suposición dominante (gubernamental y de los movimientos y organizaciones sociales y sindicales populares en el campo) de que las nuevas unidades de producción en las áreas que se dicen reformadas, no se constituyen ni como unidades familiares de producción campesina ni como territorios campesinos;
•     la manutención latente y subliminal de la idea de que tanto los campesinos como los pueblos tradicionales (indígenas, extractivitas y quilombolas) no son protagonistas de cambios relevantes en las luchas sociales anticapitalistas y, por tanto, descalificados para hacer parte de una idealizada formación económica y social de carácter socialista;
•     el corporativismo que cualifica negativamente, por el reduccionismo burocrático, las acciones políticas y la comprensión de las acciones de reforma agraria por parte de los movimientos y organizaciones sociales y sindicales populares del campo y de la ciudad;
•     La mayor parte de los recursos de los movimientos y organizaciones sociales y sindicales populares del campo provienen de los gobiernos, provocando una subalternidad relativa con los maleficios que todo tipo de dependencia de terceros acarrea;
 
33.   Para conseguir la resignificación de la reforma agraria, teniendo como paradigma la reapropiación social de la naturaleza, es indispensable que se considere al campesinado, a los pueblos indígenas, a los extractivistas y a los quilombolas, juntamente con los asalariados rurales, como los principales protagonistas de las luchas sociales anticapitalistas en el campo;
 
34.    La ausencia de teorización sobre el campesinado, así como la precariedad de las concepciones teóricas relacionadas con los pueblos extractivistas, los pueblos indígenas y los remanecientes de esclavos, contribuye para la insuficiente comprensión de la reproducción social de las clases sociales, de los pueblos indígenas, de los extractivistas y de los quilombolas, imposibilitando así la controversia necesaria y relativa a una de las cuestiones contemporáneas fundamentales en el campo, considerarse o no la posibilidad efectiva de los campesinos, así como los demás pueblos del campo, de ser capaces de desenvolver, a partir de sus referenciales no-capitalistas, desde sus fuerzas productivas hasta nuevas concepciones de sociedad y de Estado;
 
35.   Ya que la matriz ideológica preponderante en los movimientos y organizaciones sociales y sindicales populares con relación al campo, está históricamente marcada, por un lado, por la afirmación del modelo de producción y tecnología capitalista y, por otro lado, por la negación subjetiva de las posibilidades de los campesinos y de los pueblos indígenas, extractivistas y de los quilombolas de producir saberes técnicos y formas eficientes de producción, según sus criterios propios; la invitación política a la adopción de la agroecología, de la agricultura orgánica, del pastoreo racional, de la agro industrialización popular, etc., e igualmente de las varias formas de cooperación y de vida en comunidad, se vuelven políticamente alienadas en el sentido de volverse proposiciones tecnológicas negadoras del modelo de producción y tecnología dominante, porque son concebidas y puestas en funcionamiento fuera de una concepción mas amplia de una nueva sociedad en el campo (y, evidentemente, en la sociedad como un todo);
 
36.   Según mi forma de ver, esas incongruencias políticas son consecuencia no solo del desconocimiento, sino sobretodo, de un perfil ideológico que resumo en la expresión ‘condenación lógica política’ del campesinado, de los extractivistas, de los pueblos indígenas y de los quilombolas a partir de concepciones poco amigables con la pluralidad étnica, social, económica, política y cultural. Estos desencuentros de interpretación del campo, impiden que conceptos fundamentales como los de la autonomía relativa y de la acumulación campesina sean desarrollados y ejercitados; que las posibilidades de otros referenciales, como el de ‘modo del bien vivir’ de los pueblos originarios andinos, puedan ser considerados y, sobretodo, de encontrarse los caminos para la negación en la práctica social, de la ideología, política y economía burguesas;
 
