Pensando el país que nos prometemos
15/08/2002
- Opinión
Quisiera comenzar hablando de la situación en la
Argentina actual. Nosotros usamos una palabra que quizás
les haya llamado la atención: hablamos de catástrofe, y
queremos contraponer este concepto al muy usado concepto
de crisis. La Argentina ha pasado por muchas crisis.
Podemos recordar el ideograma chino en el que \"crisis\"
está compuesta de \"amenaza\" y \"oportunidad\". La crisis
viene a ser algo así como un cruce. La palabra deriva de
un camino que en un momento se bifurca; uno tiene que
tomar como en ciertas edades, en la adolescencia,
diferentes caminos, depende del maestro que lo guíe,
depende del sentido común para tomar el sendero correcto.
¿Nosotros tenemos caminos por delante?. Esa es la
pregunta. Muchos están esperando que esto pase. Ya
pasaron los cacerolazos; al hambre quizás la derrotemos
con la soja transgénica forrajera, la gente se va a
cansar, va a volver al cauce de los viejos partidos; hay
que esperar, hay que aguantar, uno ve una clase dirigente
sobrenadando la tormenta y esperando que pase. Pero ¿va
a pasar esto?
Un cambio de lógica
Mucha gente desde un pensamiento vulgar dice: bueno, todo
mal, así como vino se va, ya vendrán tiempos mejores.
¿Cómo fundar un pensamiento político sobre estos
pensamientos? Nosotros creemos que la idea de la
catástrofe es mucho más adecuada para repensar la
Argentina que nos prometemos. La crisis es la
inundación, en algún momento la inundación baja y se va,
pero acá hay una inundación que llegó para quedarse, y
esto es una catástrofe. Se lo hemos dicho a los
piqueteros ¿qué están esperando? ¿qué destino quieren
para sus nietos? No tienen respuesta. ¿Hasta cuando van
a seguir reclamando planes? Tengan una estrategia, porque
este es un barco que se hundió. Lo hemos dicho en los
municipios. ¿qué están reclamándole a la Nación, si el
Estado está exhausto?. Organicen el trabajo, organicen
el gobierno local, vuelvan a tener semillas, vuelvan a
tener la materia prima que necesitan. Les cuesta ver
esta realidad, están esperando que pase la crisis. La
catástrofe exige reemplazar las lógicas que utilizamos.
Este es el desafío. No es nada sencillo, porque si
nosotros tomamos conciencia de la catástrofe alguno de
estos movimientos piqueteros, aprovechando el alto nivel
de organización que tienen, tendrían que estar ocupando
pueblos fantasmas, y volviendo a la tierra, y nosotros
tendríamos que estar actuando de otra manera, tendríamos
que estar cultivando la tierra, volviendo a la tracción
animal, recuperando artesanías, pensando un nuevo país,
porque nosotros tenemos una gran oportunidad, tenemos la
oportunidad de la generación del 80, que inventaron un
nuevo país. Tenemos la misma oportunidad. El país que
conocimos desapareció. No podemos esperar que esto se
estabilice. Porque no va a haber estabilización. Esto
va de mal en peor..cada vez menos empleo, y cada vez más
inseguridad, y cada vez más cerrazón a lo que es la vida
en el campo. Y no tenemos siquiera la salida que tiene
Brasil con los campesinos que retornan a la tierra. Acá
no tenemos un Movimiento de los Sin Tierra. La tierra es
fácil de ocupar ¿cuántos muertos tiene en los últimos
años este movimiento brasileño? Muy pocos, casi todas las
batallas las han ganado. Las tierras las ganan, de
hecho, porque llegan y las cultivan, y las ganan con la
ley, y las ganan políticamente. ¿Por qué pueden ocupar
tierras ellos y nosotros no?. Porque ellos tienen algo
fundamental que nosotros perdimos: las semillas. ¿Para
qué habríamos de ocupar tierras nosotros, si después hay
que comprar las semillas en Cargil? No tiene sentido.
