Elecciones a presidente y empate técnico
Tiembla el uribismo
22/04/2010
- Opinión
Un matemático pone en jaque al oficialismo. Antanas Mockus Sivickas, dos veces alcalde de Bogotá, es el fenómeno electoral de esta campaña.
Medellín.- Antanas Mockus Sivickas propone someter al Estado al cumplimiento de las leyes y convoca a la ciudadanía a un frente contra la corrupción.
Para Mockus, las relaciones con los países vecinos deben volver a la normalidad, especialmente con la hermana Venezuela, respetando los canales adecuados y apartándose de la diplomacia de micrófono: la de Uribe y Chávez.
La semana pasada el presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez, insinuó que el electorado no debía votar por Mockus por considerarlo débil frente a la guerrilla; aún cuando el candidato fue condecorado en materia de seguridad por el presidente.
En una reunión con empresarios, Uribe, lo comparó con un caballo discapacitado, haciendo alusión al comienzo de mal de Parkinson que sufre Mockus.
La MOE, Misión de Observación Electoral, y varios sectores del país se pronunciaron en contra de estas declaraciones.
En Colombia está prohibida la participación en política de los funcionarios, especialmente la del presidente; aunque esto sea letra muerta. El Procurador General declaró: “Yo no puedo disciplinar al presidente”.
¿Cómo explicar la participación de Uribe en política? Pues, se trata de la llamada “ola verde” de Mockus, que desplazó en las encuestas a la candidata conservadora Noemí Sanin y amenaza con quitarle la presidencia al uribismo. Álvaro Uribe gobierna como si estuviera por encima de la ley.
Precisamente, la propuesta de Antanas Mockus, Legalidad Democrática, plantea la necesidad de someter las acciones del gobierno y los ciudadanos a la ley: defensa de la Constitución, equilibrio entre las ramas del poder, presencia de jueces y fiscales en todo el territorio.
La llamada Marea Verde puso a temblar a uribistas y antiuribistas. Está impulsada principalmente por jóvenes y ex abstencionistas.
En un país polarizado, Mockus, candidato del Partido Verde, propone que la vía es el centro, los acuerdos, el respeto por la ley y la inversión en educación. Matemático, fue Rector de la Universidad Nacional de Colombia y ex alcalde de Bogotá en dos ocasiones, le cambió la cara y la esencia a la ciudad.
A Mockus lo acompaña otro matemático para la vicepresidencia. Además, están con él los ex alcaldes de Bogotá Lucho Garzón y Enrique Peñalosa. Todos ellos, en sus gestiones, aplicaron el mismo postulado: construir sobre lo construido.
Hay algo claro entre la derecha: no hay uribismo sin Uribe. Juan Manuel Santos Calderón, el heredero político del actual presidente, fue incapaz de mantener el primer puesto en las encuestas. Lo perjudican los últimos fracasos gubernamentales, como la declaración de emergencia en salud, el aumento del desempleo y la contrarreforma del agro.
Los votos que tienen a Santos en los primeros lugares obedecen al llamado voto de maquinaria, votos de los grandes electores o caciques regionales: políticos tradicionales aliados con toda clase de gentes.
Los últimos hechos conocidos por la opinión pública impiden que la candidatura del Partido de la U se consolide: Salvatore Mancuso confesó ante la justicia norteamericana que Santos se reunió y tuvo vínculos con jefes paramilitares. Mancuso fue comandante de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), todo un ejército al servicio del narcotráfico, que entabló negociaciones de paz con Álvaro Uribe.
A estas declaraciones se suman las acusaciones de la candidata Noemí Sanín, del partido aliado del gobierno - el tradicional Partido Conservador - sobre entrega de dádivas a altos funcionarios y políticos oficiales, para que abandonen su candidatura y se unan al uribismo.
En la ciudad de Bucaramanga, la prensa y la ciudadanía denunció que una pasada manifestación fue colmada con beneficiarios de Familias en Acción, el programa social del Gobierno.
El ex ministro de Defensa está siendo requerido por la justicia ecuatoriana, y en las últimas semanas se reabrió el proceso en su contra. Santos ordenó el bombardeo al campamento de las FARC en territorio ecuatoriano.
La familia Santos es máxima representante del aparato de poder económico colombiano. Es dueña del periódico más poderoso del país, El Tiempo, a la vez que titular de todo un conglomerado de medios.
Juan Manuel Santos nunca ha sido elegido para un puesto público, para todos ha sido nombrado por el capital político que da su apellido. Fue designado ministro de Comercio por un presidente liberal tradicional, de Hacienda por un presidente conservador tradicional, y de Defensa por Uribe.
Antanas Mockus no es precisamente un revolucionario, más bien un reformista. Su campaña se destaca por el uso de las redes sociales, la llamada Web 2.0., que ha hecho que en la marea verde naufraguen los candidatos tradicionales: Noemí del conservatismo, Rafael Pardo del Partido Liberal, Vargas Lleras de ultraderecha y Gustavo Petro del POLO, del único partido de izquierda.
El 30 de mayo, día de elecciones, se podrá saber si la opción de centro (ni uribismo ni antiuribismo) se impondrá sobre el uribismo.
Sería la primera vez que alguien que no ha pertenecido a los partidos tradicionales llegue a la presidencia de la República. Siempre hay una primera vez, ¿será esta?
Fuente: Agencia Periodística del MERCOSUR (APM), Facultad de Periodismo y Comunicación Social, Universidad Nacional de la Plata, Argentina.
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