Los candidatos presidenciales y la lucha contra la pobreza

09/05/2010
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El contexto
 
La llamada agenda social se expresa y tiene espacio en el actual debate de los candidatos a la Presidencia de la República. Los temas del empleo, de la educación, de la salud, de la vivienda, de los activos sociales y económicos, han empezado a estar presentes en varios de los debates adelantados. Se ha logrado ir saliendo de la trampa de sólo hablar de seguridad democrática y de la disputa de quien es el más indicado para darle continuidad a una supuesta política que se ha querido establecer como política de Estado.
 
Este es, sin lugar a dudas, un logro, de la actual campaña, que entre otras cosas recoge el sentimiento de la inmensa mayoría del país que a la hora de responder por los asuntos que más los afecta y más interesa señalan con gran contundencia los temas del empleo, del ingreso, de la superación de la pobreza, de la educación y la salud, sin dejar de lado, por su puesto la seguridad ciudadana. Es decir, se abre el abanico, se tocan temas sensibles y se presentan propuestas, algunas de simple continuidad de lo planteado y realizado por el actual Presidente y su Gobierno, otras más novedosas, distintas e interesantes.
 
Uno de esos temas tiene que ver con la pobreza, con su magnitud, con los enfoques para su análisis, con las formas de entenderla y medirla y sobre todo con las propuestas para buscar una mayor reducción y una sostenibilidad en ese proceso.
 
Su magnitud
 
Con base en los datos oficiales del Gobierno colombiano (Dane y DNP) y de los Informes anuales de la Cepal (Panorama Social), es posible mostrar la magnitud de la incidencia de la pobreza en Colombia, en comparación con la mayor parte de países de América Latina; las altas tasas de desempleo y la gran desigualdad en materia de riqueza y de ingreso.
 
El Gobierno Nacional en cabeza del Dane y del Departamento de Planeación Nacional conformó una Misión para el empalme de las series de empleo, pobreza y desigualdad (La MESEP). Esta Misión entregó su Informe en agosto del 2009 y señaló que la tasa de pobreza en Colombia en el año 2008 era del orden del 46% y la de indigencia del 17,8%. Al comparar los resultados del 2008 con los del 2002 encontró una reducción de 7 puntos en esa tasa de pobreza y de tan sólo 2 puntos en el mismo período en materia de pobreza extrema (indigencia).[1] ¿Es éste un buen resultado? ¿Es lo que el país podía hacer y esperar? La comparación con los resultados de 16 países de América Latina y con el promedio de la región, establecido por la Cepal, puede ayudar en esta respuesta.
 
Según el último Panorama Social de la Cepal (2009), la tasa promedio de pobreza en la región latinoamericana fue del 33%, es decir, trece puntos por debajo de la colombiana. Pero lo más grave es que Colombia aparece como uno de los cinco países de la muestra, con mayor tasa de pobreza. Sólo es superada por Honduras (69%), Nicaragua (62%), Guatemala (54,3%) y El Salvador (47,5). Estando extremadamente lejos de los países que han alcanzado tasas más bajas: Chile (13,7%), Uruguay (14%), Costa Rica (16,4%), Panamá (17%), Argentina (19,3%), Brasil (25,8), Venezuela (27, 6%) y aún de Bolivia (42%)[2].
 
Esto indica que Colombia está 13 puntos por debajo del promedio de América Latina y 33 puntos por debajo de los que han logrado mejores resultados. Si Colombia baja su pobreza en un punto por año, necesitaría más de treinta años para llegar a los niveles de Chile o Uruguay.
 
Las cifras de la MESEP también muestran una enorme brecha entre la pobreza en las áreas urbanas y las zonas rurales, en estas últimas la pobreza era del 69% en el 2002 y sólo al 65% en el 2008% (cuatro puntos en 6 años).
 
Algo similar ocurre con las tasas de la extrema pobreza. Colombia obtiene el lamentable resultado de bajar en dos puntos la indigencia entre el 2002 y el 2008, del 19% al 17% (0,3% por año). (MESEP, 2009). Entre tanto América Latina presenta un promedio de 8,3% en el 2008. Con países con resultados tan notables como Uruguay con un 3,5%, Chile y Costa Rica con el 5% y Argentina con un 7%.[3] Es decir, que Colombia registra tasas entre tres y cuatro veces superiores a buena parte de América latina. Y lo más grave que el ritmo de reducción es extremadamente lento.
 
En materia de desempleo Colombia se mantiene en cifras del 12%, mientras el promedio de América Latina es del 8% y sólo un país supera a Colombia, República Dominicana con un 14,9%. Algunos han logrado desempleos de un dígito durante varios años, sobresale Bolivia con un 6,8%, México con una cifra similar, Uruguay con un 7,7% Costa Rica con 7,6%, Venezuela con el 8% y Brasil con un 8,1%. La gran mayoría de países están por debajo del 10%. (Panorama Social, 2009).
 