Haciendo política de verdad
Entonces estos de pensar la catástrofe es fundamental.
Hay muchos dirigentes que están hablando de refundar la
Argentina. Me pregunto ¿en qué están pensando cuando
hablan de refundar la Argentina? ¿Qué va a salir de una
convención constituyente si primero no debatimos estos
temas? ¿Más de lo mismo? ¿Este mismo estado que se cayó
pero sin corrupción? ¿Eso es posible? ¿Qué vamos a hacer
con el servicio jubilatorio, con la policía bonaerense?
¿qué vamos a hacer con los pueblos aborígenes, si ya se
les dieron los derechos no se cumplieron? ¿qué vamos a
hacer? Más de lo mismo, más promesas. Una refundación de
este país requiere debates, y no es casual que seamos los
ecologistas los que estamos planteando estas cosas, y
estemos haciendo política nosotros, porque la política se
ha vaciado de contenidos, porque hoy el medio ambiente y
el ejemplo normativo que nos da el ecosistema, eso es la
política. Y es la ideología superior. La capacidad de
articular las diferencias, de aunar las diferencias en un
mismo sentido, que es lo que nos enseña la naturaleza. Y
nos permite debatir. Nosotros estamos debatiendo sobre
teología, por ejemplo, y a veces nos sorprendemos, pero
es la posición ecologista de aprender de la naturaleza la
que nos permite opinar sobre la agricultura o sobre la
teología; porque si uno observa la naturaleza uno sabe
como proceder ante las plagas. Y uno sabe que hay que
proteger el hormiguero de las hormigas coloradas, hay que
ahuyentar a las hormigas negras. No se trata de
exterminarlas, se trata de molestarlas nada más. Se van
para otro lado, es tan sencillo. Y sin embargo el común
de la gente, trabajada por organismos prestigiosos como
el INTA, dice que hay que poner veneno. Le decía a una
señora ¿cómo van a poner veneno, señora? El veneno es
solamente para la plaga, es para sus hijos, es para
usted. ¿¡qué está haciendo!? ¿cómo le han vaciado así la
cabeza?...
Hemos llegado al final, yo creo que tenemos que recuperar
los significantes más profundos, y pensar la radicalidad
de la emergencia, y la fuerza y la emoción que ponemos -y
la indignación- es porque estamos pensando esta
catástrofe desde la radicalidad de la emergencia. No nos
podemos permitir seguir haciendo las mismas cosas, seguir
diciendo las mismas cosas. Porque la calle está llena de
cartoneros y de hambrientos, y la violencia salvaje está
en todas partes, y entonces tenemos que cambiar el
discurso, pensar de otra manera, ser más exigentes con
nosotros y con los demás.
Vivir de otra manera
Y estamos hartos de miradas parciales, y lo hemos
discutido en las asambleas, que con la mirada urbana no
llegamos a ninguna parte. Porque los problemas no se
arreglan en las calles de la ciudad descubriendo el otro
mundo, el del campo que la Argentina se empeñó en
ignorar. No hay un país tan urbano como este. Tan
desdeñoso del campo. En Santa Fe cantidad de gente son
hijos de chacareros, y todos tienen una historia que
contar, pero hay que meter el dedo para sacar esa verdad.
