La lucha por la democratización de la comunicación

22/04/2009
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Artículo publicado en la Revista América Latina en Movimiento No. 443: América Latina en Movimiento No 443-444 06/02/2014
El modelo de comunicación empresarial imperante en Paraguay intenta acallar las voces del pueblo que gritan la injusticia y reclaman transformaciones profundas. En esta batalla desigual, las organizaciones se levantan para modificar esta realidad, democratizar la comunicación y articular nuevas vías de expresión de las mayorías. El arbitro estatal, bajo el nuevo gobierno, aún muestra pocas medidas en este campo. Pero la lucha no cesa.
 
La muy alta concentración de los medios de comunicación en escasas manos empresariales es la constante en Paraguay. El modelo replica otras realidades del país, como el caso de la tierra, en la que el 1% de los poderosos cuenta con el 77% del territorio.
 
En el país operan varios multimedios con canales de televisión, radios y periódicos, en su expresión máxima de acumulación, así como otras corporaciones con emisoras de radio y diarios, o bien cadenas nacionales de radios. El Grupo Vierci, con 2 canales de televisión, 1 diario y 2 emisoras de radio FM, a la que se añadiría próximamente 1 emisora de AM; Multimedia, con 1 diario, 1 radio AM y otra en FM; el Grupo Nación, con 2 diarios, una radio en FM y otra en AM, el Holding de Radio, con casi una decena de emisoras, así como el diario Abc, con su conglomerado empresarial anexo; la red Obra Radial de Difusión Evangélica (Obedira), y la Megacadena, con varias emisoras radiales a nivel nacional, son los principales detentadores de licencias, a las que añaden otros medios escritos, para divulgar las voces de la oligarquía, con pequeñas islas abiertas para disfrazarse de medios “pluralistas”.
 
Esta concentración de medios deviene de un desplazamiento de la articulación del Estado paraguayo, ya desde finales de la guerra de la triple alianza, en 1870, agudizado durante la dictadura stronista, de 1954 a 1989. Fue desde el propio Estado que en 1845 se defendió la independencia nacional, con el primer periódico del país, El Paraguayo Independiente.
 
Existe otra ala, de allegados políticos y empresariales a los poderes oligárquicos, que accedieron, en muchos casos irregularmente, a licencias de radio, en detrimento de emisoras comunitarias o públicas en gran parte del territorio nacional.
 
Estas emisoras operan prácticamente sin regulación, y sin siquiera vigilancia estatal del cumplimiento de estándares mínimos de programación nacional, en el caso de las emisoras de televisión, carencia ahondada por la nula fiscalización del cumplimiento de las obligaciones legales con los trabajadores por parte de las patronales, de acuerdo a Pedro Benítez Aldana, secretario general adjunto del Sindicato de Periodistas del Paraguay (SPP).
 
Criminalización de la lucha social
 
La criminalización de las luchas sociales tiene como uno de sus exponentes principales a los medios y cadenas de comunicación comerciales. Los reclamos de los trabajadores organizados, sean campesinos o urbanos, de los ocupantes de tierras en las urbes y en el campo, de las víctimas del Ycuá Bolaños -un supermercado cuyas puertas se cerraron durante un terrible incendio, por orden de la patronal, y que ocasionó la muerte de cerca de 400 personas-, son persistentemente expuestos como posturas desmedidas, equivocadas, radicalizadas o en varias ocasiones, directamente son silenciadas. Los dirigentes de estas organizaciones son expuestos como desestabilizadores, agitadores o incluso delincuentes o criminales.
 
Esta lógica se basa en que los propietarios de estos “miedos” de comunicación son los mismos que usurpan la mayoría de las tierras, los dedicados a la importación (contrabando) y los agronegocios, los que manejan las finanzas, los recursos naturales, son los que pretenden  apropiarse (y ya se apropiaron en algunos casos) de las entidades de propiedad del Estado, y que a través de la censura o los ataques a las posturas divergentes de las organizaciones sociales pretenden mantener a la población en el ostracismo y oscurantismo.
 