Finalmente, el peor resultado encontrado por la Misión de Empalme tiene que ver con la permanencia en los altos niveles de desigualdad en el país. Según esta fuente, el GINI (indicador de desigualdad) se mantiene en el 0.59 entre el 2002 y el 2008. Es decir, que las políticas públicas aplicadas en estos seis años han estimulado la concentración del ingreso y de la riqueza en Colombia. Al igual que en los temas anteriores, Colombia está entre los países de peores resultados, sólo es superada por Guatemala, México y Brasil.
 
Estos resultados muestran de manera bastante evidente, el fracaso de la política social de Uribe Vélez y, en especial, de los programas y estrategias para reducir de manera realmente significativa la pobreza, la indigencia y la extrema desigualdad que ha caracterizado a Colombia. Y hace muy pertinente, la pregunta por las políticas, los enfoques, las estrategias y programas de los actuales candidatos a la Presidencia de la República.
 
Las propuestas de los candidatos en la lucha contra la pobreza y el hambre
 
Continuidades:
 
Juan Manuel Santos
 
Coherente con su postura política de dar continuidad a las políticas y programas del Gobierno de Álvaro Uribe Vélez, este candidato plantea con toda claridad: “Mantendremos y mejoraremos el programa de Familias en Acción, con mejores recursos e incentivos. Fortaleceremos los programas de aseguramiento para vejez y salud, y crearemos un seguro contra el desempleo para los padres y madres de familia más vulnerables.”[4]
 
“Erradicaremos el hambre de Colombia dándole prioridad a la población entre cero y cinco años. Fomentaremos cultivos de pan, coger de tal manera que el desarrollo de grandes explotaciones agropecuarias sea acompañado de tierra para alimentar la población circundante. Adicionalmente, la Red Juntos garantiza el acceso integral de los hogares pobres a todos los programas sociales”.
 
Rafael Pardo
 
Aunque incluye otras políticas y programas, de las que hablaremos más adelante, llama la atención que este candidato también habla de “dar continuidad al programa de Familias en Acción, pero lo optimizaremos para que lo reciban los que más necesitan de esta ayuda”.
 
Noemí Sanín
 
“Tres grupos de población deben ser el foco de una política de asistencia social focalizada. Primero, familias que se encuentran en situación de pobreza y de vulnerabilidad con peligros de desnutrición para ellos y los hijos que hoy son cobijados bajo el programa de Familias en Acción.”
 
Antanas Mockus
 
“Un modelo económico encaminado a la igualdad en las oportunidades es central y debe ofrecer incentivos especiales para la creación del empleo” […] “Sin embargo, el verdadero desarrollo solamente se logra con las oportunidades que abren la educación, la innovación y el emprendimiento…”
Comentario
 
En este tipo de planteamientos no se encuentra nada sustantivo, novedoso y efectivo para superar de verdad y de forma sostenible la trampa de la pobreza de 20 millones de seres humanos y el hambre que padecen 8 millones de ellos.
 
No se introducen las nociones de ciudadanía, de derechos, de universalidad, de capacidades, libertades, de igualdad social, ni de equidad. Se siguen manejando conceptos y perspectivas propias del enfoque y el discurso neoliberal y conservador: la focalización en los más pobres y vulnerables; combatir el “flagelo de la pobreza”, en mejorar la inclusión social. Menos aún se establecen vínculos claros entre las políticas sociales y las políticas económicas, ni se plantea enfrentar los problemas estructurales que han dado lugar a que Colombia sea uno de los países más desiguales del mundo y con mayores tasas de pobreza en América Latina.
 
La concentración de la riqueza, de los principales activos y del poder hace inviable cualquier política que pretenda desarrollar una “igualdad de oportunidades”. Es imperativo una redistribución y una mayor equidad en el control de los mismos para pensar en que los pobres, los excluidos, los desposeídos puedan tener las mismas oportunidades.
 
La educación, la innovación, el saber pueden ser elementos y componentes de una estrategia general de superación de la trampa de la pobreza, pero son eso, partes, componentes, además de mediano y largo plazo. Deben ser incluidos y articulados a unas políticas y estrategias generales y no ser asumidos como que solos permiten esos resultados.
 
Particularmente grave es el planteamiento del candidato Juan Manuel Santos cuando pone en evidencia su modelo oligárquico de concentración de la tierra y de privilegio a la gran explotación capitalista: los pequeños cultivos de pancoger de los campesinos pobres estarán cerca de las explotaciones agropecuarias de los grandes capitalistas y terratenientes del campo colombiano.
 
Ahora bien, vale la pena destacar que el balance que realiza la propia MESEP, acerca del “gran” programa del actual Gobierno, “Familias en Acción”, no es nada favorable para una estrategia profunda de superación de la pobreza. De un lado, establece que este programa, con los billones de pesos que maneja, sólo reduce en un punto los niveles actuales de la pobreza (Mesep, 2009,8) y del otro, no es una reducción sostenible, pues cuando se dejan de recibir los subsidios se recae a la situación anterior.
 