Nadie lo asume, nadie lo tiene a flor de piel, nadie lo
está diciendo. Viví muchos años en Suecia, y sentía que
en la ciudad todos los técnicos, los ingenieros, son
todos campesinos. Porque hablan constantemente de su
padre, de su abuelo, porque en las vacaciones vuelven al
pueblo. En España también. Y puede ser un sabio de la
mejor universidad, un académico, pero \"yo cualquier
aceituna no como. Como la de mi aldea\". Y con el dinero
que les sobra están montándose la casa en la aldea para
cuando se jubilen. Allí tienen su raíz. A los niños los
llevan de vacaciones con los abuelos y los tíos a la
aldea. Y esa fuerza nosotros la extraviamos, y la
tenemos que recuperar. Acá hay muchos encierros
ideológicos, de izquierda y de derecha, pero creo que lo
que tenemos que recuperar es una nueva percepción del
país. Entender que el Titánic no se va a hundir, ya se
hundió y estamos con el agua al cuello. Y si no nos
damos cuenta de que se hundió, nos ahogamos. Hay que
patalear y aprender a nadar. Y esto implica vivir de
otra manera.
Hemos visto en Santa Fe una historia familiar de
fracasos. Y nos llamó la atención esta sensación
personal, convertida en personal, que sin duda conduce a
estados de culpa, y que no ha sido capaz todavía de
instalarse como una política. Porque cada uno de esos
viejos debe creer que su mala acción lo llevó a fracasar,
y ahora a levantar el tambo para hacer soja. Y lo viven
con una pena. Que nos da pena a nosotros. Porque es una
pena sin conciencia.
Desarraigos
Cuánto dolor en el desarraigo. De los 500, de los 1000
pueblos en extinción en la Argentina ¿dónde está esa
gente? Está entre nosotros. Arrastrando la tristeza. En
este país nadie calculó el dolor del desarraigo. No se
escribió ni pintó el dolor enorme del desarraigo. De
tantos seres que fueron negados en todos sus saberes. En
los alrededores de las ciudades vemos los mismos barrios.
Vienen los mestizos, los mapuches, y construyen las
mismas casas: ladrillo hueco y chapa de zinc. Y es
terrible porque están negando todo lo que hicieron sus
antepasados. Están diciendo: \"todo lo que yo sé no
sirve. Tengo que aprender de cero porque llegué a la
ciudad.\"
Hace muchos años, en la crisis de la hiperinflación que
duró tres meses nos cansamos de predicar, repartimos
galpones llenos de herramientas de huerta, semillas,
conejos, cerdos, para que la gente lo multiplicara, desde
el gobierno de la provincia de Bs. Aires. A los tres
meses, cuando empezó la fiesta menemista, tiraron todo al
diablo. Los fuimos a ver ahora. No tienen una
herramienta: \"se nos pudrieron. Las dejamos afuera y se
nos pudrió\". Es duro. Acá hay responsabilidades
personales, pero aquella fue la inundación que pasó.
Esto es mucho más serio. En una de las charlas una
señora me interrumpe; \"pero ud me está proponiendo el
modo en que vivían mis padres, mis padres vivían en el
campo y yo vivo en la ciudad, y no voy a vivir así\". Y
porque un italiano vive así, en la ciudad amasa los
fideos y hace la salsa y usted aquí no? ¿Por qué? ¿Somos
mas ricos que Italia? ¿Qué es lo que pasa? Es un problema
de rechazo de la cultura del arraigo, de las raíces, y
por eso nosotros decimos que somos un pueblo desolado un
pueblo sin suelo.
Pensando en la integración regional
El tema es de cultura y de reconstrucción de la
identidad, o sea aquí no solamente tenemos que
reconstruir el Estado-Nación, tenemos que reconstruir la
identidad, y pensar una nueva Argentina, que no puede ser
una Argentina aislada, que tenga niveles comunes con
Brasil y Uruguay, y eso lo tenemos que construir
nosotros. No podemos repetir la aventura estúpida del
Mercosur sobre pactos comerciales. Necesitamos acuerdos
a nivel de identidad cultural..
Volver a la tierra
Entonces, desde el ecologismo lo que estamos tratando es
de revalorizar el pensamiento, darle nuevos contenidos
políticos y nuevos contenidos a la vida política,
refundar el pensar, el acto de pensar refundarlo en la
Tierra, porque el fundamento de pensar es una raíz, y por
eso hablamos de volver al campo, de volver a la Tierra.