37.   Como una de las resultantes de esas incoherencias y limitaciones, está el corporativismo que se instaló en los movimientos y organizaciones sociales y sindicales populares en el campo. Estos, hablan sobre la totalidad de la lucha social, pero persisten en el reduccionismo corporativista que limita sus acciones objetivas solo a las circunstancias que afectan a ‘sus bases’. Hay diversas razones para ello, a pesar que sean razones conservadoras. Las articulaciones entre movimientos y organizaciones sociales y sindicales, la mayor parte de las veces se hacen efectivas ‘por arriba’, en el debate de cuestiones importantes, pero en el ámbito de la macropolítica. Allí donde el poder popular podría establecerse, en los territorios donde se da la síntesis de la diversidad, esas articulaciones y alianzas, que vienen de arriba, pierden energía y/o quedan perjudicadas por la precaria legitimación por las bases;
 
38.   Mantenida esa tendencia corporativista, que es reforzada por la dependencia de los recursos de fuentes como las políticas públicas compensatorias y las ONGs de ámbito internacional, se vuelve pequeña la posibilidad de aceptar, en el ámbito de un diálogo para la controversia, las ideas sobre la resignificación de la reforma agraria a partir del referencial de la reapropiación social de la naturaleza que sea, consciente y al mismo tiempo, una negación de la apropiación privada de la naturaleza;
 
39.   La catarse o las catarsis (Gramsci) personales que son indispensables, en el nivel de la conciencia, para pasar del momento egoísta-pasional (reino de la necesidad) al momento ético-político (reino de la libertad), con relación ya sea a los estigmas históricos provocados por la idea dominante de la necesaria revolución burguesa en el campo para alcanzarse las condiciones objetivas y subjetivas para una revolución socialista, ya sea al menos para conseguirse suponer que otros procesos mas complejos puedan ser contemplados, exigirá un esfuerzo o una conciencia política que permita romper con los prejuicios y desviaciones instaurados en el pensar y en el sentir de las personas, de manera que puedan considerar positivamente a los campesinos en su diversidad, a los asalariados rurales, a los extractivistas, a los pueblos indígenas, a los quilombolas y, todos ellos, sobrepasados por las dimensiones de género y medio ambiente, como protagonistas sociales de los cambios anticapitalistas en el campo;
 
40.   No será suficiente la articulación política entre los movimientos y organizaciones sociales y sindicales populares del campo y de la ciudad, para romper con la hegemonía capitalista y, en particular, alterar la estructura de la propiedad de la tierra del país si esos movimientos y organizaciones, no son portadores de una nueva concepción de sociedad para el campo y, como sugestión, no tengan presentes en sus concepciones la posibilidad de una ‘reapropiación social de la naturaleza’ capaz no apenas de negar la apropiación privada de la naturaleza por el capital, sino de instaurar el poder popular para la reinvención y emancipación de las múltiples territorialidades rurales.
 
Curitiba, 8 de diciembre de 2009
 
Traducción al español por Isaac Giribert i Bernat.


[1] Carlos Walter Porto-Gonçalves, geógrafo e doctor, es Profesor del Programa de Postgraduación en Geografía de la Universidade Federal Fluminense, miembro del Grupo de Trabajo ‘Hegemonías y Emancipaciones’ de la CLACSO, Investigador del CNPq.
[2]Sandro Galazzi, teólogo y doctor en teología bíblica, es miembro de la CPT del Estado de Amapá.
[3]De acuerdo con la sugestión verbal de Carlos Walter Porto-Gonçalves. La reinterpretación del concepto original es de responsabilidad del autor de este texto.
[4] Ídem de la nota a pié de página número 3.
[5] Con el apoyo de las iniciativas populares urbanas.
[6] Ver Porto-Gonçalves, Carlos Walter (2009). A Reinvenção dos Territórios: a experiência latino-americana e caribenha. Rio de Janeiro, texto y, archivo Word, 64 p. (cedido por el Autor).
https://www.alainet.org/es/active/40456
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