Así como la gente se moviliza por la soberanía energética, por la defensa de la democracia, por la defensa del ambiente, y por la equitativa distribución de las riquezas, también debe jugar un papel preponderante en la lucha social el reclamo de democratización de la comunicación, expuso Alcides Villamayor, de Radio Revolución de San Lorenzo, integrante de la Asociación Paraguaya de Comunicación Comunitaria (Comunica). Sin embargo, el tema de la comunicación aún no constituye un tema de agenda central para las principales organizaciones de masas y tampoco se instala con fuerza desde las organizaciones político partidarias. La reivindicación sigue circunscrita a los gremios de medios comunitarios, al movimiento hegemónico en el Sindicato de Periodistas del Paraguay y en algunas organizaciones sociales.
 
Avisos oficiales
 
El financiamiento de los medios de comunicación comerciales tuvo en el Estado a uno de sus principales sostenes. Ello tuvo un importante pico durante la gestión del anterior gobierno, de Nicanor Duarte Frutos, cuando se llegaron a destinar a estos conglomerados de medios y otras emisoras dispersas en todo el territorio unos 20 millones de dólares. En el actual gobierno de Fernando Lugo, no se avizoran muchos cambios en este campo, a pesar de ciertas disminuciones del monto destinado a la emisión de avisos, que además ahora adquieren un cariz un tanto más informativo y educativo, y menos proselitista que en gobiernos anteriores.
 
Radios comunitarias: luchas y amenazas
 
Paraguay tiene unas 130 radios comunitarias. Es un sector que históricamente resistió a los embates de las represiones, a la imposibilidad de emitir avisos que las sustenten, así como a intentos por borrarlas “legalmente” otorgándoles solamente un escasa potencia de 50 vatios, un alcance de pocos metros a la redonda. Entre los gremios que siguen dando la batalla se encuentra Comunica, de la cual el Sindicato de Periodistas del Paraguay es asociado, pues cuenta con una radio comunitaria.
 
Son varias las organizaciones campesinas que cuentan con medios radiales comunitarios, como el Movimiento Campesino Paraguayo (MCP), la Mesa Coordinadora Nacional de Organizaciones Campesinas (MCNOC), la Coordinadora de Productores Agrícolas de San Pedro Norte (CPA-SN), la Organización de Lucha por la Tierra (OLT), entre otras. El tenaz esfuerzo por multiplicar las radios y enlazarlas a través de cadenas está en la prioridad de la agenda de estas organizaciones. En los barrios populares urbanos son varias las emisoras con gente que abre con tesón el micrófono.
 
El escenario actual requerirá de la persistencia de las luchas para obtener triunfos para las radios comunitarias. En este marco, la situación actual no muestra señales muy optimistas, pues siguen las amenazas contra los compañeros de las radios comunitarias, algunos fueron procesados por la justicia por su labor de reivindicación de derechos del pueblo, y el caso más grave fue la muerte de Martín Ocampos, acontecida en febrero pasado, en Concepción, norte de Paraguay.
 
Las emisoras comunitarias agrupadas en Comunica llegan a varios departamentos del país y son unas 50. Además de los ataques recibidos por difundir la realidad, el año pasado fueron blanco de las agresiones verbales del entonces presidente Nicanor Duarte Frutos que declaró que radios comunitarias del departamento de San Pedro guardan explosivos para generar acontecimientos de “agitación social” en el marco de las elecciones del 20 de abril. La realidad mostró otra cosa. No había explosivos y tampoco hubo hechos de violencia. Sí ocurrió lo que no pretendía el gobierno, la derrota del Partido Colorado, señala Alcides Villamayor, de Radio Revolución de San Lorenzo.
 
El avance en el campo de la expresión también debe considerar el escenario tecnológico. La producción local de herramientas electrónicas, desde transmisores de radios, programas informáticos, construcción y reparación de accesorios radiales y televisivos deben estar enmarcados en el programa de fortalecimiento de las emisoras alternativas. El acceso a la red satelital y el desarrollo de motores propios de internet también son agendas pendientes para el pueblo paraguayo.
 