Esto no significa que nos tengamos que ir todos.. Yo he
visto en Italia, no tiene tierra, pero tienen las plantas
medicinales en latas de aceite, en los balcones, patios,
esa es la raíz campesina. Y tienen esta idea primaria
que tenían nuestros abuelos: \"la comida, en lo posible,
sale del trabajo, no de la billetera\". Acá, en cambio,
el productivismo nos vendió que para que hacer tomate si
está a 5 cvs el kilo. Eso es el error. Yo no puede
medir en dinero lo que hago en casa. Porque eso surge de
mi trabajo, o del trabajo de mis hijos o del grupo
familiar. - No se puede medir en dinero.
El hijo de un chacarero decía con esa candidez de los
argentinos \"..yo no sé como hizo mi viejo con 150 has.
Tuvo 7 hijos y todos terminamos en la universidad, y en
mi casa nunca faltó comida; y yo tengo un solo hijo, y a
veces no tengo para pagarle el colegio, y me es un
problema llegar a fin de mes con la comida?. Le
preguntamos: tu padre donde vivía? En la chacra. ¿y vos?
\"Nooo, yo vivo en la ciudad?..¿y tu padre que
hacía?..¿tenía de todo, faenaba cerdos, tenía la huerta,
fruta, la vaca, teníamos todo. Y vos ¿qué tenés?
\"y.tengo el auto, que estoy pagando. pero mi viejo,
¿cómo habrá hecho mi viejo?\"..
Es un problema de percepción. Hay que sopapearlo, o
dejarlo y buscar otras maneras de hacer educación popular
hasta que podamos lograr que la gente empiece a entender
por qué el padre pudo mandar a todos los hijos a la
universidad. Pero en esa casa no se compraba nada,
tampoco iban al banco (no había peligro de corralito).
Volvernos más humanos
Nosotros apelamos a la responsabilidad personal. Esto es
típico del ecologismo en todo el mundo. Apelar a la
responsabilidad de cada uno; no se trata de que el
dirigente la tenga clara, se trata de que cada uno de
nosotros entienda lo que está pasando, que desarrolle su
conciencia, porque nosotros creemos que la mejor manera
de ser humanos es abarcar el entorno, o sea lo humano y
esto nos ha pasado en Argentina. Nosotros podemos ser
académicos, eruditos, pero si no tenemos idea de que mas
allá de los límites de la ciudad hay un campo y una vida
campesina, si a nosotros no nos interesa que masa en el
medio ambiente no somos humanos, somos un pedazo de
humanidad. Entender el planeta que es nuestro hogar es
fundamental para que nosotros nos humanicemos.
La globalización sojera
La soja es un sistema global, la soja está en el corazón
de la globalización, y de las reglas que le ha impuesto
al mundo Organización Mundial del Comercio (OMC).
- Cuando nosotros enfrenamos la soja estamos enfrentando
un montón de cosas, inclusive la hidrovía, que fue
planteada para poder llevar trenes con decenas de
barcazas que transportan soja. Hace muchos años que
están pensando este destino de la Argentina sojera. Y
también de Bolivia y Brasil. Ya lo tenían claro,
nosotros no lo sabíamos, pero ellos sí..
- lo de la soja es un sistema global. Nosotros golpeamos
la biotecnología, y ponemos en crisis el sistema mundial
de dominación del mercado de los alimentos.
- charlábamos con una bióloga que nos visitó, sobre la
previsión de que el mundo no tiene mas de 50 años para
soportar a la raza humana al ritmo que vamos de
contaminación y de depredación de los recursos naturales
y me contestó que \"no es así, ese es un pensamiento
mecánico. Pero si le ganamos la batalla contra la
biotecnología y se cae Monsanto porque la gente deja de
comprar las acciones de Monsanto, se cae el modelo
mundial agrícola contaminante y depredador del suelo\", y
lo que necesitamos es modificar el modelo rural, el
modelo de la agricultura, que viene de la segunda guerra
mundial. La base de esto está en lo que se llama la
revolución verde, que fue la aplicación de los desechos
tóxicos que quedaron de esa guerra..