Lo que puede aportar este programa y otros de la actual administración se pierde, por efectos de la inflación en materia de la canasta alimentaria. La misma Misión hace cálculos (ver texto) en los que pone en evidencia que la escasez de alimentos y el consiguiente encarecimiento de los mismos son grandes responsables de la escasa reducción de la pobreza extrema[5]. De allí que sea estratégica la política de estimular la producción de alimentos y en determinados momentos el subsidio sobre el valor de los mismos como lo anota el candidato Petro en la lucha contra el hambre.
 
Novedades y cambios
 
Gustavo Petro
 
“Proponemos una política pública que construya ciudadanía en el campo y democratice los medios de producción, incluyendo el saber, el crédito y la tierra. Para democratizar el campo se requiere integrar, por primera vez en la historia, al campesino a la prosperidad económica. Sólo 4 de las 15 millones de hectáreas fértiles que tiene Colombia están dedicadas a la producción agrícola. Nuestro objetivo es que la totalidad de nuestra tierra fértil produzca alimentos para los seres humanos”. Producción subsidiada de alimentos, acabará con el hambre en Colombia porque brindará comida barata y será el puente productivo con el mundo, consolidarla como una gran despensa del mundo”.
 
La política económica se centrará en democratizar los factores de producción (saber, crédito y tierra) y la generación de trabajo asociado y empleo decente. Se potencial izarán las capacidades del país: disponibilidad de tierras fértiles, presencia de agua, biodiversidad y posibilidad de generar conocimiento.
La política social garantizará acceso universal y gratuidad en salud, educación, el mínimo vital de agua y el acceso a una pensión mínima vital a todos aquellos ancianos que no hayan podido cotizar para nutrición y salud”. 
 
Rafael Pardo
 
“Mi propuesta de empleo bajará las tasas de desempleo e informalidad y, por lo tanto, llevará a una reducción de los niveles de pobreza. Con mi política de tierras y desarrollo rural, miles de campesinos pobres tendrán la oportunidad de acceder a tierras y de hacer parte del sistema productivo del país”.
 
Antanas Mockus
 
“Promoveremos el empleo digno y oportunidades, sumado a intensivos procesos de educación y formación ciudadana. Lo fundamental para salir de la pobreza es la lucha contra sus causas estructurales: vivienda, agua potable y alcantarillado, salud y alimentación”.
 
Comentarios
 
Es evidente que los cambios más significativos son los propuestos por el candidato Gustavo Petro.
 
Se plantean problemas estructurales que están en la base de los altos niveles de pobreza y desigualdad, la falta de democratización de activos claves como la tierra, el capital y el conocimiento. La alta concentración de los mismos es una de las explicaciones centrales de esta situación; la falta de vivienda, de agua potable, de salud de las que habla el candidato Mockus como causas, son manifestaciones, expresiones, resultados de ese estado, más no “las causas estructurales” como el anota.
 
Se introduce la noción de ciudadanía, de derechos, de universalidad y de gratuidad en algunos de esos derechos básicos, con lo cual se establece un claro papel del Estado en la garantía de los mismo, asunto que es dejado de lado por el resto de candidatos.
 
En las propuestas de estos tres candidatos, con más claridad en algunos casos, se busca establecer la necesaria relación entre las políticas sociales y las políticas económicas. El país lleva décadas separando estas políticas públicas y considerando lo social como algo subsidiario, de lo macroeconómico que es lo verdaderamente importante y que por lo mismo no merece ser discutido públicamente, en espacios de la democracia participativa. El ligar los temas del hambre, de la pobreza y la desigualdad con los temas del empleo decente, de la democratización de la propiedad y del conocimiento y el acceso a la información y el saber es una perspectiva novedosa para el caso colombiano y un enfoque que puede llevar a reducir de manera estructural estos problemas. Por ahí es el camino.
 
- Jorge Arturo Bernal Medina es Investigador Social
 
Fuente: Semanario Virtual Caja de Herramientas Nº 205, Corporación Viva la Ciudadanía. www.vivalaciudadania.org


[1] MESEP. Dane, DNP. 2009.
[2] Panorama Social de América Latina. (2009). Cepal. Santiago de Chile.
[3] Estadísticas Sociales. (2009), Cepal.
[4] Todas las citas de las propuestas de los candidatos son tomadas de: Semana.com Mayo 4 de 2010. http:/www.semana.com/wf
[5] Téngase en cuenta que la indigencia o extrema pobreza se establece sobre la base del valor de la canasta de alimentos, en la medida en que estos se encarecen, esa indigencia no baja o incluso se incrementa. 
https://www.alainet.org/es/active/38050
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