Periódicos alternativos
 
Diversas comunidades, organizaciones sociales, así como partidos políticos cuentan con sus voces impresas. Si buen sus alcances aún son limitados, sin embargo, son ricas las experiencias acumuladas, que precisarán de articulaciones mayores para tentar masificar estos medios de comunicación.
 
Iniciativas periodísticas escritas como El Pueblo, El Yacaré, Mamangá, Guarará, Ñapu´ä, de Asunción; El Tereré, de Ciudad del Este; Adelante, y El Socialista, El dedo en la Llaga, el periódico Tekojoja son algunas experiencias de construcción comunitaria y popular que tuvieron vigencia en el país. Algunos de estos medios siguen y otros, por diversas circunstancias, se fueron reduciendo o desapareciendo. Uno de los últimos periódicos nacidos en el país es el mensuario de análisis E´a, que también tiene su versión digital (www.ea.com.py), que reúne bajo la figura de una cooperativa a varios trabajadores de la comunicación en un intento por dar la batalla de las ideas y ser un vehículo de expresión del pueblo.
 
La implementación de imprentas para las organizaciones populares es otra profunda necesidad que se debe subsanar, para masificar el discurso obrero, campesino, estudiantil y defender un proceso de redistribución de la riqueza en Paraguay, expresó Angel Fleitas, dirigente del Sindicato de Obreros Gráficos del Paraguay (SOGP).
 
Medios estatales
 
La red estatal de medios es muy precaria. Solo existen dos emisoras de radio en Amplitud Modulada. Son la Radio Nacional del Paraguay, con alcance en territorio nacional e internacional, y la radio Carlos Antonio López de Pilar, en la frontera sur con Argentina. En las otras cabeceras departamentales, el Estado, como en gran parte de las áreas de necesidad social, está comunicacionalmente ausente. El avance cultural y político de los vecinos países se facilita de esta forma. Una muestra: la radio Encarnación AM fue desmontada años atrás, y ya no existe siquiera una sola AM en dicha localidad, capital del departamento de Itapúa, fronterizo con Argentina.
 
A nivel televisivo, la situación está peor. No existe canal público, y las dos licencias que debían ser para la tv educativa, una de alcance nacional y otra rural, fueron cedidas a empresas comerciales. Urge revertir este cuadro desde el Estado y apuntalar la televisión pública, para contrarrestar la dominación comunicacional impuesta desde la patronal en detrimento del interés de la gente. La televisión pública es un arma pedagógica de gran alcance para universalizar la educación primaria, secundaria y técnica. Existen incipientes canales comunitarios que emiten en servicios de cable.
 
El portal en internet de noticias oficiales, denominado IP Paraguay, fue habilitado en diciembre del año pasado. La agencia se enmarca en un proceso dirigido a la “formulación de una política nacional de comunicación incluyente, pluralista, democrática y equitativa”. Es un pequeño paso implementado, más aún en un país con baja conectividad a la red de redes y teniendo en cuenta sus limitaciones presupuestarias.
 
Articulación internacional
 
La articulación internacional es un aspecto primordial. Los Estados latinoamericanos, y las organizaciones sociales, deben estar al servicio de la ampliación de herramientas técnicas al servicio del pueblo para que éste tenga capacidades para oponerse al monopolio de la mentira, disfrazada bajo el manto de la “verdad absoluta”.
 
Los parques industriales brasileños, el satélite venezolano  Simón Bolívar, las universidades argentinas, las escuelas ecuatorianas, las empresas públicas paraguayas, entre otros, tienen que basarse en modelos de comunicación que apunten a la emancipación de las garras del imperialismo norteño.
 
A la mejoría en el acceso a medios también debe anexarse la calidad en la producción, sean de espacios noticiosos, informativos, culturales, documentales, que a más de la expresión de los problemas y propuestas nacionales y continentales deben tomar en cuenta las realidades de las comunidades, de las barriadas, de los sitios aislados, para que mantengamos la sensibilidad que hizo que nuestros pueblos sobrevivieran a años, décadas y siglos de opresión de diversos imperialismos.
 
- Vicente Páez es periodista. Secretario General del Sindicato de Periodistas del Paraguay.
https://www.alainet.org/es/active/38096
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