- Toda esta enorme tecnología mecánica de tractores, de
siembra directa que dicen que es ecológico, no es más que
el paradigma bélico de los blindados de la Segunda Guerra
Mundial. Aplicaron el mismo pensamiento. Triunfaron en
esa guerra y lo aplicaron a la agricultura. Y el remate
es la biotecnología, que es de una violencia terrible
porque están metiendo la mano en la caja negra del código
genético de la humanidad.
Edgar Morin, que es un filósofo famoso, creador de lo que
se llama el pensamiento complejo, vino a la Argentino y
dijo \".la biotecnología es la mayor amenaza que ha
sufrido la humanidad en toda su historia, porque están
metiendo la mano en nuestros códigos más privados, en
aquellos que aseguran la supervivencia de la especie, de
nuestros hijos y de nuestros nietos.\"
Un modelo de exclusión
El 80 por ciento de las tierras argentinas están en manos
de 2000 empresas. En los años 90 se dio la mayor
transferencia de tierras en la historia del país.
Desapareció la oligarquía vacuna. Ahora son las empresas
sojeras, que trabajan y producen commodities para la
exportación..
Hay entre 500 y 1000 pueblos en estado de desaparición,
de extinción, y una pobreza como jamás vimos. En los
años 30 también hubo pobreza, pero la gente comía.
Maestras que durante años no cobraron el sueldo, y sin
embargo comían porque cada chico durante cada día le
llevaba una cebolla, una zanahoria, un zapallo, y la
maestra se podría hacer el puchero. Ahora la gente no
tiene que comer. Y ahora tenemos la filantropía del Plan
Soja Solidaria. Estos filántropos tan generosos son
los..que tienen todas las semillas. No hay una sola
semilla argentina, de nada, de ningún tipo. Nos han
aplicado el modelo que ellos necesitaban y además se
quedan con las divisas que no retornan. Son los dueños
del país. Y nos tenemos que alimentar con soja
transgénica forrajera.
Esta no es la misma soja que comen los norteamericanos,
ni los japoneses, ni los chinos: es una soja para consumo
animal. Además, es transgénica.
En julio del 2002 hubo un encuentro estatal convocado por
la presidencia de la República Argentina. Las
conclusiones se leyeron en presencia de Chiche Duhalde,
en las que se pidió:
Terminar con la campaña que hace de la soja una panacea.
No lo es ni nunca lo va a ser. Puede ser una legumbre
valiosa, pero con cuidado y en el marco de una variedad
de comidas.
Prohibir que se llame leche de soja a algo que no es
leche. Es apenas un jugo. Prohibir que se llame carne
de soja lo que no es carne.
Prohibir absolutamente que los niños menores de 2 años
coman soja. Reglamentar estrictamente que los niños
menores de 5 años no coman soja excepto bajo prescripción
médica.
La soja en los países orientales se come episódicamente y
fermentada en el exterior del organismo humano. Acá se
la da a la gente para que se le fermente en las tripas.
Pensando el país que nos prometemos
Este es el tema, y por eso nosotros decimos que el modelo
biotecnológico es la causa de este fracaso, el modelo
biotecnológico es la segunda etapa de la Revolución
Verde.
Hay un complejo de situaciones que nos ha conducido al
fracaso. Ahora tenemos que pensar el país desde cero. A
lo mejor hay que repoblarlo..
El gesto cultural que tuvieron nuestros padres y nuestros
abuelos lo teneos que recuperar y hacer que eso sea
política. Eso es política y lo que nos enseñaron que es
política no es nada, es basura. Política es pensar el
país. Reconstruir la raíz con el suelo.
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